6 minute read
Artículo de Fray Miguel de Medina ..................................................................................................................................................PÁG
FRAY MIGUEL DE MEDINA
SU FAMILIA DE BELALCÁZAR Y LA INQUISICIÓN
Advertisement
Mucho se ha escrito sobre este teólogo de fama universal, nacido sobre 1489 en Belalcázar, provincia de Córdoba y muerto en Toledo el día 1 de mayo de 1578. Sus padres lo enviaron a Córdoba a estudiar arte y teología. Ingresó como religioso de la orden franciscana en 1509 en el Monasterio de los Ángeles (Hornachuelos). Posteriormente marchó a la Universidad de Alcalá y a Toledo donde alcanzó el grado de doctor y de nuevo volvió a Alcalá donde opositó a la cátedra de Sagradas Escrituras y la ganó. Tras convocarse el Concilio de Trento, Felipe II lo eligió para representar a la Corona en el mismo, a propuesta de la Universidad de Alcalá. en 1562. Fue un franciscano, teólogo, humanista y políglota que dominaba el latín, griego, hebreo y el caldeo. Pío V concedió a la Iglesia de Santiago el Mayor de Belalcázar, el día 15 de mayo de 1564, el mismo jubileo que se obtiene visitando la Ciudad Eterna durante el Año Santo, pero dos días de cada año: la Asunción de Nuestra Señora y la dedicación de San Miguel, por la brillante actuación de fray Miguel en el Concilio de Trento. Tras su regreso es elegido Guardián (Prior) del convento de San Juan de los Reyes de Toledo, en el capítulo provincial en 1569 celebrado en Escalona. Es célebre su proceso inquisitorial tramitado en la ciudad de Toledo durante seis años y en el mismo se ordenó hacer una información sobre su familia en la villa natal. Se indagó su genealogía por la Inquisición de Córdoba y dictaminó que era cristiano viejo porque pertenecía a una familia noble de la zona. En realidad, su apellido de Medina no debe confundirse con un origen árabe o hebreo, pues se debe a los conquistadores de la ciudad de Medina de Pomar (Burgos) que tomaron como apellido el nombre de la villa y posteriormente caballeros de este linaje bajaron a la reconquista de Sevilla, acompañando al rey Fernando III el Santo y sus descendientes se dispersaron por Extremadura y Andalucía.
FAMILIA
En la biografía de nuestro universal teólogo, nos faltaba algo importante por saber: su “linaje”, de importantísima relevancia para autores, investigadores y belalcazareños. Nada se sabía sobre sus padres, abuelos, hermanos y demás familia de Belalcazar, sin que investigador alguno haya encontrado datos de su familia inmediata. Este valiosísimo descubrimiento buscado y encontrado en una capellanía de Herrera del Duque contiene su linaje, después de varios siglos sin tener noticia alguna por fin hemos descubierto su entorno familiar. Conocer su linaje despeja la incógnita o la duda de que no fuera “Cristiano Viejo” En el expediente conservado sobre la fundación de una capellanía en la villa de Herrera del Duque (Badajoz) por doña Leonor de Guzmán y de Medina, esposa de Raudona de Sotomayor, se mencionan como hijos de Joan de Medina y Leonor García Morillo, naturales de Belalcázar a: Lucía de Medina, y Leonor de Medina, Gonzalo de Medina, Diego de Medina que casó en Valdecaballeros y Bartolomé de Medina que fue padre del maestro “fray Miguel de Medina”, de la orden de San Francisco. Doña Leonor de Guzmán y de Medina fue hija de don Alonso de Guzmán, y de doña Leonor de Medina, natural de la villa de Belalcázar. No dice nada sobre la madre de Fray Miguel de Medina, pero en los documentos del proceso inquisitorial se menciona a un sobrino suyo llamado Francisco Ortiz Arias, igualmente fraile de la orden franciscana en referido Convento. Había una sobrina que era monja en el Convento de San Juan de la Penitencia de Toledo, llamada sor María de San Ildefonso. Otro sobrino, Gonzalo de Medina, era también clérigo. En su testamento, Fray Miguel habla de que tenía sobrinos muy pobres y necesitados y pide que sus libros, que los ha adquirido por su trabajo, sean retenidos hasta que el Papa haga merced y gracia de ellos a sus sobrinos. En la Obra Pía fundada por don Michael de Guzmán y de Medina, alcaide del castillo de Herrera del Duque, hermano de doña Leonor y primo hermano de fray Miguel de Medina, aparece una copia de su testamento donde favorece a sus parientes de apellidos de Medina y Morillo de Belalcázar. En los libros de contabilidad de la citada obra pía se suceden de generación en generación el cobro de
dotes por sus familiares de Medina y así, en el siglo XVIII, el percibo de la dote para el matrimonio de doña María de Medina Carreño y Cabanilla Morillo antepasada de las actuales familias de Medina de Belalcázar. El 28 de abril de 1578 Medina enfermó gravemente en la cárcel y solicitó ser trasladado a su Convento y previa autorización, se llevó a cabo a mano en una silla, siendo aclamado por los vecinos que portaban antorchas encendidas para iluminar el camino. El día 1 de mayo del mismo año murió tras haber perdonado a sus enemigos, fue sepultado en la sacristía contiguo a la peana del altar con un Cristo crucificado, con todos los honores propios de su cargo y solemnidad, asistiendo las más altas personalidades eclesiásticas y de la nobleza de Toledo, como no se había conocido. Después de su fallecimiento fue absuelto y se ordenó la devolución a sus familiares de los bienes secuestrados. Recientemente se le hizo un merecido homenaje colocándose dos mosaicos en su memoria uno en el Convento de San Juan de los Reyes de Toledo, precisamente en lo que antiguamente fue la sacristía donde fue sepultado, y otro igual fue colocado en la fachada de la monumental Iglesia de Santiago el Mayor de Belalcazar, su pueblo natal. Este homenaje fue promovido por la “Asociación Cultural Turdulia” a petición de miembros de esta asociación, contando con el apoyo inmediato de sus vecinos, y Ayuntamiento, Instituciones Toledanas, Universidad de Toledo y una representantacion en nombre del duque de Segorbe don Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba. Para finalizar, mencionaremos las sospechas que han surgido, tras su homenaje en Toledo, de que su retrato pueda estar en el cuadro del entierro del conde de Orgaz pintado por el Greco, en la figura del fraile franciscano. Es conocida la relación del Greco y los intelectuales cristianopolitanos de Toledo, todos hijos aventajados del colegio de Santa Catalina, Universidad de Toledo (donde estudió fray Miguel) y que mantuvieron un estrecho contacto fehaciente con el pintor. El Greco retrató a muchos escritores, tributándoles un sentido homenaje a estos intelectuales, como relata Francisco J. Aranda. En el entierro del conde de Orgaz hace una representación de la sociedad toledana, retrata a insignes varones de su tiempo, nobleza toledana, elementos eclesiásticos y eruditos, entre ellos a los hermanos Covarrubias, asistentes también al Concilio de Trento. Si famoso y polémico fue su proceso inquisitorial, más notoria resultó la excarcelación del religioso, trasladado a su Convento en silla como si se tratara de un Papa, rodeado por antorchas que iluminaban el cortejo y con multitud de vecinos en las calles de la ciudad jaleando su liberación y posteriormente, a los pocos días, llorando su muerte. Al entierro acudió lo más notable de la ciudad de Toledo, muchos nobles caballeros, autoridades eclesiásticas y todas las Sagradas Religiones con sus Prelados ilustres. Se le hizo un entierro solemnísimo y el mayor que se ha visto hacer a Prelado eclesiástico, según relatan las crónicas de la época.
Cándido Gómez Suárez
Belalcazar 15 de Agosto del 2022