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Feria del Lúpulo y la Cerveza
La Feria atraerá en su 15.ª edición, del 4 al 7 de agosto, a miles de visitantes en una cita que se ha convertido por méritos propios en referencia nacional. La ribera del Órbigo es la cuna del llamado «oro verde» y Carrizo de la Ribera es su máximo exponente. Es el escenario perfecto para dar cabida a esta Feria que abre la localidad a un mundo con cada vez más seguidores. No cabe duda de que la cerveza está entronizada en un puesto de honor junto a otras bebidas nacionales.
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La cifra de visitantes de este año espera sobrepasar a la del año anterior, que arrasó con un dato de 40.000 personas que se acercaron a disfrutar del evento. Es una de las ferias con más tirón del verano leonés y se ha convertido en una cita ineludible en el calendario estival de la provincia.
La Feria es multisectorial y posee un gran valor comercial. A lo largo de su celebración son muchas las empresas que pueden darse a conocer en el recinto ferial. La cita es una oportunidad para fomentar el comercio y conocer nuevos productos en el recinto que se ubica en el Parque de La Bolenga. La Feria contará con una gran diversidad de expositores y una carpa central en la que habrá una gran cantidad de clases de cerveza, todas ellas elaboradas con lúpulo de la zona.
En su 15.ª edición asistirán una vez más los cuatro grandes grupos cerveceros nacionales junto a otros artesanos. Todo un broche de oro para una comarca que admira y valora la riqueza que le brinda su medio.
La Feria nació auspiciada por el Ayuntamiento de Carrizo de la Ribera y cuenta con el respaldo de
Hopsteiner España y Lúpulos de León, las dos grandes entidades que se dedican a esta planta.
Junto a la propia degustación, se celebrarán actividades paralelas, como catas, actividades para los pequeños, conferencias, conciertos, concursos…
Tampoco faltará el certamen de tradiciones lupuleras, sin duda la actividad más emblemática del evento. La exhibición de pardalera, que consiste en poner la cuerda para que el lúpulo trepe por ella, es una de las más llamativas. La técnica ya está en desuso pero pervive en la memoria de los cultivadores veteranos que la transmiten a los más jóvenes.