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Córdoba todo el año Feria, paleta de colores
Córdoba todo el año
Feria de Córdoba Paleta de infinitos colores
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La Feria de Córdoba es un lienzo del sentir andaluz. Un sentimiento que renace de lo más hondo, apegado a sus ricas tradiciones, esencia de un pasado esplendoroso, pero también humilde y sencillo. Córdoba, ciudad acogedora por excelencia, rememora cada año su cuadro de infinitos colores, sus casetas esplendorosas, el buen ambiente y la camaradería que se respira en cada rincón de este pequeño mundo que es la feria cordobesa.
Durante el reinado de Sancho IV se reconoció al concejo de Córdoba la celebración de dos ferias anuales, la primera en cuaresma y la segunda en el mes de mayo. Nos remontamos al año 1264. Tras esa tradición, fue en el año 1665 cuando por primera vez la celebración de la feria de mayo se dedicó a la Virgen de la Salud. Con el discurrir del tiempo fue adquiriendo un marcado acento comercial, pero no fue hasta el siglo XIX cuando alcanzó su similitud con la actual celebración. En el año 1989 la feria fue trasladada al Arenal, lugar en el que se ubica actualmente.
Con el encendido del alumbrado se inaugura la Feria de Córdoba, uno de los eventos que llena de orgullo a los cordobeses que acompañan estos días con el cante y baile propios del folklore andaluz. Durante una semana, el recinto ferial se llena de luces, colores, música, buen ambiente y gastronomía.
La llegada al recinto puede hacerse a pie, en calesa, a caballo o en transporte público, gracias a una amplia oferta de horarios de autobús que habilitan el acceso desde los puntos más concurridos de la ciudad. Más de cien casetas de condición pública permiten el acceso a todos los visitantes que se animen a pasar unos días en la feria. Los responsables de las casetas son asociaciones públicas y privadas, partidos políticos, hermandades, grupos y diversos colectivos que realzan un ambiente de lo más variopinto.