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Rincón de la Historia
PERSONAJES DE NUESTRA HISTORIA: ESPERANZA ABAD – 2ª Parte
EJEMPLO DE GENEROSIDAD
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Esta mujer, que a muchos les sonará su nombre, pues tiene dedicada una calle que comienza en las inmediaciones de la Plaza de la Fuente y finaliza en la plaza donde se ubica el monumento al Encierro, podía haber vivido de sus rentas, pero prefirió vender su patrimonio y vivir con dignidad y gran austeridad, pues decía que era consciente que de los bienes que poseía tan sólo era administradora, pues los había recibido para compartirlos. Su línea de actuación generosa será continua, y a veces conlleva sacrificios porque aunque la hacienda era grande su disponibilidad en metálico era escasa, teniendo en alguna ocasión que empeñar las pocas alhajas que poseía para poder pagar los salarios. Muestra de esa generosidad y amor al pueblo que la vio nacer es el rosario de obras y donaciones que ha dejado para el enriquecimiento social, cultural, religioso, deportivo, etc. del mismo. En 1939 costea los materiales para la construcción del retablo de la Parroquia, pues durante la guerra civil se había destruido el retablo barroco del siglo XVI, así como el cuadro de San Sebastián que le presidía, obra de Lucas Jordán. Cuando murió su madre, de parálisis progresiva, prometió que cuando pudiera económicamente crearía un hogar de ancianos, a ella no le gustaba la palabra asilo, pensando lo que supone un familiar así en una familia sin recursos. Será en 1957 cuando al vender unas fincas, dispone del dinero necesario para llevar a efecto su promesa, y prescindiendo de una parte de su propia casa construye un edificio con una pequeña capilla, acogedor y digno, con todos los servicios necesarios para hospedar a 12 ancianos, que ella llama sus doce apóstoles, así como a la comunidad religiosa que los atienda. Este será el primer centro que en España ostente el título de Hogar, pues quiere que éste cumpla totalmente con el espíritu que lo ha creado, que sea para los acogidos un hogar cristiano en el que reciban cuidado y cariño, y al que considera la prolongación de su propia casa, pues como si se tratase de su propia familia sostiene en todas sus necesidades. Este edificio será el embrión del actual existente entre la Plaza de la Constitución y la calle Real.
ALUD DE DONACIONES
Más tarde dona en la Plaza de la Iglesia un solar para que se levante una nueva clínica, que venga a paliar la deficiencia sanitaria que se padece, pues la existente en la Plaza del Ayuntamiento ha quedado obsoleta para el crecimiento urbano que está experimentando la localidad así lo demanda. También reciben su ayuda los más pequeños, pues entrega al Ayuntamiento un solar para la construcción de un colegio, al que la Corporación, en agradecimiento decide darle el nombre de Silvio Abad. Con terrenos de su propiedad se amplía el Colegio Francisco Carrillo, y se construye una guardería en la calle del Pilar, bajo el patrocinio de la Caja de Ahorros de Madrid. Para la tercera edad se levanta el Hogar del Pensionista, sobre un terreno que dona al Ministerio de Trabajo; y con destino a familias trabajadoras regala una finca en el paraje de La Arroyada, a la Obra Social Cultural Sopeña, en la que se construye un parque deportivo. No olvida tampoco el aspecto espiritual de los vecinos de su pueblo, y cuando éste crece y sus necesidades religiosas con él, entrega un terreno para que se levante una nueva parroquia, Ntra. Sra. de Valvanera, a la vez que contribuye a sufragar gran parte de los gastos de su construcción. Durante muchos años preside la asociación religiosa de la Milagrosa, de carácter benéfico, y colabora en la creación de Cáritas Parroquial, de la que será su primera presidenta.
Esperanza Abad se distinguió toda su vida por su generosidad y obras de caridad.
AMOR A SU PUEBLO
En 1975 su salud está muy quebrantada, y su capacidad de acción muy limitada. La congregación que atiende su Hogar de Ancianos Virgen de la Esperanza, le plantea un problema: si este edificio no es ampliado de inmediato, dejarán de regirlo. Ante esta disyuntiva, y de acuerdo con sus familiares más cercanos, hace frente al problema y decide sin dudarlo que su obra debe continuar. Derriba su propia casa y su jardín, para llevar a efecto esta nueva obra tiene que vender varias fincas, pero el edificio se levanta y es inaugurado el 20 de enero de 1980, con capacidad para 80 personas. Si muchos fueron los que anónimamente recibieron su ayuda material, no menos fueron los que contaron siempre con su apoyo moral, y sobre todo los jóvenes, que siempre encontraban en ella a la amiga dispuesta a colaborar con sus necesidades, ya fuesen estas deportivas o artísticas; cuantas veces salía su piano para actuaciones musicales, o sus muebles para decoración de las obras teatrales, y cuanto sabe de esa ayuda el “Sanse” en sus inicios del local que les cedió en la calle Postas, y así un largo etcétera. Y como los Magos de Oriente, ella encontró la estrella de Dios un 6 de enero de 1982, en su pueblo, en el Hogar que ella había fundado, y en su capilla descansan sus restos, junto a sus padres, a los pies de una Virgen con cara sevillana, su Virgen de la Esperanza. San Sebastián de los Reyes sigue recibiendo y disfrutando como un regalo de los Reyes Magos, la obra que ella emprendió, porque los hombres pasan, pero sus obras permanecen, y de esto saben bastante en Apadis. El pueblo llano de San Sebastián de los Reyes sintió su pérdida y no fue extraño oír voces llorosas al paso de su entierro que decían “¡Que Dios te dé tanta gloria como pan nos diste!”. Dicen que rectificar es de sabios, espero y deseo que nuestras autoridades corrijan ese “olvido” que se tuvo en el centenario de su nacimiento.