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GUMERSINDO DE AZCÁRATE DA NOMBRE A UNA CALLE EN

PRIMERA PARTE

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Máximo CAYÓN DIÉGUEZ

Cronista Oficial de la ciudad de León

Gumersindo de Azcárate da nombre a una calle en el barrio de Las Ventas

La calle dedicada a Gumersindo de Azcárate en el barrio de las Ventas

El 15 de diciembre de 2021 se cumplen cien años de la inauguración de la importante y valiosa «Biblioteca Azcárate», puesta en escena el 15 de diciembre de 1921. Incardinada y dependiente de la Fundación «Sierra Pambley», fue un legado de los herederos de don Gumersindo de Azcárate, prócer leonés fallecido en la madrugada del 15 de diciembre de 1917, en su domicilio madrileño de la calle Velázquez, nº 72. Dos días antes, siendo presidente del Instituto de Reformas Sociales, cuando procedía a la apertura de la sesión correspondiente, Azcárate sufrió un ataque de hemiplejía, entrando en coma, del que desgraciadamente no pudo recuperarse. Sus restos mortales reposan en el cementerio civil de Madrid, lo mismo que los de sus amigos, el sahagunense, Fernando de Castro Pajares (1814-1874) y Francisco Giner de los Ríos (1869-1915).

Desde el primer momento, la oferta cultural de la «Biblioteca Azcárate» se dirigió a todas las clases sociales, principalmente, a las más infortunadas y desfavorecidas. Ahora bien, debe subrayarse que, por sus importantes fondos, frecuentaron sus estantes y anaqueles intelectuales y docentes del calado de Hipólito Romero Flores, Publio Suárez Uriarte, Julio Marcos Candanedo o Julia Pérez Seoane. Su primer director fue el bibliotecario Antonio Marco Rico, secretario del Ayuntamiento de León. Distintos avatares históricos, que no son de este capítulo, llevaron a esta biblioteca por mares procelosos y mermaron sensiblemente el catálogo de su bibliografía hasta límites insospechados.

EN DICIEMBRE SE CUMPLIRÁN CIEN AÑOS DE LA BIBLIOTECA AZCÁRATE, UBICADA EN LA FUNDACIÓN SIERRA PAMBLEY

ANTONIO GONZALEZ DE LAMA

Después de la Guerra Civil se designó bibliotecario al virtuoso y bondadoso sacerdote don Antonio González de Lama, reconocido intelectual y uno de los fundadores en 1944 de la revista de poesía y crítica ‘Espadaña’, que se gestó, precisamente, entre los muros de esta biblioteca. Por iniciativa suya, aquellos libros considerados inapropiados por el régimen imperante, que se salvaron del escrutinio impuesto por la coyuntura política, fueron depositados en la habitación de los antiguos alumnos que don Antonio denominaba ‘El Infierno’.

Del indulgente proceder de González de Lama se hacen eco estas palabras de Isabel Cantón Mayo, tomadas de su documentadísima obra ‘La Fundación Sierra Pambley: una institución educativa leonesa’, [1995, pg. 448]: «Al lado de esa inefable bondad y apertura estaba la ‘enormísima pereza’ de González de Lama. Muchos de los que gozaron de su confianza abusaron de ella y se produjo el expolio que no había producido la Guerra. Muchos volúmenes desaparecieron en manos de los consultantes y asiduos del ‘infierno’ y aún hoy se guardan celosamente en bibliotecas particulares de León… De los casi 25.000 volúmenes que tenía la antigua Biblioteca de antes de la Guerra, faltan un cincuenta por ciento. Aún así creemos que siguió siendo en los difíciles años de la posguerra y, en la medida que las circunstancias lo permitieron, un centro abierto a ideologías progresistas, cultura universal, a la vez que foco de intelectuales leoneses […] A la muerte de González de Lama en 1969 se cerró la Biblioteca y no se volvió a abrir hasta la recuperación por el primitivo patronato en 1978, pero muchos libros habían quedado fuera para siempre». Una calle en el barrio de San José de las Ventas lleva el nombre de don Gumersindo de Azcárate, titulatura que tuvo anteriormente en su momento la actual calle de Regidores, antigua calle del General Mola, y antaño Ronda de San Marcelo y Cal de Escuderos.

Biblioteca Gumersindo Azcárate, en la Fundación Sierra Pambley de León

Retrato de Gumersindo de Azcárate

BIOGRAFÍA

Gumersindo José de Azcárate Menéndez nació en León el 13 de enero de 1840. Hijo de Patricio de Azcárate y de Justa Menéndez, estudió bachillerato en el Instituto Provincial de León entre 1849 y 1855. Cursó la carrera de Derecho en las Universidades de Oviedo y en la Central de Madrid, graduándose en 1862. Tres años después, se licenció también en Filosofía y Letras. Precisamente, en 1865 conoció e inició su gran amistad con Francisco Giner de los Ríos.

Casado en primeras nupcias, el 15 de octubre de 1866, con Emilia Inerarity Baussá, joven de 18 años, de ascendencia anglo-cubana, al año y medio del enlace murió ella de unas fiebres puerperales, con sólo veinte años, en el parto de su primer hijo, que falleció también. Alejado de la Iglesia católica, por una crisis religiosa, el 11 de abril de 1882 volvió a casarse en Lisboa con María Benita Álvarez Guijarro, hija del abogado, político conservador y presidente del Congreso de los Diputados en 1865, don Fernando Álvarez Martínez, (1814-1883). El enlace se celebró con dispensa de Roma. Su segunda esposa falleció en 1902, con apenas 52 años, sin dejar descendencia.

Alfredo

MARCOS OTERUELO

Alfredo Marcos Oteruelo, en su magnífico estudio «El pensamiento de Gumersindo de Azcárate», [1985, pg. 45-46], nos ha revelado determinados perfiles de la personalidad de este preclaro leonés, así como de sus sentimientos cristianos. El siguiente fragmento, aunque algo extenso, merece ser reproducido porque es sumamente revelador. Dice así Marcos Oteruelo: «Parece que su religiosidad no siempre fue bien interpretada. Estaba lejos del dogmatismo de los fanáticos. Era el suyo un cristianismo sin dogmas y sin milagros. No se entendía ni con los ortodoxos ni con los ateos. Admiraba a Jesús y la inagotable fuente de su doctrina. Rechazaba la parte de superstición que veía en cada una de las confesiones cristianas. Su cristiandad era el Sermón de la Montaña. No asistía a misa, pero oraba a Dios en los templos y creía en una vida inmortal. Veía en Jesús un modelo de conducta ética y social, del amor y de la justicia. Defensor ardiente de la libertad de conciencia. Fue enterrado en el cementerio civil de Madrid, en la misma tumba que don Fernando de Castro. No quiso ser enterrado en el cementerio católico ‘para no caer en una postura de hipocresía’. Pero mandó que sobre su lápida constara una cruz y esta inscripción: ‘Amaos los unos a los otros’ […] No fue don Gumersindo ni radical ni tradicionalista. Intelectualmente se distinguió en todo momento por su claridad, ecuanimidad, buen sentido, por la reflexión y minuciosidad en el estudio de todas las cuestiones».

Catedrático, publicista, político y conferenciante, en materia educativa, Azcárate propugnó siempre los principios del krausismo, lo que le acarreó en 1875, por decisión del ministro de Fomento, Manuel Orovio Echagüe, la separación de la cátedra de Legislación Comparada de la Universidad Central, y un previo confinamiento en Badajoz. Fue repuesto en la misma en 1881. Igualmente, fueron removidos también de sus cátedras Nicolás Salmerón y el indicado Giner de los Ríos. Los tres cofundaron en 1876 la Institución Libre de Enseñanza, a raíz de la llamada ‘Cuestión Universitaria’. •

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