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La Familia Addams
TEATRO BRETÓN
A todos los que disfrutamos en nuestra infancia de La Familia Addams se nos dibuja una sonrisa en la cara al recordar con cariño a los miembros de esta singular familia.
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Primero en serie y, después, en películas, muchos fuimos los que presenciamos con afecto que el pasatiempo favorito del tío Fétido era encender una bombilla con la boca, a Miércoles experimentando con su hermano Pugsley e intentando matarlo “con aprecio”, o cómo Cosa se comunicaba con el resto por medio del lenguaje de señas. Ahora, podemos rememorarles gracias a que desde octubre y hasta abril, el Teatro Calderón de Madrid acoge la mansión de la familia más peculiar que ha tenido la televisión.
En forma de comedia musical que llega desde Broadway, y producida por Letsgo (creadora de musicales como Dirty Dancing y The Hole), estará en más de veinte ciudades españolas. Pero, ¿qué es lo que ofrece esta obra para que se haya convertido en una de las apuestas teatrales principales del último año?
La adaptación del guion de Esteve Ferrer es muy acertada, ya que recurre a la risa para conectar con el espectador y no dejarle escapar ni un segundo a lo largo de las dos horas y media (con descanso) de espectáculo. Bromas, guiños a la política (el gobierno de Trump o el Brexit), a diferentes géneros como el flamenco, crítica a otros musicales e, incluso, a todos los musicales, hacen desternillarse.
Además, aúna a la perfección traernos nuestra infancia mezclada con la actualidad (por ejemplo, a Miércoles le emocionan los vídeos de gatos en las redes sociales). Posiblemente, el humor sea la principal clave del éxito de este musical. Nada mejor que la risa para seducir y atrapar en cualquier tipo de espectáculo.
Otra de las claves del éxito de un evento de este tipo es reunir a todo el público posible y, este, lo consigue. Tanto niños, como adolescente y adultos pueden disfrutar de la obra, ya que da en el clavo hacia el público al que se dirige: las familias. Todos pueden disfrutar de la escenografía, sobre todo del vestuario y la iluminación, y aunque la obra no destaca en decorado, las luces, la música en directo y la puesta en escena hacen olvidarse de ese detalle.