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Mi perro
from Málaga Solera nº149
by editorialmic
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Mi pe o
Extrañar no es estar vacío, sino estar lleno de alguien que se hace presente a pesar de la ausencia. (Anónimo)
Dicen que las personas se reencarnan en animales o cosas. No sé si está bien creer o no. Mi padre había fallecido y aquel perro me miraba como si me conociera de toda la vida, cada vez que yo nombraba a mi padre, el perro corría hasta donde yo me encontraba y parecía que me preguntaba con su mirada: ¿Me has llamado?.
En casa todos querían al animal, era cariñoso, juguetón y obediente. Recuerdo el día que fuimos al campo y lo encontró mi abuela, estaba helado de frío y la miraba con unos ojitos tan tiernos que ella no pudo resistirse y lo cogió de entre unos matorrales, estrechándolo contra su pecho para darle calor.
Era muy pequeño y apenas se sostenía en pie. Cuando lo llevamos al veterinario éste nos dijo que tendría unos diez días, así que no lo pensamos y lo llevamos a casa, fue todo un acontecimiento porque yo era muy pequeña y me seguía a todas partes, fue el mejor regalo que me trajo la abuela. Le enseñé a distinguir cuando llegaba cada miembro de la familia y el ladraba diferente a todos y cada uno de ellos, pero conmigo lo hacía muy distinto y siempre mirándome, como lo hacía mi padre.
Siempre lo recuerdo moviendo su cola cuando me acercaba a la cocina, él sabía que allí guardaba las cortezas del queso, que le gustaban tanto. Confieso que disfrutaba haciéndolo esperar, pero se sentaba pacientemente haciendo todo cuanto yo le indicaba, hasta que conseguía su ración. Siempre le decía: ¿Sabes que eres como mi padre?, siempre paciente con una sonrisa esperando aquel abrazo que nos dábamos. No voy a decir que mi perro suplió aquel vacío, no sería buena hija, pero sí que llenó muchas horas de mi vida, en las que me encontraba preocupada o triste recordando a mi padre. Sus ladridos me hacían volver a la realidad y en su mirada PENETRANTE me veía siempre al lado de mi padre.