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por sus senderos

SENDERO DE Manilva al Secadero

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Se inicia el recorrido en el Camino del Tesorillo desde el Cementerio Municpal con una bajada hasta el arroyo de la Peñuela, para subir a continuación hasta el Puerto La Teja. Dejando a la Izquierda la zona conocida como la Rondana, seguimos por un tramo descendente, por monte bajo hasta la Morera. Una no muy pronunciada subida nos lleva a los naranjales del lago (presa) pajaritos. Las fascinantes vistas de la costa que nos acompañan durante todo el recorrido, aquí se vuelven inmejorables. El camino de Lobato, a la izquierda nos lleva al pinar de Tábanos, desde donde tomamos el Camino de Honda Cavada, último tramo pasando por la zona conocida como La Morisca, nos lleva hasta la Barriada de Honda Cavada todavía en el termino municipal de Manilva. Distancia: 12.000 metros Recorrido: lineal Dificultad: baja

SENDERO POR LA Cañada Real a San Enrique

Desde la N-340, tomamos el camino de Martagina. Pasada la urbanización Aldea Hills, la vía pecuaria se abre paso a la izquierda con una brusca bajada hasta arroyo de Martagina, para iniciar una subida de unos ochocientos metros hasta la loma del Rey. A medio camino, a la derecha, el arroyo se cubre de álamos blancos y alcornoques; una vez arriba, pasados unos chalés, continuamos con la cañada con una pendiente mucho más suave. La loma del Negro al sur, cuerta de alcornoques, se muestra contorneada por el azul intenso del mediterraneo. Retomamos la cañada que cruza más adelante la autopista a través de un paso elevado, dejamos a la derecha el Camino del Pinar que se abre paso en zona de cotos, para bajar la pendiente que nos lleva a la vecina localidad de San Enrique. Distancia 7.000 metros Recorrido: lineal Dificultad: baja

SENDERO POR Martagina a Pinar De Tábanos

Iniciamos el recorrido en el camino de Martagina, desde la N-340 EN LA URBANIZACIÓN Aldea Hills, hasta los Castillejos: un cerro cercado pur una sucesión de alcores, que son los derruidos bastiones de una impresionante fortificación del segundo milenio a.c.. Nuestro camino ahora se ve cruzado por la vereda de San Roque, habremos recorrido entonces dos km y medio; seguimos por pendiente y cruzamos la autopista para continuar por la vereda de la Cañada del apartadero o Camino del Tesorillo. Esta vía pecuaria se abre paso a través de monte bajo por los Llanos de Tábanos y el pinar. Kilometro y medio más adelante y a nuestra derecha podemos caminar un poco el camino de Honda Cavada o el de Lobato para asomarnos al pantano del Cautivo, zona de paso en la migración de patos salvajes. Volviendo a la vereda de la Cañada del Apartadero continuamos unos metros para adentrarnos en el pinar. Dejamos atrás una vieja casona rodeada de corrales y establos. El ganado campea a sus anchas en los restos de un pequeño bosque de pino piñonero de los años 1912 y 1916. Aunque muy reducido abre paso lentamente a través de un proceso de regeneración esponténea. Seguimos al sur por el camino del pinar, que ofrece una bonita panorámica del valle del Guadiaro. Unos mil ochocientos metros más adelante, antes de tomar al nordeste la vereda de San Roque, se da una vista inmejorable de la costa gaditana, el Peñón de Gibraltar, la sierra de los Barrios, de Tarifa y Algeciras, La Almenara y Carbonera de San Roque, y África. Al sureste, el alcornocal de la loma de Negro. Cruzamos la autopista y bajamos la Cañada de Real, llegando de nuevo al camino de Martagina. Distancia: 10.000 metros Modalidad: A pié, a caballo, y en bicicleta de montaña. Dificultad: baja

PEÑUELA La Ocasión Chorro Manso

Es un recorrido por tres de las fuentes públicas más conocidas de Manilva y más visitadas por nuestros ancestros.

El acceso a la Peñuela se hace, desde la zona sur del núclero urbano conocida tradicionalmente como “Hondón”. Seguimos en paralelos al cauce del arroyo a la derecha hasta la fuente, acompañados de chopos, álamos blancos, sauces, pinos, alcornoques, algarrobos, tarajes, majuelos, adelfas... producto de reforestaciones realizadas por éste área en colaboración con alumnos del Colegio Pablo Picasso. Frente a la poza más pronunciada del arroyo, vierte sus aguas la fuente que ha dado de beber a tantos generaciones. Totalmente integrada en su entorno y cobijada por su vegetación, el agua brota de una pared de formacioens areniscas y vierte en una pila de construcciones recientes.

Vuelta atrás, continuando el curos del arroyo de la Penñuela, y siguiendo el paseo peatonal del mismo nombre llegamos a la segunda fuente, la de La Ocasión, con una peculiar edificación que la protege a modo de pequeña ermita. Para alcalzar la última fuente, seguimos el curso del arroyo el camino del chorro. Al comenzar la pendiente la encontramos a nuestra izquierda: la fuente del Chorro Manso. Distancia: 7.000 metros Modalidad: A pié y en bicicleta de montaña Dificultad: media-baja

SENDERO Alcorrin-Castillejos

Subiendo por Princesa Kristina, un sendero a la izquierda nada más salir de la urbanización nos llevará hasta la Presa de Alcorrín, del siglo XIX y relacionada con el cultivo de caña de azúcar que por entonces se daba en Manilva. Desde los bajos de la presa y hasta Alcarrín alto, se da encuade a un enclave protegido por el cerro de Los Castillejos. A la sombra de esta fortaleza de Bronce Final se desarrolla un rico habitat donde proliferan especies vegetales diversas (quejigo moruno y alcornoque, chopos, alamos, suaces...) podermos volver, seguir el camino de la loma de Miraflores y continuar la vereda de San Roque a la izquierda, hasta donde el arroyo la cruza, o bien tomar la senda que discurre a medida ladera, pararela a la presa. Ambas opciones nos llevarán al bosquete de quejigos junto al arroyo, en las cercanía de la vereda de San Roque. El microclima de humedad permanente ha favorecido la existencia de una comunidad vegetal de gran riqueza geobotánica: un bosque de quejigo moruno o roble andaluz, endemismo de interés nacioal recogido en el Catálogo Andalúz de la flora y fauna Silvestre Amenazada. Seguimos la senda de la izquieda hasta el molino de los Siruela, de la primera mitad del siglo XIX, y la vereda que sube al camino de Martagina. Una vez arriba, giramos a la derecha, direccion a Los derruidos torreones de la milenaria fortaleza. El camino de Martagina nos conduce a la vereda de San Roque, la tomamos a la derecha y disfrutamos del paseo y de las vistas del valle Alcorrín alto hasta llegar de nuevo al arroyo; unos 200 metros más, a la derecha, seguimos el camino de la loma de Miraflores o Princesa Kristina que nos conducirá al punto de partida.

SENDERO POR LA Cuesta Del Molino a Los Baños de La Hedionada

Subiendo por Princesa Kristina, un sendero a la izquida nada más salir de la urbanización nos llevará hasta la Presa de Alcorrín, del siglo XIX y mandada a construir por iniciativa privada de la familia Larios, en relación con el cultivo de caña de azúcar que por entonces se daba en Manilva.

Desde los bajos de la presa y hasta Alcorrín alto, se da encuadre a un enclave protegido por el cerro de Los Castillejos. A la sombra de esta fortaleza de Bronce Final se desarrolla un rico hábitat donde proliferan especies vegetales diversas (quejigos moruno y alcornoque, chopos, alamos…) podemos volver, seguir el camino de la loma de Miraflores y continuar la vereda de San Roque a la izquieda, hasta donde el arroyo la cruza, o bien tomar la senda que discurre a media ladera, paralela a la presa. Ambas opciones nos llevan al bosquete de quejigos junto al arroyo, en las cercanías de la Vereda de San Roque. El microclima de humedad permanente ha favorecido la existencia de una comunidad veguetal de gran riqueza geobotánica: bosque de quejigo moruno o roble andaluz, endemismo de interés nacioal recogido en el Catálogo Andalúz de la flora y fauna Silvestre Amenazada. Seguimos la senda de la izquieda hasta el molino de los Siruela, de la primera mitad del siglo XIX, y la vereda que sube al camino de Martagina. Una vez arriba giramos a la derecha dirección a los castillejos. Bordeamos el cerro y nos adentramos a través de los derruidos torreones de la milenaria fortaleza. El camino de Martagina nos conduce a la vereda de San Roque, la tomamos a la derecha y disfrutamos del paseo y de las vistas del valle Alcorrín alto hasta llegar de nuevo al arroyo, unos doscientos metros más a la derecha seguimos por el camino de la loma de Miraflores nos conducirá al punto de partida.

Distancia: 3000 metros Modalidad: a pié a caballo o bicicleta Dificultad: baja

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