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ALMUDENA CARRACEDO. LA CINEASTA
Almudena Carracedo ya estuvo en Rivas con su anterior documental, ‘Made in LA’, película ganadora de un Premio Emmy, que cuenta la historia de tres inmigrantes latinas, costureras en talleres de explotación en la ciudad de Los Ángeles (EEUU).
Almudena Carracedo
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Cine contra el silencio
ENTREVISTA> La cineasta es coautora del documental ‘El silencio de otros’, premiado en el festival de Berlín. Se proyecta en Rivas durante la I Semana por la Memoria Democrática
Entrevista: Eugenio G. Delgado
La cineasta Almudena Carracedo ganó en 2008 un premio Emmy por su documental ‘Made in LA.’. Diez años después, recibió dos galardones en la Berlinale por ‘El silencio de otros’: Premio del Público y Premio de Cine por la Paz. Esta película documental quiere dar voz a las víctimas y supervivientes de la Guerra Civil y del franquismo y, como señala su autora, “abrir la conversación sobre memoria y justicia en España”.
La obra, premiada como mejor largometraje documental en los premios Forqué, ha sido finalista en los Premios Europeos del Cine. Al cierre de esta edición, estaba nominada a los Goya y figuró entre los 15 documentales candidatos españoles para acudir a los Oscar. ‘El silencio de otros’ se proyecta el viernes 22 de febrero, en el
salón de actos del Ayuntamiento, dentro de la I Semana de Memoria Democrática de Rivas.
¿Qué cuenta la película documental
‘El silencio de otros’? A través de la vida de víctimas y supervivientes del régimen franquista crea un mosaico de crímenes de la dictadura que sirve para repensar por qué en 2019, con más de 40 años de democracia, todavía más de 100.000 personas siguen en cunetas o en fosas comunes, hay torturadores en la calle o niños que no saben quiénes son sus padres. Y la inmensa impunidad que rodea esta situación. Es una película sobre el presente, sobre la lucha y el sufrimiento presente de las víctimas, no otra más sobre la Guerra Civil.
¿Cuándo y cómo surge este proyecto?
Nace de dos momentos. Después de rodar ‘Made in L.A.’ en 2007 sobre la lucha de los derechos de los inmigrantes en los EE UU, se empezó a remover algo dentro de mí y, a medida que veía otros trabajos sobre memoria o historia de España, sentía que tenía que hacer algo. El otro momento fue en 2010, cuando salió el tema de los bebés robados. Vivía desde hace 12 años en EE UU, donde había nacido mi niña, y Robert [Bahar, su marido y codirector] y yo estábamos muy sensibilizados como padres primerizos. Vinimos a rodar a España y en 2012 nos mudamos porque las historias estaban aquí, y coincidió con la ‘querella argentina’, que denuncia el genocidio y los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Guerra Civil y por la dictadura franquista.
¿Cuál es el objetivo de la película?
Saltar por encima de la narrativa establecida de que es mejor olvidar o no reabrir heridas. Los protagonistas son el corazón de una película política, pero que trasciende a la política, ya que el espectador convive con las personas en su día a día, viviendo sus momentos buenos y sus momentos malos. Queremos que se pongan en su piel y llegar a un público simpatizante, pero también a una juventud que, sencillamente, no conoce nada de esta parte de la historia española.
¿Por qué ese silencio o desconoci-
miento? Con la muerte del dictador Franco se produjo un pacto social y político por el cual la transición no generó ningún tipo de depuración y todo lo sucedido se quedaba atrás, pero sí se dio continuidad a estamentos como la monarquía, los jueces o la policía.
¿Cree que la película contribuye a
poner sobre la mesa ese debate? Lo comprobamos en los más de 50 coloquios que hemos realizado después de la proyección del documental. Vemos que hay mucha gente interesada y que acude con amigos, vecinos o familiares. En España existe mucho silencio y un pacto del olvido que hay romper. La película rescata nuestra memoria para entender el presente. Es otra herramienta para abrir la conversación sobre memoria y justicia en España.
¿Cómo se sienten las víctimas? ‘El silencio de otros’ han sido seis años de grabación y vida. La película es una montaña rusa emocional: hay mucha tristeza y mucha indignación, pero también habla de esperanza. En estos momentos se está abriendo una situación diferente. El final es agridulce.
De hecho, algunos de los protagonis-
tas fallecieron durante el rodaje. El tiempo es uno de los protagonistas. Se nos van yendo las personas que sufrieron la guerra, la dictadura y el tardofranquismo. Tienen 70 años o más, y también sus torturadores o los que robaron a sus hijas e hijos. Sin embargo, ha entrado una nueva generación joven en el debate que busca explicaciones y afirma que el tiempo también va a nuestro favor, porque cada vez se va conociendo más. La película dice mucho de este momento en el que se está replanteando qué fue la Transición.
¿Qué opina de la irrupción de Vox? Representan lo mismo que ya estaba dentro del PP, pero ahora con representación. A mí me asusta el envalentonamiento que tienen: ya no se esconden al alzar la mano. Son más valientes, pero siguen siendo los mismos. A lo mejor se han hecho visibles por necesidad en un momento que puede servir para repensar la democracia. Es un momento difícil por el auge de la extrema derecha, pero también es una oportunidad de crecer y cambiar las cosas para el movimiento progresista.
¿Cómo ha sido el apoyo de la productora El Deseo, de Pedro Almodóvar?
Es una película artesanal. Robert ha sido el encargado del sonido; yo, de la cámara. Después de terminarla, necesitábamos financiación para distribuirla en España, y ellos nos apoyaron. Surgió a través de una amiga común, que nos dijo que un productor quería verla. Pero, al principio, no sabíamos quién era.
VIERNES 22 / 19.00.
Ayuntamiento (salón de actos). Entrada libre. Documental + debate.