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MUJERES AL FRENTE DE SU PROPIO NEGOCIO
Mujeres de Rivas al frente de su propio negocio
REPORTAJE> Tres emprendedoras, cada una dedicada a un sector, cuentan cómo han materializado sus propios proyectos en nuestra ciudad y los retos que se han tenido que superar
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Texto: Irene Chaparro Fotos: Paco Mariscal
La difícil situación sanitaria que seguimos viviendo ha afectado a todos los sectores empresariales, pero el comercio local ha sido uno de los más perjudicados. La mayoría de las llamadas tiendas de barrio han tenido que reinventarse para poder salir adelante. Es importante recordar que esos pequeños negocios se han enfrentado a dificultades añadidas cuando la que se encuentra al frente es una mujer. Esta es la historia de tres emprendedoras que decidieron liderar su propio proyecto en Rivas.
Alba Pérez
Alba Pérez Redondo, natural de La Poveda (Arganda), es la dueña de La Ecologita, una tienda de productos ecológicos de limpieza que vende a granel en el barrio de Covibar. Alba, que ha estudiado Ciencias Políticas, se ha movido desde joven dentro del mundo del activismo, y por supuesto, del ecologismo. Tras visitar un establecimiento de características similares a su negocio, tomó la idea y decidió que Rivas, lugar al que está muy ligada por sus amistades, era el sitio ideal para emprender su aventura, debido a la gran concienciación de la ciudadanía en temas de responsabilidad social y medio ambiente. Comenzó en el verano de 2019.
Comenta que nunca se hubiera imaginado que su negocio fuera a funcionar tan bien. Cree que una de las claves ha sido la calidez y cercanía de una tienda de barrio, destacando la importancia del boca a boca, que ha hecho que incluso durante el confinamiento todo haya seguido funcionando sin problemas, al incorporar el servicio a domicilio, recurriendo a iniciativas como los grupos de Facebook de ‘Rivas a domicilio’.
La mayoría de su clientela la componen mujeres de entre 19 y 75 años, que consumen sus productos de limpieza de hogar, biodegradables entre un 95% y un 98%, y que, además, se despachan en los envases que llevan las personas para evitar el alto consumo de plásticos.
“Me encanta que las clientas me digan que venir con su envase para que se lo rellenen les recuerda a las compras de antes. Aprendes mucho con este trabajo. Hay cosas que piensas que son algo nuevo, pero se llevan haciendo desde siempre”, comenta Alba, quien nunca se ha considerado una empresaria, sino más bien una trabajadora por cuenta propia.
Una de las cuestiones que le animó a emprender fue la inestabilidad laboral que ha afectado a su generación. Tras pasar por varios empleos precarios, en octubre del pasado año decidió abrir su negocio, que actualmente no deja de crecer y sigue ampliando en su página web con productos de cosmética natural creados localmente y fundamentalmente por mujeres. Alba resalta que, a pesar de haber recibido recientemente una ayuda de la Comunidad de Madrid para mujeres emprendedoras menores de 35 años, ha tenido la gran suerte de que su familia creyera en el proyecto más que ella misma y le haya echado una mano para poder dedicarse a algo en lo que cree firmemente.
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