Saluda del Arzobispo

En la festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo celebramos el memorial de un Amor que no pasa de moda y que se expresa en la entrega de la vida. La procesión del Corpus es la más importante del Año Litúrgico. Esta procesión es el mismo Cristo paseando por nuestras calles, por nuestras plazas, por aquellos lugares donde la gente vive, camina, sufre, goza y sobre todo donde se relaciona la gente. En Toledo esta procesión del mismo Cristo por nuestras calles toledanas es una realidad un año más, después de dos años de ausencia.

El Corpus Christi es la gran fiesta del Amor de los Amores que se ha quedado con nosotros para siempre “Yo estaré con nosotros hasta el fin de los tiempos” ¿Qué hubiese sido de nosotros si Jesús en la última Cena no se hubiese quedado con nosotros, como alimento y remedio a nuestra soledad? El amor a la Eucaristía nos debe llevar al amor a los que viven sin trabajo en todas las periferias existenciales, en todas las amarguras y sufrimientos de la vida.

Como nos dice el Papa Francisco en su homilía de la Santa Misa de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo el pasado 6 de junio en la Basílica de San Pedro: “La procesión con el Santísimo Sacramento nos recuerda que estamos llamados a salir llevando a Jesús. Salir con entusiasmo llevando a Cristo a aquellos que encontramos en la vida de cada día. Nos convertimos así en una Iglesia con el cántaro en la mano, que despierta la sed y lleva el agua. Abramos de par en par el corazón en el amor, para ser nosotros la habitación amplia y acogedora donde todos puedan entrar y encontrar al Señor. Desgastemos nuestra vida en la compasión y la solidaridad, para que el mundo vea por medio nuestro la grandeza del amor de Dios. Y entonces el Señor vendrá, una vez más nos sorprenderá, una vez más se hará alimento para la vida del mundo. Y nos saciará para siempre, hasta el día en que, en el banquete del cielo, contemplaremos su rostro y nos alegraremos sin fin.

En esta sociedad actual nosotros los cristianos salimos con Él a la calle para manifestar que Dios sigue presente en nuestra vida, que le interesan nuestras cosas, que nos quiere a pesar de nuestras ingratitudes y nuestros olvidos.

Vivamos esta fiesta tan llena de contenido en nuestra querida ciudad de Toledo con verdadero fervor, adorando a Cristo sacramentado, mostrándolo al mundo y comprometiéndonos con nuestros hermanos más necesitados. Pidamos en estos momentos por la paz en el mundo, especialmente por Ucrania.

 Francisco Cerro Chaves Arzobispo de Toledo, Primado de España