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Educación: camino a la normalidad

CAMINO A LA NORMALIDAD

Hacia una nueva normalidad, porque a estas alturas ya hemos asumido todos que la vieja normalidad se fue para no volver. Algunas medidas sanitarias van a quedarse un tiempo entre nosotros. Pero ya nos hemos acostumbrado a ellas y nos parecen males menores, con tal de recuperar algunos hábitos que echamos de menos. Bendita rutina.

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Rutina es una palabra que ahora cobra sentido para todos, pero que ya era una herramienta útil para las personas con dificultades antes de la pandemia. La vuelta de la actividad presencial a los centros educativos, aunque sea con condiciones, permite recuperar actividades muy necesarias para colectivos vulnerables.

Terapia Ocupacional

Cosas cotidianas como vestirse, lavarse o comunicarse con los demás, son retos difíciles para niños que padecen T.E.A. (Trastorno del Espectro Autista) y otras discapacidades. Las habilidades sensoriales, motrices, cognitivas y sociales que son necesarias para ese tipo de tareas, están limitadas. La terapia ocupacional permite evaluar esas habilidades y dar respuesta a lo que necesita cada niño. Al individualizar la atención, las terapias pueden ser mucho más eficaces.

Los terapeutas de CREARE, acudían una vez por semana a cada colegio con aulas T.E.A. (Ciudad de Columbia, Tierno Galván, Aldebarán, Miguel de Cervantes y Nuestra Señora de la Merced) para trabajar de esa forma personalizada. El servicio tuvo que suspenderse de forma presencial durante el confinamiento y la desescalada, pero ante la vulnerabilidad especial de los “niños T.E.A.” y en contacto con las familias, se decidió activarlo de forma telemática, abriéndose además a otro tipo de discapacidades.

En el curso 2020-21 se restableció en las aulas, pero los terapeutas debían usar equipos de protección individual (EPI) y controles muy rigurosos. Este curso, por fin, se recupera la atención en los centros en condiciones muy similares a las habituales antes de la pandemia.

Coraleando

Por culpa del COVID-19 hubo que suspender también los ensayos del programa CORALEANDO con los 90 alumnos de seis centros, que dos veces al mes y en horario extraescolar, se reunían en el auditorio del Centro Cultural Adolfo Suárez para sincronizar sus gorgoritos bajo la batuta de Lola, alma máter del proyecto.

También en este caso Internet acudió al auxilio de los niños cantores de Tres Cantos. Pero ante una pantalla y sin la interacción personal, no se mantiene la atención de la misma forma. Así que hubo que tirar de imaginación y para estimular a los intérpretes, se creó “Cole Talent”, un concurso que derivó a final del curso pasado, en un espectáculo presencial, aunque siempre sujeto a las restricciones sanitarias del momento. Algo que también se hizo en el colegio Antonio Osuna, que tiene su propio coro escolar. Con el comienzo del curso 2021-22 las voces han vuelto a los colegios y, seguro que, con ellas, las fiestas navideñas podrán parecerse a las de antes.

Perros y Letras

¿Qué se necesita para que un niño con Trastorno del Espectro Autista mejore sus habilidades con la lectura? La respuesta es fácil: un libro y cuatro patas peludas (y un humano con experiencia en educación asistida con animales)

Elena Domínguez es directora de Perros y Letras R.E.A.D España, una organización que opera en todo el mundo desde hace 18 años, con más de 5600 profesionales en 17 países. P. ¿Qué es Perros y letras y desde cuándo ayuda a los niños T.E.A. de Tres Cantos? Tres Cantos fue pionero en España en implantar este proyecto. Empezamos en 2013, después de una experiencia en la Biblioteca que gustó mucho. Enseguida la llevamos a los colegios, primero en el Aldebarán y el Ciudad de Columbia, luego en el Tierno Galván, Cervantes y Mercedarias.

Se trata de un programa norteamericano que nació de la observación. Se dieron cuenta de que los niños que leían junto a sus perros se convertían en mejores lectores y tenían mayor afición. Y ese es el fundamento. Pero no sólo mejora habilidades como la fluidez o la comprensión lectora, también corrige la falta de atención, la ansiedad o la inseguridad, la falta de autoestima. P. ¿Es difícil adiestrar a los perros para algo tan concreto y delicado? Son perros de familia, cada persona trabaja con su perro, por lo que antes de entrar en el programa se evalúa a los perros y a sus dueños. Es necesario que tengan un buen vínculo y pasar un examen muy estricto que se repite cada dos años. Han de ser perros extremadamente sociables, obedientes y con un temperamento y un carácter muy equilibrado, que les encante el contacto con las personas. Si no le gusta al perro, no puede ser un perro de lectura.

Luego, una vez que pasan el examen, se les adiestra en conceptos más específicos, como la permanencia en la manta que se usa para la actividad. P. ¿Y cómo responden los niños tricantinos a este tipo de terapia? Las primeras veces hay una respuesta inicial de sorpresa. Al cabo de dos semanas suelen pasar de la sorpresa a la “avalancha” de cariño, les abrazan y están muy encima, casi hasta hay que pararles. Están encantados. P. Perros y letras, como todo, se vio afectado por la pandemia. ¿Cómo es el programa este curso? Pues una vez más, y nos encanta decirlo, Tres Cantos ha sido pionero. Porque cuando tuvimos que suspender la terapia, que es de contacto físico, desde la Concejalía de Educación nos propusieron intentarlo online y nunca se había hecho, ni aquí ni en otro país. Tuve que consultarlo con la dirección en Estados Unidos. Nos dijeron que adelante y no sólo funcionó, es que se extendió a muchos otros sitios al comprobar que seguía dando resultados. Aunque, lógicamente, hubo que adaptarse a las nuevas circunstancias, al ser con una pantalla por medio, empezando por los perros.

Este curso hemos empezado con la presencialidad, pero restringiendo el contacto sólo a los alumnos de las aulas T.E.A. Antes dejábamos que cualquier alumno tuviera contacto con los perritos porque a todos les encanta, pero hay que seguir tomando precauciones.

Vega, perra lectora, amiga fiel. Vega es una perrita tricantina de siete años y su historia tiene un principio muy triste y un final feliz. Cuando se quedó preñada, su dueño la tiró -literalmente- a un contenedor, junto a sus ocho cachorritos. Por suerte, alguien avisó a la Guardia Civil, que los llevó a un albergue. Todos encontraron un hogar de adopción y Vega encontró a Ana. Unos años después, ambas formaban parte de Perros y letras. Por suerte, su traumático pasado no cambió su carácter. Vega tiene todas las cualidades que se buscan en los perros lectores: es tranquila, equilibrada, confiada y cariñosa. Viéndola trabajar, hasta se diría que le encanta la lectura.

LÍMITES DE VELOCIDAD

El pasado 11 de mayo entró en vigor el Real decreto 970/2020, con la modificación del Reglamento General de Circulación de la Dirección General de Tráfico, en el que se recogen los nuevos límites de velocidad en las ciudades.

Se trata de una medida positiva, reconocida por la Dirección General de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea, en materia de Seguridad Vial para reducir la siniestralidad.

Tradicionalmente, el límite de velocidad genérico en las ciudades ha sido de 50 km/h. Con la modificación, este límite afecta a las vías de gran capacidad que tienen dos o más carriles de circulación en cada sentido, como es el caso de la Ronda de los Montes o la Avenida de la Industria.

El principal objetivo de limitar las velocidades en el resto de las vías urbanas es el de evitar accidentes en estos entornos y, sobre todo, los atropellos y las consecuencias que traen. En este sentido existen dos nuevas limitaciones, de 30 km/h y de 20 km/h, en función del tipo de calle.

De esta forma, aquellas calles que cuentan con un solo carril por sentido de circulación se rebaje el límite de velocidad de circulación genérico en vía urbana, de 50 a 30Km/h. En el caso concreto de Tres Cantos, este cambio afecta entre otras vías a la Avenida de Colmenar y la Avenida de Encuartes o a las calles de la Iglesia y Bodonal. También hay que tener en cuenta que las zonas reservadas para determinados vehículos o usuarios (como los destinados al transporte público) no se cuentan.

Por otra parte, el límite de 20 km/h será para las vías de plataforma única, es decir, aquellas calles en las que la acera y la calzada están unificadas, como por ejemplo la calle Anís y, por lo tanto, peatones y vehículos comparten espacio, aunque la preferencia siempre es de los primeros.

Lo ayuntamientos tiene potestad para reducir las estas nuevas velocidades genéricas si lo consideran necesario, para ello deben instalar la señalización que informe sobre el límite. Por otra parte, se pueden dar algunos casos excepcionales en que la velocidad pueda aumentarse hasta 50 km/h en las vías con un único carril por sentido.

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