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DELEGADA DEL GOBIERNO EN CASTILLA Y LEÓN

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ALCALDE DE MOJADOS

ALCALDE DE MOJADOS

¿Quién dijo frío? Cuando la ilusión es la gasolina; el espíritu de amigos y de fiesta, el motor; la pasión, el camino; y el respeto y la camaradería quienes marcan la hoja de ruta, las fogatas de Pingüinos son capaces de amainar cualquier temporal, incluso el del frío intenso de nuestra meseta castellana en pleno invierno.

Valladolid vuelve a ser la capital del motor el próximo 12 de enero y, durante cuatro días, la mayor reunión de motos invernales de Europa sitúa a Castilla y León en el calendario de los amantes de las dos ruedas, pero no solo de ellos… Porque, por experiencia, les digo que el compañerismo que reina en el Pinar de Antequera y el sentimiento de familia que domina a los ‘pingüinos’ hacen que nadie se sienta extraño en esta cita.

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Si desde 1982 la organización de Pingüinos ha sido capaz de mantener viva la llama es por algo. Más allá de los datos objetivos, de lo que supone movilizar a esta marea de ‘locos’ moteros (el año pasado superaron los 38.000 inscritos), les hablo de las experiencias, de las anécdotas, de las aventuras en torno a una fogata y sobre dos ruedas que son seña de identidad de esta cita. Porque Pingüinos es mucho más que una concentración de moteros. Es diversión, espectáculo, fraternidad, amistad, gastronomía, viajar en familia, turismo sano, música, deporte, respirar aire puro… es vía libre para disfrutar de la aventura de vivir. Y, a estas alturas, ¿quién no quiere una dosis de esa buena ‘gasolina’?

Tras cuatro décadas de encuentro, Pingüinos ha conseguido tener ya su marca propia. Por derecho. La reunión de motos a orillas del Pisuerga ha logrado superar todos los baches posibles del camino –incluida una pandemia-, alcanzar todas las metas que se ha propuesto y, 41 años después, sigue viva, más viva que nunca. Y no puedo por menos que felicitar a Emilio Simó, a José Manuel Navas y a todo su maravilloso equipo organizador por conseguir mantener al alza el apasionante desafío que supone reunir cada enero -pese al frío, la lluvia e, incluso, la nieve- a vallisoletanos, castellano y leoneses, y miles de amantes de las motos que llegan desde los puntos más inverosímiles del planeta.

Francia, Portugal, Italia, Suiza, Inglaterra, Alemania e, incluso, Estados Unidos, Venezuela o Canadá.

A todos, les invito a que disfruten del viaje por nuestras carreteras con la meseta en el horizonte, a que se empapen de nuestra cultura, nuestra historia, nuestra gastronomía, de la acogida de nuestras gentes; pero no quiero despedirme sin pedirles que regresen a casa sanos y a salvo. Con la mochila llena de nuevas anécdotas, pero vacía de incidentes. Recordándoles que un buen ‘pingüino’, como dicen los organizadores, es también un ‘SIN Rider’. Que la moto es solo para hacer el camino. Después, a disfrutar andando. Y, en la carretera, cero alcohol. Sé que cuento con todos vosotros pero quiero que sepáis también que tendréis a la Dirección General de Tráfico y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de compañeras de viaje para que ningún accidente empañe la fiesta.

¡Así da gusto empezar el año! Así que solo me queda invitarles a disfrutar de esta legendaria concentración y a seguir haciendo historia de Pingüinos, y de Castilla y León. Tras cuatro décadas de camino... les aseguro que aún queda ruta por recorrer. Nos vemos en Pingüinos 2023.

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