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CÁMARA OVAL

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¡Gracias, Castilla y León IBERIANS!

Qué buena noticia para el rugby es que se vayan formando nuevos torneos internacionales destinados al desarrollo de los jugadores, técnicos y clubes. Un deporte como el nuestro, que presume de su tradición y que muchas veces recela de los cambios, tiene que, o bien abrir las competiciones existentes, o bien facilitar la eclosión de nuevos escenarios competitivos.

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El pasado 18 de septiembre nacía la SuperCup de Rugby Europe y, aunque todavía no es la competición perfecta, tiene los mimbres para convertirse en un valioso activo para las franquicias participantes. Y eso que para conseguirlo tiene la difícil misión de lograr que los países integrantes empujen, de manera decidida, por ella.

La apuesta de SilverStorm El Salvador, VRAC Quesos Entrepinares y de Recoletas Burgos – Universidad de Burgos por asegurar la presencia española en el torneo es digna de alabanza, por su valor, por su ambición y por recoger el guante del máximo organismo del rugby continental representando a Castilla y León, y por lo tanto a España, en una nueva competición.

Castilla y León Iberians ha dado una lección al entender que competir a nivel internacional puede suponer un plus al brindar más partidos de calidad e intensidad a sus jugadores; una oportunidad de que sus técnicos vean y analicen a nuevos rivales y nuevos sistemas; y un desafío organizativo y logístico para los clubes al competir en Europa.

Y es que el reto no es pequeño, para empezar porque hay que dejar de lado los intereses particulares y probablemente cortoplacistas de cada club por unos más elevados y a largo plazo. Y porque la organización de, como mínimo, seis partidos internacionales bajo los parámetros de Rugby Europe y compaginarlo con una División de Honor que cada año está más igualada supone un esfuerzo digno de una Federación.

Después de algunos años donde la presencia de clubes o franquicias españolas en competiciones internacionales no estaba asegurada por el excesivo riesgo y el poco rédito, desde Castilla y León parece que han encontrado la solución siendo, una vez más, la punta de lanza de nuestro deporte en España. Seguro que el valor demostrado tiene sus frutos, y antes de lo que pensamos.

Más partidos de nivel internacional harán que los tres clubes eleven su categoría y ello redundará en el rugby español, por lo que desde aquí sólo puedo decir: ¡Gracias, Castilla y León Iberians!

Miguel Danés. @MiDanes Periodista

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