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RUGBY Y EMPRESA

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MERCHANDISING

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“Transformación digital: Un reto donde todos cuentan”

Ramón Zayas

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Director de Innovación del Grupo ASPASIA, Grupo de Consultoría de RRHH y Formación de personas.

Llevamos un tiempo oyendo hablar de digitalización, competencias digitales, trasformación digital, etcétera. Todo ello magnificado durante la pandemia puesto que nos ha desvelado las carencias que hemos tenido a la hora de mantener negocios y empresas a flote durante eses período por no contar con un nivel de digitalización adecuado.

Según analiza en su blog Incipy (https:// www.incipy.com), consultoría experta en Transformación Digital, las empresas en España aprueban en madurez digital por impacto COVID-19 y este “aprobado se debe principalmente al impulso del liderazgo transformador que ha seguido apostando por acelerar la digitalización ante el entorno actual de pandemia”

Como vemos, en este tiempo se ha trabajado mucho en las empresas e instituciones y en general en la vida cotidiana en “imponer” esa digitalización, pero se ha orientado mucho más hacia el cliente que a la propia organización interna.

Es curioso observar que la tecnología ha evolucionado mucho más rápidamente de como lo hacen internamente las empresas y esto provoca inseguridades e ineficiencias.

Y curiosamente de ese gap (desfase) entre el avance de la tecnología y la adecuación de las empresas es donde las empresas pueden nuevamente volver sus ojos hacia el rugby porque realmente el problema de la adaptación de la transformación digital en una empresa no es entender la misma como un proceso tecnológico, sino entenderlo como un problema de gestión de los recursos humanos en definitiva: gestión del equipo.

Es decir, es más importante el término “transformación” que el término “digital”. No podremos iniciar una digitalización adecuada en nuestras organizaciones si no partimos de un modelo donde el gestor de la misma sea quien actúe como el líder del equipo.

Los cambios tecnológicos exigen una cultura empresarial y que arrimen el hombro todos los empleados.

Lo más importante desde el punto de vista de un gestor de equipos es desarrollar un liderazgo positivo: tiene que estar convencido del proyecto y ser capaz de manejar los incentivos y los resortes de la empresa para que esto ocurra. Hay que entender que la digitalización es un trabajo de equipo; no como el fútbol, donde el delantero puede estar un paso más allá para aprovechar una jugada y marcar gol, sino más bien como el rugby, donde lo importante es que el equipo entero avance en paralelo.

Con un sistema que prime el talento y la participación de todos pero dentro del conjunto del equipo con un liderazgo inspirador dentro y fuera del campo de juego.

Cualquier entidad debe asegurarse de que está en el nivel adecuado respecto a las tecnologías de la información pero, sobre todo, debe estar perfectamente alineado con el negocio, de modo que su aportación y sus decisiones resulten claves en los resultados de la compañía, de la misma manera que un equipo de rugby, contando con talentos individuales los convierte en un único bloque alineando la genialidad individual con el objetivo general y haciendo grande al equipo.

Al igual que el equipo diseña su temporada con una hoja de ruta basada en los hitos a alcanzar y los resultados esperados, cualquier empresa que quiera conseguir la transformación, en este caso digital, debe gestionar el cambio dentro de los diferentes equipos, romper barreras y trasladar las razones y la aportación de valor que supone tanto para la empresa como para la personas que trabajan en ella. En definitiva, se necesita un cambio de cultura y la actitud es clave.

Si en cambio digital todos partimos de cero, o casi todos, es principal identificar a aquellas personas del equipo que están embarcados en un concepto del que ya hablamos en uno de los artículos: lifelong learning, aprendizaje/entrenamiento a lo largo de toda la vida, que es un aspecto fundamental dentro de un equipo para, trabajando y aprendiendo de manera individual y autónoma, alcanzar metas y objetivos de manera conjunta.

Y para eso fue fundamental la actitud que tuvo el Chami el año pasado y que fue la clave para propiciar ese cambio de cultura para evolucionar: la temporada pasada, Silverstorm El Salvador ya inicio un proceso de evolución a través de una revolución con la máxima “adelgazar para crecer”. Eso supuso dejar de contar con algunos jugadores consagrados y apostar por una plantilla joven y canterana. Este año gracias al esfuerzo deportivo del año anterior, entre otras cosas, se ha seguido con esa política y ampliando la juventud del equipo con incorporaciones que aportan experiencia y madurez reconocidas.

Eso consiguió un más que digno final de temporada, un éxito para mí, y un excelente inicio de la presente y con visos de mantenerse. Pues bien, siguiendo el ejemplo del trabajo en equipo siendo un todo, en las empresas, la evolución empresarial pasa por sumarse a gran velocidad a un proceso de cambio y reinventarse si no se quiere desaparecer, y en eso el rugby en general, y nuestro equipo en particular, tiene mucho que enseñar.

En definitiva no temamos la digitalización que nos viene, pero estemos entrenados, preparados y con la mente abierta al cambio, como un equipo, y conseguiremos alcanzar los retos que nos marquemos.

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