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Kase.O, pregonero
Kase.O
Pregonero en asonante, con la rima por delante
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No será la primera vez que suba al balcón del Ayuntamiento en el inicio de las fiestas pilaristas. En 2009, con Violadores del Verso, ya adquirió la condición de hijo predilecto de Zaragoza. Javier Ibarra, MC, maestro de la rima torrentera, timonel de palabras en los meandros del ritmo cómplice, es actualmente la gran estrella del rap en castellano. Estrella mundial, por cierto; un dato que, por desconocimiento o minusvaloración, no tuvieron en cuenta muchas de las voces que pedían la pasada primavera una figura más ‘elevada’ (ojo, que es alto el mozo) para pregonero. Este tipo sensible, minucioso en el trabajo, lleva más de veinte años imbuido en la creación al más alto nivel; suficientes para hablar de carrera consolidada. Siendo su gremio joven por antonomasia, no había necesidad de esperar más para aplaudirle de modo colectivo.
El rap zaragozano es punta de lanza en todo el mundo hispanoparlante. Violadores del Verso son el buque insignia de esta realidad, con la factoría Rapsolo como brillante plataforma de autogestión, pero hay más: Rapsusklei, El Momo, Gordo del Funk, Sharif… las referencias son legión. Para todos ellos, el nombre de Javi significa respeto. La clase se tiene, la soltura se cultiva, pero la ética de trabajo (él tiene las tres cosas) sí es algo que puede exportarse a otros artistas, y ahí es donde el zagal de La Jota es modélico.
El año pasado sacó al mercado el exitoso ‘El círculo’, su primer álbum de rap en solitario, que significó el barbecho para el proyecto mestizo Jazz Magnetism. El disco no fue monedita de oro que a todos gusta: hubo quien le reprochó sus devaneos jazzísticos, el alejamiento puntual del ‘hardcore’ que define el estilo de Violadores del Verso... la respuesta de Javi fue y sigue siendo la misma: una cosa es no negar las raíces y otra, dormirse en los laureles. El cuerpo le pedía mambo, un salto mortal sin red; de hecho, el disco estuvo más tiempo del esperado en los fogones porque su cocinero empezó de nuevo la receta. R de Rumba, con esa rítmica endiabladamente certera, estuvo siempre al quite, y ha seguido dibujando el esquema de cada recital en la gira que concluirá a final de año. Una gira de lleno tras lleno a ambos lados del charco, que ya paró en Zaragoza cuando acababa el invierno, en Pirineos Sur a final de julio y vuelve ahora en el Pilar, siempre con todo el papel vendido.
Javi es artista, médico de almas, alquimista de sensaciones, un panel solar de energía limpia. Ama a su tierra, pero haber vivido lejos conociendo otras realidades hace el patrioterismo no pervierta el sentimiento. En el pregón (¿rima, prosa? Ya veremos) apelará al corazón, y correrá luego a escuchar en la barriga de su querida Muna los latidos del primer bebé de la pareja. Un paseo del honor al fervor, con mucho amor. •••