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en Zaragoza
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SEIS BOMBOS EN 1972: Dos años después ya fueron seis los bombos de la sección de tambores.
Este 2019 se cumplen también 75 años de la introducción del timbal por nuestra cofradía en la Semana Santa.
del Santo Entierro de 1970 Javier Rodríguez Catalán, que, a sus 66 años, este 2019 cumplirá medio siglo ininterrumpido tocando el bombo, un registro único en nuestra Semana Santa. Un ejemplo de constancia, pasión y de compromiso con la sección de tambores de la cofradía, como lo son también Abilio Ballester Marquina (timbal, bombo y tambor), José Ramón Alconchel Romero (tambor) o José María Angulo Sáinz de Varanda (tambor), con 57, 54 y 48 años, respectivamente, tocando sin un Viernes Santo de fallo. Y eso que ellos, como otros muchos que les precedieron en las Siete Palabras, no pudieron formar parte de la sección de tambores hasta cumplir los 14 años.
“Ingresé en 1969 en la cofradía cuando tenía 17 años, y en mi primera Semana Santa toqué el timbal. Al año siguiente, el Viernes Santo por la mañana, toqué el timbal y por la tarde, en el Santo Entierro, ya toqué uno de los tres primeros bombos. Y desde entonces no he dejado de tocar el bombo un solo año. Van a ser cincuenta años seguidos y no tengo previsto dejarlo de momento”, señala Javier Rodríguez Catalán (Zaragoza, 1952).
“La aparición de los bombos –prosigue Javier- fue algo muy impactante en la Semana Santa de Zaragoza. Una vez más las Siete Palabras fue pionera en la introducción de un instrumento que paulatinamente fue incorporado por otras cofradías. Aquellos tres primeros bombos, y los que llegaron después, pesaban muchísimo, y también las mazas, que eran enormes. Los bombos se llevaban al principio como en diagonal con la cintura y muy altos, por lo que el brazo no tenía un gran recorrido para tocar. Después de tres o cuatro años se empezaron a llevar planos, horizontales, y se mejoró el golpeo y el sonido. Recuerdo cuando el entonces hermano mayor Mariano Bíu los presentó por sorpresa en el capítulo de tambores de Cuaresma, traídos un par de días antes de Calanda. Causaron conmoción entre la sección y luego fueron el acontecimiento principal de aquella Semana Santa de 1970. No se habló de otra cosa”.
Javier Rodríguez fue después Hermano Delegado de tambores de 1981 a 1983, impulsando la Sección Infantil en 1983, integrada inicialmente por 30 niños, acompañando entonces a una sección que procesionó el Viernes Santo con 269 tambores, 45 timbales y 20 bombos, un número de bombos que en las Siete Palabras ha ido creciendo año a año hasta superar los 70 actuales. En estos 49 primeros años tocando el bombo, Javier Rodríguez ha representado a la cofradía en 36 concursos en Híjar y en otros tantos en Zaragoza.
Pero volvamos al Viernes Santo de 1970, porque es imprescindible acudir al entonces hermano delegado de instrumentos de las Siete Palabras, Fernando Gómez Barea (Zaragoza, 1941), otro nombre muy distinguido de la sección con 50 semanas santas consecutivas tocando el tambor, desde 1960 a 2009, pero sin fallar después portando una maza o un hacha, o, incluso, procesionando en el microbús de enfermos. Y es que aquella Semana Santa de 1970 la novedad fue doble, porque, además de los tres bombos, la sección de tambores de la cofradía pasó a formar en dos grupos de cinco en fondo, con los timbales en la fila central, y los tres bombos separando ambos grupos. Una formación novedosa que hizo fortuna y fue también imitada.
“La aparición del bombo –resalta Fernando Gómez Barea- fue algo sensacional, hasta el punto de que supuso un antes y un después en la Semana Santa de Zaragoza. Fue todo un acontecimiento, una especie de sacudida que lo revitalizó todo, y que también decidieron copiar otras cofradías. Las Siete Palabras había introducido ya el tambor, el timbal y las timbaletas, pero lo del bombo fue extraordinario. Antes de 1970 nosotros formábamos como en tres secciones, con los tambores de tres en fondo abriendo y cerrando, y los timbales juntos como grupo central, flanquea-