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El serbio ganó el primer Grand Slam de la temporada por décima vez en su carrera de manera arrasadora, cediendo un solo set en todo el certamen, y se encamina a ser el más ganador de la historia. Igualó a Nadal con 22 títulos grandes y recuperó el Nº1 del mundo. En la final, venció sin contratiempos a Stefanos Tsitsipas
Por Alejo Miranda - Fotos: Australian Open
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No le debe haber gustado nada a Novak Djokovic la derrota ante Rafael Nadal en cuartos de final de Roland Garros, que derivó en otra coronación del español y el récord de 22 títulos de Grand Slam. El serbio, que unos meses atrás había sido deportado de Aus- tralia por no estar vacunado contra el Covid, veía como Nadal ganaba los dos primeros majors y se alejaba en la carrera por ser el mejor de todos los tiempos. Parece que se enojó. Desde entonces, encadenó una racha de 37 victorias y una sola derrota que incluyó dos títulos en torneos mayores, además del ATP Finales y tres torneos del ATP Tour. Sólo perdió un partido en ese lapso: la final del Masters 1000 de París, ante Holger Rune, y le fue negada la participación en el US Open por su negativa a la vacuna. El corolario fue la victoria ante Stefanos Tsitsipas en la definición del Abierto Australiano, que le significó alcanzar a Nadal como el máximo ganador de Grand Slams y recuperar el Nº1 del mundo. En sólo seis meses, la discusión cambió de colores.
Con Nadal evidenciando cada vez más dificultades físicas, con la voracidad de gloria que demuestra torneo tras torneo, el camino hacia el sitial más alto de la historia del tenis mundial parece allanado para Novak Djokovic.
“Tengo objetivos y ambiciones profesionales. Ganar Grand Slams y ser el número 1 del mundo. Eso es lo máximo a lo que uno puede aspirar. Entonces, quiero seguir haciendo historia, no hay dudas. Me siento