LA FUNDACIÓN EVA PERÓN IMÁGENES DE SU HISTORIA
Ministerio de Cultura de la Nación Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón
LA FUNDACIÓN EVA PERÓN IMÁGENES DE SU HISTORIA
Claudio Panella (Dirección) Damián Cipolla Laura Macek Romina Martínez Santiago Régolo Pablo A. Vázquez
Buenos Aires / 2015
Panella, Claudio La Fundación Eva Perón. Imágenes de su historia. - 1a ed. – Buenos Aires Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, 2015. Colección dirigida por Cristina Álvarez Rodríguez 254 p. ; 25 x 25 cm. ISBN 978-987-23960-7-7 1. Investigación Histórica. 2. Peronismo. 3. Historia política argentina CDD 301
Diseño: Julieta Lloret Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón Lafinur Nº 2988 – C1425FAB – República Argentina Tel.: 54 11 4807-9433 C.E.: info@museoevita.org Página web: www.museoevita.org Asociación Museo Evita Lafinur Nº 2988 – C1425FAB – República Argentina Tel.: 54 11 4807-0306 int. 24 C.E.: asociacion@museoevita.org
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AUTORIDADES Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner Ministra de Cultura de la Nación Sra. Teresa Parodi Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón Presidenta Arq. Cristina Álvarez Rodríguez Miembros de Número
Luis Alén, Cecilia Eva Álvarez Rodríguez, Blanca Álvarez Rodríguez, Cristina Álvarez Rodríguez, Juan Ganduglia, María Irene Cardoso, Pablo Adrián Vázquez, Marcelo Duhalde, Norma Durango, Gabriel Miremont, Héctor Maccione, Mario Oporto, Omar Furlan, Marta Nesta, Héctor Olmos, Claudio Panella, Alicia Renzi, Juan Martín Repetto, Laura Rojas, Graciela Troncoso
Comisión Directiva
Presidenta: Cristina Álvarez Rodríguez Vicepresidenta: Alicia Renzi Vicepresidente II: Marcelo Duhalde Secretario: Juan Martín Repetto Prosecretaria: Aída Sofía Ocaranza Tesorera: Norma Durango Protesorera: María Irene Cardoso Vocal Titular I: Cecilia Eva Álvarez Rodríguez Vocal Titular II: Pablo Adrián Vázquez Vocal Titular III: Claudio Panella Vocal Suplente I: Gabriel Miremont Vocal Suplente II: Blanca Álvarez Rodríguez Vocal Suplente III: Santiago Regolo
Órgano de Fiscalización
Presidenta: Graciela Troncoso Vocal Titular: Héctor Ariel Olmos Vocal Titular: Laura Rojas Vocal Suplente: Omar Furlan
Miembros corresponsales
Marta Nesta Florencia G. de Ortiz de Rosa
Coordinador General Carlos Tonelli Banfi
Índice Presentación, por Cristina Álvarez Rodríguez
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Capítulo 1. La Fundación Eva Perón: ayuda social y compromiso político 11 Capítulo 2. Salud
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Capítulo 3. Educación
67
Capítulo 4. Acción Social
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Capítulo 5. Turismo y deportes
137
Capítulo 6. Vivienda y Plan Agrario
173
Capítulo 7. Ayuda directa
207
Bibliografía 247 Créditos fotográficos/Agradecimientos
250
Publicaciones del INIHEP
252
Presentación Las primeras postales de Evita como Primera Dama, como compañera infatigable de Perón, ya narraban la mutación de ese sentimiento de indignación por la injusticia social -que tanto le costaba explicar-, en fuerza creadora para mitigar dolores y atemperar el infortunio y la miseria que azotaban a la patria. Lejos de resignarse a aceptar la desigualdad como cosa natural, ya desde el año 1946 con las Cruzadas de Ayuda Social, Evita comenzaba a atender a las demandas históricas de los humildes y los sectores más desvalidos, transformando la punzada de lo incierto en tierra fértil para proyectar un futuro distinto. Esta campaña fue creciendo día a día, necesitando un marco institucional acorde a su propio funcionamiento. Allí se crea, en 1948, la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón. Nacida para satisfacer las necesidades esenciales para una vida digna de las clases sociales menos favorecidas, la Fundación Eva Perón concretó su acción en la creación de Hogares-Escuela, Hogares de Ancianos, Hogares de Tránsito, proveedurías, las Ciudades Infantil y Estudiantil, policlínicos, viviendas obreras, escuelas, entre otros. Bajo la denominada “ayuda social directa”, que enmarcó el devenir operativo de la Fundación al pasar por alto las formas burocráticas que por momentos entorpecían la realización de obras y políticas públicas de protección social, Evita cambió el concepto tradicional de beneficencia por uno acorde a los lineamientos de justicia social pregonados por el peronismo. Este ideal de justicia social que inspiró a sus obras aún está allí para ser visto por todos. Como colosos que desafían las inclemencias de la violencia y el olvido, el testimonio fotográfico reunido en estas páginas constituye una referencia que deja entrever un estado colectivo: el de promover los derechos de las minorías y de los sectores más vulnerables, permitiéndoles su inclusión y reconocimiento. O, dicho de otro modo, el de hacer visible lo que históricamente había permanecido velado: de allí una estética y una gráfica que revelan, en su permanencia, tanto como las fotografías. El libro que aquí presentamos propone una vuelta a una de las obras más trascendentes de la historia argentina. Pero lo hace desde el vigor de sus imágenes. Porque ver es comprender, es explicar. Es retratar un pensamiento que se actúa, que es movimiento. Es reencontrarse con esa niñez y esa juventud que nos envalentona a marchar con paso firme hacia ese sueño solidario de Evita que, de a poco, fue convirtiéndose en obra, en trabajo, en realidad irrefutable. Arq. Cristina Álvarez Rodríguez
Presidenta del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón
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CAPITULO I
“Experimenté un algo vivo, práctico, ansioso de vida y de calor, un algo que fuese, diariamente, la razón de cada uno de mis actos. Un mandato imperativo de ayudar al que sufre. De asistir al caído. De acuciar al vencido. De alentar al bienintencionado y al digno. Un mandato de humanizar lo que la vida pone de inhumano en sus encrucijadas” Eva Perón, 24/12/1946
CAPITULO I La Fundación Eva Perón: ayuda social y compromiso político La Fundación Eva Perón ha marcado con su impronta el imaginario sobre las políticas sociales en la República Argentina, así para los que creen que ella desplegó una labor de justicia para con los sectores más postergados como para quienes sostienen que allí se ejecutaba un mecanismo meramente político-partidario. Tanto sus detractores como quienes piensan que ha sido una iniciativa loable y hasta revolucionaria, otorgan hoy a aquella institución, al apoyarla o discutirla después de más de medio siglo, un peso histórico de notable trascendencia. Apenas asumido como Secretario de Trabajo y Previsión a fines de 1943, el entonces coronel Juan D. Perón expresaba que con la creación de dicha agencia estatal se iniciaba en la Argentina “la era de la política social”.1 La frase debe entenderse menos como la inexistencia de preocupación del Estado por la situación de los más desvalidos que por una reformulación de esa preocupación y una consecuente y decidida acción al respecto. Por caso, se ocupaba de la mujer y la niñez carenciada a través de asilos y hospitales la Sociedad de Beneficencia, creada en 1823 por el gobernador de la provincia de Buenos Aires Martín Rodríguez a instancias de su ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia y desde 1908 incorporada al Estado. Es que si bien la entidad era solventada mayormente por fondos del Tesoro Nacional, su dirección estaba a cargo de mujeres de la élite con peso político en los sucesivos gobiernos, quienes le habían otorgado una impronta oligárquica fundada en un accionar de carácter benéfico y caritativo. Con la llegada del peronismo al poder y el consecuente rol que adquirió el Estado en el abordaje de las cuestiones sociales, el futuro de la Sociedad estaba sentenciado: en septiembre de 1946 la misma fue intervenida y exactamente un año después se dispuso su disolución. La actividad social de Evita comenzó tempranamente, apenas asumida la presidencia de la Nación por su esposo, atendiendo pedidos y solicitudes de ayuda. En sus palabras: “Y empezamos. Poco a poco. No podría decir exactamente qué día fue. Lo cierto es que primero atendí personalmente todo. Luego
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tuve que pedir auxilio. Y por fin me vi obligada a organizar el trabajo que en pocas semanas se hizo extraordinario”.2 Dicha labor comenzó siendo conocida como “Cruzada de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón” y se aceleró luego del regreso de Eva de su gira por Europa. Finalmente, por decreto Nº 20.564 del 19 de junio de 1948, se creó la Fundación de Ayuda Social “María Eva Duarte de Perón” (desde 1950 Fundación Eva Perón) como institución de carácter privado con los siguientes fines: a) Prestar ayuda pecuniaria o en especie, facilitar elementos de trabajo, otorgar becas para estudios universitarios y especializados a toda persona carente de recursos que así lo solicite y que, a juicio de la fundadora, merezca ser otorgado; b) Construir viviendas para su adjudicación a familias indigentes; c) Crear y/o construir establecimientos educacionales, hospitalarios, recreativos o de descanso y/o cualesquiera otros que permitan una mejor satisfacción a los elevados fines que persigue la Institución; d) Construir establecimientos benéficos de cualquier índole, los que podrán ser transferidos, con o sin cargo, al Estado Nacional, Provincial o Municipal, y e) Propender, contribuir o colaborar por todos los medios a su alcance, a la realización de obras de interés general y que tiendan a satisfacer las necesidades esenciales para una vida digna de las clases sociales menos favorecidas.3 La propia fundadora definía con claridad estos objetivos: “No. No es filantropía, ni es caridad, ni es limosna, ni es solidaridad social, ni es beneficencia. Ni siquiera es ayuda social, aunque por darle un nombre aproximado yo le he puesto ése. Para mí es estrictamente justicia. Lo que más me indignaba al principio de la ayuda social, era que me la calificasen de limosna o de beneficencia (…) La limosna y la beneficencia son para mí la ostentación de riqueza y de poder para humillar a los humildes”4. En otros términos, se hacía realidad el apotegma que expresaba “donde hay una necesidad hay un derecho”. El Estatuto de la Fundación estipulaba que la administración “única y exclusivamente” de la misma correspondía a Eva Perón, quien la ejercería con carácter vitalicio y gozaría de las más amplias atribuciones. Se contemplaba que, en caso de fallecimiento de esta, la institución fuera administrada por un Consejo, lo que ocurrió a partir de agosto de 1952. Las formas de acceso a la Fundación que tenían los particulares eran tres, a saber:
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1. La correspondencia enviada a Evita a la residencia presidencial, la que era clasificada por un equipo de secretarios como paso previo a que aquella, en persona, se ocupase del problema y procediese a su respuesta. 2. Las entrevistas personales con Evita en su despacho de la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde recibía las quejas, solicitudes y reclamos de quienes allí concurrían, procurando una solución al respecto. 3. El relevamiento de las necesidades de la población que a lo largo y ancho de todo el territorio nacional hacían las llamadas “células mínimas” formadas por visitadoras sociales.5 Respecto de los recursos con los cuales se financiaba la Fundación para realizar sus obras, partieron de un capital inicial $10.000 aportados por Eva Perón que se acrecentaron rápidamente con donaciones de particulares y aportes estatales establecidos por leyes y decretos varios. De esta manera, se destinaban a la entidad los salarios de los trabajadores sindicalizados de los días 1º de mayo y 17 de octubre de cada año, el 2% del aguinaldo correspondiente a todos los obreros, y el 1% del total en ese concepto por parte de los empleadores. Un porcentaje de las entradas de cine (Convenio Cinematográfico), el 10% de las ganancias de la Lotería Nacional y los fondos que recibía el Estado de los casinos y demás juegos de azar, el 3% del impuesto establecido a la venta de boletos en el Hipódromo Argentino de Palermo y el producido de multas que obtenía el Estado (la de la sucesión de Otto Bemberg fue la más importante de ellas). A esto debe sumársele diversos subsidios y donaciones –de terrenos y propiedades- otorgados por los Estados nacional y provinciales como también exenciones impositivas de estos a los bienes de la Fundación. Una mirada a la composición de los ingresos de la entidad en 1950 por caso, permite verificar que los mayores aportes provenían de los trabajadores, con un 82%, seguido por los del Estado, con un 16,6 %. Y si bien con los años el porcentaje de la contribución de los trabajadores disminuyó en favor de la del Estado (en 1953 fueron del 56 % y 37 % respectivamente), siguió siendo determinante para el financiamiento de la institución. La obra educativa, sanitaria, de protección a la niñez, la mujer y la ancianidad, turística y deportiva de la Fundación alcanzó a todos los confines del país y estuvo acompañada por una acción propagandística que difundía las tareas desplegadas por la entidad, convirtiéndose de ese modo en un sello de su impronta institucional que agigantó su impacto real, de por sí inmenso. Esta tarea llevada a cabo por la Fundación puede entendérsela además como la contracara de lo que en su momento fue la Sociedad de Beneficencia y los presupuestos ideológicos que durante tantos años la guiaron. Y esto fue así porque
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si esta última trataba de paliar las desventuras de los más desvalidos a través de una labor de características filantrópico-caritativas, la Fundación Eva Perón planteó desde sus inicios contribuir decididamente con sus acciones a lograr instaurar la justicia social en el país, lo que solo sería posible a partir de una progresiva redistribución de la riqueza. En este sentido proporcionó ayuda social a aquellos sectores que, por motivos diversos, estaban fuera del alcance del aparato asistencial estatal o sindical.6 El presidente Perón, en un discurso pronunciado a comienzos de 1951, lo explicitó de la siguiente manera: “La Fundación ha repartido por todo el país sus obras de ayuda social y de asistencia. Sus hogares de tránsito, sus policlínicos, sus proveedurías, sus centros culturales, sus ciudades infantiles y universitarias, sus células mínimas de ayuda social, su sistema rápido de pensiones y subsidios de emergencia complementan con exceso la acción del Estado y de las organizaciones profesionales, y muchas veces el gobierno debe agradecer hondamente esa colaboración que subsana el retardo del sistema burocrático común a todos los Estados”.7 El gobierno de facto surgido del golpe de Estado que derrocó al segundo gobierno constitucional del general Perón en septiembre de 1955, que se autodenominó Revolución Libertadora, tomó una serie de disposiciones que culminaron con la disolución de la Fundación Eva Perón. En primer término, la misma fue intervenida y luego pasó a integrar el Instituto Nacional de Acción Social, de reciente creación. Posteriormente, todos sus bienes muebles e inmuebles y personal pasaron a depender de los ministerios de Asistencia Social, Salud Pública y Educación y Justicia de la Nación y se autorizó a transferir a las provincias las dependencias que estuvieran en sus respectivas jurisdicciones. Sin embargo, nunca se rindió cuenta del destino de los fondos con que contaba la Fundación al momento de su intervención y posterior disolución. Paralelamente, las autoridades dictatoriales procedieron a investigar las supuestas irregularidades del gobierno depuesto, entre ellas, por supuesto, las que atribuían a la Fundación. Pero a pesar de la natural animadversión y deseo de venganza que guiaron dichas investigaciones, ninguna irregularidad pudo ser comprobada en el manejo de las finanzas de la entidad. El modelo de tarea social que instauró Eva Perón, nacido desde su iniciativa personal pero que echaba raíces en lo que puede denominarse “predisposiciones históricas”, traspasó las fronteras de lo meramente asistencial y alcanzó niveles de gran complejidad, con vinculaciones con el poder político, la sociedad, la economía y la cultura, constituyendo una novedad en el desarrollo del campo de la asistencia social en la Argentina.
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La actividad arrolladora que desplegó la Fundación incluyó en su armado factores que le dieron una forma original a su perfil institucional y a su acción, la que involucraba, en el plano ideológico y en el material, un entramado de voluntad personal y de grupo junto a macropolíticas estatales que le permitieron alcanzar de ese modo una praxis única hasta ese momento en el país. La institución tuvo un doble carácter, pues fungió como brazo activo de la política social del gobierno peronista, a la vez que como institución esmerada en la atención y promoción de los sectores más desposeídos de la población. De allí que debe entenderse la tarea de la Fundación como inescindible del proyecto político del peronismo en la medida en que aquella respondía a las necesidades y pautas sociopolíticas de este último.8 La Fundación marcó una forma de hacer que rebasó los límites del tiempo y sin dudas revolucionó, una forma de intervenir desde el Estado en la cuestión social en una época histórica. Fue una manera de hacer política concreta, dinámica y decidida, con una fuerte impronta personal, la de Eva Perón. La Fundación entonces fue el emprendimiento más acabado de política social peronista, siendo en este sentido una forma original, práctica y sobre todo efectiva de hacer y entender la política de asistencia social en la Argentina. En este sentido, su impacto fue enorme, a punto tal que pese a la persistente acción de denostación, descalificación y propaganda adversa propalada por sus detractores a través de los años, permanece en el imaginario colectivo como una marca indeleble de acción necesaria y trascendente en pos de una sociedad más justa y solidaria.
1 PERÓN, Juan D., Obras Completas, Tomo VI, Buenos Aires, Fundación pro Universidad de la Producción y del Trabajo/Fundación Universidad a Distancia “Hernandarias”, 1998, p. 120. Discurso pronunciado el 2 de diciembre de 1943. 2 PERÓN, Eva, La razón de mi vida, Buenos Aires, Peuser, 1951, p. 166. 3 NAVARRO, Marisa, Evita, Buenos Aires, Planeta, 1997, pp. 241-242. 4 PERÓN, Eva, op. cit., pp. 181-182. 5 CAMPINS, Mónica, GAGERO, Horacio y GARRO, Alicia, “La Fundación Eva Perón”, en AA.VV., Estado, Corporativismo y acción social en Brasil, Argentina y Uruguay, Buenos Aires, Editorial Biblos/ Fundación Simón Rodríguez, 1992, pp. 62-63. 6 PLOTKIN, Mariano B., Mañana es San Perón, Buenos Aires, Ariel, 1994, p. 215. 7 PERÓN, Juan D., op. cit., Tomo XIV, Volumen 1, 1999, p. 141. Discurso pronunciado en Buenos Aires el 11 de marzo de 1951 al declarar inaugurada la III Reunión Internacional de Seguridad Social. 8 FERIOLI, Néstor, La Fundación Eva Perón, tomo 2, Buenos Aires, CEAL, 1990, p. 172.
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Ilustraci贸n referida a la ayuda social propiciada por Evita (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana)
Eva Per贸n atendiendo solicitudes de ayuda en su despacho de la Secretar铆a de Trabajo y Previsi贸n (c. 1949)
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se hace presente la ayuda social
Donde hay un dolor
Ilustraci贸n referida a la ayuda social brindada por la Fundaci贸n Eva Per贸n (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana),
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Agradecimiento a Evita de una beneficiaria de ayuda otorgada por la Fundaci贸n (c. 1950)
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Evita atendiendo solicitudes de ayuda acompa単ada por su secretario privado, Atilio Renzi (arriba) y en su despacho (a la derecha)
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Evita atendiendo solicitudes de ayuda
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Nota a un contribuyente de la Fundaci贸n (revista Mundo Peronista N潞 67, 15/06/1954),
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Evita atendiendo pedidos de ayuda (derecha y abajo)
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limosna no
Ayuda social s铆,
Ilustraci贸n sobre la ayuda social como antag贸nica de la limosna (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana)
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Propaganda de las actividades de la Fundaci贸n Eva Per贸n (revista Mundo Peronista N潞 79, 01/01/1955)
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Noticia sobre la Fundaciรณn aparecida en el diario El Argentino (06/12/1950)
Evita y Alfredo Gรณmez Morales, Ministro de Finanzas de la Naciรณn, reciben una donaciรณn para la Fundaciรณn (26/12/1949)
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Sede de la Fundación Eva Perón sita en la intersección de las avenidas Paseo Colón e Independencia de la ciudad de Buenos Aires (c. 1953). Se comenzó a construir en 1950 y se terminó luego del derrocamiento del peronismo, por lo que el edificio fue cedido a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires
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CAPITULO II
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“Esta satisfacción que siento llega a mi corazón de descamisada, de mujer de pueblo, porque sé el sacrificio que ha realizado este pueblo maravilloso que forja la grandeza de la Argentina, que todo lo dio y al que durante tantos años se le negó hasta el derecho de ser asistido cuando lo abatía la enfermedad” Eva Perón, 03/06/1948
CAPITULO II Salud La situación sanitaria del país comenzó a transformarse con la llegada del peronismo al gobierno; su primer avance fue la creación en 1946 de la Secretaria de Salud Pública de la Nación –Ministerio desde 1949–, que reemplazó al antiguo Departamento Nacional de Higiene. Este organismo, a cuyo cargo fue designado el Dr. Ramón Carrillo, conjuntamente con la Fundación Eva Perón, hicieron realidad las ideas de la justicia social proclamadas por la administración peronista. Esta debió afrontar desde un comienzo un largo deterioro sanitario por la falta de abastecimiento en los rubros elementales para el desarrollo de la medicina, a lo que se sumaban las epidemias y endemias graves que aquejaban a la población, como la tuberculosis, el paludismo, el mal de chagas y la lepra entre otras. Para ello, Carrillo elaboró el “Plan Analítico de Salud Pública”, donde se dieron a conocer los lineamientos fundamentales de la tarea a encarar, que permitió además la colaboración y el trabajo conjunto –a veces no exento de roces burocráticos-, con la Fundación. Esta última, y atento a las finalidades que tenía en materia de salud, es decir la creación e innovación de establecimientos hospitalarios, formación de profesionales de la salud, cuidado médico preventivo y curativo para los sectores más necesitados de la población, construyó un total de cuatro policlínicos en la provincia de Buenos Aires: el “22 de Agosto” en Ezeiza, inaugurado en 1951, y tres ‘gemelos’, el “Presidente Perón” en Avellaneda (1951), el “Evita” en Lanús (1952) y el “Eva Perón” en San Martín (1954). La capacidad de cada una de ellos superaba las 500 camas y estaban equipados con tecnología de última generación, médicos de alto nivel y brindaban un servicio permanente y gratuito. El de Avellaneda por caso, dirigido por el Dr. Ricardo Finochietto, constaba de cinco cuerpos de cinco pisos cada uno que albergaba un total de 550 camas y una dotación de casi 1.500 personas: 218 médicos, 639 técnicos y enfermeras, 490 mucamas y personal de maestranza y 134 administrativos. Y en su entrada principal podía leerse la leyenda: “Queremos hospitales humanizados”, toda una definición de lo que pretendía la Fundación para sus unidades hospitalarias. Asimismo, la entidad estipuló que en los policlínicos no se autorizaba la entronización de imágenes religiosas a fin de no menoscabar el credo o religión de cualquier paciente o
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visitante, aunque sí se permitía a los asistidos colocar en sus mesas-velador, armarios o guardarropas los símbolos religiosos de su preferencia. Otros policlínicos levantó la Fundación en las provincias de Salta, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero, San Juan, Catamarca, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe, además de dos clínicas de recuperación infantil, una en Terma de Reyes, provincia de Jujuy, y otra en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, y el pabellón de enfermos infecciosos de Haedo, también en Buenos Aires. De los comenzados a construir o proyectados al momento del golpe de Estado de 1955, resulta emblemático el Policlínico para Niños y Lactantes en Capital Federal ubicado en las calles Warnes y Chorroarín del barrio de Paternal, que sería el más grande y mejor equipado de Sudamérica: su construcción estaba avanzada cuando las nuevas autoridades de facto detuvieron las obras y permitieron su abandono. Una mirada sobre todos los establecimientos hospitalarios de la Fundación muestran el empeño de Evita en realizar construcciones modernas, amplias, luminosas, cuidando particularmente los detalles, sobre todo en lo referido a la atención de los niños, que estaban internados en salas decoradas con motivos infantiles y con maestros para apoyar sus estudios. Así, el contraste con los hospitales públicos construidos en el pasado no podía ser más evidente, pues venía a demostrar la labor de la Fundación tendiente a satisfacer las necesidades esenciales para una vida digna de las clases sociales menos favorecidas. Con respecto a la formación de profesionales en la atención hospitalaria, hacia mediados de la década del ‘40 se contaba con unas 8.000 enfermeras en todo el país, gran parte de las cuales ejercían su labor sin certificados ni preparación científica. Aquí se observa la importancia de la Escuela de Enfermeras “7 de mayo”, que se integró a la Fundación Eva Perón en 1950, en lo concerniente a una organización adecuada para la formación de enfermeras, pues pasó a formar parte de una institución que le brindó una estructura y centralización adecuadas. La Escuela de Enfermeras era una entidad que había creado la Sociedad de Beneficencia de la Capital Federal, pero con la llegada del peronismo al gobierno se hizo necesario actualizar tanto sus planes de estudios como el perfil de las egresadas teniendo en cuenta los principios de justicia social invocados por aquel. Bajo la dirección de Teresa Fiora se organizó en poco tiempo la Escuela de Enfermeras de la Fundación, cuyo plan de estudios contemplaba doce ma-
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terias en el ciclo de grado, distribuidas en dos años, a saber: Higiene y Epidemiología; Anatomía y Fisiología; Semiología; Patología General y Terapéutica; y Defensa Nacional y Calamidades Públicas en el primer año. Primeros Auxilios; Enfermería Médica y Quirúrgica; Obstétrica; Ginecología; Puericultura; Dietética y Medicina Social en segundo año. Las alumnas podían ser externas o internas y los requisitos eran tener 16 años de edad como mínimo y haber completado la escuela primaria. La Escuela contó con jóvenes que provenían de diversas provincias argentinas como también de países extranjeros. En su formación estaban incluidas clases de conducción de vehículos, pues los únicos automotores con que contaba la Fundación eran precisamente los de la Escuela de Enfermeras: ambulancias, motocicletas, jeeps y camiones. Completaba la formación un posgrado de dos años más de estudio que incluía prácticas hospitalarias en distintas especialidades como Transfusoras, Auxiliar de Hemoterapia, Identificación al Recién Nacido, Auxiliar de Anestesista, Secretariado de Sala, Neurología y Psiquiatría, Ayudante de Laboratorio, Auxiliar de Radiología, Higienista Dental y Asistente Dental. Cabe señalar que en un primer momento, la Escuela no poseía una instalación definitiva, por lo que se dictaban las clases en el Instituto de Maternidad Peralta Ramos, en tanto que el internado funcionaba en un pabellón de la Casa Cuna. Posteriormente, y hasta 1955, la sede central de la Escuela se trasladó a la Av. Callao 1218 de la Capital Federal, mientras que desde 1952 el internado funcionó en un complejo edilicio establecido en Ezeiza. Entre 1949 y 1955 egresaron un total de 1.279 enfermeras, 848 completaron el curso de posgrado con sus correspondientes prácticas, y 432 alumnas completaron las diversas especializaciones como perfeccionamiento a sus conocimientos básicos. Para el año 1951 la Fundación inauguró un nuevo estilo de atención médica, el Tren Sanitario “Eva Perón”, que comenzó a funcionar en el mes de agosto. Este hospital rodante formado por una locomotora y nueve vagones con una dotación de 46 personas –médicos, enfermeras, etc.- prestó servicios gratuitos de vacunación antituberculosa, ginecología, obstetricia, odontología, oftalmología, rayos X y clínica general. El Tren recorrió las provincias del centro y norte del país asistiendo a una enorme cantidad de personas, enviándose a los centros de atención médica más cercanos a los pacientes que necesitaban internación.
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Ilustración sobre los Hospitales Policlínicos proyectados y en construcción en todo el país por parte de la Fundación (La Nación Argentina. Justa, libre, soberana)
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Vista de Policlínico en construcción y enfermeras recién recibidas en la puerta del “Eva Perón” de San Martín (c. 1955)
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Enfermeras en práctica de laboratorio (derecha) y Policlínico de niños “Presidente Perón” de Catamarca (1950) (abajo)
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Público asistente al acto de inauguración del Policlínico “Evita” de Lanús (30/08/1952)
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El Gral. Perón, hace uso de la palabra en el acto de inauguración del Policlínico “Evita” de Lanús (30/08/1952) (arriba). Nota de Eva Perón por la cual se designa al ministro de Salud, Dr. Ramón Carrillo, asesor de la Fundación (1951) (derecha)
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El Policlínico “Evita” de Lanús en el momento de su inauguración (30/08/1952)
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Vista aérea del Policlínico “Presidente Perón” de Avellaneda (1951)
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Frente del Policlínico “Presidente Perón” de Avellaneda (1951)
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Alumnas de la Escuela de Enfermeras en el internado de la misma (c. 1952)
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Alumnas de la Escuela de Enfermeras en el internado de la misma (c. 1952)
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Alumnas de la Escuela de Enfermeras (arriba). Certificado de trabajo de una enfermera del Policlínico “Eva Perón” de San Martín (1955)
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Acto inaugural de la Casa de la Enfermera (1950) (arriba). Capacitaci贸n de alumnas de la Escuela de Enfermeras (derecha)
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Alumnas de la Escuela de Enfermeras en clase (arriba) y lista de las mismas con datos personales (derecha)
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Alumnas de la Escuela de Enfermeras en plena capacitaci贸n profesional
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Propaganda de la Escuela de Enfermeras de la Fundaci贸n
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Vista parcial del Policlínico “Eva Perón” de San Martín (izquierda). Fachada de la Escuela de Enfermeras (c. 1952) (abajo)
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Desfile de vehĂculos motorizados de la Escuela de Enfermeras
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Evita junto a enfermeras reciĂŠn recibidas
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Unidades ambulatorias de la Escuela de Enfermeras de la Fundaci贸n
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Desfile de vehĂculos motorizados de la Escuela de Enfermeras
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Desfiles de enfermeras de la Fundaci贸n frente al Cabildo de Buenos Aires (25/05/1952) (izquierda) y con perros adiestrados para cat谩strofes (26/05/1951) (abajo)
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Ceremonia de bendici贸n de equipos m茅dicos (arriba). Traslado de enfermo en ambulancia de la Fundaci贸n (derecha)
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Equipo m茅dico ambulante de la Fundaci贸n llegando a un barrio del conurbano bonaerense y distintivo de la Escuela de Enfermeras (c. 1953)
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Enfermeras de la Fundaci贸n en plena labor de atenci贸n m茅dica
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Enfermeras de la Fundaci贸n en plena labor de atenci贸n m茅dica
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Enfermeras de la Fundaci贸n atendiendo pacientes (1950) (arriba), e ingresando al Hospital Rivadavia de la Capital Federal (c. 1951) (izquierda)
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Difusi贸n de la labor del Tren Sanitario (revista Mundo Peronista N潞 3, 15/08/1951)
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Partida del Tren Sanitario de la estaciĂłn Retiro de Buenos Aires al norte del paĂs (01/08/1951) (arriba). MĂŠdicos y enfermeras en uno de los vagones del Tren (derecha)
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El Tren Sanitario en la provincia de Tucum谩n (1951) y aficheta de difusi贸n del mismo en la provincia de Santiago del Estero (1953) (arriba). Personal m茅dico y enfermeras de la Fundaci贸n en la partida del Tren Sanitario (c. 1952) (abajo)
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Personal médico y de enfermería de la Fundación partiendo del aeropuerto de Ezeiza con destino a Colombia y Perú, países que sufrieron terremotos de magnitud (1950) (arriba). Enfermeras cargando medicamentos con destino a Bolivia para socorrer a la víctimas de la violencia política (1952) (izquierda)
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CAPITULO III
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“De las generaciones que nos sucederán son inmediatos representantes los niños, que acuden a las aulas a mirarse en el espejo de nuestro ejemplo y a beneficiarse de nuestra sabiduría. En el servicio de esas generaciones debemos, pues, empeñar todos nuestros esfuerzos” Eva Perón, 29/04/1947
CAPITULO III Educación Las profundas transformaciones en materia social, económica y cultural producidas durante el primer peronismo fueron acompañadas por una política educativa acorde. El aumento de la matrícula escolar en todo el país fue consecuente con la construcción de establecimientos educativos, entre ellos los que levantó la Fundación Eva Perón. La entidad construyó un total de veinte Hogares Escuela en varias ciudades del país, los que tenían por objeto propender el cuidado de aquellos niños de escasos recursos que, debiendo cumplir con la obligatoriedad escolar, se veían impedidos de ello por vivir en zonas de población dispersa, separadas por una gran distancia de la escuela pública o por habitar en zonas desfavorables. Una vez erigido e inaugurado el Hogar Escuela, se informaba a la población del lugar mediante la prensa periódica, las unidades básicas del Partido Peronista Femenino o a través de la Fundación. Los padres interesados debían inscribir a sus hijos e hijas en el Registro de Admisión por medio de una carta enviada directamente a Evita. Las solicitudes se clasificaban y, antes de la inauguración, las asistentes sociales visitaban los hogares de las familias para corroborar el domicilio y la situación socioeconómica. Elaborado el informe, la admisión del niño era aprobado por la Fundación, previo acuerdo entre el Jefe del Departamento de Educación de la entidad y el director del Hogar Escuela. Las prioridades para el ingreso, de acuerdo a sus reglamentos, estaban jerarquizadas según “abandono material o moral”, enfermedad de los padres, tutores o encargados, situación de indigencia, orfandad, desintegración del núcleo familiar, cuestiones ambientales, desocupación de los padres, incapacidad de los mayores a cargo, edad avanzada de los padres o tutores, reclusión de los encargados por delitos comunes. A los establecimientos del interior del país podían ingresar niños desde los cuatro hasta los diez años, mientras que a los de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, la admisión era a partir de los seis años. Los Hogares Escuela funcionaban con dos modalidades: la de los niños internos,
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provenientes de los hogares más pobres y alejados, y la de los externos, que eran la de niños de las localidades vecinas al hogar. En lo educacional, los Hogares Escuela sólo funcionaban como una escuela complementaria, ya que los niños asistían a sus clases regulares en escuelas estatales, tanto provinciales como nacionales según el distrito correspondiente, realizándose el traslado en vehículos que la Fundación tenía para esos fines. Mientras estaban en el Hogar Escuela, las maestras de grado reforzaban y ampliaban los contenidos, así como las maestras especiales organizaban actividades recreativas como bailes nativos, música folklórica, manualidades, dibujo y educación física. En 1952, unos 16.000 niños y niñas concurrían a los Hogares Escuela de la Fundación. La Ciudad Infantil “Amanda Allen” era una urbe en miniatura que fue inaugurada el 14 de julio de 1949 ubicada en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, en el predio de dos manzanas que deslindan las calles Echeverría, Húsares, Juramento y Ramsay. Como establecimiento educacional, rompía con toda la formalidad de la concepción liberal, ya que proponía una formación integral del niño y no la instrucción particular en diversas materias. Desde su estructura formal se presentaba como una ciudad al tamaño de los niños sobre la que se aplicaba una didáctica de la educación inicial basada en los principios de Friedrich Froëbel, Ovidio Decroly o María Montessori. Como precursores de la formación en la primera infancia, sus métodos se introdujeron para utilizar el juego como el medio más adecuado para lograr los objetivos pedagógicos mediante el fomento de la creatividad de los infantes, potenciando su libertad y su capacidad de acción. Al igual que en los Hogares Escuela, había niños internos y externos en edad preescolar, cumpliendo con las prioridades que establecía el reglamento de admisión. En 1955, la dictadura militar que derrocó al gobierno peronista desalojó a los niños del interior del país que vivían en la Ciudad y convirtió a la misma en el Jardín de Infantes Nº 1, que luego fue sede de la Asociación Liga contra la Parálisis Infantil y actualmente alberga al Instituto de Rehabilitación Psicofísica. Otro establecimiento educacional de suma importancia, también ubicado en la ciudad de Buenos Aires fue la Ciudad Estudiantil “Presidente Perón”, inaugurada el 27 de octubre de 1951 y destinada a jóvenes estudiantes. Su finalidad era capacitarlos para llegar a ser futuros dirigentes a través de una formación teórico-práctica con énfasis en temas relacionados con las ciencias sociales y la tecnología. Los estudiantes compartían clases de historia que eran dictadas
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por profesores universitarios, escritores y ministros del gobierno. También participaban de las clases que organizaba la Academia de Estudios Políticos, en la que se estudiaban los aspectos más relevantes de la política nacional e internacional. Al igual que en la Ciudad Infantil, había residentes internos y asistentes externos. Aquellos jóvenes mayores de doce años, residentes en el interior del país, que se encontraban cursando sus estudios del nivel secundario, permanecían como internos. Los externos residían en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires y, aunque volvían a sus hogares, gozaban de las mismas prerrogativas que los internos. En 1955, tras el golpe militar, la Ciudad Estudiantil fue desalojada y se convirtió en lugar de detención de dirigentes políticos y sindicales peronistas. Iniciativas como el Plan “Mil Escuelas” de la Fundación Eva Perón, sumado a las medidas impulsadas por el Estado, permitieron la edificación de escuelas de educación de primera enseñanza, secundaria, técnico-profesionales, universidades y academias. Para 1953 habían llegado a construir 410 escuelas de tipo rural en las zonas más necesitadas del país. Según este Plan, la Fundación se encargaba de la construcción y administración de las obras para luego transferirlas al Ministerio de Educación de la Nación. No puede dejar de mencionarse en este aspecto, los comedores escolares habilitados y sostenidos por la Fundación, que alcanzaban los 4000 en 1948; en paralelo a los mismos, funcionaban consultorios médicos y odontológicos. Con el mismo espíritu, la Fundación se propuso la construcción de Ciudades Universitarias en Mendoza y Córdoba. Esta última, cuyo proyecto fue elaborado por el Arq. Jorge Sabaté, estaba en plena construcción cuando el golpe de Estado en 1955, que retrasó su finalización. También debe consignarse que la Fundación solventó la edición de apuntes de clases que se distribuían a los alumnos de las distintas universidades del país a través de la Confederación General Universitaria, además de efectuar donaciones de útiles y material didáctico.
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Ilustraci贸n que refiere a los Hogares Escuela en construcci贸n y proyectados para todo el territorio nacional por parte de la Fundaci贸n (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana)
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Niños jugando y preparándose para dormir en el Hogar Escuela “Coronel Juan Domingo Perón” de la ciudad de San Salvador de Jujuy (c. 1950)
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Niños jugando en el Hogar Escuela “17 de octubre” de la ciudad de Mendoza (izquierda) y vista aérea del mismo establecimiento (abajo)
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Niños en clase en el Hogar Escuela “Coronel Juan Perón” de la ciudad de Salta (c. 1952) (derecha). Construcción del techo del edificio de dicho Hogar (abajo)
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Detalles de las construcciones de los Hogares Escuela “Coronel Perón” de la ciudad de San Juan (inaugurado en 1953) (arriba) y “22 de agosto” de Villa Mercedes, provincia de San Luis (inaugurado en 1952) (izquierda)
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Vistas de los Hogares Escuela “Presidente Perón” de San Miguel de Tucumán (inaugurado en 1950) (derecha) y “Presidente Perón” de Santiago del Estero (c. 1950) (abajo)
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Obreros trabajando en la construcción del Hogar Escuela “Presidente Juan Perón” de la ciudad de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut (arriba). Niños tomando clases de arte en el Hogar Escuela “Coronel Juan Domingo Perón” de Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe (inaugurado en 1952) (derecha)
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Hogar Escuela “Presidente Perón” de Santiago del Estero (inaugurado en 1950) (izquierda). Vista panorámica del Hogar Escuela “17 de octubre” de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca (abajo)
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Otra vista del Hogar Escuela “17 de octubre” de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca (arriba) y piscina del Hogar Escuela “General Juan Perón” de la ciudad de Córdoba (c. 1952) (izquierda)
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Hogar Escuela “Presidente Perón” de la ciudad de Córdoba (entrada, cocina, teatro y consultorio médico) (c. 1952)
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Niños jugando al fútbol en el Hogar Escuela “Presidente Perón” de San Miguel de Tucumán (arriba). Escuela construida por la Fundación en la localidad de Monte Chingolo, partido de Lanús, provincia de Buenos Aires (1948) (abajo)
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Portada de la publicación oficial de la Fundación referida a la Ciudad Infantil “Amanda Allen”
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Ni単os y ni単as de la Ciudad Infantil merendando (arriba) y presenciando una obra de teatro (izquierda)
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Edificio sede de la Municipalidad de la Ciudad Infantil
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Maestras junto a sus alumnos (izquierda) y niĂąos recibiendo regalos en el DĂa de Reyes (c. 1950) (abajo)
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J贸venes de la Ciudad Estudiantil visitando a los ni帽os de la Ciudad Infantil
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Maestras de la Ciudad Infantil junto a sus alumnas en una visita educativa al Rosedal de Palermo (izquierda). Ni単os y ni単as de la Ciudad realizando una ofrenda floral a Evita en el primer aniversario de su fallecimiento (26/07/1953)
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Enfermeras y maestras de la Ciudad Infantil (derecha). Niños y niñas de la Ciudad recibiendo regalos en el Día de Reyes (c. 1951)
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Ni単os y ni単as de la Ciudad Infantil disfrutando de una obra de teatro (arriba) y jugando en los jardines de la misma (derecha)
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Ni単os y ni単as de la Ciudad Infantil disfrutando de una obra de teatro
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Niños y niñas almorzando en la Ciudad Infantil (izquierda). Eva Perón junto al príncipe Bernardo de Holanda de visita en la Ciudad (04/04/1951) (abajo)
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Fichas médicas de niños y niñas de la Ciudad Infantil
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Eva Perón junto a María Delgado de Odría, esposa del presidente del Perú Manuel Odría, de visita en la Ciudad Infantil (1950)
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Entrada de la Ciudad Estudiantil “Presidente Perón” y vista aérea de la misma (1951)
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Edificio principal y pileta de la Ciudad Estudiantil
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Gimnasio y comedor de la Ciudad Estudiantil
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Apuntes de clase para estudiantes universitarios editados por la Fundaci贸n Eva Per贸n
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Ciudad Universitaria de Cรณrdoba: imรกgenes de su construcciรณn (c. 1954) e ilustraciรณn de difusiรณn (La Nueva Argentina. Justa, libre, soberana)
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CAPITULO IV
“El Hogar de Tránsito de la Ayuda Social ampara al necesitado y al que momentáneamente no tiene hogar. Lo acoge todo el tiempo que sea necesario hasta que la Ayuda Social le encuentre trabajo y le proporcione vivienda, para que pueda llevar una vida tranquila y sentirse orgulloso de ser argentino” Eva Perón, 19/06/1948
CAPITULO IV Acción social Las preocupaciones de Eva Perón por la situación de las mujeres desamparadas y la ancianidad desvalida se manifestaron tempranamente, tanto como las respuestas que desde la Fundación –y aún antes de que se creara formalmente esta- se dieron en esa dirección, tal fue la habilitación de Hogares de Tránsito, Hogares de Ancianos y el Hogar de la Empleada. Los Hogares de Tránsito habían sido asilos dependientes de la Sociedad de Beneficencia a los que el interventor de esta, Armando Méndez San Martín, transfirió a la Fundación. Refaccionados y reestructurados totalmente, se inauguraron tres en el transcurso del año 1948, todos sitos en la Capital Federal: el Nº 1 en la calle Carlos Calvo 102, el Nº 2 en Lafinur 2988 y el Nº 3 en Austria 2561, los que contaban con entre 70 y 90 camas cada uno más las cunas de los bebés. Estos Hogares brindaban alojamiento temporario, comida y asistencia médica gratuita a mujeres desamparadas, especialmente madres solteras, viudas o separadas –también a ancianos-, mientras se trataba de ayudarlas para superar la situación que padecían. Es decir, el ambiente era cálido y acogedor, todo lo contrario a un asilo tradicional, donde se dictaban clases de dactilografía, costura y otras labores en tanto que los niños realizaban actividades de recreación, se les exhibían películas y se les impartía educación a través de maestros. La asistencia espiritual en los Hogares estaba a cargo de las Hermanas del Huerto, que además se ocupaban del economato de los mismos. En el Hogar Nº 2 se oficiaba misa y se celebraban bautismos, comuniones y casamientos, generalmente a cargo del padre Hernán Benítez, confesor de Eva Perón. Las células mínimas de la Fundación se ocupaban los problemas que aquejaban a quienes se alojaban en los Hogares y viabilizaban la solución de los mismos, estos es, según los casos, conseguirles vivienda, reintegrarlos a sus respectivas familias, conseguirles trabajo, internarlos en hospitales para su tratamiento médico, otorgarles subsidios y pasajes para viajar al interior del país, internarlos en hogares de ancianos, conseguirles pensiones, proveerlos de vestimenta, do-
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tarlos de prótesis diversas, etc. De acuerdo a la Memoria de la Fundación, en 1954 ingresaron a los Hogares de Tránsito 2.880 personas. Consecuente con los Derechos de la Ancianidad proclamados por Eva Perón e incorporados a la Constitución Nacional sancionada en 1949, la Fundación inauguró el 17 de octubre de 1948 el Hogar de Ancianos “Coronel Perón”, ubicado en la localidad bonaerense de Burzaco. El mismo ocupaba 32 hectáreas donde se levantaba un edificio de seis pabellones con capacidad para 350 internos; constaba de dormitorios, salones de esparcimiento, salón comedor, cocina, enfermería, despensa, servicios sanitarios, consultorio médico y odontológico, biblioteca, lavandería, sala de costura, talleres de cestería, escobería, imprenta y sastrería. El Hogar poseía también un tambo y una granja para abastecer sus necesidades. Los ancianos que lo deseaban podían trabajar, siendo esta tarea remunerada consistente en el 75 % del valor de lo producido. La idea que guiaba al Hogar era que los ancianos se sintiesen útiles a sí mismos y a la comunidad en la medida de sus propias fuerzas. Había un porcentaje de internos totalmente inválidos que transcurrían sus días realizando actividades de esparcimiento. El Hogar era atendido por 80 empleados remunerados por la Fundación y la asistencia espiritual la brindaban las Hermanas de la Caridad. Al momento del golpe de Estado de 1955, estaban en construcción tres Hogares más ubicados en Córdoba, Santa Fe y Tucumán y proyectados otros dos, uno en San Juan y otro en Comodoro Rivadavia, los que albergarían entre 220 y 300 personas cada uno. La política llevada adelante por la Fundación dirigida a los ancianos, contempló también el otorgamiento de pensiones a la vejez, las que estaban destinadas a personas de más de 60 años que no tuvieran recursos o no estuvieran amparados por regímenes de previsión. Luego de lograr la sanción de la ley en el Congreso, el 3 de julio de 1950, en un acto en el Teatro Colón, Evita entregó las primeras 1000 pensiones. A mediados de 1953, aproximadamente 32.000 personas en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires habían recibido estas pensiones; al año siguiente, otros 7.000 ancianos se vieron beneficiados. Para atender a las mujeres trabajadoras de escasos recursos a las que se les brindaba alojamiento y/o comida, la Fundación inauguró el 30 de diciembre de 1949 el Hogar de la Empleada, sito en Av. de Mayo 869 de la Capital Federal. Era este un edificio de once pisos, nueve de los cuales estaban destinados a cómodos dormitorios que ofrecía alojamiento y comida a unas 500 mujeres jó-
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venes a un precio accesible, donde las condiciones de admisión eran acreditar un sueldo inferior a $ 500 de la época y no tener parientes directos en la Capital Federal. Cada piso tenía un estilo decorativo diferente, lo mismo que su mobiliario: francés, vienés, provenzal, moderno, etc. En el primer piso funcionaban la biblioteca, la sala de costura y la sala de música y en el último los consultorios médicos y odontológicos. El Hogar administraba un comedor y un restaurante; el primero funcionaba en el entrepiso y era de ingreso libre para hombres y mujeres que acreditaran su lugar de trabajo o presentaran el carnet sindical. Allí solía ir a cenar Eva Perón al finalizar su jornada de trabajo en la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde presidía reuniones informales a la que se daban cita escritores, poetas y artistas que simpatizaban con el movimiento político gobernante, en lo que se conoce como Peña “Eva Perón”. El segundo, ubicado en la planta baja, era de acceso libre con menú a la carta y su ambiente estaba amenizado por una orquesta con un precio promedio de cualquier restaurante de la época. El régimen de pensión y convivencia del Hogar fue atípico en relación a lo que tradicionalmente se concebía para este tipo de lugares, generalmente dependientes de la Iglesia Católica. De allí que desde el antiperonismo se argumentaba que su principal objetivo era competir con la Casa de la Empleada, creada por Monseñor Miguel De Andrea a comienzos de la década del ’20, que funcionaba a pocas cuadras del Hogar.
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El 28 de agosto de 1948 Eva Per贸n proclam贸 el Dec谩logo de los Derechos de la Ancianidad, que fueron incorporados a la Constituci贸n Nacional de 1949
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Evita atendiendo a una anciana en un acto p煤blico (derecha), y junto al Gral. Per贸n saludando a otra (abajo)
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Eva Per贸n entregando pensiones a la vejez
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Pensi贸n inembargable a la vejez Ilustraci贸n que refiere a la inembargabilidad de las pensiones a la vejez (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana)
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Hogares de ancianos y ancianas Ilustraci贸n que informa sobre los Hogares de Ancianos en construcci贸n y proyectados en distintas provincias del pa铆s (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana)
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Portada de la publicación oficial de la Fundación sobre el Hogar de Ancianos “Coronel Perón” de Burzaco, partido de Almirante Brown, provincia de Buenos Aires
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Vehículo de la Fundación ingresando al Hogar de Ancianos “Coronel Perón” (arriba) y abuelos que vivían en el mismo jugando a las cartas (derecha)
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Ancianos disfrutando del aire libre en el parque del Hogar de Ancianos “Coronel Perón”
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Hogares de tránsito Ilustración sobre los Hogares de Tránsito de la Fundación y la atención que allí se brindaba a las mujeres en situación de riesgo (La Nación Argentina. Justa, libre, soberana)
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NiĂąos jugando en la sala principal del Hogar de TrĂĄnsito NÂş 1 (izquierda) y uno de los dormitorios del mismo (abajo)
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Visita de Eva Perรณn al Hogar de Trรกnsito Nยบ 1 (c. 1948)
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Vistas del interior y del patio del Hogar de Trรกnsito Nยบ 1 (c. 1948)
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Fachada del Hogar de Tránsito Nº 2 “Luisa Komel” (actual Museo Evita) (arriba). El padre Hernán Benítez, confesor de Eva Perón, en ceremonia de bautizo de niños (25/06/1951)
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Aseo y juego de niños en el Hogar de Tránsito Nº 2
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Madres con sus hijos en el patio andaluz del Hogar de TrĂĄnsito NÂş 2 (izquierda). NiĂąos jugando en el patio del mismo (abajo)
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Evita en ceremonia de niñas que toman su primera comunión (19/01/1949) (arriba) y en bautismo acompañada del Gral. Perón (abajo), en el Hogar de Tránsito Nº 2
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NiĂąos a punto de dormir en el Hogar de TrĂĄnsito NÂş 2 (arriba) y Evita con cocineras en la cocina del mismo (c. 1951)
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Madres con sus hijos en el patio del Hogar de TrĂĄnsito NÂş 2 (derecha) y guarderĂa del mismo (abajo)
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Evita en ceremonia de primera comunión de niñas del Hogar de Tránsito Nº 2
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Fachada del Hogar de Trรกnsito Nยบ 3 (c. 1948) (arriba) y Eva Perรณn de visita en el mismo (abajo)
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Madres con sus hijos en la sala principal del Hogar de Trรกnsito Nยบ 3
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Salรณn comedor y uno de los dormitorios del Hogar de Trรกnsito Nยบ 3
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Eva Perรณn de visita en el Hogar de Trรกnsito Nยบ 3
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Frente del edificio -en construccióndel Hogar de la Empleada “José de San Martín” (c. 1949)
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Mujeres y hombres haciendo cola para ingresar al comedor del Hogar de la Empleada (20/01/1950) (arriba). Ni単os salte単os almorzando el mismo (27/10/1950)
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Dos vistas del restaurante del Hogar de la Empleada repleto de comensales (arriba actuando una orquesta) (1950)
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Men煤 de la cena de inauguraci贸n del restaurante del Hogar de la Empleada (30/12/1949) (arriba). Vista de la cocina del mismo (1950) (izquierda)
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Despedida de soltera de una de las pensionistas del Hogar de la Empleada (05/04/1954) (arriba). Comensales esperando turno para almorzar (19/01/1950) (abajo)
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Eva Per贸n dialoga con el canciller del L铆bano, Felipe Bey Tackla (26/04/1950) en el Hogar de la Empleada (arriba) y sal贸n de lectura y m煤sica del mismo (derecha)
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CAPITULO V
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“Quiero expresarles, por otra parte, que deben tener ustedes en su mente la idea de que el equipo que obtenga el triunfo representará, en conjunto, a toda la niñez argentina, pues en este Campeonato Infantil no hay vencidos ni vencedores” Eva Perón, 15/02/1950
CAPITULO V Turismo y deportes “Las bellezas de la Patria al alcance del pueblo” rezaba una de las consignas oficiales del primer peronismo a fines de los años ´40 del siglo pasado. El impulso estatal en materia turística del gobierno justicialista se hizo efectivo a partir de una fuerte interacción con los sindicatos y con la Fundación Eva Perón. El turismo social desarrollado se apoyó en las colonias de vacaciones y hoteles administrados por la Fundación, en los convenios de ésta con los gobiernos provinciales – y sectores privados - para albergar gratis a niños, jóvenes y familias, y en la participación de los sindicatos en materia de hotelería. A instancias de la Fundación, comenzaron a viajar a centros turísticos contingentes de chicos que fueron aumentando paulatinamente. Una de las imágenes más recordadas fue la de los niños y niñas santiagueños, quienes pudieron conocer el mar alojándose en Chapadmalal, provincia de Buenos Aires. Este complejo, ubicado a unos 40 kilómetros de Mar del Plata, ocupaba 600 hectáreas con 9 edificios, de los cuales uno, con capacidad para 800 plazas, estaba destinado exclusivamente a los niños, mientras que los restantes, con una capacidad total de 2.800 plazas, eran para familias obreras. Chapadmalal poseía también un complejo de bungalows para alojar a 76 personas, además de frigorífico y panadería para abastecer a todos los veraneantes. Los niños contaban con un sector de playas especialmente reservada y sus edades iban de dos a seis años organizados en grupos a cargo de una institutriz. Entre los meses de diciembre a marzo se desplazaban en grupos de quinientos renovables por quincena, llegando a destino a través del ferrocarril. El otro complejo estaba en Embalse Río Tercero, a 630 metros sobre el nivel del mar en el valle de Calamuchita, provincia de Córdoba, y constaba de seis hoteles con una capacidad de 2000 personas cada uno, 34 casas con 88 plazas y 45 bungalows con 209. El procedimiento para conseguir estadía, descanso y esparcimiento era solicitar un turno a la Fundación y esperar ser llamado, pues se privilegiaba a las familias de bajos recursos.
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En el año 1953 se inauguró la unidad turística de Alta Montaña en la localidad de Puente del Inca, provincia de Mendoza, con dos establecimientos: la Hostería 17 de Octubre y el Hotel Termas. Las plazas se ofrecían a través de la CGT a los distintos gremios y a sus afiliados directos. El gobierno justicialista brindó un decidido apoyo al deporte amateur y federado, que se canalizó en gran medida a través de la Fundación Eva Perón, esta organizó los Campeonatos Infantiles “Evita” y Juveniles “Juan Perón”, que acercaron a la niñez y la juventud al proyecto inclusivo peronista. Los Campeonatos Infantiles comenzaron en 1948 siendo simples competencias de fútbol para niños de entre 11 y 15 años, a los que se sumaron desde 1953 los campeonatos juveniles para jóvenes de entre 15 y 18. Del primer certamen infantil participaron unos 15.000 niños de Capital Federal y Gran Buenos Aires, que aumentaron a 100.000 provenientes de todo el país en 1949 y a 120.000 al año siguiente. En 1953 se integraron las niñas y aumentaron la cantidad de disciplinas deportivas, que para 1955 eran: ajedrez, atletismo, básquetbol, esgrima, fútbol, gimnasia, natación, pelota a paleta, saltos ornamentales, tiro deportivo y waterpolo. La Fundación cubría todos los gastos de los equipos participantes: vestimenta deportiva, traslados, albergues y comidas. Inclusive, en julio 1952 llegó a enviar a los Juegos Olímpicos de Helsinki una nutrida delegación integrada por los mejores jóvenes deportistas. Los campeonatos infantiles nacieron con un fin deportivo pero también sirvieron –y mucho- como medio pare ejercer un control sanitario de la población infantil. Efectivamente, cada participante era sometido a un chequeo que realizaba el Departamento Médico de la Fundación con el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación, que consistía en una revisación médica y odontológica, análisis clínicos, radiografía, electrocardiograma y reacciones tuberculínicas. A los niños que clínicamente no se encontraban en aptitud para la práctica deportiva se los derivaba a los hospitales regionales de cada provincia para su tratamiento bajo un estricto seguimiento por parte de la Fundación. De los campeonatos infantiles, las informaciones gráficas y audiovisuales de época muestran el entusiasmo y la alegría de miles de niños participando de sanas competencias tanto como el reconocimiento de quien las hacía posibles. El recuerdo de los participantes se forjó también en la letra y música de la pegadiza marcha de los campeonatos, que expresaba: “A Evita le debemos nuestro club/ por eso le guardamos gratitud/ Cumplimos los ideales, cumplimos la misión/de la Nueva Argentina de Evita y de Perón/ Saldremos a la cancha con un
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feliz cantar/ saldremos a la cancha con ansias de triunfar/ Seremos deportistas de todo corazón/ para formar la nueva y gran generación”. Entre esos participantes, hubo jugadores de fútbol de destacada trayectoria profesional en los años siguientes, como José Yudica, Carlos S. Bilardo, Enrique O. Sívori, Silvio Marzolini, Diego Bayo, Humberto Maschio y Antonio Angelillo.
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Partida de contingente de ni帽os y j贸venes del interior de la estaci贸n Plaza Constituci贸n, Buenos Aires, a Mar del Plata (c. 1949)
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Evita, acompañada del Ministro de Trabajo, José M. Freire, con un contingente de alumnos próximo a partir a un destino turístico (c. 1950)
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Turismo social del gobierno de la provincia de Buenos Aires; contingente visitando la sede de la Fundaci贸n Eva Per贸n (1952)
Partida de contingente de escolares de la estaci贸n Plaza Constituci贸n, Buenos Aires, a Mar del Plata (c. 1953)
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Turismo escolar Ilustraci贸n referida a turismo escolar (La Naci贸n Argentina. Justa, Libre, Soberana)
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Evita junto a ni帽os y j贸venes de Santiago del Estero en la residencia presidencial (c. 1948)
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Propaganda de turismo infantil (revista Mundo Peronista Nยบ 81, 15/02/1955,)
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Afiche de la Fundaci贸n Eva Per贸n promocionando turismo econ贸mico a Chapadmalal (c. 1954)
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NiĂąos jugando en la colonia de Chapadmalal (c. 1948)
Contingente de estudiantes secundarios de San MartĂn de los Andes con destino a Chapadmalal (c. 1951)
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Ni帽os y j贸venes jugando en la colonia de Chapadmalal (c.1948) (abajo y a la derecha)
J贸venes disfrutando de vacaciones en la colonia de Embalse Rio Tercero (c. 1950) (abajo)
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Sala de estar de Hotel de Embalse Rio Tercero y vista panorĂĄmica del complejo turĂstico (c. 1950)
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Comedores de los Hoteles de Embalse Rio Tercero
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Afiche de la Fundaci贸n Eva Per贸n promocionando turismo econ贸mico a Puente del Inca y Villa Eva Per贸n (c. 1954)
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Entrada (arriba) y vista panor谩mica (abajo) de la Villa Eva Per贸n, actual Las Cuevas (c. 1953)
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Hoja de Almanaque de la Fundaci贸n Eva Per贸n del a帽o 1952 con imagen de Villa Eva Per贸n
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Informaci贸n sobre los campeonatos infantiles y juveniles (El D铆a, 04/10/1954)
Evita en la inauguraci贸n de los campeonatos Infantiles (c. 1950)
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Per贸n y Evita saludando a jugadores en la inauguraci贸n de los campeonatos Infantiles (estadio de River Plate, c. 1951)
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Equipos de j贸venes futbolistas de los campeonatos Infantiles (c. 1950)
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Equipos de j贸venes futbolistas de los campeonatos Infantiles (c. 1951)
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Silbato y medallas de los campeonatos infantiles Evita y juveniles Juan Per贸n
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Portada de la revista Mundo Infantil Nยบ 284, 07/03/1955
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Planillas para participantes de distintos deportes de los campeonatos infantiles y juveniles (c. 1953)
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Informaci贸n sobre los campeonatos infantiles y juveniles en C贸rdoba (revista Mundo Peronista N潞 82, 15/03/1955)
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Notas periodísticas referidas a los campeonatos infantiles y juveniles (revistas Mundo Peronista Nº 295, 09/12/1954 –arribay Nº 234, 08/10/1953, –derecha-)
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Revisión médica de niños que participarán en los campeonatos infantiles Evita (c. 1950)
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Atenci贸n m茅dica en el marco de los campeonatos infantiles Evita (c.1950)
Per贸n y Evita en competencias de los campeonatos infantiles (estadio de River Plate, c. 1950)
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Participantes del Torneo de Ajedrez Evita (19/09/1952)
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Almuerzo de Evita con delegaci贸n de participantes de los campeonatos infantiles en el Hogar de la Empleada (16/12/1950)
Pabell贸n de Deportes de la Villa Ol铆mpica de los Primeros Juegos Panamericanos de Buenos Aires (22/01/1951)
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Portada de la revista Mundo Deportivo Nยบ 172, 31/07/1952
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Evita junto a los corredores Juan M. Fangio y José F. González en el circuito de la Costanera de la ciudad de Buenos Aires (febrero de 1951)
Afiche publicitando la inscripción para torneo de ciclismo (c. 1951)
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Tarjeta de invitaci贸n al acto inaugural de los campeonatos infantiles y juveniles en la Patagonia, Comodoro Rivadavia (01/02/1954)
Propaganda de los campeonatos Infantiles Evita (c. 1950)
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CAPITULO VI
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“La Fundación no tiene interés alguno en ganar nada: solamente quiere colaborar y apoyar a los hombres, a los colonos y a todos los que quieren que se les trabajen sus tierras (…) Ustedes llevarán adelante el Plan Agrario, porque ustedes son el alma; nosotros les damos la herramienta” Eva Perón, 28/03/1952
CAPITULO VI Vivienda y Plan Agrario La realización de los programas de vivienda durante los primeros gobiernos peronistas fue producto de la coordinación y relación de diferentes agencias gubernamentales e instituciones, tales como la Administración Nacional de Vivienda, el Banco Hipotecario, el Ministerio de Obras Públicas y la Fundación Eva Perón. Las competencias de cada uno de los organismos oficiales fueron establecidas por el Estado a partir de lo expuesto en los Planes Quinquenales. Si bien las principales intervenciones en vivienda referidas a la Fundación tuvieron relación directa con empresas asociadas al Ministerio de Obras Públicas, como el Barrio “17 de Octubre” y el “Presidente Perón”, ambos de la Capital Federal, la entidad dirigida por Evita fue fundamental en la adjudicación de las viviendas y en la aproximación de estos planes a otros sectores a los que el Estado no llegaba directamente. En materia habitacional, la Fundación promovió la edificación de más de 25 mil viviendas en todo el país. A través líneas de crédito blandas y accesibles, como las del Plan Eva Perón, se puso en marcha la construcción de barrios que aún hoy perduran y forman parte del paisaje urbano y suburbano. Entre los emprendimientos realizados, conjuntamente con el Ministerio de Obras Públicas, se encuentran el Barrio Nº1 de Ezeiza, el Conjunto “17 de Octubre”, el Barrio “General Perón” -ya mencionados-, la “Villa Eva Perón” en Las Cuevas, Mendoza, y “Ciudad Evita”, en el partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires, con más de 10.000 viviendas proyectadas y cerca de 5.000 construidas. A estas realizaciones se sumaron la construcción y adjudicación de viviendas en el Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Salta y Jujuy. La acción de las diferentes entidades gubernamentales, la Fundación Eva Perón y el Banco Hipotecario Nacional, como entidad financiera tanto en la construcción directa como en la cesión masiva de créditos baratos, posibilitó, según un balance realizado en 1952, la edificación y habilitación de 100.000 viviendas, 118 barrios y 15.000 casas para obreros.
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El estilo arquitectónico que presentaron estos barrios fue fundamentalmente el denominado rústico-californiano. La elección de este tipo de construcciones tuvo como fin hacer palpable, también de manera simbólica, el alcance del programa distributivo de la Fundación y el Estado. El contacto de los sectores populares con imágenes y consumos ligados anteriormente a los sectores medios y altos permitió articular las políticas habitacionales con el concepto de bienestar y derecho a la vivienda. La proyección del ascenso social quedaba impreso en los barrios obreros, permitiendo que esos cambios, antiguamente relacionados a trayectorias de la vida privada, sean susceptibles de ser edificados y promovidos en términos públicos. El lanzamiento del Segundo Plan Quinquenal, el cual propuso una “vuelta al campo”, tuvo entre sus objetivos más importantes generar los recursos necesarios para impulsar las nuevas etapas del desarrollo industrial. Para ello, era vital equipar al sector agrario de herramientas para incrementar su producción y mejorar su competitividad. Ante este contexto, guiado por una propuesta realizada por la CGT y la Federación Argentina de Trabajadores Rurales, la Fundación Eva Perón puso en marcha una iniciativa que tuvo como fin aportar maquinaria y equipamiento al sector rural. La primera etapa del denominado Plan Agrario “Eva Perón” consistió en la creación de equipos agrarios mecanizados, llamados “justicialistas”, integrados por tractores, rastras, sembradoras y diversas herramientas para labrar la tierra y la siembra, con el fin de ampliar las áreas de cultivo y abaratar los costos. Los mismos estaban destinados a pequeños propietarios y colonos, para que puedan optimizar el rendimiento de su tierra y fomentar la producción de pequeños arrendatarios. Los nueve primeros equipos estaban compuestos por un total de 171 tractores, 58 arados rastras, 11 arados de disco, 110 arados de reja, 125 sembradoras, 100 rastras de dientes fijos, 61 rastras de discos, 17 cultivadoras, 17 trilladoras de maíz, 78 acoplados y 30 automotores. Los equipos podían arar 100 hectáreas en 4 días, y sembrarlas en 3 días más, haciendo jornadas de 20 horas con rotación de personal. El Plan también contaba con talleres rodantes de reparaciones de máquinas agrícolas que recorrían los campos dando auxilio mecánico a quien lo necesitara, de modo que en pocas horas pudiese reanudar sus tareas. Los equipos comenzaron a operar y ser distribuidos en abril de 1952. Los fechas de partida de cada uno de ellos fueron el 5, 9, 16, 18, 22, 24 y 29 de abril, el 21 de mayo y, el último, el 3 de julio. Los mismos podían solicitarse a través de
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las regionales de la CGT, del Banco de la Nación Argentina, o por carta a las oficinas de “Fomento Agrario” que la Fundación había abierto para este fin en Avenida de Mayo 591. A partir de la implementación del Plan Agrario, la Fundación promovió todo tipo de ayuda a la gente de campo, ya sea de equipamiento como monetarias, así como también de semillas a precios oficiales. La importancia del Plan auspiciado por la Fundación permitió intensificar la cosecha fina, especialmente la triguera, a partir de la utilización de moderna maquinaria de fabricación nacional e importada. Este plan, sumado a los créditos que otorgaban por entonces los bancos nacionales y provinciales, posibilitó que la producción agrícola se duplicase en poco tiempo y los pequeños propietarios de tierras pudieran capitalizar sus cosechas. A su vez, el funcionamiento de estos equipos agrarios permitió complementar la estructura industrial con la producción primaria, no sólo porque promovió la mecanización del agro sino también porque, a partir de ese aumento de la productividad, facilitó el ingreso de divisas para financiar las sucesivas etapas de industrialización planteadas en el Segundo Plan Quinquenal.
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Vista del acceso vial del Barrio Nº 1 de Ezeiza, provincia de Buenos Aires (arriba). Publicidad sobre planes de vivienda llevados a cabo por la Campaña de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón (1947) (derecha)
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Vista aĂŠrea del barrio Los Perales, ubicado en Mataderos, ciudad de Buenos Aires (1950)
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Vivienda (arriba) y Capilla (abajo) del Barrio Nยบ 1 de Ezeiza
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Ilustraci贸n referida a la promoci贸n de la vivienda propia propiciada por el gobierno peronista (La vivienda propia. Realidad argentina, 1953) (derecha). T铆pica vivienda del Barrio N潞 1 de Ezeiza (abajo)
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Niños jugando al fútbol frente a la Capilla del barrio “Presidente Perón” en Saavedra, ciudad de Buenos Aires (1949) (arriba); construcción del mencionado barrio (1949) (abajo)
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Entrega de viviendas por parte de la Fundación en Berisso, provincia de Buenos Aires (29/03/1951) (arriba). Barrio “María Eva Duarte de Perón” en Corrientes (1948) (abajo)
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Carta topogrรกfica de Ciudad Evita, partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires
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Plano de Ciudad Evita (La Naci贸n Argentina. Justa, libre, soberana)
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Viviendas de Ciudad Evita (1950)
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Vista a茅rea de Ciudad Evita y aproximaci贸n a una de sus viviendas (1950)
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Vista panorรกmica de Ciudad Evita y uno de sus accesos (1950)
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Difusiรณn de emprendimientos urbanos del gobierno justicialista (revista Mundo Peronista Nยบ 17, 15/03/1952 y Nยบ 32, 01/11/1953) (izquierda y abajo respectivamente)
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Madre e hijos disfrutando de su vivienda adquirida a travĂŠs de planes implementados por el gobierno en Santiago del Estero (c. 1950)
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Barrio Dique Las Pirquitas, Catamarca (arriba) y construcción del barrio “María Eva Duarte de Perón” en Corrientes (1948) (abajo)
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Ejemplo de familia obrera habitando vivienda propia
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Ejemplo de familia obrera habitando vivienda propia
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Construcci贸n de la Villa Eva Per贸n, Las Cuevas, provincia de Mendoza (1952)
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Hoster铆a (derecha) y barraca en construcci贸n (abajo) de la Villa Eva Per贸n (1952)
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Barraca en construcci贸n de la Villa Eva Per贸n (arriba) y boceto de vivienda de la misma realizado por el Arq. Jorge Sabat茅 (abajo)
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Difusi贸n de iniciativas del gobierno justicialista referidas al sector rural; el tractor como emblema de la mecanizaci贸n del agro
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Difusi贸n del Plan Agrario Eva Per贸n (1952).
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Afiche del Plan Agrario Eva Perón que muestra el progreso técnico y la mejora laboral en el ámbito rural (1952)
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Exhibici贸n de tractores en la ciudad de Buenos Aires (abajo) y arribo de los mismos a zonas rurales (izquierda)
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Difusión en medios de prensa del Plan Agrario Eva Perón (La Prensa, 31/08/1952 –izquierda- y El Laborista, 27/07/1952 –abajo-)
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Difusión en medios de prensa del Plan Agrario Eva Perón (revistas Mundo Peronista Nº 92-93, 01/09/1955 -arriba- y Mundo Agrario Nº 39, agosto de 1952 –derecha-)
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Portada de la revista Mundo Agrario alusiva al fallecimiento de Eva Per贸n
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Difusi贸n de la implementaci贸n del Plan Agrario Eva Per贸n (revista Mundo Peronista N潞 23, 15/06/1952)
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Arribo a la provincia de C贸rdoba de uno de los equipos mecanizados del Plan Agrario Eva Per贸n (14/04/1952)
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CAPITULO VII
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“La ayuda social que llega, que se suministra racionalmente, previo examen de las condiciones de vida del que la recibe, protege y estimula. La limosna, dada para satisfacción de quien la otorga, deprime y aletarga. La ayuda social, honestamente practicada, tiene virtudes curativas. La limosna, prolonga la enfermedad. La ayuda social está destinada a mitigar necesidades y restituir a la sociedad, como elementos aptos, a los descendientes de los desamparados” Eva Perón, 28/07/1948
CAPITULO VII Ayuda directa En el imaginario colectivo forjado en torno a la labor de la Fundación Eva Perón, resalta la acción rápida, directa y eficaz que esta institución llevó adelante en los años en que funcionó. Tal vez haya sido el reparto de pan dulce, sidra y juguetes en las fiestas navideñas, entendido como emblemático del derecho que habían adquirido los sectores populares para disfrutar de dichas celebraciones, la iniciativa más recordada, tanto por peronistas como por antiperonistas. Las adquisiciones que realizaba la Fundación eran enormes: en 1950 por caso, licitó la compra de 960.000 kilogramos de pan dulce y la misma cantidad de botellas de sidra. Otro tanto ocurría con los juguetes que se entregaban a los niños en Navidad y Reyes, que eran entre 2 y 3 millones cada año. Estos llegaban a sus destinatarios a través de las distintas sucursales de la Fundación, de las 1.600 oficinas de correos de todo el país y de las unidades básicas femeninas -unas 3.600- esparcidas por todo el territorio nacional. Además, tal volumen de demanda sostenida de juguetes por parte de la Fundación contribuyó decididamente a consolidar la industria de ese rubro. Es que en los años peronistas se estableció una relación inédita entre el Estado, la infancia y los juguetes, donde estos últimos fueron reconocidos como necesarios para el bienestar infantil. El conocido apotegma “los únicos privilegiados son los niños” se hacía realidad en la medida en que para el peronismo un niño tenía derecho a jugar y, por ende, a poseer juguetes. Otros artículos que se distribuían eran máquinas de coser -que poseía un valor práctico y simbólico para la mujer atento a que le permitía trabajar y lograr con ello sustento económico-, chapas, muebles, colchones, frazadas, ropa, alimentos, medicamentos, menaje, libros, herramientas, instrumentos musicales, planchas, camas ortopédicas, uniformes escolares, zapatos, sillas de ruedas, anteojos, etc. Según la Memoria de la Fundación correspondiente a 1953, se distribuyeron un total de 2.778.443 artículos de este rubro, denominado Ayuda Social General. La ayuda brindada a víctimas de catástrofes o accidentes del país y del exterior, consistente en ropa, alimentos o medicina según los casos, fue otra de
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las modalidades de ayuda directa implementada por el Fundación. Así sucedió cuando los terremotos de Ambato, Ecuador, en agosto de 1949, donde se enviaron 25 toneladas de suministros, médicos y enfermeras, y Cuzco, Perú en junio de 1950. Otros países latinoamericanos que recibieron ayuda fueron Bolivia –atención a heridos del movimiento revolucionario de abril de 1952-, Colombia –terremoto de julio de 1950-, Chile, Uruguay, Paraguay, Cuba, Honduras y República Dominicana. Lo mismo sucedió con países europeos que todavía sufrían las consecuencias de la guerra mundial como Italia, España, Francia, Portugal, Hungría, Irlanda, Checoslovaquia, Holanda, Inglaterra, Grecia y Noruega, y asiáticos como Turquía, Israel, Siria, Filipinas y Japón. La nación más rica y poderosa del planeta, Estados Unidos, recibió también ayuda de la Fundación, más precisamente un cargamento de abrigo y calzado para 600 niños indigentes de Washington que estaban a cargo de una entidad caritativa, la Children’s Aid Society, que fue canalizado a través de la agregaduría obrera argentina en ese país a comienzos de 1949. La reacción del gobierno norteamericano no se hizo esperar, por lo que la embajada argentina tuvo que dar explicaciones acerca de las intenciones de la donación. Es que resultaba irritante para la potencia del Norte el hecho de que esta acción llevada a cabo por un país sudamericano expusiese a la consideración de la opinión pública internacional los alarmantes bolsones de pobreza, principalmente de los afrodescendientes, que habitaban la ciudad capital. Con el fin de abaratar el costo de vida y hacer frente al desabastecimiento de los artículos de primera necesidad, fueron creadas las Proveedurías de la Fundación, donde se vendían productos de primera necesidad a precios inferiores a los de plaza. Se establecieron en total 208 de ellas, la mayoría en la Capital Federal -182- y el resto en las principales ciudades del país. La Fundación adquiría grandes cantidades de artículos directamente del productor o de fábrica, con lo cual se evitaba la intermediación y se podía ofrecer el producto a menor precio. Estos almacenes, en general bien ubicados, se instalaban en locales amplios y bien cuidados en cuanto a su salubridad; el primero de ellos se inauguró el 20 de marzo de 1951 y estaba ubicado en Diagonal Norte Nº 608, en el centro porteño. La estrecha relación que existió entre Eva Perón y la Confederación General del Trabajo (CGT) tuvo su correlato en las actividades de la Fundación, que colaboró con numerosos gremios afiliados a aquella prestando ayuda a través de préstamos para construir o refaccionar sedes, ampliar servicios sociales sindicales o realizando donaciones a las distintas bibliotecas gremiales. La más
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importante acción en este sentido fue la construcción de la sede de la CGT, inaugurada el 18 de octubre de 1950, que fue donada por la Fundación a la entidad gremial. El edificio, ubicado en la calle Azopardo Nº 802 de la Capital Federal, es de estilo racionalista y consta de un subsuelo, seis pisos, terraza y cocheras además de una torre sobre la cual se erige un cartel con las siglas de la central con la bandera argentina detrás. En el tercer piso descansó el cuerpo embalsamado de Eva Perón entre 1952 y 1955.
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Entrega de mu単ecas a ni単as por parte de Atilio Renzi, Secretario Privado de Evita e Intendente de la residencia presidencial (derecha y arriba)
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Ni帽os con bicicletas entregadas por la Fundaci贸n Eva Per贸n (25/12/1948)
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Eva Per贸n junto a ni帽os y ni帽as con regalos (derecha). Vale por un juguete que otorgaba la Fundaci贸n (abajo)
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Evita junto a j贸venes que expresan su alegr铆a luego de recibir bicicletas de la Fundaci贸n
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Niños y niñas recibiendo juguetes de la Fundación
Muñecas y bicicletas de la Fundación antes de ser entregadas a sus destinatarios
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Triciclos para los ni単os, mu単ecas para las ni単as
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J贸venes contentas luego de recibir mu帽ecas de la Fundaci贸n
Eva Per贸n y una bebita en un acto de entrega de regalos
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Portada de la revista Mundo Infantil alusiva al DĂa de Reyes
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Algunos de los juguetes que entregaba la Fundaci贸n
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Juguetes y m谩quina de coser que entregaba la Fundaci贸n Eva Per贸n
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Entrega de botellas de sidra por parte de la Fundaci贸n (derecha) y etiqueta de las mismas (abajo)
El Argentino, 20/12/1950
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Entrega de botellas de sidra por parte de la Fundaci贸n (arriba) y etiqueta de las mismas (izquierda)
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Evita compartiendo con mujeres el pan dulce navide単o
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Evita visita dep贸sitos de ropa de la Fundaci贸n
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Env铆os de la Fundaci贸n para Misiones (1954) (arriba) y Santiago del Estero (1949) (derecha)
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Cargamento de productos varios con destino a La Pampa (1954) (arriba) y de colchones para Corrientes (1954) (izquierda)
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Ayuda material de la Fundaci贸n para los habitantes de Bancalari, partido de San Fernando, provincia de Buenos Aires (1949)
Env铆o de medicamentos a la provincia de C贸rdoba (1949)
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Envíos de ayuda de la Fundación al interior del país
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Ayuda con destino al interior del paĂs (arriba) y al Paraguay (1954) (derecha)
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Ayuda material de la Fundaci贸n para los damnificados del terremoto de Cuzco, Per煤 (junio de 1950)
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Ayuda para los habitantes de Cuzco luego del terremoto (junio de 1950)
Embarque de ayuda con destino a Siria
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Embarque de ayuda destinada a Noruega (1950) (izquierda) y a Italia (1948) (abajo)
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Entrevista de Evita con Golda Meier, Ministra de Trabajo de Israel (09/04/1951) (arriba) y embarque de ayuda de la Fundaci贸n a ese pa铆s (1951) (abajo)
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Embarques de ayuda de la Fundaci贸n con destino a Francia (1950) (izquierda) y Grecia (abajo)
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Llegada a Washington del cargamento con ropa y calzados para ni帽os indigentes enviados por la Fundaci贸n (1949) (izquierda) y de ayuda humanitaria para los damnificados del terremoto de Ambato, Ecuador (1949) (abajo)
236
Ayuda para las vĂctimas del terremoto de Ambato, Ecuador (1949)
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Ayuda destinada a Bolivia (1952) (izquierda) y a Colombia (1950) (abajo)
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EnvĂo y reparto de ayuda para las vĂctimas de terremoto en Colombia (1950)
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Eva Perón en el acto de apertura de una proveeduría (1951) (arriba) y fachada de la ubicada en Av. Sáenz Peña y Maipú de la ciudad de Buenos Aires (1951) (abajo)
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El reconocido dibujante y humorista gráfico Luis J, Medrano fue el creador de un personaje, El Contreras, un oligarca que siempre caminaba en dirección opuesta al pueblo peronista, como aquí frente a una proveeduría
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Interior de dos proveedur铆as de la Fundaci贸n (1951) y distintivo de las mismas
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Bocetos de locales para proveedurĂas elaborados por el Arq. Jorge SabatĂŠ
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Bono contribuci贸n y rifa de un autom贸vil destinados a la Fundaci贸n (arriba) y recibo de sueldo de un empleado de la misma (derecha)
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Funerales de Evita frente al edificio de la Confederaci贸n General del Trabajo (1952)
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Agradecimientos Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón – Museo Evita Familia Álvarez Rodríguez - Alicia Renzi - Julia Rivas - Eva Deria - Laura Covello Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires “Dr. Ricardo Levene” Micaela Biasotti - María Julia Barba - Alicia Sarno - Florencia Lloret
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Publicaciones
del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón Serie Testimonios de vida Memorias de Clementina F. Gil (Beba) (2004) Ana Carmen Macri. Mi biografía política (2006) Jorge Ochoa de Eguileor. Memorias de un ciudadano ilustre (2007) Duilio Brunello. Historia de joven militancia (2008) Rodolfo Decker. Arreando recuerdos (2009) Evita de Los Toldos (2011)
Serie Mujeres con mayúscula María Eugenia Alvarez. La enfermera de Evita (2010) Memoria de mujeres peronistas. Voces de la militancia, de Raquel Gianella, Mariano Álvarez y Nora Pulido (2012) Las legisladoras de Evita, de Hilda Castiñeira, Heloisa Chico y Magdalena Álvarez Seminario (2014)
Serie Nuevas Investigaciones La embajadora de la Paz. La gira internacional de Eva Perón, de Damián Cipolla, Laura Macek y Romina Martínez (2008) Hacia una democracia de masas. Aproximaciones histórico-sociológicas a la reforma constitucional de 1949, de Santiago Régolo (2013) La estética del peronismo, 1945-1955, de Gabriel Miremont (2014)
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Serie Anuarios Anuario 2009 Anuario 2010 Anuario 2011-2012
Serie Opúsculos Partido Peronista Femenino. La organización total, 1949-1955, de Carolina Barry (2001) Eva Perón. Honores, pompas y circunstancia, de Néstor H. Orsi (2001) Fundación Eva Perón. Desde los inicios hasta la muerte de Evita, de Noemí Castiñeiras (2001) To Be Evita (2005) Ser Evita. Síntesis biográfica, de Noemí Casiñeiras (2005) Sufragio femenino. Algo más que un trámite legal, de Noemí Castiñeiras (2007)
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