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LA PRテ,TICA DE UN CURSO DE MILAGROS
EL PODER SANADOR DE LA BONDAD Volumen Dos
El perdonar nuestras limitaciones
KENNETH WAPNICK, PH.D.
Foundation for A COURSE IN MIRACLESツョ
Título original The Healing Power of Kindness. Vol. Two: Forgiving Our Limitations
©2004 por la Foundation for a Course in Miracles®. 41397 Buecking Drive Temecula, CA 92590 Primera edición en castellano, 2010 Título en castellano El poder sanador de la bondad. Vol. Dos: Perdonar nuestras limitaciones Autor Kenneth Wapnick, Ph.D. Traducción Hilda A. Ortiz Malavé Primera edición en España Septiembre 2012 © 2012 para la edición en España El Grano de Mostaza Impreso en España Depósito legal ISBN 978-84-940210-2-2 EDICIONES EL GRANO DE MOSTAZA, S. L. Carrer de Balmes, 394 ppal. 1.ª 08022 Barcelona, SPAIN «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45)».
Creditos Poder Sanador de la bondad Vol II.indd 1
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CONTENIDO PREFACIO .................................................................. vii INTRODUCCIÓN .....................................................................1
1. LAS SOMBRAS DE LAS LIMITACIONES: LA LIMITACIÓN DE LO ILIMITADO ..................... 3 La renuncia al juicio ................................................30
2. “DULCES SON LOS USOS DE LA ADVERSIDAD”........... 39 3. “UN HERMANO ES TODOS LOS HERMANOS” – SIN EXCEPCIONES ...................................... 51 Las limitaciones de la enfermedad y del envejecimiento ....................................... 64
4. “LA FUNCIÓN ESPECIAL”: EL DESVÍO QUE NOS CONDUCE A CASA ............ 73 5. EL DEMOSTRAR EL PERDÓN ................................... 103 CONCLUSIÓN: DE LA LIMITACIÓN A LA ILIMITACIÓN.... 127 ÍNDICE DE REFERENCIAS A UN CURSO DE MILAGROS ..... 129
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Prefacio Este libro se basa en dos seminarios que se llevaron a cabo en la Fundación: “Sombras de limitación” y “Dulces son los usos de la adversidad”.* Las transcripciones se han editado para realzar la amenidad; sin embargo, al igual que en todos los libros de esta serie sobre la práctica de Un curso de milagros, su relativa informalidad se ha retenido. Algunas preguntas de los seminarios se han incorporado a la discusión general, y se ha añadido material nuevo para explicar ciertos puntos con más detalle. Al igual que con El liberarse del juicio–Volumen Uno de El poder sanador de la bondad–abrigo la esperanza de que el presente libro estimulará a los estudiantes de Un curso de milagros a ser más bondadosos y menos severos consigo mismos y con otros. Al hacerlo, recorremos el bondadoso camino que sana nuestras mentes y nos conduce a casa. Quisiera dar las gracias a nuestra Directora de Publicaciones, Rosemarie LoSasso, por seguir siendo fiel pastora de mis libros en su papel como editora. Este más reciente es sólo otro testigo de sus muchos maravillosos años de concienzuda dedicación a Un curso de milagros y a la obra de la Fundación. * Los seminarios se presentaron en septiembre 2003 y en septiembre 2004, y están disponibles en versiones grabadas en disco compacto.
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1. Las sombras de las limitaciones: La limitación de lo ilimitado Realmente no podemos hablar de lo limitado sin que primero hayamos entendido contra qué es una reacción, y por eso comenzamos con una discusión de lo ilimitado. Dios es Amor y Unidad perfectos, un Ser infinito de Integridad y Totalidad. En Él no existe ninguna limitación, lo cual significa que no hay separación, ni diferenciación, ni distinción–sólo Amor perfecto. La naturaleza de la realidad, por lo tanto, es ilimitada, y no hay lugar alguno, como dice el libro de ejercicios, donde el Padre termine y el Hijo comience como algo separado de Él (L-pI.132.12:4). Sin embargo, una vez que hay separación hay limitación, pues la separación limita lo ilimitado. Por ejemplo, hay límites en mi relación contigo porque estamos separados–personalidades separadas que habitan cuerpos separados; lo que es más, las necesidades son limitaciones intrínsecas, que acentúan nuestras mutuas diferencias. En otras palabras, el haber nacido en este mundo físico es una limitación. Contrario a la primera ley del caos del ego de que hay una jerarquía de ilusiones (T-23.II.2:3), el sistema de pensamiento del Espíritu Santo se fundamenta en el principio de que no hay ninguna jerarquía de ilusiones y, por lo tanto, no hay
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1. LAS SOMBRAS DE LAS LIMITACIONES ninguna jerarquía de limitaciones. Por eso, una ilusión es una ilusión es una ilusión; una limitación es una limitación es una limitación. Ya sea grande o pequeña, todo aquí sigue siendo una limitación. Además, todas las ilusiones son deliberadas. Si las limitaciones son mayores o menores, siguen siendo parte integral del propósito del ego de reemplazar la ilimitada realidad con la separación en la forma de un mundo de seres individuales, limitados por su naturaleza misma. Jesús revela este propósito último de los cuerpos en la estrategia del ego: Estar consciente del cuerpo es lo único que hace que el amor parezca limitado, pues el cuerpo es un límite que se le impone al amor. La creencia en un amor limitado fue lo que dio origen al cuerpo, que fue concebido para limitar lo ilimitado. No creas que esto es algo meramente alegórico, pues el cuerpo fue concebido para limitarte a ti (T-18.VIII.1:1-4; mis bastardillas en 1:3).
Un objetivo primordial de Un curso de milagros es enseñarnos la importancia del propósito, y en el pasaje anterior Jesús presenta una afirmación de propósito al decir que el cuerpo se fabricó para limitar lo ilimitado. Jesús le estaba diciendo a Helen, y a todos nosotros: “No estoy hablando en alegoría, símbolos ni metáfora aquí, sino diciéndote muy específicamente que
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Las sombras de las limitaciones el cuerpo se fabricó para limitar lo ilimitado”. Puesto que lo ilimitado es el amor, el cuerpo se fabricó para limitar el amor. Pero se puede cambiar el propósito del cuerpo: Hecho para ser temeroso, el cuerpo no puede sino cumplir el propósito que le fue asignado. Mas podemos cambiar el propósito que el cuerpo obedece si cambiamos de parecer con respecto a su finalidad (L-pII.5.3:4-5).
El pensamiento de limitación se origina en la mente, y puesto que las ideas no abandonan su fuente–un principio central en Un curso de milagros– en la mente es donde los pensamientos permanecen. No hay ninguna otra cosa aparte de la mente, pero el propósito del cuerpo es convertir el pensamiento de limitación en realidad. Por su naturaleza misma, un cuerpo limita–es decir, dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo, lo que representa en forma el contenido subyacente de limitación. Este propósito de limitar al enfatizar la separación y el especialismo del ego se puede identificar en algunas experiencias bastante comunes en nuestras vidas diarias. Los abuelos, por ejemplo, a menudo dicen acerca de sus nietos, especialmente cuando éstos son pequeños y todavía existe la pretensión de que son amorosos e inocentes: “¡Eres tan adorable y dulce que te quiero comer!”. Este sentimiento emerge también cuando
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1. LAS SOMBRAS DE LAS LIMITACIONES una persona se enamora de otra. Se quiere canibalizar a la persona amada, para tener dentro de uno esa inocencia y esa dulzura, que es exactamente lo mismo que creemos haber hecho con Dios cuando tratamos de devorar cual caníblales Su Amor, su poder creativo y su vida, para hacerlos nuestros. Y por eso Jesús dice que el cuerpo se fabricó como un límite para el amor, y lo limitante se fabricó para limitar lo ilimitado–el propósito subyacente del ego. En un mensaje a Helen que fue el preludio a El canto de oración, Jesús reprendió dulcemente a su escriba por pedirle ayuda específica. Le dijo que al pedirle eso estaba tratando de manejar lo inmanejable.* Con igual facilidad le pudo haber dicho que estaba tratando de limitar lo ilimitado–su amor. El amor es temible porque es omnímodo, y dentro de él no hay cabida para el especialismo o la unicidad individual. Por lo tanto, todo lo que fabricamos para definirnos a nosotros mismos se vuelve carente de significado en presencia del amor, y en respuesta a esa amenaza, intentamos limitar el amor al hacerlo igual a nosotros– el significado de ser limitado y específico. Nuestro anhelo de acudir al Espíritu Santo con nuestras peticiones específicas llevó a Jesús a dictar El * Véase Ausencia de la felicidad: La historia de Helen Schucman como escriba de Un curso de milagros, págs. 491-492.
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Las sombras de las limitaciones canto de oración. Le dijo a Helen, y a todos nosotros, que al pedirle ayuda específica intentamos tomar su amor ilimitado–reflejo del amor de nuestro Ser–y limitarlo, al tratar de poner un marco alrededor de su amor para poder manejarlo y controlarlo. Expresamos nuestro miedo al pedir ayuda específica, y decirle que no queremos experimentar su amor, sino que en su lugar queremos que nos diga adónde ir a comprar algo, cómo conseguir un empleo, o qué hacer para que nuestros cuerpos se sanen de la enfermedad. Queremos todo esto para poder mantener nuestros limitados yos, logrados al traer su ilimitado ser a nuestra limitación. Esto explica la culpa y el conflicto asociados con una relación con Jesús. En algún nivel sabemos que estamos tratando de repetir o volver a escenificar lo que hicimos originalmente con nuestro Creador– intentando manejar a Jesús al traer su ilimitado amor a nuestra limitada ilusión, como se ve en los intentos de las personas a lo largo de los siglos de hacer de Dios algo tangible y corpóreo–una Persona que está ahí específicamente para ellos. Siempre que nos sintamos tentados a llamar la atención a lo que creemos que es una limitación, deficiencia o defecto, algo que nos deja pobres en comparación con la riqueza de otro (finanzas, habilidades, belleza, juventud o inocencia), seamos conscientes de que
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1. LAS SOMBRAS DE LAS LIMITACIONES sólo nos esforzamos por convertir la limitación en una realidad en la cual hay dolor, sufrimiento, pérdida y sacrificio–algunos pierden, otros ganan. “La roca sobre la que descansa la salvación”, nos dice Jesús, es “el renacimiento de la idea de que nadie puede perder para que otro gane” (T-25.VII.12:7,1), con lo cual está corrigiendo la idea de salvación del ego, según la cual para que uno gane, otro tiene que perder–uno o el otro. Este principio del ego se vuelve una parte inherente a la naturaleza del Hijo separado. La Filiación se vuelve limitada–ya no es total, universal o unificada, sino divisible en categorías y bandos: los exitosos y los fracasados, los buenos y los malos, los que tienen habilidades y los que no las tienen. Para el ego, nuestros cuerpos están al servicio de un propósito muy importante: probar que el amor limitado es la realidad; ciertamente que la limitación es realidad–lo cual es otra manera de decir que la separación es realidad. Enfatizo este punto debido a la tentación, a la cual casi siempre sucumbimos, de centrarnos en las limitaciones específicas. Al así hacerlo, validamos la primera ley del caos del ego de que hay una jerarquía de ilusiones. En lugar de ello, debemos recordar que simplemente estar en un cuerpo es una limitación, una sombra del pensamiento de limitación. No estamos en contacto con este pensamiento porque no estamos en contacto con la mente, y sólo
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Las sombras de las limitaciones tenemos conciencia de la experiencia física y psicológica directamente asociada con ser un cuerpo. Sin embargo, lo que hacemos con el cuerpo nos dice lo que creemos haber hecho con la mente. Cualquier cosa que el cuerpo hace que separa, limita, juzga o busca especialismo nos dice que hemos elegido el sistema de pensamiento de separación, limitación, juicio y especialismo–el sistema de pensamiento del ego. Lo único que necesitamos para averiguar a cuál maestro hemos elegido–al Espíritu Santo o al ego–es prestar atención a lo que nuestros cuerpos parecen estar haciendo. Utilizo la palabra parecen, porque el cuerpo no hace nada en realidad. Es la mente la que “hace” por su elección, y lo escenifica a través del cuerpo–la proyección de la mente. El problema nunca es el cuerpo ni sus limitaciones, sino lo que hacemos con esas limitaciones. Por eso, cuando nos sentimos perturbados o disgustados por las limitaciones–acerca de lo cual Jesús nos advierte en las dos aseveraciones citadas anteriormente–hacemos exactamente lo que el ego quiere al arraigar nuestra atención en lo insensato (sin mente)–el cuerpo–para que nunca retornemos adonde el problema de la limitación está en verdad– en la decisión de la mente. Por lo tanto, podemos decir que el propósito de Jesús en Un curso de milagros es hacernos sensatos (con mente) en vez de insensatos (sin mente). El ego tomó su pensamiento original de
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1. LAS SOMBRAS DE LAS LIMITACIONES separación en la mente y lo protegió a través de la proyección, al fabricar un mundo limitado con cuerpos limitados. Esta dinámica es causa de que olvidemos que nosotros–como mentes tomadoras de decisiones– literalmente fabricamos el mundo. Ahora sólo somos conscientes de nuestra experiencia como un cuerpo imperfecto y limitado en un mundo imperfecto y limitado, sin ningún recuerdo de cómo llegamos hasta ahí. Intentar hacer que el cuerpo sea mejor o perfecto es el mismo error que tratar de hacer que el mundo sea mejor o perfecto, pues se fabricaron para hacer imperfecto lo perfecto y para limitar lo ilimitado. Por lo tanto, a menos que se cambie la fuente del mundo–la decisión de la mente de identificarse con el ego en vez de identificarse con el Espíritu Santo–nada de lo que se haga para mejorarlo o para mejorar el cuerpo funcionará, por lo menos no permanentemente, pues no se habrá deshecho la culpa imperfecta y limitada donde se origina la imperfección y la limitación. Repito, el propósito de Un curso de milagros es regresarnos a la fuente de la limitación para que podamos hacer una elección diferente; es decir, elegir la Voz que habla a favor de lo ilimitado, en vez de seguir eligiendo e identificándonos con la voz que habla a favor de lo limitado. Cuando tratamos de cambiar el cuerpo o el mundo, hacemos precisamente lo que el ego quiere. ¿Por qué
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Las sombras de las limitaciones trataría yo de arreglar el mundo o el cuerpo a menos que creyese que había algo que necesitaba arreglo? Un mundo de imperfección y limitación refleja el pensamiento subyacente de imperfección y limitación–el cual, huelga decir, es maravilloso para el ego porque lo que es imperfecto es perfecto en su vista distorsionada. El mundo no solo refleja esta imperfección, sino que la protege. Al haber olvidado que fabricamos el mundo, sólo somos conscientes de un mundo que se ve independiente de la mente. A todos se nos ha enseñado, creemos y experimentamos–conscientemente o no– que nacimos en un mundo que nos precedió y que nos sucederá después que hayamos muerto. Nada de eso es cierto. Nosotros–la parte tomadora de decisiones de nuestras mentes–fabricamos el mundo, el cual nunca ha abandonado su fuente en la mente colectiva. Como veremos repetidamente, si no cambiamos el propósito subyacente del mundo y en vez de eso intentamos cambiar la sombra, terminaremos simplemente sustituyendo una ilusión por otra; y luego la sombra de la fuente–la decisión de la mente de seguir siendo imperfecta y limitada–permanecerá intacta. Leemos en el texto acerca del error inherente al hacer el cuerpo real y un objeto de nuestros juicios: Lo que odias y temes, y deseas y detestas, el cuerpo no lo conoce. Lo envías a buscar separación y a que sea algo separado. Luego lo odias,
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1. LAS SOMBRAS DE LAS LIMITACIONES no por lo que es, sino por el uso que has hecho de él. Te desvinculas de lo que ve y oye, y odias su debilidad y pequeñez. Detestas sus actos, pero no los tuyos. Mas el cuerpo ve y actúa por ti. Él oye tu voz. Y es frágil e insignificante porque así lo deseas. Parece castigarte, y así, merece que le odies por las limitaciones que te impone. No obstante, eres tú quien lo ha convertido en el símbolo de las limitaciones que quieres que tu mente tenga, vea y conserve (T-28.VI.3).
La intención de Jesús, por consiguiente, es ayudarnos a entender que las limitaciones externas pueden ponerse al servicio de un propósito diferente si las ponemos en sus manos. El propósito del ego para el mundo y el cuerpo limitados e imperfectos es impedir que regresemos a la mente. El propósito de Jesús es enseñarnos cómo utilizar el mundo y el cuerpo para que nos dirijan a la mente, donde podemos elegir entonces la Voz que habla a favor de lo ilimitado en vez de hablar a favor de la limitación–repito, el cambio de la insensatez a la sensatez. Esa es la importancia de esta advertencia: “...no dejes que el hecho de que esté rodeada de sombras te perturbe. Ésa es la razón por la que viniste”. Cuando nos sentimos perturbados por las sombras–nuestras faltas, deficiencias, enfermedades, abuso y victimización pasados–sólo hacemos reales las sombras.
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