Introducción
Mucho antes de que hubiera una o dos neveras en cada hogar, además de un congelador industrial en el sótano o el garaje, y de supermercados en los que comprar casi cualquier tipo de alimento en cajas, envases o tarros, conservar la comida entre las estaciones de cosecha exigía una gran dosis de ingenio. Las primeras civilizaciones descubrieron que los alimentos que se dejaban al sol aún podían comerse cuando se habían secado. Cuando los humanos comenzamos a dominar el fuego empezamos a secar y ahumar la comida. Eso nos permitió conservar lo que cazábamos. Así pudimos contar con alimentos de forma más constante, y gracias a ello las antiguas civilizaciones lograron subsistir. En la actualidad disfrutamos de las ventajas de la refrigeración, de la producción globalizada de alimentos y del transporte y del procesamiento industrial. Ya no tenemos ninguna necesidad de conservar lo que comemos. Como reza el dicho, todo está inventado. Así que te doy la bienvenida al nuevo y a la vez viejo mundo de la deshidratación de alimentos. Tanto si cultivas tu propia comida, la compras en los mercados agrícolas o a los granjeros locales, cazas tu propia carne o incluso compras en un supermercado corriente, es evidente que las estaciones afectan al precio y la abundancia de alimentos. Aprovechar las épocas en que la comida abunda y es más asequible y conservarla para cuando ya no hay tanta o ninguna es de sentido común. Y deshidratar los alimentos resulta una forma maravillosa de hacerlo. Conservar la comida seca es una manera de ahorrar espacio, y cada ingrediente puede utilizarse de todas las formas que puedas imaginar, una ventaja que otras técnicas de conservación no ofrecen. Además, cuando cocinas con alimentos que has deshidratado en casa, sabes exactamente de dónde proceden y qué contienen. Gracias a los electrodomésticos modernos diseñados para deshidratar alimentos, esta antigua técnica puede realizarse de forma más rápida, eficiente, fiable y sencilla. Ya no tenemos que protegernos de los animales salvajes que se llevan la comida que hemos dejado secando a la intemperie, o de un chaparrón inoportuno que dé al traste 9
LA BIBLIA DE LA DESHIDRATACIÓN.indd 9
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