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Un relato desde mi choza
[Hōjōki1]
1 El título de la obra significa, literalmente, «Crónica o relato (de un habitáculo) de 3 m de lado (9 m2)». Hōjō es una medida de superficie japonesa equivalente a 4,5 tatamis o esteras de paja que se utilizan en las casas tradicionales japonesas, y apareció por primera vez en un escrito budista, el Yuimagyō (Sutra de Vimalakirti), en el que se narra que Yuima reunió a una gran multitud de personas en una habitación de 1 hōjō, es decir, 1 jō cuadrado. Este término se utilizó posteriormente para designar la celda de un monje, y de ahí pasó a identificarse con el propio religioso.
Capítulo 1
Fluye incesante el río, pero su agua nunca es la misma. La espuma flota en el remanso, ora formándose, ora disolviéndose, permaneciendo efímeramente.
De igual forma sucede con el hombre y sus moradas en la Tierra.
En nuestra deslumbrante capital2, los tejados de las casas de ricos y pobres se alinean y parecen competir en importancia. Se diría que han resistido durante generaciones, pero, si nos fijamos bien, son realmente pocas las que han soportado el paso del tiempo.
Un año se incendian y al siguiente se levantan de nuevo. Las mansiones se desvanecen para ser sustituidas por otras más pequeñas. Así sucede también con sus moradores. El lugar en sí no cambia, ni tampoco la muchedumbre. Y aun así, de las veinte o treinta personas que un día conocí, apenas quedan una o dos.
Nacen con el crepúsculo y mueren al alba, igual que la espuma sobre el agua.
2 En japonés, tamashiki no Miyako. Esta expresión hiperbólica se puede traducir como «la capital pavimentada de joyas». Miyako, o Heiankyō (la actual Kioto) fue la capital de Japón desde 794 hasta 1868, con algunos breves cambios en momentos de agitación política (véase la nota 11).
El hombre nace y muere —ignoro de dónde viene y adónde va—. Tampoco comprendo las casas transitorias que construye. ¿Por quién se atormentan?, ¿qué puede resultar tan agradable a la vista?
Una casa y su dueño son como el rocío que se concentra en los pétalos del dondiego de día3: ¿cuál de ellos se desvanecerá antes?
A veces es el rocío el que se esfuma, permaneciendo las flores, a pesar de lo cual, estas se marchitarán con el sol de la mañana.
En ocasiones, la flor languidece y el rocío continúa, sin que este sobreviva al día.
Capítulo 2
En los cerca de cuarenta años desde que alcancé la edad de comprender la esencia de las cosas, he sido testigo de numerosos acontecimientos inverosímiles.
Hace mucho tiempo —sería el vigesimooctavo día del cuarto mes de la Era Angen4— soplaba un viento fortísimo.
3 El dondiego de día o ipomea (asagao), Ipomoea nil o Pharbitis nil, es una planta anual de la familia de las convolvuláceas, de corola azul, que se abre con el día y se cierra al ponerse el sol.
4 El 28 de mayo de 1177. En Japón esta era la forma de expresar las fechas. El calendario era lunar y el año comenzaba, aproximadamente, un mes después que en Occidente. El sistema de eras, de acuerdo con el emperador reinante, sigue vigente en la actualidad. Para calcular exactamente las fechas según el complicado calendario nipón, consúltense: Paul Yachita Tsuchihashi, Japanese Chronological Tables from 601 to 1872, Tokio, Monumenta Nipponica Monograph 11, 1952. También: William Bramsen: Japanese
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A eso de la hora del Perro5, se declaró un incendio en el sureste de la capital, extendiéndose hacia el norte y el oeste.
El fuego finalmente alcanzó la puerta sur del Palacio. Esta, junto con la Cámara Estatal, el Salón de la Universidad y la Oficina del Interior6, se consumieron en una noche.
Dicen que el incendio se originó en la callejuela de Higuchi Tomino7, en la pensión donde se hospedaba una compañía de bailarines8.
El viento sopló con furia, por todas partes, y el fuego se expandió cual abanico desplegado.
Chronological Tables (645 A.D. to 1873 A.D.), First Series, 37, suplemento, págs. 50-256. Índices, págs. 262-303.
5 Correspondía a la franja horaria entre las siete y las nueve de la noche. Las ocho de la tarde, según nuestro sistema horario actual.
6 La puerta sur del Palacio (Shushakumon), la Cámara Estatal, el Salón de la Universidad y la Oficina del Interior eran construcciones que formaban parte del gran complejo imperial (en japonés, Daidairi). El Daikokuden, o Cámara Estatal, era el lugar donde se celebraban las grandes ceremonias de la corte, como la entronización de un nuevo emperador o las ceremonias de Año Nuevo. El Daigakuryō, traducido como Salón o Paraninfo de la Universidad, era una especie de instituto de estudios superiores para la preparación de los funcionarios del Gobierno central. Por último, el Minbushō, u Oficina del Interior, era el órgano estatal que se ocupaba de las cuestiones administrativas en materia de censo, tasación, etc.
7 La mayor parte de los nombres de lugares que aparecen en esta obra existen hoy en día, si bien algunos han sufrido cambios en su ubicación original. La callejuela de Higuchi Tomino está actualmente cerca de Kawaramachi Gojō. El palacio, llamado Gosho, se encontraba al oeste del actual.
8 En la mayoría de versiones del Hōjōki se cita el origen en un hospital (yamaibito). No obstante, en el Daifukukōjibon y en la versión Maeda aparece mi opción (maibito).
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Las casas distantes fueron tragadas por el humo. De cerca, las llamas hambrientas lamían la tierra. ¡Todo el cielo se tiñó de color carmesí y las cenizas brillaban por el fuego!
Las llamas, conducidas por ráfagas implacables, se llevaron por delante una o dos manzanas enteras9.
¿Quién, en este trance, no estaría muerto de miedo?
Algunas personas, asfixiadas por el humo, caían al suelo. Otras, devoradas por las llamas, morían enseguida. Unos pocos, capaces de salvarse, perdieron todos sus bienes materiales. ¡Cuántos tesoros incalculables10 reducidos a cenizas! Fue una pérdida en verdad terrible. El fuego destruyó dieciséis palacios de nobles —¡quién sabe cuántos más habrá habido!—. Oí decir que una tercera parte de toda la capital. Montones de hombres y mujeres perecieron. Innumerables caballos y bueyes murieron también.
Todas las obras humanas carecen de sentido, pero, de todas ellas, perder la salud y atormentarse por construir una casa en esta ciudad tan peligrosa es especialmente baldío.
9 Ichi-ni chō en japonés. Un chō equivale a 400 shaku cuadrados, esto es, una superficie en torno a los 121 m2. Por lo tanto, entre 121 y 242 m2.
10 Shitchin manbō, en el original. Traducido literalmente significa «todos los tesoros de las siete rarezas», es decir, todo tipo de tesoros. Las siete rarezas eran, en concreto, siete materiales valiosos, aunque no siempre se citaban los mismos. En el Hannyakyō (Sutra del nirvana), por ejemplo, aparecen los siguientes: oro (kin), plata (gin), lapislázuli (ruri), cristal de roca (hari), coral (sango), ágata (menō) y tridacna (shako).
[39]
Después de esto, el cuarto mes del cuarto año de la Era Jishō11, se desencadenó un gran ciclón que azotó la zona de Nakamikado y Kyōgoku y asoló hasta Rokujō12.
Afectó a tres o cuatro manzanas13 y ninguna casa, pequeña o grande, quedó indemne.
Algunas de ellas fueron arrasadas, mientras que otras quedaron solo con los pilares y las vigas. El viento se llevó puertas y las desplazó hasta medio kilómetro de distancia. Las vallas se arriscaban de tal forma que una parcela se fundía con la siguiente. Los objetos domésticos volaban dispersos por los aires. Los techos de corteza de ciprés14 y de tablillas danzaban en el viento sin orden ni concierto, como hojas invernales. El polvo se levantaba como si fuera humo, de forma que no se podía ver nada. El clamor era tan intenso que ninguna voz humana era inteligible. ¡Ni siquiera los vientos del infierno deben de ser, creo yo, de esta intensidad!
Pero no solo fueron destruidas las casas. También mucha gente resultó herida, lisiada, intentando salvar sus
11 El 24 de mayo de 1180, bajo el reinado del 81 emperador Antoku, que murió ahogado en Shimonoseki, en las guerras de Heike. El vendaval ocurrió en primavera. En junio de 1180, la capital fue trasladada a Fukuhara, que corresponde en la actualidad al distrito de Hyōgo, en la ciudad de Kobe, prefectura de Hyōgo. El 11 de diciembre del mismo año se devolvió la capitalidad a Kioto, después de seis meses escasos. La idea del cambio se atribuye a Taira no Kiyomori (1118-1181), ministro en jefe (dajō daijin).
12 La intersección de las avenidas Nakamikado y Kyōgoku. La distancia entre ambas era de dos kilómetros ochocientos metros, aproximadamente. Rokujō era la sexta avenida.
13 Entre 363 y 484 m2. Véase nota 9.
14 En japonés, hiwada, lo cual significa «pedacitos de corteza de ciprés».
[40]
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