La correcta educación es un tema fundamental en la enseñanza de Krishnamurti. De hecho, él mismo fundó varias escuelas para iniciar una nueva educación que no se limitara a la simple acumulación de conocimientos y técnicas, sino que permitiera comprender la vida en toda su extensión e impulsara el florecer de una nueva generación de seres humanos libres de condicionamientos y capaces de convivir sin conflicto, sin violencia y sin sufrimiento.
Él mismo participó de forma activa en las escuelas que fundó, tratando de imprimir su visión, su perfume, y se reunía fre-
cuentemente con los estudiantes, padres y profesores para investigar juntos, para descubrir paso a paso las bases de esa nueva educación tan necesaria y urgente.
Esa visión propia de Krishnamurti sobre la necesidad de descubrir por uno mismo la realidad de ‘lo que es’ queda reflejada a lo largo de este diálogo, en el que responde a las preguntas formuladas por los estudiantes con declaraciones directas y nuevas preguntas no menos desafiantes que abren las puertas del conocimiento propio.
Asimismo, este diálogo, ameno por su formato, nos permite descubrir bajo una nueva luz temas tan fundamentales como la sensibilidad, los prejuicios, la observación y la belleza que esconde el arte de aprender.
Si el cristal de la ventana es oscuro, uno no puede ver la luz con claridad. Los prejuicios actúan así.
ESTUDIANTE:Resulta difícil soltar las opiniones cuando uno ya las ha formado.
KRISHNAMURTI: Pero puede soltarlas, ¿verdad?
Cuando miran toda esta belleza a su alrededor, ¿significa algo?
¿Aprecian este extraordinario valle?
No se acostumbre a nada; de esa forma, se mantendrá vital. Si mira aquellas flores, mírelas; dese la vuelta y mírelas;
con detenimiento, mírelas.
No se acostumbre a nada, no se acostumbre a su padre, a su madre, a sus profesores.
