MI TERCER OJO by Patricia Binôme / Dante Tercero (Editorial Ojo de Pez, edición bilingüe, 2014)

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Mi tercer ojo



Patricia Bin么me

Mi tercer ojo

Editorial Ojo de Pez


Mi tercer ojo Patricia Binôme Cuarta edición. Tijuana, 2014. Editorial Ojo de Pez editorialojodepez@gmail.com Equipo editorial: Brenda Aguirre Patricia Binôme Lilia Hernández Iann Ortega Jorge Peñalosa Julio Pérez Cruz Ilustraciones: Patricia Binôme Traducción: Vladimir Galindo Impreso en Tijuana. Usted es libre de fotocopiar, distribuir y comunicar públicamente esta obra, pero deberá reconocer los créditos de la misma. No podrá utilizarla para fines comerciales ni alterarla, transformarla o generar una obra derivada a partir de ella.




SOBRE ‘MI TERCER OJO’ DE PATRICIA BINOME

He de decir de Mi tercer ojo, como de la espiral que se

sucede mientras atraviesa la palabra. A la manera de algunos sonidos, las tres partes de este poema largo orquestan oscura melodía: el golpe del martillo sobre el clavo, el escozor silente de la indómita grieta, el crepitar de ascuas luego del fuego, el ladrido de un perro inconcluso. Refugiarse en las palabras puede ser un acto cotidiano, pero hacer de ellas filo -para cortar-, es un arte. La pupila atenta, el oído finamente amaestrado, nunca dormido.

Abrir el significado de las palabras para luego observar por dentro. Comprender la intención de las palabras para luego celebrar su erosión. Patricia Binôme plantea, desde lo siniestro de los niños, la suerte del chamán: un caso de abandono universal, irrevocable consecuencia. ¿Búsqueda de la figura paterna? ¿Reconstrucción de su estructura? ¿Rezo, recuperación, lavado, granizo? 9


Las palabras poco a poco están siendo sanadas. El fuego es el agua y el aire es un pensamiento desbaratado. No hay que sanar personas sino palabras. Aquí empieza la nueva alquimia: trasmutación del sueño.

Palabras-bálsamo, palabras-cura, palabras-clavo, palabras-llaga, palabras-sombra, palabras-espíritu. ¿Metafísica de las palabras? Sin duda alguna: sonido.

¿Cuál es el reverso exacto de un niño? ¿Y el de un niño leopardo? ¿Cómo se dice padre en el lenguaje de los perros? ¿Cómo se dice muerte en el lenguaje de los niños? Pregunto pero tú sigues acariciando moscas con la lengua o son ellas las que lamen tus labios de madera. Las moscas en tu boca son como flores. Entonces te olvido un rato y bailo. Las flores se van secando. 10


La búsqueda no ceja aquí. Mi tercer ojo de Patricia Binôme deviene dibujos, formas, el movimiento finisecular del ojo, el comienzo del otro, secuencias en blanco y negro, quizá galaxia, quizá planeta, quizá mero polvo o pupila. O como ella dice: Pequeños milagros.

Amaranta Caballero Prado

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A los poetas ni単os del D.F. A los de Tijuana A Caracol Al 5 de corazones del 14 de mayo del 2013 A la Marciana del 14 de junio A Lilia Amore A mi amigo Toriel A mis muertos



PRIMER DÍA Sube a la montaña y un secreto te será revelado



Yo te busco. Te busco desde un camino de hormigas ciegas. Te busco en el útero embarazado de la luna. Si no te encuentro mis ojos cantan canciones de sal y azúcar, mis ojos cantan arañas. Veo perros mordiendo la noche cuando cierro los ojos, perros inquietos de luz brincando debajo de mis párpados. Chiquitos, diminutos perros durmiendo en la pupila de otros perros todavía más diminutos y un camino que conduce al sueño de un venado que duerme sobre la punta de mi dedo índice que es de fuego. Me pregunto si los venados o los perros o los gatos o los 17


niños o los zorros o las piedras o los lobos o las fogatas o los recuerdos o los plumajes de colores o la muerte. Me pregunto si esto que siento en el pecho será un toro o un perro, o si será la noche. No, la noche es una niña veloz que intermitente siempre regresa. Mis ojos están cerrados desde el vientre. La noche también se come mis ojos. Poco a poco desciendo, me hundo en un mar de fantasmas porque no te encuentro. Te escucho pero en tu voz aletea una mosca. Soy una manzana mordida o caí del árbol como caen los perros. Perro perro perro perro perro perro perro perro perro perro o papá. ¿Cuál es el reverso exacto de un niño? ¿Y el de un niño 18


leopardo? ¿Cómo se dice padre en el lenguaje de los perros? ¿Cómo se dice muerte en el lenguaje de los niños? Pregunto pero tú sigues acariciando moscas con la lengua o son ellas las que lamen tus labios de madera. Las moscas en tu boca son como flores. Entonces te olvido un rato y bailo. Las flores se van secando. Regresan los perros de luz y bajan escalando mis mejillas. Mis manos quieren ser olas. Mis manos se elevan como gaviotas y es entonces que te presiento. Una canción me habla, me pregunta: ¿a dónde ir? ¿a dónde ir ahora? Propongo escudriñar siluetas en los vidrios mi voz se decolora propongo buscar tu rostro en el rostro de un susurro, susurro, 19


desde mi cama le contesto a las melodías y a la noche que quizá no debamos pensar más en ti. Veo un rostro en una gota de agua y sé que es el tuyo. Tu altar es el tiempo. ¿Cuántas veces te he nombrado? ¿Y los otros? Ninguna, porque tu nombre es el aire que en espiral se aleja desde siempre y para siempre. Tu nombre es el caballo más veloz más invisible. Tu nombre está hecho con la sangre del sol y si te digo mis palabras son rayos, deslumbramientos. Me esperas balanceando los pies arriba de una escalera. Miro al cielo y mis ojos se llenan de nubes. Mis manitas de chamán hacen notas instantáneas sobre la tierra en lo alto de una montaña que no es montaña sino lluvia de cenizas dormidas. Y yo cuando no duermo es cuando más te veo, o al revés, 20


porque en los sueños siempre eres un perro negro negrísimo que pasa corriendo en segundo plano o la voz de un poeta que me dice al oído que es imposible encontrarte en la Octava Casa, en La Casa de la Muerte o en un eco en el fondo de un estanque entumecido. Yo le contesto que sí, que el ombligo sí es un túnel al más allá y agrego que es por eso que todos tenemos perros en el vientre. Él me dice que los recuerdos son ríos, que los recuerdos son diablos. A veces siento que la voz del poeta es tu voz pero luego me doy cuenta que la suya es apenas papel con letras y la tuya el grandioso espíritu de lo inexistente. Hay un ojo. 21


Una piedra gigante custodia la tumba de mi tercer ojo. Del ojo en mi frente nace un lagarto. Santísimo Ojo Muerto, enterrado en El Panteón de las Lágrimas Olvidadas: ¡Dime la verdad! ¿Qué nos enlaza con lo indecible? Repentinamente me revela un secreto, uno muy feliz, uno muy triste: Eres el niño y su calavera, algo que trasciende, que no pertenece a este mundo, un niño solitario protegiéndose bajo un muro de roca, el único, sobreviviente hijo de soles tragados por agujeros negros.

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SEGUNDO DÍA Purifícate al caer la tarde.



La noche pronto es azul espeso. Un murmullo de gusano que se sueña mariposa carcome lentamente mis respiraciones. En la almohada regurgito ese murmullo. Mis ojos son peces nadando entre sombras de pensamientos cuando la vigilia me desmorona. Imagino al día como un juguete y me entretengo con él, lo muevo con mis dedos y con mis ideas mientras mis ojos examinan la espina dorsal del aire. Su esencia es un códice: Las Minucias Sagradas. Pienso que quizá ellas sepan algo sobre ti y es por eso que estimulo al viento con mis cantos. Quiero que la corriente le arranque respuestas a los árboles. 27


Las plumas de las águilas son palabras resplandecientes. Quiero tenerlas. Cubrirme con ellas el rostro. Que sean ellas mis lágrimas luminosas. Observo al mundo desde la montaña, los animales. Las hormigas trazan caminos, sus caminos son conciencia de la inmensidad y lo infinito. Sus caminos son manuscritos de dios envenenado. Mi padre fue uno de ellos. Ahora se redime en El Estanque de los Perros Ausentes por la gracia de mi olvido. Su barba blanca cobijaba montañas en invierno, mi madre fue una de esas montañas que recibió en su vientre la escarcha. Yo nací de un copo de nieve. ¿Podrá el hielo algún día convertirse en piedra? Si un granizo golpea como una piedra chiquita ¿es una piedra chiquita? 28


¿Podré yo algún día convertirme en piedra, ser una roca de fuego? Hoy hice fuego con las manos para quemar a todos mis diablos y tal vez así encontrarte. En el ritual se hace un sacrificio: Larvas de lumbre purificando el espíritu de las palabras. El cielo oscuro escucha las brasas tronando y mi cuerpo de niño se baña con el humo. Mis manos hacen formas espontáneas en el aire. Mi mano izquierda de repente es un oso y la derecha es un ciervo. Espectro fragmentado de La Estrella de la Muerte iluminando desde el fondo de los mares y los mares parpadeantes en su terquedad de olas. Una mariposa nocturna son mis dedos sobre el fuego. Las palabras poco a poco están siendo sanadas. El fuego es el agua y el aire es un pensamiento desbaratado. 29


No hay que sanar personas sino palabras. Así empieza la nueva alquimia: trasmutación del sueño. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego acercándose a mi rostro o yo acercándome a ellos. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego escribiendo versos en el reverso de mi piel. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego limpiando mis ojos con su voz de ceniza. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego llenando mi exhalación de luz. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego Sombras del Fuego Espíritus del Fuego son el canto que carcome mi garganta de piedra. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego Polillas del Fuego tragándose todo mi espíritu. Sombras del Fuego Espíritus del Fuego Ángeles del Fuego Crisálidas del Fuego. Sus alas me refugian y renazco ahora de la punta de una 30


flama. De un rayo de sol quiero nacer. El viento es el agua. Adiós Sombras del Fuego Espíritus del Fuego Espermas celestes rompiéndose sobre la montaña. La corriente de mis ojos se lleva al día las estrellas sin luz se alimentan de mi fuego con un rayo de lumbre el sol embarazó a la luna el agua que es el viento se lleva mi piel de humo que es mi piel de serpiente mis ojos de serpiente. Ahora mi sangre ilumina más que ayer mis manos queman más que ayer amo el fuego más que ayer ojalá te viera más que ayer.

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TERCER DĂ?A Observa el ciclo de la Existencia



Mi abuela, quien nació de la escama de una sirena, dice que es imposible encontrarte. -No puedes encontrarle porque no habita esta tierra sino un lejano espacio en el que aguarda reservándonos de su presencia para que existamos nosotros. Nosotros somos su ausencia yo soy su ausencia tú eres su ausencia, dice mi abuela con el rostro iluminado por el fuego y por el tiempo. Pero yo sé que ella está equivocada. Yo te presiento aquí en la palma de mi mano. Arroyos desembocando repentinos de una piel a otra, de una cabeza a otra. Hay un círculo de espejos 37


y en el centro está mi abuela que es un pez y su cuerpo el resplandor de los recuerdos como espuma brotando de mis sueños o mis ojos dormidos. Los niños guardan silencio alrededor y beben el fuego. Del cielo cae un verso: “Un parpadeo de tu frente para darnos vida, otro para cubrir de polvo a las piedras” Y mi abuela navega en la huella que dejó este verso al caer sobre la tierra. Su cuerpo entero, inmenso como un suspiro, fue atrapado en una gota. El viento la condujo hasta el océano para nunca regresar. Será el latido de una ola. Será el espíritu visible de una cascada. Será un eco de oscuridad en el abismo. Los silencios que se esconden en la corriente como un río lleno de secretos. 38


Camino sobre un campo de lenguas sangrantes. Bajo la montaña y veo la piel del mar, brillante y negra como la espalda de un lagarto. Los peces pertenecen al mar. El mar el mar el mar el mar se traga las piedras, las disuelve con paciencia. No quiero que me trague el mar. Un silencio de viento me susurra al oído, dice que tú habitas entre el párpado y el ojo. Regreso a seguirte buscando y un alacrán de insomnio entierra su aguijón en mi quijada. Me siento abandonado por ti en todas estas noches que no duermo pero yo te perdono. Te perdono desde las piedras. Ahora abre tu mano. Tus dedos son escaleras por las que yo podría arrastrarme. Ellos quieren que los toque con mis ojos, 39


con mis ojos de escorpión que ha regresado de la muerte, porque así su cuerpo es sanado. Yo no conozco nada, solo mis manos y mi propia mirada, pero eso a ellos les parece suficiente porque mi vista es como una centella de bálsamos invisibles que se esparcen sobre el vientre de la noche para que nazcan sanos los niños, para que sus ojos sean estrellas explosivas y no un nido de sombras en el interior de un bosque moribundo. Abandono el fuego. Me limpio las manos con la tierra y con el tiempo para que éstas queden limpias de recuerdos. El tiempo que ha pasado es sólo un esqueleto, eso dicen los perros silvestres cuando cuchichean en el interior de la noche. Camino hacia un lugar lejano. 40


El viento me empuja y cierro los ojos porque confío en la voluntad de la penumbra. Estás un poco ausente y entonces el frío se estrella contra mis mejillas. Mis pasos son monolitos de hielo. El cielo es una fogata blanca hecha trizas y me pregunto dónde, en cuál de todos esos fragmentos habitas. Sigo caminando y voy mordisqueando silencios. Como raíces de las que emergen de mis pensamientos. A lo lejos veo las casas, luces amarillas que son auras de lo inanimado. Quiero saber si tú me buscas como yo a ti. Quiero creer que a veces el mundo para ti también es un laberinto y que tu corazón y tu mente y tus manos y tus ojos también ocurren, 41


como los míos ocurren en el bullicio demente de lo inmortal. Yo Ser un nudo hecho de fantasmas escandalosos Yo Ser un revolcarse en el lodo para no ser transparente Yo Ser un millón de pensamientos sobre ti que han tomado forma y que son como partículas de hielo derritiéndose en el halo incandescente de tu rostro interminable e invisible. Mis latidos te imaginan, son ofrendas de vapor que salen de mi boca y mis lágrimas caen como pequeños prismas triangulares hasta el fondo de la tristeza salvaje. Así en la búsqueda de lo absurdo entiendo yo la vida, en la contemplación de lo imposible, de lo irreal o de la felicidad que nace y desaparece justo en el minúsculo instante previo al llanto de un recién venido al mundo. 42


Pequeños milagros que suceden cuando tú estás cerca. Esas coincidencias constantes que me hacen saber que existes, eres y sucedes son los relámpagos que brotan de entre las piernas de madres inexploradas. Madres con cara de tormenta a las que yo, Dios Niño, ayudo a dar a luz con tan sólo verlas. Madres fugaces como el indicio de un movimiento. Madres estridentes como explosión de cuarzos. Luego la muerte cristalizándose lentamente sobre la boca entreabierta de una mujer que se desvanece en el insoportable poema de la existencia que es el alumbramiento. Veo nacer un nuevo llanto.

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My third eye



FIRST DAY Climb the mountain and a secret will be unfold



I look for you. I look for you from a path of blind ants. I look for you in the moon’s pregnant utero. If I don’t find you my eyes sing salt and sugar songs, my eyes sing spiders. I see dogs biting the night when I close my eyes, dogs restless of light jumping under my eyelids. Small, tiny dogs sleeping in the pupil of other dogs even more tiny and a road that guides into the dream of a deer that sleeps in the tip of my index finger made of fire. I ask myself if deers or dogs, or cats, or kids, or foxes or stones, or wolves or bonfires or memories or colored plumages or death. I ask myself if what I feel in my chest is a bull or a dog, or if it is the night. 73


No, the night is a fast girl who intermittent always comes back. My eyes are closed from the belly. The night eat my eyes too. Little by little I descend, I sink in a sea of ghosts because I can’t find you. I hear you but a fly flutters in your voice. I’m a bitten apple or I felt from the tree like dogs fall. Dog dog dog dog dog dog dog dog dog dog or dad. Which is the exact reverse side of a child? And of a leopard child? How do you say father in dog language? How do you say death in children language? I ask but you keep on caressing flies with your tongue or they’re the ones licking your wooden lips. The flies in your mouth are like flowers. Then I forget you for a while and I dance. The flowers are drying. 74


The dogs of light return and climb down my cheeks. My hands want to be waves. My hands raise like seagulls and that’s when I have a presentiment of you. A song talks to me, asks me: where to go? Where to go now? I propose to scrutinize silhouettes in glass my voice loses color I propose to look for your face in the face of a whisper, whisper, from my bed I answer to the melodies and the night that we might not think of you anymore. I see a face in a water drop and I know it’s yours. Your altar is the time. How many times I have mention you? And the others? None, because your name is the wind that moves away in spiral since always and forever. Your name is the fastest horse the most invisible. Your name is made with the blood of the sun and if I tell you 75


my words are lighting, bedazzlement. You wait for me up on a ladder swinging your feet. I look up the sky and my eyes fill with clouds. My chaman small hands make instant notes in the land on top of the mountain that is not a mountain but a rain of asleep ashes. And when I don’t sleep is when I see you more, or the other way round, because in dreams you are always a blackest black dog that passes running in the background or the voice of a poet that tells me in the ear that it is impossible to find you in the Eighth House, in The House of Death or in an echo at the bottom of a numb pond. I answer yes, that the belly button is in fact a tunnel to the afterlife and I add that that’s why we all have dogs in the belly. He tells me that memories are rivers, that memories are devils. 76


Sometimes I feel like the voice of the poet it’s your voice but then I realize that his is barely paper with words and yours the great spirit of inexistence. There’s an eye. A giant stone custodies the tomb of my third eye. From the eye in my forehead a lizard is born. Holy Dead Eye, buried in The Graveyard of Forgotten Tears: Tell me the truth! What binds us with the unspeakable thing? Suddenly it reveals me a secret, a very happy one, a very sad one: You are the kid and his skull, something that transcends, that doesn’t belong to this world, a lonely kid protecting himself under a wall of rock, the only one, survivor son of suns swollen by black holes.

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SECOND DAY Purify yourself when the afternoon falls



The night soon is thick blue. The whisper of a worm that dreams of itself as a butterfly slowly consumes my breathings. I regurgitate that whisper in the pillow. My eyes are fishes swimming between shadows and thoughts when the sleeplessness collapses me. I imagine the day as a toy and I surrender with him, I move him with my fingers and mi ideas while my eyes examine the air’s dorsal spine. Its essence is a codex: The Holy Minutiae. I think that they might know something about you and that’s why I stimulate the wind with my singings. I want the stream to snatch answers from the trees. The eagles’ feathers are dazzling words. I want to have them. 81


Cover my face with them. I want them to be my illuminated tears. I see the world from the mountain, the animals. The ants trace paths, their paths are consciousness of immensity and infinity. Their paths are manuscripts of poisoned god. My father was one of them. He now redeems itself in The Pond of Absent Dogs by grace of my oblivion. His white beard used to cover up mountains on the winter, my mother was one of those mountains that received the frost in her belly. I was born from a snowflake. Can the ice turn into stone someday? If a hail hits like a tiny stone, is it a tiny stone? Can I turn into stone someday, a fire rock? Today I made fire with my hands to burn all my devils and maybe find you that way. 82


Over the ritual a sacrifice it’s done: Fire larvae purifying the spirit of words. The dark sky hears the embers sparking and my child body bathes with smoke. My hands make spontaneous shapes in the air. Suddenly my left hand is a bear and the right one is a deer. Fragmented spectrum of The Death Star illuminating from the bottom of seas and the flickering seas with its stubbornness of waves. A nocturnal butterfly are my fingers over the fire. Little by little the words are being healed. The fire is water and the air is a thought in pieces. We shouldn’t heal persons but words. That’s how the new alchemy begins: dream transmutation. Shadows of Fire Spirits of Fire getting closer to my face or it’s me going near them. Shadows of Fire Spirits of Fire writing verses on the reverse side of my skin. 83


Shadows of Fire Spirits of Fire cleaning my eyes with its voice of ash. Shadows of Fire Spirits of Fire filling my exhalation of light. Shadows of Fire Spirits of Fire Shadows of Fire Spirits of Fire are the singing that consumes my stone throat. Shadows of Fire Spirits of Fire Moths of Fire swallowing all my spirit. Shadows of Fire Spirits of Fire Angels of Fire Chrysalises of Fire. Its wings give me shelter and now I’m reborn from the tip of a flame. I want to be born from a sun ray. The wind is the water. Good bye Shadows of Fire Spirits of Fire Celestial Sperms breaking over the mountain. The stream of my eyes takes away the day the lightless stars feed themselves from my fire the moon got pregnant from the sun with a ray of fire 84


the water which is the wind take away my smoke skin which is my snake skin my snake eyes. Now my blood illuminates more than yesterday my hands burn more than yesterday I love the fire more than yesterday I hope I see you more than yesterday.

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THIRD DAY Observe the cycle of existence



My grandmother, who was born from the scale of a mermaid, says that it is impossible to find you. -You cannot find it because he doesn’t live in this land but in a further space in which it waits keeping from us its presence so we can exist. We are its absent I’m its absent you are its absent, says my grandmother with her face illuminated by fire and by time. But I know she is wrong. I have a presentiment of you, here in my hand. Brooks ending from one skin to another, from one head to another. There is a circle of mirrors and in the center there is my grandmother who is a fish and her body the shining of memories 89


like foam emerging from my dreams or my asleep eyes. The children are around in silence and drinking the fire. From heaven a verse falls: “A blink of your forehead to give us life, another to cover the stones with dust� And my grandmother sails in the mark that this verse leaved when it felt in the land. Her entire body, immense like a sigh, was capture in a drop. The wind lead her to the ocean to never come back. She will be the beat of a weave. She will be the visible spirit of a waterfall. She will be the echo of darkness in the abysm. The silences that hide in the stream like a river full of secrets. I walk through a field of bleeding tongues. I climb down the mountain and see the skin of the sea, shiny and black like the back of a lizard. The fishes belong to the sea. 90


The sea the sea the sea the sea swallows the stones, it dissolves them with patience. I don’t want to be swallowed by the sea. A silent of wind whispers in my ear, it says that you live between the eyelid and the eye. I come back to keep on looking for you and an insomnia scorpion buries his sting in my jaw. I feel you abandon me in all this nights that I don’t sleep but I forgive you. I forgive you from the stones. Open your hand now. Your fingers are stairs where I could drag myself. They want me to touch them with my eyes, with my returned-from-death scorpion eyes, because in that way his body is healed. I don’t know anything, just my hands and my own look, but that seems enough for them because my look is like a spark of invisible balsams 91


that spreads over the belly of night so that the children are born healthy, so their eyes become explosive stars and not a shadow nest inside of a dying forest. I abandon fire. I clean my hands with ground and time for they to remain clean of memories. The passed time is just a skeleton, that’s what the wild dogs say when they whisper in the interior of night. I walk to a distant place. The wind pushes me and I close my eyes because I trust in the will of darkness. You are a little absent and then the cold crashes with my cheeks. My steps are ice monoliths. The sky is a white shattered bonfire and I ask where, in which of those pieces you live in. 92


I keep walking and nibbling silences. Like the roots that spring up from my thoughts. Far away I can see the houses, yellow lights which are auras of the inanimate. I want to know if you look for me the way I do. I want to believe that sometimes the world is a labyrinth for you as well and that your heart and your mind and your hands and your eyes also occur, like mine occur inside of the mad noise of the immortal. I Being a knot made out of boisterous ghosts I Being a roll in the mud to not to be transparent I Being a million of thoughts about you that has taken shape and that are like ice particles melting in the incandescent halo of your endless and invisible face. My beats imagine you, they are vapor tributes coming out of my mouth and my tears fall like small triangle prisms 93


to the bottom of wild sadness. That way in the search of absurdness I understand life, in the contemplation of the impossible, of the unreal or the happiness that is born and disappears just in the minuscule instant prior to the crying of a newly arrived to the world. Small miracles that take place when you are near. Such constant coincidences that make me aware of your existence, that you are, that you happen are the lightning that emerge between the legs of unexplored mothers. Mothers with a storm face who I, God Child, help them to give birth by only looking at them. Fleeting mothers like the hint of a movement. Strident mothers like quartz explosion. Then the death slowly crystallizing in the ajar mouth of a woman who vanishes in the unbearable poem of existence 94


which is giving birth to light. I see a new crying is born.

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PATRICIA BINÔME Tijuana, 1985. Autora de los libros Perro Sombra (edición de autor, 2011), Corazón (Kodama, 2012) y Mi tercer ojo (Editorial 2.0.1.3. y Editorial Ojo de Pez, 2013). Estudió Lengua y Literatura de Hispanoamérica. Algunos de sus textos pueden ser encontrados en Punto de partida (UNAM) no.165, bajo el eje temático: 30 poetas jóvenes de México (1985-1991); en la antología de poesía mexicana Somos Poetas ¿y qué? (Honda Nómada, 2011) y en la revista Tierra Adentro (2013). Es directora de Editorial Ojo de Pez.



EDITORIAL OJO DE PEZ Mi tercer ojo Cuarta ediciรณn Junio de 2014 Tijuana โ ข



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