Los Centros Integradores fueron una política pública orientada, primordialmente, a sembrar la semilla del desarrollo para todos; en segundo lugar, contribuyeron a construir una alianza indisoluble entre la sociedad y su gobierno, entre el gobierno y la sociedad. Para ello, se hizo de la planeación democrática una herramienta poderosa, capaz de mover y promover, esto es, romper los viejos paradigmas y las inercias del pasado, mirando hacia el futuro con la finalidad de hacer realidad una visión del provenir que dejara atrás los métodos caducos que en nada contribuían a dar respuestas efectivas a las demandas de la sociedad.