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El Basset HoundEl paciente
from Ateuves 86
by Grupo Asís
PACIENTES DE LA CLÍNICA El Basse t Hound
1 Seborrea
2 Enfermedad del disco intervertebral
El Basset Hound es una raza de origen francés utilizada habitualmente para la caza por su increíble olfato, pero que gracias a su buen carácter se ha ganado un lugar en los hogares de todo el mundo. Debido a su peculiar morfología, con un tronco ancho y alargado, unas patas muy cortas y unas grandes orejas caídas, y a la intensa selección, es una raza predispuesta a diferentes enfermedades.
3 Entropión y ectropión
5 Otitis
4 Torsión gástrica
De Francia a Inglaterra y a los versos de William Shakespeare
La raza tiene su origen en Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XIX, aunque sus raíces proceden realmente de Francia, donde los perros tipo Basset se utilizaban durante la caza menor a pie. Hablando de la historia de esta raza, cabe destacar la posible referencia de William Shakespeare a unos perros con características muy similares en su obra “El sueño de una noche de verano”: Mis perros vienen de la raza de Esparta, con las mismas grandes quijadas, el mismo color arena, y de sus cabezas cuelgan orejas que barren el rocío de la mañana. De rodillas torcidas y un pellejo bajo el cuello como toros de Tesalia, lentos en la persecución, pero emparejados en la voz como campanas.
TrapezaStudio/shutterstock.com
1 La seborrea es una enfermedad dermatológica en la que se produce un exceso de sebo por las glándulas sebáceas que da lugar a la aparición de costras, escamas o acumulación de grasa en el cuero cabelludo. También puede aparecer un olor fuerte y desagradable que a menudo es el principal motivo de consulta de los propietarios. Suele afectar principalmente a la cara, las patas y el tronco.
2 La enfermedad del
disco intervertebral es una enfermedad articular que se produce cuando el cartílago de los discos intervertebrales se desgasta, se rompe o se hernia produciendo una compresión de la médula espinal. Aunque puede ocurrir en muchas razas e incluso en los gatos, los perros con esta morfología tan característica son los más afectados. Los signos clínicos pueden ser variados en función de la localización y la gravedad de la lesión y pueden incluir: dolor intenso, intolerancia al ejercicio y dificultad para caminar, parálisis de las extremidades, incontinencia urinaria y/o fecal, etc.
3 El entropión y ectro
pión son enfermedades que afectan a los ojos y en especial a los párpados. En el Basset Hound tienen lugar debido a la intensa selección genética que se ha hecho para que presenten los típicos “ojos tristones” tan característicos de esta raza. El entropión se produce cuando el borde del párpado se dobla total o parcialmente hacia el interior del ojo, entrando en contacto directo con la córnea. Por el contrario, en el ectropión el borde del párpado se dobla hacia fuera, dejando expuesta la conjuntiva del párpado. Cualquiera de las dos opciones puede producir problemas muy graves en el globo ocular que son especialmente molestos y dolorosos para el paciente.
4 La torsión gástrica
es un síndrome característico de razas grandes y gigantes con tórax ancho y profundo, entre las que se incluye el Basset Hound. Es una urgencia quirúrgica que debe identificarse rápidamente ya que en pocas horas puede comprometer seriamente la vida del animal. Los principales signos que se observan son: gran distensión abdominal, intentos improductivos de vomitar y, una vez avanza el cuadro, signos de shock.
5 La otitis es una inflamación del oído que puede aparecer en muchas razas, y en especial en aquellas con las orejas grandes y caídas, ya que no pueden ventilarse con normalidad. Puede producir prurito intenso y malestar, por lo que es necesario realizar una correcta higiene de los oídos en estos pacientes predispuestos para mantenerlas limpias y evitar problemas futuros.
Dolor articular en perros y gatos
¿Sabías que el dolor articular o artralgia es un problema muy frecuente en animales de compañía de cualquier edad? ¿Sabías que en muchos casos puede pasar desapercibido, tanto para nosotros como para sus propietarios? ¿Qué podemos hacer para detectarlo y aliviarlo?
Alejandro Bañares
Cirugía Ortopédica y Traumatología Veterinaria Orotavet Clínica Veterinaria (Santa Cruz de Tenerife)
Imágenes cedidas por el autor
¿Qué causa el dolor articular? Las causas de dolor articular son múltiples y requieren en cada caso un tratamiento específico, si bien existe un enfoque terapéutico común en todos ellos. Hay que tener en cuenta que pueden estar afectadas una o varias articulaciones, lo cual influye de manera muy evidente en la sintomatología. También es importante tener muy claro que la enfermedad articular no es exclusiva de animales de edad avanzada; de hecho se diagnóstica con mucha frecuencia en cachorros y adultos jóvenes. Las causas más frecuentes de enfermedad articular que provocan dolor son: • Traumatismos o luxaciones. • Displasias (cadera, codo y hombro) • Osteoartritis u osteoartrosis, normalmente secundarias a: displasias, traumatismos, esfuerzos o sobrecargas, obesidad y edad avanzada. • Artritis o poliartritis autoinmunitaria.
• Artritis séptica. • Tendinitis. La osteoartrosis puede ser la causa, pero también es la consecuencia de la enfermedad articular.
¿Cómo detectamos el dolor? Al hablar del dolor articular, lo primero que tenemos que tener muy en cuenta es que los animales y los humanos no mostramos el mismo comportamiento ante el dolor. En nuestro caso, ante cualquier síntoma de dolor, nuestra reacción es compartirlo, exteriorizarlo y, con frecuencia, incluso amplificarlo. En definitiva, comunicamos a nuestro entorno que padecemos un dolor determinado. En el caso de nuestros animales de compañía, la respuesta ante el dolor es completamente diferente, ya que suelen esconderlo. Esto se debe a su instinto de supervivencia, en ocasiones mucho más determinante para ellos que su comportamiento social.
Dolor agudo o dolor crónico
El dolor agudo se produce de forma brusca y normalmente es muy evidente. Se presenta de forma aparentemente más intensa e incluso dramática. Se genera un dolor muy intenso que posteriormente el paciente va “encajando” y va disminuyendo paulatinamente. El dolor crónico, sin embargo, se establece gradualmente, tiene fases de mejoría y empeoramiento y es mucho más fácil de esconder. En el caso del dolor articular, cabe esperar que un paciente con osteoeartrosis muestre dolor evidente, se queje y presente cojera. Sin embargo, no ocurre así; al tratarse de un proceso crónico, el paciente controla el uso de esa extremidad, compensa su movimiento con las otras patas y evita mostrar una cojera. Si la osteoartrosis es bilateral o generalizada, la presentación de una cojera es aún menos probable. Cuando aparece la cojera no es cuando se inicia el dolor, sino cuando el animal no es capaz de compensar y esconder durante más tiempo ese dolor (figura 1).
Figura 1. Labrador de 6 años de edad con cojera aguda en la extremidad anterior izquierda. Nunca antes había manifestado cojera en miembros anteriores. Se observa displasia bilateral de codo con artrosis grave. Es evidente que este paciente presentaba dolor articular previo a la aparición de la cojera. La causa del empeoramiento fue una artritis séptica que descompensó el cuadro.
Para poder sobrevivir, la mayoría de los animales esconden los signos de dolor o enfermedad, y en el caso de los animales de compañía ocurre lo mismo, ya que muchos comportamientos son de origen instintivo. Es por esto por lo que para muchos propietarios, e incluso muchos veterinarios y auxiliares, los signos de dolor articular pueden pasar completamente desapercibidos. Se tiende a pensar que como el animal pasea, come y juega se encuentra bien, pero no nos damos cuenta de que en muchas ocasiones hace todo esto escondiendo o amortiguando signos de dolor. Interpretamos signos tan importantes como la disminución de actividad, como un signo de madurez o simplemente vagancia. El signo clínico más importante de dolor crónico en un animal es el cambio de actitud. Por tanto, dado que nuestros pacientes no comunican de forma evidente la presencia de dolor, y puesto que para sus propietarios estos síntomas pasan fácilmente desapercibidos, tenemos nosotros la responsabilidad en nuestros centros veterinarios de estar atentos y detectar signos y patrones de dolor, incluido el dolor articular.
Signos más frecuentes de dolor articular
• Disminución de la actividad: es el signo más importante de dolor articular. En el caso de los cachorros, es frecuente que el propietario refiera que su cachorro es muy vago, tranquilo y poco juguetón. En el caso de los adultos, se suele achacar a que el animal es más maduro o está envejeciendo. En los gatos es muy frecuente observar cómo dejan de saltar a sus muebles favoritos o se vuelven mucho más torpes. • Pérdida de interés por socializar, pasan mucho tiempo tumbados. • Pérdida de apetito. • Falta de higiene: muy frecuente en gatos, dejan de acicalarse y hacen sus necesidades fuera de la caja. • Jadeo: muchos perros con dolor articular jadean durante el paseo. El propietario lo achaca a que se cansa, pero en muchas ocasiones la causa no es el cansancio sino el dolor. • Salivación excesiva. • Cambios en la marcha: sobre todo en los casos de osteoartrosis bilateral o generalizada, es frecuente observar cómo el paciente camina de forma diferente. Un perro con displasia de cadera, por ejemplo, y consecuentemente con dolor articular, camina dando pasos cortos, intentando no colocar todo el peso solo en una de las patas traseras durante mucho tiempo. Camina como si el suelo estuviera caliente y con la cabeza algo más baja de lo normal, para bascular el peso hacia adelante. En el caso de los cachorros con displasia de cadera, tienden a correr como un conejo, es decir, corriendo a saltos y apoyándose sobre sus dos patas traseras a la vez, por la misma razón, para evitar ejercer demasiada presión en una sola pata o articulación. • Cojera: la cojera es una claudicación al dolor articular. Cuando el animal cojea debido a una lesión crónica, es porque ya no es capaz de compensar ni esconder el dolor. En estos casos, si hay una lesión crónica es importante valorar las otras extremidades, puesto que si detectamos osteoartrosis es frecuente que estén afectadas más articulaciones. Debemos desterrar el concepto de que si mi animal no cojea, no tiene dolor articular. No hay que asumir que un animal está bien porque no ha dejado de comer, recibe alegremente a sus propietarios cuando llegan a casa y mueve constantemente el rabo. Es muy importante que transmitamos esta información a los propietarios. Los signos de dolor articular crónico son mucho más sutiles y es nuestra labor detectarlos y mostrar a los propietarios cómo hacerlo.
¿Cómo podemos diagnosticarlo?
Anamnesis y exploración física
• Anamnesis: es fundamental realizar una correcta anamnesis y enseñar a los propietarios a detectar signos de dolor. • Exploración: no hay que buscar únicamente signos de dolor, sino además inflamación, engrosamiento y aumento del líquido articular, que dan lugar a alteraciones en el rango de movimiento de las articulaciones (ROM, range of movement). El estudio del ROM y el dato que obtenemos en extensión y flexión en las diferentes articulaciones es un método sencillo, barato y no invasivo, muy útil para valorar el estado de una articulación y su respuesta al
tratamiento. Para ello solamente necesitamos un goniómetro como el que se muestra en la figura 2. Es una exploración que pueden realizar fácilmente los ATV instruidos en la clínica, como parte de una recopilación de datos clínicos del paciente. Las tablas de valores normales pueden variar entre razas, pero no de manera muy significativa (ver tabla). Además, nos sirve para monitorizar el seguimiento de una articulación durante el tratamiento, por ejemplo tras una intervención quirúrgica. • Es frecuente que en algunos pacientes que acuden a consulta por una cojera unilateral se
Figura 2. Cálculo del ROM con goniómetro en la rodilla de un Labrador.
Valores ROM en Labradores
Articulación Posición Media DE 85 % IC de la media Mediana
Carpo
Flexión Extensión
Valgo Varo 32 196 12 7 2 2 2 1 31-34 194-197 11-13 6-8 32 196 12 7 Codo Flexión Extensión 36 165 2 2 34-38 164-167 36 166 Hombro Flexión Extensión 57 165 2 2 54-59 164-167 57 165 Tarso Flexión Extensión 39 164 2 2 37-40 162-166 38 165 Rodilla Flexión Extensión 42 162 2 3 40-43 160-164 41 162 Cadera Flexión Extensión 50 162 2 3 48-52 160-164 50 162 DE: Desviación estándar; IC: Intervalo de confianza. Fuente: Reliability of goniometry in Labrador Retrievers. Gayle Jaegger, DVM. AJVR, Vol 63, No. 7, July 2002.
detecten en la exploración alteraciones en el miembro contralateral, aparentemente sano, como por ejemplo inflamación, rigidez o disminución del ROM. En estos casos, el trabajo diagnóstico y terapéutico debe incluir ambos miembros, aunque la cojera se presente solamente en una extremidad. • En el caso de los gatos, las cojeras son mucho menos frecuentes. La exploración de las articulaciones suele mostrar menos inflamación e incluso menos dolor, aunque sí disminución del ROM. En ellos, la disminución de la actividad puede ser el único signo detectable.
Pruebas diagnósticas
• Diagnóstico por imagen: la radiología es el método diagnóstico más utilizado en medicina veterinaria para estudiar la enfermedad articular. Permite detectar aumento del líquido articular, osteofitos, esclerosis, remodelación ósea y signos de la enfermedad subyacente como osteocondritis disecante, displasia de cadera o codo, etc. En los últimos años se ha popularizado la tomografía computarizada, que permite obtener una información mucho más detallada. • Citología del líquido sinovial: se obtiene mediante artrocentesis y es cada vez más frecuente en las clínicas. Debería ser una prueba rutinaria en estos pacientes.
¿Cómo podemos tratarlo? Para enfocar el tratamiento hay que diferenciar claramente entre lesiones crónicas y agudas y verificar la existencia o no de osteoartrosis. Básicamente, las lesiones agudas requieren reposo, frío local y tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINE). A medida que se cronifican el tratamiento debe pasar a ser más multimodal. Debemos recordar que la aparición brusca de sintomatología no indica que la lesión sea aguda, ya que en muchas ocasiones las lesiones crónicas pasan desapercibidas hasta que aparece el dolor evidente, la cojera, etc.
Control del peso
El sobrepeso incrementa el estrés sobre las articulaciones y los músculos, lo cual lleva a una cadena de eventos que desemboca en artrosis. Del mismo modo que se sabe que las cargas leves
• Para muchos propietarios los signos de dolor articular pasan desapercibidos. • El signo clínico más importante en un animal con dolor articular es el cambio de actitud. • Debemos desterrar la idea de que si un paciente no cojea, no tiene dolor articular.
en el cartílago son beneficiosas, la carga excesiva es muy perjudicial. La obesidad es responsable de la aparición de artrosis también a nivel metabólico, lo que explica por qué en humanos la artrosis de manos (que no reciben sobrecarga) es más frecuente en pacientes obesos. La leptina, una hormona secretada en el tejido graso, tiene un efecto proinflamatorio y catabólico en el cartílago, lo que predispone a la artrosis. Todos los pacientes con enfermedad articular de cualquier origen deberían seguir un plan de control y/o disminución de peso con una dieta específica.
Ejercicio diario de bajo impacto
Ejercicios de bajo impacto como pasear y, en la medida de lo posible, nadar son actividades muy adecuadas, al contrario que los ejercicios explosivos de carreras y frenadas. La ausencia de ejercicio favorece la rigidez de la articulación y consecuentemente el dolor.
Control del dolor
• AINE: constituyen el pilar principal del tratamiento analgésico en la enfermedad articular. Hoy en día contamos con una amplísima gama de AINE que nos permiten elegir el más adecuado para cada paciente. En el caso de los gatos, la oferta es mucho más reducida, pero también existen muy buenas opciones. En los casos crónicos, los AINE se deben administrar en protocolos prolongados y en algunos casos incluso de manera constante. Los ensayos terapéuticos consisten en administrar un ciclo de AINE en animales que no cojean pero que sospechamos que padecen dolor articular. Si se observan cambios de actitud se confirmaría la presencia de dolor articular. • Otros fármacos: el tramadol, la gabapentina y la amantadina son también eficaces como coadyuvantes en el control analgésico de la enfermedad articular.
Nutracéuticos
• Condroprotectores: ayudan a preservar el cartílago y pueden tener efecto antiinflamatorio. Algunos aportan componentes propios del cartílago y contribuyen a su reparación y otros promueven la secreción de líquido sinovial, disminuyendo la inflamación. Si tenemos en cuenta la estructura del cartílago articular, formado por células llamadas condrocitos que generan una matriz compuesta por colágeno y proteoglucanos como el ácido hialurónico, el sulfato de condroitina, dermatan sulfato etc., podremos comprender la composición de estos condroprotectores, cuyos componentes principales son precisamente los glucosaminoglucanos, gluscosamina y sulfato de condroitina, así como el ácido hialurónico, colágeno tipo II y últimamente también ácidos grasos omega-3, metilsulfonilmetano (MSM) y vitamina E, entre otros. Hay estudios que apoyan su eficacia en el tratamiento de la artrosis y otros que la cuestionan y su utilidad es controvertida, pero está claro es que su efectividad depende de diferentes variables como la presencia o no de cartílago viable en la articulación, inflamación grave o alteración de la biodisponibilidad por interacción con otros fármacos. Se deberían utilizar de manera precoz en la enfermedad articular y en protocolos prolongados. • Ácidos grasos omega-3: ayudan a reducir la inflamación y mejoran los signos clínicos, lo que permite reducir la dosis de los antiinflamatorios.
Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia y la rehabilitación es primordial en el tratamiento de la enfermedad articular crónica, a través de movilizaciones pasivas, activas, así como masajes y la utilización de diferentes técnicas (electroestimulación, láser terapéutico, ultrasonidos, hidroterpia, etc.). Su aplicación debe sustentarse en un diagnóstico clínico previo. La participación activa del propietario en casa es también muy importante para la recuperación del paciente.
Terapias alternativas
Las terapias regenerativas (infiltración de factores de crecimiento y células madre) y alternativas como la acupuntura, entre otras, pueden ser muy eficaces en opinión del autor como medidas de apoyo al tratamiento convencional, partiendo de un diagnóstico previo y teniendo en cuenta que se debe seleccionar al paciente adecuado, ya que no todas estas terapias son igualmente efectivas para todos los pacientes y todas las enfermedades articulares.
Cómo educar a tu cachorro, asesoramiento del auxiliar al cliente
El auxiliar es una pieza fundamental en la educación del cachorro, desde que aparece en su primera visita a la clínica hasta las etapas posteriores en las que puede requerir otro tipo de servicios.
Rosana Álvarez
Veterinaria Acredit. AVEPA en Medicina del comportamiento www.etologiaveterinaria.net
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De todos es sabido que, desde el primer momento en que un nuevo cliente con su recién adquirido cachorro abre la puerta del centro veterinario, su primer contacto es el auxiliar veterinario. Es la cara amable que le saluda y le recibe y que le acompañará presencialmente y por teléfono durante toda la vida de su nuevo miembro de la familia. El auxiliar, por tanto, es una pieza clave en la clínica. Debe dar apoyo a los veterinarios, a los pacientes y a los clientes y actúa como nexo de unión entre todos. Por ello, es de esperar que el auxiliar sea un profesional formado y actualizado en diversos temas y técnicas clínicas, y el comportamiento es de los más importantes. Al estar en contacto constante con el cliente durante todo el proceso de su paso por el centro veterinario, es quien con mayor seguridad tendrá la oportunidad de observar durante más tiempo el comportamiento del perro y escuchar atentamente los comentarios de sus cuidadores en la sala de espera y en la consulta, así como en la hospitalización; información de la que, en muchas ocasiones, no es consciente el veterinario. Esta información privilegiada debe ser transmitida al veterinario para confeccionar el historial clínico del paciente y prevenir y tratar posibles problemas de comportamiento del animal, así como aconsejar al cliente con diferentes medidas, siempre bajo el paraguas del veterinario, hasta llegar si es necesario a concertar una cita con un veterinario especializado en medicina del comportamiento. En este artículo se proporcionan unas claves para que el auxiliar pueda aconsejar a los clientes sobre cómo hacer de un cachorro un perro adulto más equilibrado.
Nature frente a nurture No siempre se conoce el origen del animal, pero siempre se debe intentar saber lo que se pueda sobre el historial pasado del individuo nuevo que se tiene entre manos. La genética (nature) y el entorno de cría (nurture) proporcionan una información clave sobre las posibilidades futuras del comportamiento de ese individuo. Pero la epigenética es aún más asombrosa y brinda magníficas posibilidades de moldear el cerebro en desarrollo mediante un entorno de cría y educación adecuados para poder potenciar las características más deseables para la convivencia. Sobre todo durante el periodo de socialización y el periodo juvenil del cachorro. Parece fácil al contarlo y al leerlo pero no es nada sencillo, y necesitará una guía y un asesoramiento constante durante todo el proceso.
Clases de cachorros y periodo de socialización Las clases de cachorros o puppy parties son encuentros o reuniones entre cachorros de edades similares, que tienen como objetivo principal que estos se socialicen con otros cachorros y con personas, que aprendan las órdenes básicas y que se habitúen al manejo del veterinario y a las visitas a la clínica. Estas reuniones pueden ser organizadas, informadas y monitorizadas por el auxiliar veterinario desde la recepción. El periodo ideal para realizar estas sesiones es el periodo de socialización del cachorro. Este periodo está comprendido aproximadamente entre las 3 y las 12 semanas de edad. Da comienzo cuando en el cachorro se desarrollan los sentidos y la coordinación motora, de forma que puede empezar a interaccionar con su entorno y a percibir estímulos, procesarlos
Las puppy parties y las clases de cachorros deben realizarse bajo unas reglas mínimas que garanticen la no propagación de enfermedades infecciosas. Estas normas establecidas por la AVSAB son las siguientes: • Los cachorros deben tener en regla la cartilla sanitaria y haber sido examinados recientemente por un veterinario. • Como mínimo, los cachorros deben ser vacunados por un veterinario con una vacuna viva modificada frente al virus del moquillo, adenovirus 2, y parvovirus, al menos 10 días antes de asistir a clase de socialización. • Preferiblemente, los cachorros deben ser vacunados frente a
Bordetella (se recomienda la vía intranasal) al menos 7 días antes de asistir a clase. • Los cachorros deben estar desparasitados. • Los cachorros deben comenzar a recibir tratamiento preventivo frente al gusano del corazón. • Los cachorros deben haber permanecido en su domicilio actual por lo menos 10 días antes de asistir a clase. A su vez, el establecimiento donde se llevan a cabo las clases debe ser convenientemente higienizado y desinfectado antes y después del evento. Si el auxiliar además tiene formación en educación canina y etología, podrá conducir estas reuniones y organizar además las clases de cachorros y jóvenes.
y convertirlos en experiencias que luego le servirán para desarrollar conductas mediante la creación de redes neuronales integradas en el desarrollo cerebral. Termina cuando aparecen las primeras respuestas de miedo ante estímulos del entorno. Es muy importante que el cachorro permanezca en su entorno de cría con su madre y hermanos hasta las 8 semanas, y que el resto del periodo se habitúe a su nuevo hogar. Por lo tanto la edad ideal para acudir a las sesiones estaría entre las 8 y las 12 semanas. A través del contacto con personas y otros animales se lleva a cabo el reconocimiento de especie, de manera que el cachorro aprende a convivir con otras especies distintas a la suya, previniendo posibles comportamientos posteriores de miedo hacia personas u otros perros. También se habitúa a todo tipo de estímulos externos, de los que los más importantes de cara a problemas de comportamiento son los ruidos intensos. Por supuesto no se va a comprometer la higiene médica del cachorro, en ningún momento, porque es muy importante, pero sí se va a acompañar este periodo tan importante del comportamiento del perro con un programa de socialización temprana que prevendrá problemas de comportamiento futuros en el adulto. Según la Sociedad Veterinaria Americana de Comportamiento Animal (American Veterinary Society of Animal Behavior, AVSAB), la mortalidad asociada a problemas de comportamiento es mucho mayor que la relacionada con enfermedades infecciosas, por lo que la AVSAB y la Asociación Americana de Hospitales para Animales (American Animal Hospital Association, AAHA) recomiendan encarecidamente que los cachorros tengan experiencias tempranas.
¿Qué aprenderá el cachorro?
En las clases de cachorros se enseñan cuestiones importantes para el desarrollo de los mismos y para la convivencia, como: • Utilizar el refuerzo positivo como herramienta básica de aprendizaje. Mediante el castigo solo se consigue que el perro tenga miedo al propietario y pierda la confianza en él. Hay que reforzar siempre los comportamientos deseados e ignorar los inadecuados. • Empezar lo antes posible con la enseñanza de la eliminación adecuada utilizando igualmente el refuerzo positivo. El cachorro desarrolla sus preferencias por un sustrato y un lugar para la eliminación alrededor de las 9 semanas; aprovecharemos esto. • Iniciar también lo más pronto posible la socialización. Se ha de poner en contacto al cachorro con todo lo que va a ser su entorno familiar para que posteriormente no muestre conductas de miedo, ansiedad y agresividad. Cuantos más estímulos conozca, más equilibrado será. Pero no hay que olvidar que esto debe hacerse de manera segura y muy progresiva. • Hay que practicar también en este periodo los hábitos de higiene. El baño, el cepillado, la higiene dental y auditiva, el corte de uñas, el corte de pelo, todo lo que suponga una manipulación del animal tiene que ser para él una experiencia agradable y positiva. Esto se
consigue mediante la habituación progresiva y el refuerzo positivo, en casa y en la clínica veterinaria. • Así también se le enseñará a llevar su collar o arnés y a colocarlo de manera no amenazante y positiva. • La inhibición de la mordida es muy importante. El cachorro debe entender que solo puede morder sus juguetes, no debe morder partes del mobiliario ni las manos o la ropa. Es muy importante que los niños se impliquen en estos ejercicios, ya que son frecuentemente los que más sufren los mordiscos del cachorro. Los cachorros destetados de manera prematura (antes de las 8 semanas) suelen sufrir este problema. • Hay que hacer que la casa sea a prueba de perros, es decir, no dejar nada que el cachorro pueda coger y morder, destrozar o tragar. • Se comenzará con el adiestramiento básico del cachorro. Hay que enseñarle una serie de conductas bajo señal que le permitan poder introducirse en sociedad de forma educada. La técnica utilizada siempre será el refuerzo positivo y el cachorro siempre debe pasarlo bien. No se utilizará ninguna herramienta ni técnica que afecte al bienestar del animal, como collares estranguladores, de pinchos, de impulsos eléctricos, correas cortas, tirones de correa y otros. • Hay que establecer también unas rutinas de paseo y sesiones de juego. Esto es muy importante para su socialización, para su desarrollo físico y mental y, por consiguiente, para su bienestar. • Por último, es muy importante enseñar al cachorro a estar solo. Se ha de hacer de manera progresiva, no de forma traumática. En un estudio publicado recientemente (González-Martínez, 2019) se evaluó el efecto de la asistencia de un grupo de cachorros (de menos de 3 meses) y otro de perros jóvenes (de más de 3 meses) a clases de cachorros sobre el comportamiento de los adultos. Los resultados fueron más favorables en las conductas de agresión, capacidad de entrenamiento, miedo no social y sensibilidad al tacto en los grupos que habían asistido a clases de cachorros cuando eran pequeños. Por tanto, asistir a clases de cachorros es muy importante para la exposición social con otros cachorros y personas y podría influir en el comportamiento a largo plazo del perro.
El juego Si algo se debe promover, respetar y mantener en los cachorros es el juego. El juego es de una importancia esencial en los animales altriciales, ya que mediante él los cachorros practican y aprenden los comportamientos que posteriormente formarán parte de sus patrones de conducta de especie. El juego es esencial para el aprendizaje, para el desarrollo motor y para mantener un estado emocional positivo. Los cachorros que se crían separados de sus madres o de sus camadas muestran una mayor sensibilidad a todo tipo de contacto social, llegando a desarrollar problemas de aprendizaje, fobias, hiperactividad, ansiedad generalizada y un largo etcétera. Además, mediante el juego los perros aprenden a ejercitar y desarrollar la coordinación motora, lo que les servirá para su posterior adaptación a distintos ambientes y entrenamientos.
Se debe proporcionar un espacio diario para jugar libre de objetos con los que el cachorro pueda hacerse daño y al mismo tiempo lleno de otros con los que pueda experimentar distintas sensaciones: diversos tipos de juguetes, globos, elementos sonoros, estímulos visuales, etc.
¿Y después? El periodo juvenil no es menos importante ya que es necesario afianzar todo lo expuesto anteriormente para el periodo de socialización. En este periodo, además, se debe continuar haciendo hincapié en la obediencia, la introducción en sociedad, la habituación a diversos escenarios e individuos y el manejo de la correa. Si el equipo de paseo se ve asociado en algún momento a un estímulo desagradable (ahogo, incomodidad, tensión, tirón, colocación amenazante) el perro no solo va a percibir la correa como un elemento negativo, también todo lo que esté pasando a su alrededor en ese momento: el cuidador, el lugar, personas que pasan por allí, un niño, un perro con el que el dueño se ha parado, etc. Si la emoción del perro en ese momento es positiva tendrá una percepción agradable de cualquier cosa que le rodea, por el contrario, si es negativa todo lo asociará con esta emoción, pudiendo esto conllevar más adelante reacciones de miedo y/o agresividad. Para que esto no ocurra se pueden proporcionar unos consejos: • Observar siempre el lenguaje corporal del perro: si se agacha, baja la cabeza, echa las orejas hacia atrás, mete el rabo entre las piernas, gruñe, huye, se pone tenso, desvía la mirada, la cara o el cuerpo o no viene cuando se le quiere poner la correa, hay que dar por hecho que algo no le está gustando, no está cómodo, le molesta o le duele, todas ellas emociones negativas. Intentar empezar de cero, establecer asociaciones positivas con todo lo que tiene que ver con el collar y la correa y el momento de ponérselos o el paseo. Esto se hace con comida, juego y/o caricias y un tono de voz agradable y alegre. • Usar siempre mejor arnés que collar y correa larga en vez de corta, y dejar al perro moverse libremente y olfatear en el paseo. • Cuando se le coloque la correa o el arnés, hacerlo siempre en una postura no amenazante para él: mejor agachado que de pie, mejor de lado que de frente, sin mirar fijamente a los ojos, sin gritar ni manipularlo bruscamente. Además, procurar asociar este momento con palabras agradables, algún juguete, caricias y/o comida. Una vez colocado todo y durante el paseo hablarle de manera agradable, jugando y/o dándole comida, lo que más le guste. • Si se acercan perros o personas no hay que dar tirones ni regañar al perro. Así solo se crearán asociaciones negativas y el perro podrá más adelante comenzar a reaccionar negativamente anticipándose al encuentro con perros o personas. Es mejor llamarle guiándole con comida o juego y darse la vuelta o cruzar de acera. • Al cruzarse con un perro o persona, asegurarse de que el perro se va a llevar una buena impresión: mejor premiarle durante el encuentro y procurar que este no dure mucho, por si el otro perro o la persona establecen una comunicación negativa con él, como por ejemplo montarse encima o querer tocarle.
Conclusión El papel del auxiliar en todas estas etapas es crucial ya que puede organizar, guiar, asesorar y participar de manera activa. Las visitas a la clínica veterinaria durante toda la etapa de vacunación y juvenil deben aprovecharse para ir estableciendo y afianzando todas estas medidas, así como revisando los resultados obtenidos e incorporándolos al historial clínico del animal.
Bibliografía • González-Martínez, A., Martínez, M. F., Rosado, B., Luño, I., Santamarina, G., Suárez, M. L. & Diéguez, F. J. (2019). Association between puppy classes and adulthood behavior of the dog. Journal of Veterinary Behavior. • Masson, S., de la Vega, S., Gazzano, A., Mariti, C., Pereira, G. D. G.,
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