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GIOVANNA ACHA

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Bárbara López

Bárbara López

Y La Gran Aventura De Ser Mam

Por Patricio Chávez Varela Con seis hijos, la hija mayor de Emmanuel nos platica del gran viaje que ha tenido con su numerosa familia, los desafíos y aprendizaje que ha obtenido.

“Ser mamá ha sido un viaje increíble que me cambió la vida. En mi corazón, siempre supe que quería ser mamá y desde chiquita jugaba con mis muñecas. Por otro lado, crecí en una casa de shows, viajes y cámaras, entonces, eso también me llamaba mucho la atención. Pero yo creo que el deseo de ser mamá iba por encima del espectáculo y, gracias a dios, tengo una familia maravillosa, en donde, a pesar de que mi papá viajaba por todo el mundo, siempre estuvo presente” nos comparte con emoción Giovanna al recordar su infancia y los sueños que desde entonces la acompañan.

La actriz se casó en marzo de 2012 con Jordan Lindsey, quien trabajaba como sacerdote y ella como voluntaria. La pareja contuvo matrimonio en Paradise Point, San Diego, rodeados de familia y amigos. Una década después, Giovanna nos comparte lo grato que ha sido su matrimonio con pequeños agregados al mismo tiempo.

“La vida de espectáculo es una vida muy nómada y, la verdad es que yo sí quería estar en casa y tener lo que tengo hoy. Aparte, yo viví la distancia con mi papá y los momentos de ausencia que a veces eran meses. Gracias a dios, mi madre fue increíble y supo manejar esa ausencia. Ella me enseñó lo que era ser una mamá entregada al cien por ciento. Tanto que, si la situación hubiera sido al revés, en donde ella hubiera sido la ausente y no él, no creo que mi familia sería lo que es hoy”.

Actualmente, la pareja tiene seis hijos. Francesca, Gianna y María Lucía, quienes son las mayores. Alessandra y Emmanuel son los cuates. Viven en Colorado donde son felices y están criando a sus hijos. Sin embargo, Giovanna confiesa que su corazón siempre estará partido en dos, ya que, a pesar de adorar su vida en Estados Unidos, nos confiesa que le gustaría que sus hijos crecieran más cercanos a sus abuelos y tíos. “Aquí mis niños tienen una calidad de vida diferente y un mundo de posibilidades que en México no. Salir a caminar al parque y sentirme segura con ellos, respirar aire limpio y, sobre todo, la cultura de su papá. Son unas por otras, pero si estamos completamente felices. Lo único que me faltaría sería el resto de mi familia”.

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