Esta obra encara una tarea de alto vuelo. Su autor echa las bases de una teoría del derecho y de la justicia desde el ángulo de la visión de la filosofía empirista. Como toda obra genuinamente renovadora tiene un acentuado tono polémico. Ross discrepa con todas aquellas tendencias que atribuyen al derecho una validez supraempirica, y también con aquellos enfoques que, si bien rechazan los presupuestos del jusnaturalismo, utilizan otra noción de validez según la cual la ciencia del derecho no es una ciencia empírica, sino conocimientos de ciertos objetos especiales.