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Entre Mujeres - Cali

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G P L M A G A Z I N E | M A R Z O | 1 8

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Claudia Montemiranda

Cali - Colombia

Es normal que nosotras como Mujeres podamos sentiremociones negativas, el problema está cuando nosomos capaces de resolver la situación y el dolor se fijaen nuestro interior.Las heridas no sanan de la forma en que nos gustaría,sanan de la forma que necesitan sanar. Les tomatiempo a las heridas desaparecer y volverse encicatrices. Se necesita tiempo para que el proceso desanación tome lugar en nosotras.

Para Sana las heridas emocionales no implica olvidar

significa por encima de todo consigamos que ellasdejen de controlar nuestras vidas. Algo así requiere unmeticuloso proceso de transformación dondeentender que no, que ya no volveremos a ser lasmismas, porque la curación no es un retorno sino unahábil reconstrucción donde le damos forma a alguiennuevo, alguien más fuerte y valioso.

Todas tenemos heridas que necesitan atención.

Vivimos en un mundo donde existen muchas formasde violencia, algunas más explícitas y otras encubiertasy silenciosas. Así, hechos como, la discriminación, elBull ying, la intimidación física o en las redes sociales,los efectos de la disfunción familiar, los abusos, el maltrato, la traición o incluso los mensajes culturales sobrela belleza y el éxito son también marcas que puedendejar huella en nosotras.

No obstante, nada de esto será posible si nosotras, noponemos voluntad. Es más, lo que ocurre muy amenudo es que lejos de atender ese problema, esehecho puntual o ese pasado traumático, optamos porapretar los dientes, cerrar el corazón y avanzar sin mirarpor el retrovisor.

Esta es una mala estrategia que adoptamos, es más,otro error en el que solemos caer es pensar que eltiempo todo lo cura, que no hay más que dejar pasarlos días, los meses y los años para que todo seresuelva. Sin embargo, el tiempo no cura nada, lo quesana es aquello que hacemos con ese tiempo.

Muchas veces nos centramos en el presente y dejamosel pasado atrás para no sufrir, olvidando que somos loque somos gracias a los momentos vividos (buenos ymalos), a quienes nos ayudaron o hirieron, a loscaminos que hemos seguido y los que dejamos derecorrer.Para sanar nuestras heridas emocionales, debemos deaceptarlas como parte de nosotras y de nuestrahistoria. De las malas experiencias siempre se puederescatar algo bueno, enseñanzas y aprendizajes.El salir o permanecer en dolor solo depende denosotras Dios siempre está dispuesto a hacerlo

·JEREMÍAS 33:6-8 àHe aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

Su palabra dice ·JEREMÍAS 33:6-8 àHe aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. 7 y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio.

Muchas veces nos centramos en el presente y dejamosel pasado atrás para no sufrir, olvidando que somos loque somos gracias a los momentos vividos (buenos ymalos), a quienes nos ayudaron o hirieron, a loscaminos que hemos seguido y los que dejamos derecorrer.Para sanar nuestras heridas emocionales, debemos deaceptarlas como parte de nosotras y de nuestrahistoria. De las malas experiencias siempre se puederescatar algo bueno, enseñanzas y aprendizajes.El salir o permanecer en dolor solo depende denosotras Dios siempre está dispuesto a hacerlo

DESCRIBE Y TOMA CONCIENCIA DE CADA HERIDA. Un primer consejo es no dejar para mañana la molestia que siento hoy y para ello nada mejor que saber describir estados emocionales. Palabras como “hoy me siento vacío, enfadado, dolido, tengo miedo, me siento solo contrariado o frustrado, etc.”, nos pueden ayudar.

“NO DEPENDENDAS” DE LA HERIDA: Debemos asumir, entender y aceptar que ninguna persona merece ser víctima de su herida traumática, de esa decepción o de ese estado de ánimo negativo y persistente.

CUIDATE A TI MISMA Nadie debe querernos tanto o preocuparse tanto por nuestras heridas como nosotros mismos. Sentir compasión es visibilizar el dolor y entender que debe ser tratado, aliviado.

BUSCA UN BUEN APOYO: Aunque queramos, no siempre es bueno lidiar con nuestros problemas y raspaduras cotidianas en soledad. Contar con un buen apoyo donde favorecer el desahogo emocional es siempre de gran ayuda.

HAS CAMBIOS EN TU VIDA: Sanar heridas exige poner en marcha más de un cambio, más de una variación a nivel personal y en nuestro entorno para dar forma a alguien nuevo. En ocasiones, conocer a nuevas personas, emprender nuevos proyectos o practicar nuevas aficiones nos ofrece adecuados incentivos para empezar a palpitar con más fuerza y más ilusión.

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