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Conquistando al gigante

En su concepto general la palabra conquista se refiere a “Ganar” todos queremos ganar sobre todo el éxito, posición, riquezas y me encanta quien no desea ser reconocido como un conquistador, todos pensamos en cosas grandes… pero si profundizamos en el tema ¿Qué es lo que realmente deberíamos conquistar para ser ganadores?

“Mas vale ser paciente que valiente; más vale el dominio propio que conquistar ciudades”.

(Prov. 16:32 NVI)

Todos quizás hemos pensado en algún momento de la vida, si yo estuviera en una posición importante haría grandes cambios, pero ¿Qué hay de nuestra propia vida?

De esas cosas que quizás crees insignificantes como: tender tu cama todas las mañanas, con ser limpio y ordenado, con tratar bien a los demás, pero también con las cosas que luchamos en silencio, el miedo, la depresión, la ansiedad, son luchas que se pueden ganar si las ponemos primero en las manos de Dios y nos esforzamos todos los días por conquistar nuestros propios pensamientos.

"Porque no nos ha dado Dios espí- ritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio".

(2 Timoteo 1:7) Dios nos ha equipado para afrontar con valentía, con poder, como amor y con un buen juicio las situaciones de nuestra propia vida, solamente debemos acercarnos a él y dejar todas las cosas que no hemos podido conquistar en su manos, él nos dará la fuerza y la sabiduría para hacerlo.

“El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo".

-Nelson Mandela-. Esta frase hizo click en mi cabeza pues si trabajáramos en conquistar todo aquello que no está bien en nosotros o todo aquello que no nos deja avanzar lograríamos grandes cosas.

Quizás crees que eres el único que lucha con estas cosas, pero la verdad que todos nos enfrentamos a grandes gigantes en la vida, como lo hizo David cuando se enfrentó a Goliat y lo que desato la victoria de David no fue la piedra que lanzo sino su Fe y su seguridad en Dios, sus palabras fueron: —Tu vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en el nombre del Señor de los Ejérci- tos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Quiero que medites en quien o quienes son tus gigantes, que es aquello que en lugar de vencer o conquistar te está venciendo a ti, ya sea un mal hábito, mal carácter o sea algo espiritual, todo eso lo podemos conquistar en el nombre de Jesucristo, él es nuestra fuerza, nuestro pronto auxilio en los momentos de tribulación, solamente debes rendirle tu corazón, esa será la primera batalla ganada.

"Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó". (Rom. 8:37)

Dios te bendiga.

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