Mi Antología

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Marian RocĂ­o Soberanis Carranza

AntologĂ­a

Leyendas

Chistes

Fabulas Cuentos

Moralejas

Rondas

Canciones


Dedicatoria

Esta antología se la dedico a mi familia quien siempre ha estado conmigo, a mis amigos y demás conocidos. Gracias por creer en mí y por el apoyo incondicional que me han brindado, espero que siempre estén a mi lado para que me apoyen y yo apoyarlos les dedico esta antología.


Índice Contenido Índice.........................................................................................................................3 Introducción.............................................................................................................4 Cuentos para niños.................................................................................................5 La princesa del fuego...........................................................................................7 Poemas para niños..................................................................................................8 Poema el grillo y la luna......................................................................................9 El conejito con gafas..........................................................................................10 Adivinanzas............................................................................................................11 Chistes....................................................................................................................13 Fabulas...................................................................................................................15 El caballo y el asno............................................................................................16 El lobo con piel de oveja...................................................................................17 Moralejas................................................................................................................18 Trabalenguas..........................................................................................................20 Canciones...............................................................................................................22 Cinco ratoncitos.................................................................................................23 Que llueva, que llueva ......................................................................................24 Rondas....................................................................................................................25 Susanita tiene un ratón......................................................................................26 En el circo...........................................................................................................27 Rimas......................................................................................................................28 El hilo rojo...........................................................................................................32 El zorro y el camello...........................................................................................33


Introducción

En esta antología podemos ver las diferentes formas de enseñarle a un niño a base de canciones, cuentos, fabulas, entre otros para que el niño pueda desarrollar diferentes habilidades como el lenguaje entre otro.



Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo. Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas... De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella. - ¿A dónde vas, niña? - le preguntó el lobo con su voz ronca. - A casa de mi Abuelita - le dijo Caperucita. - No está lejos - pensó el lobo para sí, dándose media vuelta. Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles. Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo. El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta. La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada. - Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! - Son para verte mejor - dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela. - Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes! - Son para oírte mejor - siguió diciendo el lobo. - Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes! - Son para..¡comerte mejoooor! - y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita. Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un serrador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba. El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas! Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó. En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.


Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo: - Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro. El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante. Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola prensencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego". Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días.



un grillo cantaba cri cri muy contento, mirando a la luna en el firmamento. Cri cri le cantaba «eres la más bella» y la luna reía junto a las estrellas. Cri cri le cantaba «eres tan hermosa» y la luna brillaba creyéndose diosa.


Han puesto gafas de ver A un pequeño conejito Y brincando va a la escuela, Contento, dando saltitos. ¿Ves las letras con las gafas? -Le pregunta el profesorY contestó el conejito: ¡Veo ahora mucho mejor!»



Soy pequeño y blandito y mi casa llevo sobre el lomito.

¿Cuál es el animal que más tarda en quitarse los zapatos?

En lo alto vive, en lo alto mora, en lo alto teje la tejedora.



– Jaimito, define “telepatía”. – Aparato de TV para la hermana de mi mamá

La maestra: - Jaimito, si en esta mano tengo 8 naranjas y en esta otra 6 naranja ¿Qué tengo? - Unas manos enormes, señorita.

- ¿Sabes que mi hermano anda en bicicleta desde los cuatro años? - Mmm, ya debe estar lejos.



Un hombre tenía un caballo y un asno. Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo: - Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida. El caballo haciéndose el sordo no dijo nada al asno. Horas más tarde, el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo. Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo: - ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima!


Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida. Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor. Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño a un encierro, quedando la puerta asegurada. Pero en la noche, buscando el pastor su provisión de carne para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.



Moraleja: La ostentaciĂłn bulliciosa de la riqueza sĂłlo trae desventuras.

Moraleja: Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confĂ­a en ti.



A Cuesta le cuesta subir la cuesta, y en medio de la cuesta, va y se acuesta.

Cuando yo digo Diego, digo digo, y cuando digo digo, digo Diego.

Como poco coco como,poco coco compro.



Cinco ratoncitos de colita gris, Mueven las orejas, mueven la nariz, Abren los ojitos, comen sin cesar, Por si viene el gato, que los comerรก, Comen un quesito, y a su casa van, Cerrando la puerta, a dormir se van.


Que llueva, que llueva, la vieja de la cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, ¡Qué si! ¡qué no! que caiga un chaparrón, con azúcar y turrón, que rompa los cristales de la estación. Que siga lloviendo los pájaros corriendo florezca la pradera al sol de primavera ¡Qué si! ¡qué no! que caiga un chaparrón, con azúcar y turrón, que rompa los cristales de la estación.



Susanita tiene un ratón un ratón chiquitín Que come chocolate y turrón y bolitas de anís. Duerme junto al radiador con la almohada a los pies Y sueña que es un gran campeón jugando al ajedrez. Le gusta el fútbol el cine y el teatro baila tango y rocanrol Y si llegamos y nota que observamos siempre nos canta esta Canción.


En el circo quiero estar, Con mamá y papá, Los payasos quiero ver, Con sus caras de pastel. Salta, salta el payaso Salta, salta sin parar Salta, salta el payaso El payaso se cayó Sóbese, sóbese se lastimo Sóbese, sóbese se levantó.






Cuenta una leyenda corta proveniente de China que hace muchos años, un emperador pidió que fuese a su palacio una reputada bruja para que, mediante sus poderes mágicos, le mostrase con qué mujer se debía casar. La bruja, gracias a sus cualidades, era capaz de ver un larguísimo hilo rojo atado al meñique del emperador, y cuyo otro extremo debería estar el meñique de aquella persona predestinada a ser la futura esposa. Así, la bruja y el emperador empezaron a rastrear el origen del hilo, hasta que después de viajar durante varias semanas vieron que este llevaba a una campesina pobre vestida con harapos y a cuyos brazos llevaba un bebé cubierto de suciedad. Airado al verse a sí mismo víctima de una broma, el emperador empujó a la campesina, cayéndole el bebé al suelo y dejando una herida en la cabeza de este, y se volvió a palacio tras ordenar el arresto de la bruja. Muchos años después, tras ser aconsejado por el consejo de sabios, el emperador decidió casarse con la hija de un terrateniente del lugar; al iniciarse la ceremonia de boda y levantar el velo que cubría el rostro de su futura esposa, vio en su frente una cicatriz que le resultaba familiar.


En esta leyenda corta proveniente de África, un zorro y un camello se hacen amigos y deciden cruzar un río para comer los alimentos disponibles en la otra orilla. Para ello, el zorro se sube a la espalda del camello, y este cruza aprovechando su peso para resistir la corriente. Una vez que llegan a la otra orilla, ambos animales se separan y el camello va a comer a un campo de cebada, mientras que el zorro va a comer insectos. Pero el zorro termina de comer antes, y satisfecho por sentirse saciado, empieza a cantar a viva voz. Estos gritos llaman la atención de los campesinos que cuidan el campo de cebada, los cuales van a examinar la zona y se encuentran al camello. Cuando el zorro va en busca de su amigo, se lo encuentra tendido en el suelo, dolorida por la paliza que le acaban de dar los campesinos. "¿Por qué has hecho tanto ruido?", pregunta el camello. El zorro le responde que tiene la costumbre de cantar tras comer insectos. "Ya veo. Pues si eso es todo, volvamos". Al cruzar el río de vuelta, el camello empieza a bailar con medio cuerpo sumergido en el agua. "¿Qué haces? ¡No sé nadar!" dice el zorro, aterrado. "Es que tengo la costumbre de bailar tras comer cebada", responde el camello, mientras el zorro cae al agua y es arrastrado por la corriente.


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