De la Universidad que tenemos, a la PUCP que queremos - Por: Eduardo Ísmodes y Waldo Mendoza

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DE LA UNIVERSIDAD QUE TENEMOS, A LA PUCP QUE QUEREMOS Diagnรณstico y propuestas para el periodo 2019 - 2023 Eduardo ร smodes y Waldo Mendoza1

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Agradecemos los importantes aportes de miembros de la comunidad universitaria a un primer borrador de este documento.

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Documento de trabajo para ser compartido, comentado y potenciado con la comunidad universitaria. Lima, marzo de 2019

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Eduardo Ă?smodes Candidato al Rectorado PUCP 2019 Egresado, docente e investigador de la PUCP

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INTRODUCCIÓN

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a Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) es, según el QS World University Ranking (QS) del 2018, la mejor del Perú y ocupa el puesto 21 en América Latina (AL). Nuestra Universidad es líder y referente en la discusión de los principales problemas del país. Contamos con una muy buena plana de profesores e investigadores, y tenemos excelentes estudiantes. Dotamos al Estado con destacados técnicos, gestores, científicos, humanistas y ciudadanos honestos, que no se han contaminado con la ola de corrupción generalizada que se ha impuesto en nuestro país. Es decir, tenemos muchos motivos para estar orgullosos. Nuestro presente es sobresaliente, y hay que agradecer a las autoridades que desde sus

orígenes han dirigido a nuestra Universidad, y la han conducido hasta donde nos encontramos. Además de lo anterior, el litigio que tuvimos con un sector de la jerarquía eclesiástica está fundamentalmente resuelto, por lo que hemos superado una preocupación que nos distraía de nuestras responsabilidades fundamentales y, lo más importante, hemos consolidado una importante y valiosa relación con la Conferencia Episcopal y con el Vaticano; instituciones que respetamos cabalmente. Sin embargo, para estar seguros de que nuestro presente y futuro son prometedores, y que nuestro liderazgo está garantizado, deberíamos responder afirmativamente a las siguientes diez preguntas:

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¿Hay unanimidad respecto a que, evaluada como la institución en su conjunto, somos la mejor universidad del Perú?

¿Somos líderes en generar innovaciones y conocimientos que son utilizados por los sectores público y privado de nuestro país?

En la evaluación desagregada, carrera por carrera, ¿estamos tan bien como en la evaluación agregada, de la universidad como un todo?

¿Nuestras y nuestros estudiantes, están graduándose o titulándose oportunamente, y están culminando su carrera en los tiempos apropiados?

Nuestras egresadas y egresados, comparados con los de otras universidades destacadas, ¿logran ubicarse en los espacios laborales más exigentes y con las mejores condiciones de trabajo y de remuneraciones?

¿Se utilizan eficientemente los recursos económicos de la Universidad?

¿Podemos afirmar sin lugar a duda que la PUCP cuenta con la mejor plana docente del país?

¿El grado de influencia de nuestra Universidad sobre la educación universitaria y la solución de los grandes problemas nacionales es consistente con nuestro tamaño, prestigio e historia?

¿Somos líderes en la creación científica y artística en el país? ¿Contamos con instancias administrativas de apoyo a la investigación de tamaño apropiado?

Por último y muy importante: ¿somos una Universidad con una comunidad universitaria integrada, que tiene claridad de los valores y principios comunes; que comparte una visión y misión común?

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Estas son las principales preocupaciones que tenemos sobre el presente y el futuro de nuestra Universidad. Estas preocupaciones constituyen el eje de los tópicos que se abordarán en este documento.

La información existente, obtenida de fuentes internas y externas a la Universidad, nos deja muchas satisfacciones, pero también algunas preocupaciones con relación a las cuestiones planteadas. Los dolorosos sucesos que se produjeron a fines de 2018 por moras cobradas indebidamente a nuestras y nuestros estudiantes, han mostrado fisuras importantes en la institución y han afectado gravemente nuestra imagen frente a la comunidad universitaria y frente al país. A pesar de nuestra indignación, la responsabilidad nos obliga a esperar los informes finales de las comisiones para investigar lo sucedido, y a partir de ellos, tomar las medidas necesarias para que no se vuelva a producir.

Este documento que sometemos a debate, pretende contribuir a la presentación de ideas, su discusión y validación con la participación de la comunidad universitaria. En el primer capítulo se presenta el contexto, internacional y local, actual y prospectivo, en el que nuestra Universidad operará en los siguientes años. En el segundo capítulo se presenta, con el título de “La universidad que tenemos”, un diagnóstico acerca de los principales problemas y potencialidades que tiene actualmente nuestra Universidad. En el tercer capítulo, “La PUCP que queremos”, presentamos una imagen ideal del tipo de universidad a la que aspiramos. En el cuarto capítulo, planteamos lineamientos de política que nos conduzcan a lograr la universidad que queremos. Por último, en el quinto capítulo se presentan algunas reflexiones finales. Esperamos generar con este documento, que será compartido con la comunidad universitaria, el interés para discutir sobre nuestra Universidad. El análisis y el debate sobre el documento nos ayudarán a perfeccionar una propuesta de plan de trabajo que queremos construir con la participación de toda la comunidad universitaria. Esta comunidad debe volver a sentir que la Universidad es suya y que tiene autoridades cercanas que los escuchan y atienden, y que de esa manera se contribuye a crear una mejor institución y también un mejor país.

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1 LA UNIVERSIDAD EN EL MUNDO Y EN EL PERÚ: LAS GRANDES TENDENCIAS

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n esta sección se presentan los elementos esenciales de las grandes tendencias y eventos que están dibujando el contexto universitario mundial y local. Ese es el contexto al que enfrentaremos en los siguientes años, por lo que debe ser necesariamente considerado en las estrategias de desarrollo que se planteen.

del siglo XIX, que se enfocaban en la ciencia pura y no consideraban como parte de sus funciones la aplicación de sus conocimientos y saberes, están dando paso, en los países desarrollados, a las “universidades de tercera generación” (U3G), las cuales buscan activamente también la difusión y explotación del conocimiento. Este nuevo modelo de universidad es capaz de generar conocimiento, y convertirlo en un objetivo igual de importante a los objetivos de la investigación científica y de formación (Wissema, 2009).

LA UNIVERSIDAD EN EL MUNDO

Por otro lado, desde 1996, año en que se dio la Ley para Promover la Inversión en Educación y que permitió la aparición de las universidades societarias, con fines de lucro, la pugna por

En el mundo, las denominadas “universidades de segunda generación” (U2G), aparecidas a partir

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captar estudiantes, docentes y financiamiento se ha endurecido. Esta rivalidad ha tomado un nuevo impulso como consecuencia del proceso de licenciamiento que está llevando a cabo la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), lo que está induciendo a las universidades a tratar de ser cada vez mejores. Con relación a lo que está pasando en el mundo, de acuerdo con Wissema (2009), el tránsito de las U2G hacia las U3G está dominado por las siguientes tendencias.

Primero, se está estrechando la relación entre la investigación académica y la investigación aplicada. Las razones son dos: • Se observa una reducción sustancial del financiamiento estatal para la investigación científica en las universidades, por lo que estas están buscando colaboración con empresas demandantes de tecnología2. • Se observa la tendencia a que las empresas dejen de realizar investigaciones, y en su lugar buscan la colaboración de universidades de alto nivel para trabajar conjuntamente en proyectos de investigación básica que les permite ganar competitividad en el mercado.

Segundo, las universidades se están globalizando. Hasta hace poco, la mayoría de las universidades solían tener un monopolio regional de facto respecto a la admisión de estudiantes. Actualmente, con innumerables oportunidades de estudiar en el extranjero, la competencia entre las universidades por captar a los mejores estudiantes es feroz. Las universidades también compiten por tener los mejores académicos y los mejores contratos de investigación con el Estado y con las empresas. Los que ganan en esta competencia son aquellos que logran convertirse en el foco del

conocimiento internacional, un lugar de excelencia donde la investigación académica se mezcla con las necesidades de mejora, desarrollo e innovación del sector productivo y del Estado, y se configura un núcleo duro soñado compuesto por estudiantes, académicos, gobernantes y empresarios.

Tercero, las universidades se han convertido en instrumentos del crecimiento económico de los países. La raíz de esta tendencia radica en una perspectiva cambiante de los gobiernos. En la época de las U2G, los gobiernos de los países desarrollados estaban conformes con las universidades públicas que realizaban investigaciones científicas puras. En las U3G el gobierno ve a las universidades también como incubadoras de soluciones e innovaciones basadas en un enfoque interdisciplinario y con un fuerte soporte de la ciencia y la tecnología, y les exige tomar un papel activo en la explotación de su conocimiento y el crecimiento económico de los países3. Cuarto, está creciendo aceleradamente la importancia de la investigación interdisciplinaria. En la era de la U2G la investigación fue principalmente mono disciplinaria. Hoy en día, la gran mayoría de los científicos trabajan en equipos interdisciplinarios que se enfocan en áreas específicas de investigación, porque los problemas son complejos y las soluciones requieren abordajes desde diferentes perspectivas.

Quinto y último, las universidades están siendo desafiadas por nuevos proveedores de educación o de formación profesional y por nuevas e independientes instituciones de investigación, localizadas fuera de las fronteras de la universidad. En resumen, siempre de acuerdo con Wissema (2009), la U3G es inevitable y deseable. Es inevitable porque las tendencias que están

2 En el caso del Perú, el financiamiento estatal para la investigación pura y aplicada siempre ha sido muy limitado. Sólo a partir del año 2009 se ha comenzado a tener cierto apoyo, pero aún estamos lejos del que existe en otros países de la región. 3 Este cambio de orientación es importante para la PUCP, ya que es una universidad privada que no cuenta con apoyo del Estado para su labor formativa pero que sí puede ser objeto de apoyo estatal para realizar actividades de investigación.

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destruyendo el modelo de la U2G son imparables. Es deseable porque la U3G seguirá manteniendo su fidelidad a la misión de una universidad de nuestros tiempos: crear, difundir y aplicar conocimientos y valores que contribuyen al desarrollo de los países. La PUCP no puede ignorar estas tendencias internacionales y menos aún en el Perú, nación en construcción, llena de demandas y necesidades que sólo serán cubiertas si formamos estudiantes de excelencia en conocimientos, valores y competencias; y si nuestros académicos responden a las demandas del país y el sector productivo. Hay que aceptar el reto de la internacionalización que debe considerar también en atraer a los a las mejores alumnas y alumnos y docentes no solo del Perú, sino también del exterior, en especial en el posgrado.

LA UNIVERSIDAD EN EL PERÚ En relación con el contexto local, hay una tendencia y un evento que hay que considerar. Por un lado, abstrayendo por ahora la competencia internacional, que irá creciendo y se convertirá en una gran amenaza en las próximas décadas, estamos dejando pasar un fenómeno al que nuestras autoridades no le han dado la debida importancia: hay una competencia creciente y durísima entre las universidades privadas de referencia por ganar espacio en el mundo universitario, por tener los mejores estudiantes, los mejores académicos y el mayor financiamiento público y privado. La explicación tiene que ver, en gran medida, con la promulgación en 1996 del Decreto Legislativo 882, Ley para Promover la Inversión en Educación, que estableció la libertad para que toda persona natural o jurídica pudiera organizar instituciones educativas societarias o con fines de lucro,

permitiendo la repartición de las utilidades entre los inversionistas. En ese año, solo existía un total de 28 universidades privadas, todas asociativas o sin fines de lucro. En la actualidad, existen un total de 91 universidades privadas, de las cuales 50 son societarias. Hace unas décadas la PUCP era casi un monopolio, y tenía un mercado interno cautivo. Ese mundo ha cambiado radicalmente. Ahora, hay que mejorar y hacer innovaciones para competir y superar a buenas y numerosas universidades. Ya no estamos solos. Además, en términos de contexto, la Ley Universitaria 30220 del 2014, que tiene como objetivo normar la creación, funcionamiento, supervisión y cierre de las universidades, encargó a la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) la responsabilidad del licenciamiento de las universidades; esto es, aprobar o denegar las solicitudes de funcionamiento de universidades y sus filiales, facultades, escuelas y programas.

La presencia de la SUNEDU que, hasta la fecha, marzo de 2019, ha otorgado el licenciamiento a 63 universidades y ha denegado a 6 universidades privadas, ha acentuado la competencia entre las universidades. Este proceso impulsa la calidad promedio de las universidades peruanas. Las universidades todavía no licenciadas están haciendo esfuerzos por alcanzar las condiciones básicas de calidad y lograr el licenciamiento. Las universidades licenciadas están viendo una oportunidad de atraer a los mejores estudiantes y académicos. El

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licenciamiento se convierte así en un imán para aprovechar el exceso de demanda que se puede generar ante el cierre progresivo de universidades. No es posible, en este nuevo contexto, salir airoso en esta competencia replicando las estrategias aplicadas por los últimos gobiernos de nuestra Universidad. Esas estrategias, que pueden haber sido apropiadas antes, muy posiblemente han dejado de ser eficaces hoy. Por último, no puede ignorarse la opción que tienen la mayoría de las y los estudiantes y sus familias,

de considerar a la universidad esencialmente como una institución de formación de profesionales que puedan incorporarse rápidamente y en condiciones ventajosas respecto a los egresados de otras universidades a un mercado de trabajo cada vez más competitivo. En el presente documento consideraremos estas condiciones de contexto que nos retan a elaborar una propuesta de universidad que forme personas íntegras y valiosas al servicio de la sociedad y que, al mismo tiempo, sean exitosas en la dura competencia que propone el mercado de trabajo4.

4 Surgen aquí algunos temas que vale la pena discutir con la comunidad: ¿qué son los mejores estudiantes? ¿Qué significa tener éxito en la vida post universitaria?

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2 LA UNIVERSIDAD QUE TENEMOS

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sta sección es de diagnóstico acerca de lo que, a nuestro juicio, son los grandes problemas que presenta nuestra Universidad y que deben ser enfrentados y resueltos en una nueva gestión universitaria, lo más pronto posible. Los presentamos en términos de preguntas que son respondidas preliminarmente.

1 Primero, analizando la información agregada, de la institución como un todo, ¿podemos afirmar

que somos la mejor universidad del Perú?5 Según las cifras del ranking QS para el 2019, somos la mejor universidad del Perú, estamos en lugar 21 en AL y en el rango 551-560 en el mundo. Según The World University Ranking del Times Higher Education (THE) de 2019, la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) es la mejor del Perú, secundada por la nuestra. Estas dos instituciones hacen evaluaciones prospectivas, por eso se habla de un ranking de 2019. Por otro lado, según Scimago Institutions Ranking (SIR) de 2018, somos la mejor del Perú, estamos en lugar 78 en AL y en el

5 Somos conscientes de que hay que ser muy cuidadosos en la utilización de los rankings como referencia para saber qué tan buena universidad somos. Pero, con todas sus limitaciones, son una fuente de información externa que hay que considerar.

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puesto 693 en el mundo. Asimismo, el ranking de América Economía (AE) de 2018 nos sitúa como la mejor del Perú, secundada por la UPCH. Por último, el ranking de la SUNEDU nos muestra como la mejor, seguidos por la UPCH. Las dimensiones que consideran los rankings tienen muchas similitudes en el sentido de evaluar principalmente la reputación académica, la investigación, la calidad docente, la internacionalización y la empleabilidad de las y los egresados, entre otras categorías. La excepción es SIR, el cual pone un peso mayor en la investigación y la innovación. En resumen, en general, podemos afirmar que, en la gran mayoría de los rankings, considerando a la institución como un todo, en el agregado, y conforme a las métricas internacionales, nuestra Universidad sigue siendo la mejor del Perú.

2 Segundo, al analizar la información desagregada, por carreras, ¿podemos asegurar que

somos la mejor universidad del Perú?

Según las cifras de AE para el 2018, entre las 7 carreras consideradas, dejando de lado Medicina, en Derecho e Ingeniería de Sistemas ocupamos el primer lugar; en Economía, Ingeniería Civil e Ingeniería Industrial el segundo lugar; y en Administración ocupamos el tercer lugar. No hay información para los años recientes, pero, para el 2013, AE muestra cifras que ratifican que por carreras no somos los primeros y los resultados en las especialidades nombradas arriba son similares, y ocupábamos el tercer puesto en Arquitectura y el primer puesto en Psicología. Por otro lado, según las encuestas elaboradas por IPSOS (2014 y 2016) sobre la percepción6

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Ojo, se trata de las percepciones de los empleadores.

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de los empleadores acerca de dónde provienen los mejores egresados, los mejores ingenieros industriales, civiles, electrónicos y de sistemas provienen de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), los mejores abogados y psicólogos provienen de la PUCP, los mejores contadores y economistas de la Universidad del Pacífico (UP), los mejores administradores y egresados de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima (UL); los mejores arquitectos de la Universidad Ricardo Palma (URP), los mejores educadores de Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFE), y los mejores sociólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Cabe resaltar que en la edición 2018 de THE ranking de ciencias físicas, donde participan 963 universidades de todo el mundo, 66 de AL, en el área temática de Ciencias Físicas, la PUCP ha participado con las especialidades de Matemática, Estadística, Química y Física. La PUCP es la única universidad peruana en el ranking de esta área y tuvo el mejor desempeño en el área de citaciones posicionándose como la número 1 en AL y en el puesto 174 en el mundo, logrando así superar a la Universidad de São Paulo, la PUC de Río y la PUC de Chile. Fue un logro importantísimo para nuestra Universidad.

Recientemente, en PuntoEdu del 26 de febrero pasado, nuestra Universidad ha comunicado que “La PUCP se sitúa primera a nivel nacional en 10 especialidades del Ranking Mundial QS by Subject”.


Es una muy buena noticia para la comunidad universitaria pues incluso nos posicionamos mejor que en años anteriores. Sin embargo, hay que precisar que en este ranking el Perú está representado solamente por dos universidades, la PUCP y la UPCH, pues la metodología del QS exige un umbral mínimo de publicaciones por especialidad (subject) durante los últimos 5 años. En consecuencia, no participan en este ranking las universidades con especialidades pequeñas o nuevas, que sí aparecen en los estudios nacionales. En síntesis, desde esta perspectiva, de las carreras, no podemos asegurar que seamos la mejor universidad del Perú. Esta información es muy importante. Sí somos la mejor cuando nos evalúan en el agregado, como institución, pero no lo somos cuando los empleadores nos valoran en el desagregado, por carreras.

egresados encuentren un trato consistente con los valores, conocimientos, destrezas y competencias adquiridas en nuestra Universidad, que se exprese en oportunidades laborales interesantes, exigentes y de alta responsabilidad y, por supuesto, por qué no, muy buenas remuneraciones.

En otras palabras, es de vital importancia que la empleabilidad de nuestras egresadas y egresados sea la óptima. La empleabilidad del egresado, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es:

El “efecto escala” también debe tomarse en cuenta. Se sabe que las universidades son sobrevaloradas en los rankings por ser grandes, como es el caso de las universidades brasileñas y mexicanas en AL, y el caso de la Universidad Nacional de San Marcos (UNMSM) en el Perú. Nuestra Universidad es relativamente grande, y puede estar beneficiándose del efecto escala. Por eso, hay que prestar atención a los rankings por carreras o por programas, los que pueden ser más justos.

“(…) uno de los resultados fundamentales de una educación y formación de alta calidad y de la ejecución de varias otras políticas. Abarca las calificaciones, conocimientos y las competencias que aumentan la capacidad de los trabajadores para conseguir y conservar un empleo, mejorar su trabajo y adaptarse al cambio, elegir otro empleo cuando lo deseen o pierdan el que tenían e integrarse más fácilmente en el mercado de trabajo en diferentes períodos de su vida” (OIT, 2005: 7).

En teoría, si las universidades pequeñas que tienen muchas de sus carreras como las mejores fuesen tan grandes como nosotros, podríamos haber dejado de ser la primera universidad del Perú. En la práctica, si esas universidades siguen creciendo como lo están haciendo actualmente, nuestro liderazgo de largo plazo está puesto en cuestión7.

En consonancia con esta definición, tal como se señala en DAPE (2017), nuestra Universidad debe crear y desarrollar las competencias y el potencial del graduado para que este pueda insertarse apropiadamente en el mercado laboral profesional, avanzar y ascender al interior de la entidad que labora, privada o estatal, local o internacional, y tener la capacidad para moverse hacia nuevas oportunidades laborales. Esta es, finalmente, para la Universidad, la prueba ácida de si hemos hecho bien nuestra tarea de formar a buenos profesionales y mejores ciudadanos.

Pasando al terreno laboral, uno de los principales objetivos de los padres de familia, estudiantes y profesores, es que, en el mercado laboral, público o privado, local o internacional, nuestras egresadas y

7 Si nuestro deseo es ser una universidad destacada lo debe ser por el servicio que prestamos al país. Los avances de las demás universidades deben ser acicates positivos para que nosotros mejoremos. Aquí se cumple aquello de “si quieres ser el primero, debes ser el primero en servir”. 8

Se toma a egresados con al menos un año de egreso al momento de la encuesta.

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3 Entonces, tercero, ¿cuál es el grado de

empleabilidad y cuáles son las remuneraciones del egresado PUCP, con referencia a las universidades con las que competimos? Según el INEI (2014), la PUCP presenta un 94 por ciento de inserción laboral en la carrera8, es decir, que al momento del censo este porcentaje declaró encontrarse trabajando en una actividad ligada a su carrera. En este indicador, la PUCP ocupa el séptimo lugar entre las universidades peruanas. Esta es una mala señal y ya no se trata de una percepción. Por otro lado, según IPSOS (2009 y 2016), desde la percepción de los empleadores, se observa, entre el 2009 y el 2016, un descenso del porcentaje de egresadas y egresados contratados procedentes de la PUCP. En el 2009, la PUCP ocupaba el segundo lugar en cuanto a porcentaje de egresados contratados y en el 2016 descendió al cuarto lugar. Pero, además de prestar atención a la tasa de inserción laboral de nuestras egresadas y egresados, es igual de importante conocer cuáles son los niveles de remuneraciones que perciben. Según Ponte en Carrera, plataforma web que brinda información sobre educación superior con el apoyo del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, el Ministerio de Educación e IPAE Acción Empresarial; para el año 2017, sobre la base de datos de profesionales que egresaron entre el 2012 y el 2016, las remuneraciones de los profesionales de la PUCP son de las más altas en varias de sus carreras. Según esta fuente, en términos de sueldos, ocupamos el primer lugar en las carreras de Derecho, Informática, Ingeniería de Telecomunicaciones, Ciencias Políticas, Arquitectura, Antropología, Ingeniería Mecánica,

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Ingeniería de Minas y Periodismo y Locución; segundo lugar en Ingeniería Industrial y Psicología, tercer lugar en Ingeniería Electrónica, cuarto lugar en Ingeniería Civil y quinto lugar en Economía. Por último, en el grupo de las 10 profesiones mejor pagadas, la PUCP solo es líder en Ingeniería de Telecomunicaciones. En resumen, en muchas carreras, el grado de inserción laboral y las remuneraciones de las egresadas y egresados de la PUCP son muy buenas, pero hay otras en las que estamos rezagados. Asimismo, desde el punto de vista de los empleadores nuestra Universidad es considerada como la primera universidad solo en 2 de las carreras consideradas en el estudio.

4 Transitemos al terreno de la calidad docente.

¿Podemos afirmar que la PUCP cuenta con la mejor plana docente del país?

En DAPE (2017) hay un tratamiento comprehensivo y cuidadoso de este importante tópico. En ese estudio se refiere al trabajo de Arellano (2008), en el que se consultó a actores de la comunidad PUCP y no PUCP acerca de los atributos más importantes para decidir estudiar en una universidad. Todos estos actores coincidieron en que el primer y más importante atributo para elegir la universidad de estudio es la calidad de la plana docente de una universidad. El segundo atributo es el prestigio y el tercero la infraestructura del campus. En ese estudio se encuentra que si bien a nivel general la PUCP es considerada como la mejor universidad; al revisar los factores de manera individual, la fortaleza que destaca en primer lugar es su prestigio y, en segundo lugar, su buen nivel de enseñanza, y recién en tercer lugar se la valora por sus buenos docentes. Es decir, la principal fortaleza de la PUCP no es la calidad de su plana docente, sino más bien su prestigio y su nivel de enseñanza.


En DAPE (2017) también se menciona el trabajo de IPSOS (2014 y 2016) que proporciona un indicador muy importante sobre la calidad de los docentes PUCP en percepción de los empleadores y su evolución en los últimos años, con referencia a las otras universidades del Perú. La información sugiere, primero, que la percepción sobre la calidad de los docentes PUCP se ha deteriorado entre el 2014 y el 2016. Segundo, como resultado de lo anterior, la PUCP ya no es considerada actualmente la universidad con la mejor plana docente en el Perú.

solo para los años 2016-2018, en el rubro calidad docente, la PUCP aparecía en el segundo lugar en 2016 y fue desplazada al tercer lugar en los rankings de 2017 y 2018.

En el campo de la docencia, según el informe de Ipsos para nuestra Universidad, la brecha entre la calidad docente de nuestra Universidad y la de las que compiten de cerca con nosotros se está cerrando.

En consecuencia, combinando la evaluación agregada y la desagregada de los rankings, con la información revisada sobre la calidad relativa del docente PUCP, no es posible afirmar categóricamente que la PUCP es, actualmente, la mejor universidad del Perú.

De corroborarse la información presentada, estaríamos frente al problema más grave al que debe enfrentar la nueva administración de la universidad. ¿Cómo puede una universidad líder no contar con la mejor plana de académicos del país? ¿Cómo pudo pasar esto?

5 Quinto, la investigación es una de las razones de ser de una universidad. ¿Somos líderes en

la creación científica y artística en el Perú?

Con todos los reparos que debemos tener sobre este tipo de estudios, basados en percepciones, vale la pena tomarlos en cuenta como indicio de que pueden estar captando algún problema real.

La Universidad ha dado pasos muy importantes en el terreno de la producción científica. Desde hace casi 10 años contamos con un Vicerrectorado de Investigación, y los recursos para la investigación y el apoyo que reciben los investigadores es hoy mucho más grande. La producción científica ha crecido y su visibilidad ha aumentado. Hay también un apoyo importante para la producción artística. Además, el Estado está colocando fondos relativamente importantes para las ciencias naturales y las ingenierías. Sin embargo, como país, estamos todavía muy rezagados en el contexto de AL. A pesar de los avances logrados, en términos de investigaciones la PUCP solo está por encima de universidades de Bolivia, Ecuador y Paraguay.

Hay evidencia adicional sobre la calidad docente. Según el ranking de AE, el que muestra información

El rol de la investigación es el de elevar la frontera de conocimientos en los distintos campos del

“(…) se percibe que la planilla de docentes es muy buena, sin embargo, se reconoce que el nivel de competitividad es similar al de otras universidades del consorcio (UP, UL, UPCH), y también se reconoce que las nuevas universidades particulares suelen contratar a los profesores de la PUCP (UPC, U. Piura, Esan, USIL) con mejores condiciones de pago. Con lo cual la ventaja comparativa en este punto se ha reducido considerablemente” (IPSOS 2016a), subrayado y en negrita nuestro).

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saber. El producto de esas investigaciones debe ser publicado en los espacios académicos de mayor prestigio, a nivel local o internacional. Pero además de este rol, importantísimo, el investigador PUCP debe generar un efecto multiplicador en sus colegas, en los estudiantes y en la comunidad. El número de investigadores con el que contamos es todavía muy reducido, y las publicaciones están concentradas en muy pocos investigadores. Necesitamos una masa de investigadores mucho más grande.

Sin embargo, el problema más importante parece ser que no estamos usando apropiadamente los recursos, todavía escasos, que la universidad tiene para fomentar la investigación. El crecimiento del aparato administrativo está afectando a los recursos que deben ir directamente hacia los investigadores. El esquema actual de apoyo a los investigadores PUCP tiene costos que se pueden reducir sustantivamente. Si lo que incentivamos son publicaciones, y si lo que queremos es reconocer al investigador que realiza las mejores publicaciones o las mejores producciones artísticas, ¿cuál es la necesidad de generar todo un largo proceso de intermediación, costoso, y en lo sustantivo innecesario, antes de llegar hasta el investigador? El principal canal de apoyo a la investigación se produce a través de los concursos, como el Concurso Anual de Proyectos de Investigación y el Concurso de Proyectos Interdisciplinarios. El mecanismo de apoyo es más o menos así. Primero, se hacen las convocatorias. Segundo, debe asignarse un personal que administre la recepción y evaluación de los expedientes entregados por los investigadores. Tercero, hay

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que buscar y pagar a un número grande de jurados locales e internacionales, quienes tienen la difícil tarea de evaluar propuestas de investigación en campos tan distintos como la física, el medio ambiente, el desarrollo humano, la corrupción, la antropología, el derecho, la literatura, etc. Cuarto, se elige la lista de ganadores y, en algunos casos, los investigadores deberán levantar algunas observaciones del jurado, o del Comité de Ética, antes de poder iniciar la investigación. Ha habido muchos casos de investigadores que han puesto en cuestión la calidad de los jurados. Quinto, se inician los procesos de firmas de contratos con cada uno de los investigadores ganadores y se precisan los plazos de entrega de los informes parciales y finales, así como fechas posibles de la publicación de los resultados de la investigación. Sexto, se desarrollan las investigaciones y las entregas parciales de los productos de la investigación. Séptimo, se culmina con la investigación y la Dirección de Gestión de la Investigación (DGI) recuerda a los investigadores entregar los informes finales de la investigación en los plazos correspondientes. En todo este tiempo, hay personal de la DGI asignado para el seguimiento del cumplimiento de los plazos y para hacer los trámites de los pagos mensuales a los investigadores y sus asistentes. Octavo, el investigador envía el producto final de su investigación- un artículo, un libro o el capítulo del libro-, a la DGI. Noveno, el investigador enviará el producto de su investigación a una editorial o a una revista de prestigio. Eventualmente, la publicación puede ser rechazada y el producto de la investigación quedar como un documento de trabajo. ¿Vale la pena hacer todo este recorrido, innecesariamente costoso y potencialmente injusto, dado lo difícil que es conseguir un jurado ad hoc para los tópicos tan heterogéneos que se abordan en nuestra Universidad? Necesitamos comparar el total de fondos que la Universidad destina a la investigación y los fondos que efectivamente reciben los investigadores, con


el presupuesto destinado al aparato administrativo que gestiona esos fondos. Esa evaluación es indispensable para hacer los correctivos que se necesiten.

7 Sétimo, nuestras y nuestros estudiantes,

6 Sexto, ¿somos líderes en generar

innovaciones y conocimientos que son utilizados por el sector público y el sector privado de nuestro país?

Las universidades más destacadas del mundo, como el MIT, Stanford, Harvard, CALTECH, Oxford o Cambridge, entre otras, desde hace mucho tiempo, realizan investigación básica y aplicada que da lugar a conocimientos e innovaciones que son utilizadas por el Estado y el sector privado, y ese es un origen importante de recursos que ayudan al sostenimiento de la propia Universidad. Ese no es el caso de nuestra Universidad. En primer lugar, nuestra conexión con el sector público y privado es frágil. En segundo lugar, casi no tenemos fondos provenientes del sector público o privado como contraprestación de los conocimientos o innovaciones ofrecidas por nuestra Universidad. Aun así, se debe resaltar la labor de los docentes de Ciencias e Ingeniería y de la Oficina de Innovación de la DGI, gracias a los cuales nos hemos convertido en la Universidad que más ha ayudado a las empresas en la consecución de fondos para innovación ofrecidos por el CONCYTEC y por el Ministerio de la Producción. Sin embargo, todavía estamos en un proceso de aprendizaje y cuando se observa a nuestra institución en su conjunto, observamos que las unidades que realizan actividades de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento, trabajan de manera poco cooperativa y poco comunicativa. Se desaprovecha el inmenso potencial interdisciplinario de nuestra Universidad para hacer investigaciones, innovaciones y emprendimientos.

¿están graduándose o titulándose oportunamente, y están culminando su carrera en los tiempos ideales? Los indicadores existentes sugieren que, cada vez más, estamos alejándonos de una formación de calidad. En DAPE (2017), con cifras de PUCP (2017d), se analizan los indicadores de graduación oportuna y titulación según la perspectiva de ingresantes (respecto a su cohorte de ingreso) y el porcentaje de egresados que culminaron estudios en número de semestres ideales. Se considera graduación “oportuna” a la que ocurra un año después del tiempo ideal de egreso. Con respecto a la graduación oportuna se aprecia que, en promedio, la tasa de egresadas y egresados que se han graduado a lo más un año después de la fecha ideal tomando en cuenta el periodo 2003 al 2009 es de 16 por ciento para Letras y 14 por ciento para Ciencias. Artes y Educación exhiben las cifras más bajas de tasa de egresados, con 9 y 6 por ciento, respectivamente. En general, en todas las carreras el porcentaje de alumnos que se gradúan de manera oportuna es bajo.

Por otro lado, la proporción de estudiantes que culmina sus estudios en el tiempo ideal ha descendido de 19 por ciento en 2005 a solo 11 por ciento en 2014. Asimismo, en los últimos 10 años, el número de semestres para egresar ha aumentado. Mientras que en el 2005 la duración era de 22 por ciento más de

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tiempo que la ratio ideal de egreso, en el 2015 ese porcentaje extra se ha elevado a 31 por ciento. Con relación a la Escuela de Posgrado, según la DAPE (2017), entre el año 2000 y 2012 ha tenido a 12,862 estudiantes de maestría, de los cuales solo 863, un 7 por ciento del total, se han graduado a lo más en 1 año después de haber culminado sus estudios. En cuanto al doctorado, para el periodo de 2000 al 2014, se contaba con 283 alumnos, de los cuales 31 se han graduado a lo más un año, cifra que corresponde al 11 por ciento del total. Son cifras deficientes que no hablan bien de nuestra institución. En pocas palabras, en los últimos años, nuestras y nuestros estudiantes se gradúan cada vez en mayor tiempo. El número de semestres para egresar ha aumentado y cada vez se titulan más tarde, tanto en pregrado como en posgrado.

8 Octavo, ¿utiliza la PUCP eficientemente

sus recursos?

Tenemos la necesidad de preservar la identidad de la Universidad como institución académica cuyo objetivo principal es la educación de los alumnos, la investigación y la cooperación con la sociedad. Sin embargo, tiene que existir una correspondencia entre medios y fines: sin recursos económicos suficientes, no sería posible alcanzar esos objetivos. Por eso, la Universidad debe generar los recursos y utilizarlos eficientemente. Lamentablemente, en nuestra Universidad, una institución que tiene un presupuesto anual de alrededor de S/ 1000 millones, hay numerosos ejemplos de un uso ineficiente de los recursos. Usar ineficientemente los recursos significa destinarlos a alternativas que no son las mejores para alcanzar los objetivos de la Universidad. A continuación, mostramos algunos ejemplos.

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El ejemplo más conocido probablemente es el de Centuria, la plataforma de gestión administrativa de la PUCP. Centuria es una adaptación de los Enterprise Resource Planning (ERP) o Sistemas de Planificación Empresariales, como el nombre lo señala, de uso empresarial, para la planificación y gestión de los recursos de nuestra Universidad. A pesar de no contar con la certeza de que este programa era el apropiado para nuestra Universidad, las autoridades, urgidas por la entendible necesidad de contar con una herramienta de soporte, se embarcaron en la compra y puesta en marcha de Centuria en el año 2009.

Somos testigos de que, tanto en costes como en beneficios para la administración de la universidad, no se han generado las grandes ventajas que se suponía iban a producir. Necesitamos información desagregada, histórica y proyectada sobre el costo de Centuria. Se sabe que la inversión acumulada en los seis años que duró su implementación fue alrededor de S/ 60 millones ¿Cuáles son los costos proyectados para los próximos 5 años? ¿Cuál es el futuro de Centuria? ¿Qué se podría haber hecho, alternativamente, con el millonario presupuesto asignado a Centuria? Pero hay otros muchos ejemplos más de uso ineficiente de recursos, que no son muy conocidos por la comunidad universitaria. Uno de ellos es el sistema de creación de carreras en el bachillerato y el posgrado. En general, las carreras en la PUCP, en el bachillerato y el posgrado, se crean por “oferta”, por iniciativa de algún interesado o de alguna unidad académica, al margen de si hay una


demanda proveniente de la sociedad. No nos referimos a los programas protegidos en los que las consideraciones de demanda deben ser dejadas de lado por tratarse de estudios que la universidad considera de suma importancia para el país y para la propia universidad. La creación de nuevas carreras en el bachillerato o el posgrado es indispensable pues la universidad tiene que responder a la dinámica de las necesidades cambiantes del país. Pero tiene que producirse de manera ordenada, planificada y sin deteriorar la calidad académica ni usando ineficientemente los recursos que la universidad puede destinar a otros fines académicos Se requiere una evaluación mucho más cuidadosa que la que se hace ahora para que la universidad y nuestro posgrado crezcan ordenadamente, ofreciendo programas de alta calidad y que, al mismo tiempo, respondan a las necesidades de la sociedad. La evaluación debe considerar también las tendencias del futuro que auguran que en los próximos años la mayoría de las carreras que se ofrecerán serán distintas a las que existen ahora. Otro ejemplo de uso ineficiente de recursos es el mecanismo que tenemos en la PUCP para acreditar las carreras en nuestra Universidad. La acreditación de una carrera es el reconocimiento de parte de una institución externa del cumplimiento de la calidad académica ofrecida por una carrera, luego de verificar la coherencia entre los objetivos y las acciones declarados por el programa académico Desde el inicio del proceso de acreditación, ¿cuántos puestos administrativos se han creado en las facultades involucradas para cumplir con la tarea de la acreditación? ¿Cuántos recursos financieros se han invertido en el proceso? ¿Los coordinadores encargados de la acreditación en las carreras ocupan plenamente su tiempo en la tarea de la acreditación o es un empleo encubierto para hacer otras tareas? ¿No hubiera sido más eficiente centralizar este proceso y tener en la Dirección de Asuntos

Académicos (DAA) un grupo de profesionales especializados que se encarguen de varios programas a la vez y que atiendan los procesos de acreditación en toda la Universidad? Estos procesos de acreditación son en algunos casos increíblemente largos y demandan una cantidad de recursos que no necesariamente vale la pena realizar. ¿No es posible automatizar y digitalizar de manera regular los registros con la información requerida para las acreditaciones?

El uso de aulas es otra muestra de uso ineficiente de los recursos. En una reunión de autoridades realizada en El Pueblo en marzo de 2016 se dijo que, sobre una semana con 82 horas de clase de lunes a sábado solo se usaba el 52 por ciento de las aulas. El problema se genera porque la intensidad del dictado de clase en nuestro campus es muy heterogénea a lo largos de los días de la semana. Hay horas y días en que las aulas están completamente llenas; y hay horas y días en que hay aulas vacías. Hay que tratar de utilizar plenamente las aulas. Su falta de uso tiene un costo implícito inmenso, que no estamos contabilizando. No nos sobran recursos para soportar esta ineficiencia y debemos usar la capacidad instalada ociosa en actividades valiosas para la comunidad universitaria. Estos son solo algunos ejemplos de cómo desperdiciamos los recursos de la Universidad. Un uso eficiente de los recursos nos proporcionaría ahorros que pueden utilizarse en mejores alternativas para la comunidad universitaria.

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9 Noveno, ¿el grado de influencia

de nuestra Universidad sobre la educación universitaria y la solución de los grandes problemas nacionales es consistente con nuestro tamaño, prestigio e historia? Nuestra Universidad tiene 102 años de funcionamiento, casi 700 profesores a tiempo completo y cerca de 30 000 estudiantes; 53 especialidades en el bachillerato y 146 programas de posgrado. Somos una universidad con mucho prestigio y tenemos una influencia importante en el país en el plano de la educación universitaria, la discusión sobre los principales problemas que tiene el país y en la dirección de las principales instituciones del Estado. Sin embargo, la influencia de una universidad centenaria y que es considerada la mejor del país debería ser muchísimo mayor. Las universidades peruanas deberían estar marcadas por el sello de la enseñanza y la investigación de la PUCP, los líderes de opinión en los medios de difusión más prestigiosos deberían ser de nuestra casa de estudios y el Estado peruano debería tener una participación dominante de nuestras egresadas y egresados. La PUCP debe convertirse en un activo indispensable para el desarrollo y crecimiento del país.

10 Décimo y último: ¿somos una universidad

con una comunidad universitaria integrada, que tiene claridad en los valores y principios comunes; que comparte una visión y misión común? Esta décima pregunta es la más importante de todas. La mayor parte de la comunidad universitaria

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da por sentado que lo que hace y lo que debe hacer la universidad está claro y es compartido por todos. La existencia del actual Plan Estratégico Institucional, el PEI 2018-2022, o los anteriores, fortalecen la creencia de que compartimos una visión y una misión común. Sin embargo, nuestros PEIs tienen el gran problema de no considerar la necesaria correspondencia que debe existir entre los objetivos estratégicos y los medios para alcanzarlos. Los documentos de este tipo, con muchos objetivos estratégicos y con muy pocos medios para alcanzarlos, no sirven para poner en práctica estrategias de política. La formulación de la misión y la visión de la Universidad tiene que ser fruto de una discusión democrática y participativa entre los miembros de la comunidad universitaria; pero al mismo tiempo tiene que ser rigurosa, en el sentido de que los objetivos estratégicos deben ir acompañados de los medios para alcanzarlos. Solo así podremos contar con un documento que, al mismo tiempo que representa el sentir de la comunidad universitaria, sea un instrumento práctico para resolver los grandes problemas que tiene nuestra Universidad. Por otro lado, los sucesos de fines de 2018 nos han mostrado como una universidad con muchas grietas, con un serio problema de comunicación, con opiniones totalmente discordantes sobre qué hacer ante los acontecimientos. Nos mostramos fracturados. Hay, entonces, la necesidad y urgencia de buscar un espacio para analizar fríamente qué es lo que ha pasado, curar las heridas y encontrar los principales lugares de encuentro entre los miembros de la comunidad universitaria que nos permitan transitar hacia una universidad mejor. En conclusión, la Universidad que tenemos ha dado en los últimos años algunos pasos que celebramos y felicitamos, pero también ha dado muchos otros que nos están alejando de ser la universidad que queremos: líder en nuestro país, como institución


y por carreras, entre las mejores de América Latina, fuente de profesionales íntegros e idóneos para el país y el mundo; y generadora de conocimiento e innovaciones que transforman y mejoran la vida de las personas y nuestra sociedad. Todo eso, sin perder nuestra identidad: una universidad de todos, para todos, libre de inequidades, falta de respeto o acoso. Somos conscientes que estamos dejando de lado muchos tópicos que la comunidad universitaria extrañará en este documento y que deberán incorporarse luego del diálogo con la comunidad

universitaria. Por ejemplo, el importante tema del gobierno de la universidad, o de la equidad de género y el reconocimiento y el respeto a las minorías. En el primer caso, la percepción general es que el gobierno no funciona y que la solución debería pasar por la implantación de criterios generales acordados colectivamente, pero que se deben respetar, sin hacer excepciones. En el segundo caso, hay la sensación que nuestra universidad es una de las que más ha avanzado en estos tópicos en el país, pero que estamos lejos del ideal.

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3 LA PUCP QUE QUEREMOS

¿

Qué hacer para preservar el liderazgo de la PUCP en el largo plazo, tentar los primeros puestos en la competencia latinoamericana, continuar siendo la referencia en las grandes discusiones nacionales y seguir alimentando al país con nuestros mejores talentos; y todo eso sin perder la identidad académica de la Universidad?

En primer lugar, hay que reconocer que el contexto en el que funciona la PUCP es sustantivamente distinto del que existía a principios de este siglo. El crecimiento de universidades ha sido vertiginoso. Algunas de ellas son buenas universidades, tienen carreras que son percibidas como mejores que las que ofrecemos, atraen a nuestros profesores y tienen un plan

organizado de crecimiento que, por sus resultados, muestra ser eficaz.

En segundo lugar, tenemos la impresión de que hay una distancia enorme entre lo que somos y lo que podemos ser. La complacencia; el sentirnos cómodos por ser considerados, todavía, como la mejor universidad del país y una de las 21 mejores de AL, ha estabilizado la gestión universitaria y los últimos gobiernos, convirtiéndolos en administradores del status quo. El no dar la importancia debida a las evaluaciones externas como los rankings no le hace bien a la universidad. Una universidad de 102 años, con el prestigio que tiene la PUCP, tiene que competir y buscar siempre ser la mejor en todos los campos

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de la enseñanza, la investigación y la proyección a la comunidad.

En tercer lugar, hay que reconocer que la PUCP tiene un modelo económico especial, distinto al de otras universidades privadas de referencia, locales o internacionales. Primero, porque recibimos poquísimo apoyo económico del Estado. Segundo, porque el esquema de pensiones escalonadas hace que el costo de la educación sea parcialmente subvencionado por la propia universidad en favor de las y los estudiantes competentes de menores recursos. Tercero, porque en la PUCP, a diferencia de la mayoría de las universidades privadas, en las que el presupuesto se financia fundamentalmente con las pensiones estudiantiles, estas representan solo alrededor del 50 por ciento de todos sus ingresos. El resto de los ingresos proviene de actividades académicas no regulares como los programas de formación continua y de negocios inmobiliarios y de retail. Dadas estas consideraciones, a continuación, exponemos algunos rasgos de la universidad que quisiéramos llegar a ser a través de un nuevo gobierno universitario que potencie al máximo las capacidades de estudiantes, docentes y administrativos, y que debe llevarnos, estamos seguros, mejorando el nivel académico y el compromiso de la Universidad para con la sociedad peruana, a un estadio superior, que nos merecemos. De esta manera, en el año 2023, la PUCP debería cobijar, en su campus,

1. A las y los mejores estudiantes del país, genuinamente interesados en estudiar, pensar, actuar y cambiar el mundo para mejor, porque afinaremos el proceso de admisión universitaria y porque pondremos a las autoridades, la administración de la universidad, los profesores y los investigadores, a su servicio.

2. Una proporción grande de estudiantes predispuestos y preparados para proseguir

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estudios de maestría y doctorado en las mejores universidades del mundo.

3. A los mejores académicos del país, en la enseñanza y la investigación, porque pondremos a las autoridades y a la administración a su servicio, proveyendo de los recursos necesarios para ser un buen docente y un buen investigador, y creando un esquema de incentivos que premie la excelencia en ambos campos.

4. La mejor infraestructura física y humana de apoyo a nuestras y nuestros estudiantes, docentes e investigadores; reorientando el área de Servicio Social para que y la Dirección de Gestión del Talento Humano (DGTH), efectivamente, estén al servicio de quienes más lo necesitan.

5. Estudiantes que culminen su carrera y se gradúen a tiempo, con las calificaciones, conocimientos y las competencias que les permitan integrarse fácilmente en el mercado de trabajo, de acuerdo con sus intereses y en diferentes períodos de su vida.

6. Un aparato de apoyo que consigue fondos para la formación, para la investigación y la innovación, que sirva a los miembros de la comunidad que se dedican a transmitir y generar conocimiento con valor para la sociedad.

7. Una comunidad universitaria integrada, donde todos sumen y pongan el hombro: estudiantes, profesores, personal administrativo, egresadas y egresados. Que todos sientan que son parte de una universidad en la que son bien tratados y en la que son protagonistas en la creación de una mejor universidad y un mejor país.


liderará la discusión acerca de la identificación y la propuesta de solución de los grandes problemas que aquejan al país.

COMO RESULTADO, 1. Dotaremos al Estado y al sector privado de profesionales sobresalientes, especialistas, gestores y ciudadanos íntegros que contribuirán al desarrollo económico y social del país. La inspiración católica de nuestra Universidad contribuirá a que nuestras egresadas y egresados destaquen no sólo por sus capacidades y habilidades, sino por ser un ejemplo de integridad, ética y de preocupación por los demás.

2. Influiremos de manera significativa en el desarrollo del Perú con la participación de nuestros profesores, investigadores, egresadas y egresados, quienes socializarán sus conocimientos en el campo de la enseñanza, la investigación y la responsabilidad social, con los colegas de todo el Perú.

3. Amplificaremos, notablemente, la presencia de la Universidad en las grandes discusiones acerca de los problemas nacionales. La Universidad, desde la prensa, los eventos académicos, las publicaciones con énfasis en la política pública,

4. Los profesionales de la PUCP destacarán en la dirección de las instituciones más importantes y estratégicas del Estado peruano, así como en las empresas más importantes del sector productivo y financiero del país.

5. Todos los rankings, locales e internacionales, nos ubicarán como la mejor universidad del país, tanto en el campo de la docencia como en el de la investigación.

6. Recuperaremos nuestro liderazgo en todas o la gran mayoría de las carreras que tiene nuestra Universidad. Nuestra meta para el 2023 es que más del 80 por ciento de las carreras que ofrece la universidad sean las mejores del Perú. Hacia el 2028 deberíamos ser las mejores en el 100 por ciento de nuestras carreras.

7. Hacia el 2023, esperamos estar entre las 15 mejores universidades de América Latina y hacia el 2028 deberíamos estar ubicados entre los 10 mejores.

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4 LINEAMIENTOS GENERALES DE POLÍTICA: 2019-2023

¿

Qué debemos hacer en los próximos años para lograr ser la PUCP que queremos en un plazo relativamente breve? En las siguientes secciones presentaremos algunos lineamientos de lo que sería nuestra política universitaria para el periodo 2019-2023. Los lineamientos suponen una escala de prioridades. Esta sección aún es inconclusa y esperamos que sea complementada y potenciada con la participación de toda la comunidad universitaria.

PRIMERO, NUESTRAS Y NUESTROS ESTUDIANTES

El propósito principal de nuestra Universidad es el de formar profesionales de primer nivel y ciudadanos íntegros que contribuyan con el desarrollo económico, tecnológico y social del país; y preparados para hacer sus estudios de posgrado en las mejores universidades del mundo. El estudiante PUCP debe tener valores, capacidad de trabajar y respetar a quienes piensan diferente, y de interactuar con otras disciplinas, de saber hacer las preguntas correctas y encontrar las mejores respuestas. Aquellos que en su paso por la universidad hayan descubierto sus habilidades emprendedoras y que hayan desarrollado productos (bienes o servicios) basados en el conocimiento, deben poder emprender actividades

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productivas y liderar empresas u organizaciones sociales a través de las cuales generen valor para el país y mejoren el mundo. El reto está en no perder la identidad de universidad, porque la universidad es también un espacio para aprehender y cuestionar el mundo. No hay incompatibilidad entre el pensamiento crítico y las habilidades profesionales. Así mismo, nuestra Universidad debe ser una cantera de políticos de nuevo cuño, que no caigan en las trampas del delito y la corrupción y que, a través de su labor, contribuyan a organizar y engrandecer a nuestro país.

egresadas y los egresados de la PUCP son las más altas del mercado laboral peruano, y desde el punto de vista de los empleadores nuestra Universidad es considerada como la primera universidad solo en una parte de todas nuestras carreras.

Desde donde estén, como lo están haciendo ahora, pero que lo harán con mucha más fuerza en el futuro, deben liderar los cambios que el país necesita. Eso es lo que esperan los padres de familia de sus hijos, y eso es lo que esperamos también sus profesores.

1. La reducción del número de semestres efectivos

Por eso, la principal responsabilidad social que la Universidad tiene con el país es dotarle, año a año, década tras década, de los profesionales más sofisticados y al mismo tiempo íntegros. La rentabilidad social de nuestra contribución con el país será invalorable. Actualmente, como vimos en la sección 2, las y los estudiantes no están bien atendidos. Por un lado, se gradúan cada vez más allá del tiempo del ideal, el número de semestres para egresar ha aumentado y cada vez se titulan más tarde, tanto en pregrado como en posgrado. Por otro lado, ni el grado de inserción laboral ni las remuneraciones de las

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Se necesita impulsar una reforma estructural desde las facultades, con el apoyo del Equipo Rectoral, para dictar las medidas inmediatas que eleven la calidad de la formación de nuestras y nuestros estudiantes, y que se refleje en los cinco indicadores siguientes9:

para el egreso,

2. la graduación y la titulación oportuna, 3. la elevación sustantiva del número de egresadas y egresados que ingresan a los posgrados más prestigiosos del mundo,

4. la mejora sustantiva en los índices de empleabilidad y de remuneraciones de nuestras egresadas y egresados.

5. la satisfacción de nuestras y nuestros estudiantes con la formación que reciben y con los servicios que brindamos. En términos de infraestructura de apoyo, el estudiante PUCP debe contar con la mejor del Perú. Para ese propósito, los recursos de la universidad serán reorientados desde las actividades que no contribuyan directamente con la enseñanza, la investigación, la responsabilidad social y la influencia de la universidad sobre la educación y la gran política nacional, hacia aquellas actividades o inversiones que produzcan o garanticen mejores condiciones para la enseñanza y el aprendizaje

Estos indicadores están pensados básicamente para el pregrado. Hay que construir indicadores similares para el posgrado.

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y, en general, el bienestar de nuestras y nuestros estudiantes. En particular, la infraestructura del campus será tal que las y los estudiantes desearán maximizar su presencia en el campus. Así mismo, buscaremos los mecanismos y políticas para insertar a nuestras y nuestros estudiantes en los círculos académicos internacionales de primer nivel. El estudiante PUCP tiene que ser un estudiante global que aspira a alcanzar los grados académicos más elevados en las mejores universidades del mundo. Para ese ese objetivo, potenciaremos las políticas de internacionalización de nuestra Dirección Académica de Relaciones Institucionales (DARI) para que las y los estudiantes sean los principales beneficiarios. La internacionalización busca “La apertura de la universidad a las ideas, conocimientos, retos tecnológicos y diálogo con universidades del exterior, con el propósito de multiplicar nuestras capacidades y aumentar la eficacia de nuestros resultados. La participación activa de la universidad y sus miembros en el mundo global, como parte esencial de la formación y la investigación en el siglo XXI” (DARI). En la gestión de 2019-2023 se potenciará la movilidad estudiantil, el impulso de la doble titulación de programas y la acreditación internacional de las mismas. Por otro lado, los problemas que se presentan en los servicios estudiantiles necesitan ser enfrentados de manera estructural, para evitar las tensiones que periódicamente se presentan en nuestra Universidad, desgastando la relación entre estudiantes y autoridades. Las y los estudiantes necesitan contar con un medio ambiente ideal para alcanzar un rendimiento óptimo. Estos problemas deben resolverse con una perspectiva de largo plazo, con el apoyo de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAES) y el diálogo directo entre la dirigencia estudiantil y las autoridades universitarias, teniendo como ejes los fines fundamentales de la Universidad.

Por último, y no por eso menos importante, hemos detectado que estamos fallando en el cuidado y la atención que brindamos a nuestras y nuestros estudiantes en aspectos básicos tales como la entrega oportuna de syllabus, notas y resolución de reclamos, el respeto en los horarios de atención, o en la puntualidad de asistencia a clases. Estos temas, que parecen menores, afectan notablemente al proceso de formación y satisfacción de nuestras y nuestros estudiantes. Hay facultades en las que esta atención es apropiada, pero hay otras en las que las y los estudiantes ya se han acostumbrado a la falta de ella. Desde la administración central, luego de recoger la opinión de los estudiantes, decanos y jefes de departamento, se sugerirán las directivas para que las buenas prácticas de atención a los estudiantes se generalicen en los aspectos mencionados. Será una muestra del respeto que tenemos por nuestras y nuestros estudiantes.

SEGUNDO, LOS DOCENTES E INVESTIGADORES ¿Qué necesitamos para que las egresadas y egresados de la PUCP sean los profesionales más calificados y al mismo tiempo más íntegros? Sin duda, haber sido formados en el aula con buenos profesores y haber desarrollado sus trabajos de investigación con buenos investigadores. Tener al mejor profesor enseñándote y al mejor investigador asesorándote, es condición casi suficiente para ser un egresado sobresaliente. De esta manera, las egresadas y egresados de la PUCP podrán decir, como Isaac Newton “Si yo he sido capaz de ver más allá, es porque me encontraba sentado sobre los hombros de unos gigantes”10. La mejor plana de docentes-investigadores es el imán para atraer a los mejores estudiantes. Los

Expresada en una carta a Robert Hooke en la que hacía mención a sus predecesores Copérnico, Galileo y Kepler. Se postula que la frase original corresponde al filósofo del siglo XII, Bernard de Chartres.

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mejores estudiantes buscan estar con los mejores profesores y los mejores investigadores. Los mejores profesores e investigadores buscan tener los mejores estudiantes. Ese binomio generará un círculo virtuoso que permitirá quebrar la tendencia actual y sentará las bases para consolidar la posición que la PUCP debe ocupar siempre. Las y los estudiantes, docentes e investigadores serán, invariablemente, el centro de nuestra preocupación. ¿Cuál es el perfil que debe tener el docente y el investigador PUCP?11 Los docentes estamos en un problema. Alterando un poema de nuestro poeta César Vallejo sobre el dolor, podemos decir que “el conocimiento crece en el mundo a cada rato, crece a treinta minutos por segundo”. ¿Cómo hacernos propietarios de estos conocimientos que crecen exponencialmente y transmitirlos apropiadamente a nuestras y nuestros estudiantes? En primer lugar, aceptando el diagnóstico que a principios de este siglo hizo Luis Jaime Cisneros, maestro querido de nuestra Universidad. Él nos dijo, en una apertura de año académico, “el problema de los profesores empieza cuando dejan de ser estudiantes”. Frase categórica y desafiante. Un docente que haya dejado de ser estudiante no merece ejercer la tarea de la docencia. Además, recordemos que según Albert Einstein “las teorías son asesinadas tarde o temprano por la experiencia”. Al dejar de ser estudiantes, los profesores podríamos estar enseñando teorías obsoletas. En segundo lugar, los profesores tenemos que llegar a contar con algún grado de especialización. No podemos aspirar a saberlo todo. Hay que tender a la especialización. Einstein tenía razón cuando decía: “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. La interacción entre especialistas es lo que permite una rica convivencia interdisciplinaria.

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Véase Mendoza (2016)

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No hay conflicto entre la especialización y la interdisciplinariedad. Son los buenos especialistas los que pueden hacer un buen trabajo interdisciplinario. Si no se conoce bien la especialidad no se puede hacer investigación interdisciplinaria. Pero mantenernos en la frontera del conocimiento, interdisciplinario o especializado, puede ser estéril. ¿Qué sentido tiene ser un sabio si nadie puede dar constancia de nuestra sabiduría? Hay que obligarnos entonces a ser un buen profesor, ojalá excepcional, alguien de quien los estudiantes puedan recibir una herencia de conocimientos y consejos. ¿Cómo es un profesor de calidad excepcional? Ken Bain, historiador y pedagogo norteamericano, responde a esta pregunta en un libro fascinante: “Lo que hacen los mejores profesores de la universidad”. Cada capítulo de su libro es la respuesta a una pregunta sobre lo que hace excepcional a un profesor universitario. ¿Cómo son los profesores excepcionales? Sin excepción, conocen su materia extremadamente bien. Son eruditos. Algunos cuentan con una lista impresionante de publicaciones; otros, no necesariamente. Estos últimos, sin embargo, son doctos en los desarrollos intelectuales de punta. ¿Cómo preparan sus clases? Consideran la preparación de las clases como un esfuerzo intelectual tan exigente e importante como su investigación. Son minuciosos, detallistas y centran el interés en fomentar el aprendizaje, más que en transmitir las verdades de la disciplina.


¿Qué esperan de sus estudiantes? Lo mejor. Tienen expectativas muy altas sobre ellos. Están seguros de que pueden conseguir peras de los que otros consideran que son olmos. ¿Cómo se desempeñan en el salón de clases? Los estilos varían, pero todos los profesores excepcionales intentan crear un “entorno para el aprendizaje crítico natural”, donde los estudiantes aprenden enfrentándose a problemas relevantes y desafiantes. Tienen buena oratoria, y consideran que la capacidad de hablar bien es una destreza importante que vale la pena refinar tanto como la de escribir. ¿Cómo tratan los profesores excepcionales a sus estudiantes? Algunos de ellos son tímidos y otros extrovertidos; algunos muy formales y otros no tanto. Sin embargo, todos utilizan siempre un lenguaje cálido, muestran una gran confianza en sus estudiantes, se muestran abiertos y de vez en cuando hablan de su propia aventura intelectual. Para ellos la clase no es un espacio para demostrar su brillantez o para ejercer el poder sobre los estudiantes. Aprender de Bain nos puede ayudar a ser mejores profesores, y quizá hasta excepcionales. Hay que valorar cabalmente al docente PUCP. ¿Cuántas vidas han sido transformadas por la enseñanza, los consejos y el compartir de experiencias de vida de nuestros docentes? En realidad, la Universidad no le ha estado dando al docente el lugar que se merece. Por eso, tal como se diagnosticó en la sección 2, la información existente, que hay que ampliar, sugiere que ya no contaríamos con la mejor plana docente en el Perú. Este sería, de lejos, el principal problema que la Universidad tiene que resolver en los próximos gobiernos universitarios. Nuestra gestión pondrá una atención especial y los recursos necesarios para captar e incorporar a los profesionales más competentes de la región, mejorar los mecanismos de promoción premiando

la meritocracia y supervisando nuestra función docente. Hay que trabajar en una normativa sencilla y transparente de la carrera docente que nos permita incorporar a académicos y que premie de manera transparente la meritocracia. El tenuretrack es una muy buena práctica internacional que hay que importar, adecuar e implementar. La universidad implementará un sistema eficaz de incentivos y seguimiento que nos induzca a hacer lo máximo para ser muy buenos docentes, y ojalá excepcionales.

La participación de los Decanos y Jefes de Departamento es vital para tener éxito en la preparación de las propuestas de mejora y en su aplicación, por lo que debe haber una comunicación fluida y permanente con el Equipo Rectoral. Para lo del seguimiento de la labor docente fortaleceremos la labor del Instituto de Docencia Universitaria (IDU) y para potenciar los incentivos a los docentes sobresalientes perfeccionaremos el sistema actual de bonificación docente de la Dirección Académica del Profesorado (DAP) y lo dotaremos de muchos más recursos. Además, buscaremos liberarlos, en todo lo posible, de las actividades que lo distraigan de su labor de enseñanza. Por ejemplo, lo del CV PUCP será, en el primer año de gestión, reemplazado por un esquema moderno y sencillo, tomando como ejemplo a las universidades del primer mundo. Así mismo, los planes de trabajo de la Dirección Académica del Profesorado (DAP), en los que nos comprometemos a hacer tareas cuyo seguimiento y supervisión es materialmente imposible, serán reemplazado por

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una rendición de cuentas muy sencilla, a principios del primer semestre académico, donde listaremos las actividades más sustantivas realizadas en el año anterior en los campos de la docencia y la investigación, fundamentalmente. Las promesas son menos importantes que los resultados.

Pero, lo más importante, necesitamos garantizar que contaremos en el corto, mediano y largo plazo con la mejor plana de docentes e investigadores de este país, y una de las mejores planas de América Latina. Si llegamos a contar con esa plana, el futuro de nuestras y nuestros estudiantes está, en lo sustantivo, resuelto. En lo inmediato, debemos retener a nuestros mejores docentes e investigadores, tentados con mejores salarios por universidades con las cuales competimos. Pero, para contar con la mejor plana de docentes e investigadores del país en el mediano y el largo plazo, necesitamos incorporar periódicamente nuevos académicos a nuestra Universidad. Como primer paso, para quebrar la tendencia actual, en los próximos 5 años debemos incorporar unos 100 nuevos académicos, jóvenes, íntegros, y con las más altas calificaciones. Respecto a los investigadores, la Universidad ha dado pasos muy importantes en los últimos años. Tenemos un Vicerrectorado de Investigación, y los recursos que se destinan a la investigación y el apoyo que reciben los investigadores es hoy mucho más grande que hace 10 años. Eso está muy bien. Sin embargo, no estamos usando apropiadamente los recursos, todavía escasos, que la Universidad

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tiene para fomentar la investigación. El esquema actual de apoyo a los investigadores PUCP tiene costos que se pueden reducir sustantivamente. Consideramos que hay una alternativa al esquema actual, mucho menos burocrática, menos costosa y más justa, y que permitirá potenciar la investigación con fondos domésticos y ayudar a elevar sustantivamente los recursos que reciban los investigadores. La alternativa es premiar directamente el producto de las investigaciones a través de un jurado local e internacional numeroso y calificado, y gratuito. La plana de jurados estará compuesta por los árbitros de editoriales y revistas del Perú y el mundo. El investigador recibirá un incentivo sustantivo, dado que se habrá eliminado la parte fundamental de los costos actuales de intermediación, solo presentando una prueba de haber publicado durante el año de evaluación una o más publicaciones en espacios académicos de prestigio local e internacional. Evidentemente, los incentivos guardarán proporción con el prestigio de las editoriales o las revistas donde nuestros investigadores publiquen. Esta opción, que nos parece mucho mejor que la existente, debe ser analizada con cuidado, ser aplicada gradualmente y debe ser complementada con una inyección sustantiva de recursos a los departamentos para que los investigadores tengan todas las facilidades (asistentes, programas informáticos, etc.) para investigar y publicar. En esa nueva organización, la DGI debería estar enfocada en la búsqueda de recursos externos que multipliquen los fondos que con tanto esfuerzo aporta la PUCP. Con estas políticas, esperamos observar un salto en la demanda por publicar en revistas o editoriales de prestigio, como es el caso de nuestro Fondo Editorial. La escala de publicaciones del Fondo deberá elevarse significativamente para atender las nuevas exigencias. Para ese objetivo, habrá que introducir las innovaciones necesarias para evitar


que se convierta en un cuello de botella de las publicaciones en el medio local.

TERCERO, EL PAÍS Una universidad del tamaño, la historia y el prestigio de la PUCP debería tener una influencia muchísimo mayor de la que ahora tiene en el país, en la educación, la discusión de sus problemas esenciales y en la conducción de las principales instituciones del Estado. La influencia que actualmente tenemos deberá ser multiplicada. La educación universitaria debería estar teñida del sello de la PUCP, los miembros de nuestra comunidad universitaria deberían ser líderes en las grandes discusiones nacionales y nuestras egresadas y egresados deberían participar de manera destacada en la conducción del país. Debemos tener siempre presente que estamos al servicio del país por lo que será importante mantener y potenciar nuestras tareas de responsabilidad social. Tenemos especialistas en todas las áreas que tienen mucho que aportar en la solución de los problemas del país, contribuyendo a elevar la calidad de vida de peruanas y peruanos.

En el plano de la educación universitaria nacional, fortaleceremos y dotaremos de muchos más recursos a la Red Peruana de Universidades (RPU), una de las instituciones más valiosas creadas en los últimos años.

La RPU ha beneficiado a cientos de estudiantes que han gozado de la educación que les da la PUCP y son nuestros mensajeros en casi todos los rincones del país. En términos de nuestra influencia sobre la universidad peruana, la RPU es nuestra institución más exitosa que debe ser potenciada y cuya cobertura debe ser ampliada para considerar a todas las universidades públicas. Sería la herramienta más poderosa de influencia en la educación universitaria, cuya viabilidad debe ser analizada cuidadosamente. Como universidad que, por sus orígenes, está preocupada por la educación en el Perú, no hay consistencia entre la calidad de nuestros docentes e investigadores y su influencia en la educación universitaria nacional. La universidad peruana, especialmente la pública, debería beneficiarse mucho más de todo lo que producen los académicos de la PUCP. Para resolver esta deficiencia, además de la RPU, la PUCP podrá en marcha dos políticas. Por un lado, hay que producir más textos universitarios, todavía importantes para influir y transmitir conocimientos en las universidades peruanas. Por otro lado, más importante, deberíamos ser capaces de replicar una herramienta potente de educación universitaria que nos ponga en la vanguardia de la educación universitaria, como el MITOpenCourseWare (https://ocw.mit.edu/index. htm). La idea del MIT es muy simple: “publicar todos los materiales de nuestros cursos en línea y ponerlos a disposición de todos”. Lo haremos. La PUCP tiene los recursos para ello y no se requiere que el profesor adapte sus clases. En otro frente importante, contaremos con el apoyo estratégico de la Dirección de Comunicación Institucional (DCI). Con la ayuda del equipo rectoral, se generará una estrategia integral, holística y bidireccional, hacia adentro y hacia afuera de la Universidad, que nos permita generar, recuperar y fortalecer las relaciones de confianza con todos nuestros públicos; y comunicar firmemente nuestro propósito y relevancia para el país. Se evaluarán

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las políticas, los canales y medios de comunicación existentes, y –con el adecuado soporte digital− se optimizarán los recursos y esfuerzos para crear una estrategia efectiva que logre mejorar la gestión de la comunicación, de manera oportuna, rápida y transparente; para que todos estén informados y puedan dar su opinión sobre las principales decisiones, actividades y noticias de la Universidad. Además, se impulsará que los miembros de la comunidad universitaria tengan una mayor participación y expresión en los principales medios

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de comunicación del país. Últimamente otras universidades están copando mayoritariamente estos espacios. El país necesita escuchar a la PUCP. Por último, para multiplicar nuestra participación en la conducción de las principales instituciones del Estado y mejorar la historia de este país, necesitamos ser firmes y perseverar y mejorar en lo que hasta ahora hemos hecho: formar a profesionales excelentes e íntegros.


5 REFLEXIONES FINALES

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oy, nuestra Universidad es considerada en términos agregados como la mejor del Perú y ocupa el puesto 21 en América Latina. La PUCP es líder y referente en la discusión de los principales problemas del país. Nuestra Universidad ha avanzado mucho en las últimas décadas. Javier de Belaunde, profesor de nuestra Universidad, ante una pregunta de Luis Pásara afirma que la PUCP goza de buena salud: “Tiendo a creer que el balance es muy positivo. Algo muy destacable es que en estas décadas se ha formado, en las diferentes facultades, un profesorado estable, serio, que tiene estudios afuera y que está comprometido con la

Universidad. Es un profesorado muy presente, de muy buena calidad (…) Hay un clima en la universidad, hay facilidades y un norte universitario que facilita la investigación. Hay una diferencia muy importante con la universidad de décadas anteriores” (De Belaunde, 2016 p. 107). Javier tiene razón: hemos avanzado mucho. Sin embargo, i) otras universidades están avanzado a una velocidad mayor y, ii) con nuestra potencialidad, deberíamos aspirar a mucho más, a tener como meta ubicarnos entre las primeras 10 mejores universidades de América Latina. Esta meta no debe basarse en la soberbia ni en el querer mirar por sobre el hombro a las demás

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universidades en el Perú. Nuestra esencia es servir al país, servir a las personas, servir a nuestra comunidad y por ello, los esfuerzos por destacar deben estar orientados por el ser “los primeros en servir”. Incluso, parte de nuestra preocupación debe ser la de ayudar a otras universidades peruanas a ser cada vez mejores. ¿Qué hacer para preservar el liderazgo de la PUCP en el largo plazo, tentar los primeros puestos en la competencia latinoamericana, continuar siendo la referencia en las grandes discusiones nacionales y seguir alimentando al país con nuestros mejores talentos; y todo eso sin perder la identidad académica y el espíritu humanista de la Universidad? En este documento de discusión hemos damos algunas primeras pistas. Pero hace falta un gran

trabajo adicional y muchas interacciones con la comunidad universitaria para encontrar y definir todas las políticas y estrategias que nos ayuden a enfrentar juntos los problemas encontrados y aprovechar las potencialidades detectadas. Estamos seguros de que la sabiduría de la comunidad universitaria nos acompañará y ayudará en este propósito. Queremos que la PUCP sea la mejor universidad del Perú, para todas y todos, y una de las mejores de América Latina; que sea el lugar donde todos pueden hacer realidad sus sueños y ser felices dedicándose a lo que les apasiona. Queremos transformar nuestra Universidad y que se convierta en la PUCP que queremos, pero esto no lo podemos lograr solos. Te necesitamos, los necesitamos. La PUCP es tuya, nuestra, de ustedes; pero sobre todo es del Perú.

POR FAVOR ACEPTEN EL RETO DE LEERNOS, CUESTIONARNOS, APOYARNOS Y OJALÁ ACOMPAÑARNOS.

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