Cómo orar cuando se está desanimado ¿Le resulta difícil orar cuando se encuentra desanimado o deprimido? Resulta irónico que, justo cuando más necesitamos la ayuda de Dios, tengamos nuestras mayores dificultades para acudir a Él en busca de la ayuda que tan desesperadamente necesitamos. ¿Por qué es esto? Se debe a que desconfiamos. Podemos dudar de si Dios escucha nuestras oraciones o, de si nuestras oraciones hacen alguna diferencia. Incluso es posible que nos preguntemos si Dios realmente quiere ayudarnos. Precisamente cuando más necesitamos la ayuda de Dios, tal vez dudamos de que Su ayuda está disponible. EMPIECE CON LO QUE YA CONOCE Es importante volver atrás y comenzar con lo que ya entendemos, y así seguir adelante a partir de ahí. Comenzar con lo que conocemos fijará nuestro enfoque en el punto correcto. Entonces, ¿qué sabemos que podemos usar como nuestro punto de partida? Sabemos que Dios existe, que la Biblia es Su palabra. Entendemos que Su palabra es fiel y no puede fallar. La prueba de estas verdades está por todas partes en su creación, en sus profecías que se han cumplido y en los muchos milagros poderosos que Él ha realizado. Partiendo de lo que conocemos, podemos así seguir adelante empleando su palabra como guía. Cualquiera que sea nuestro desánimo, la palabra de Dios tiene la clave para ayudarnos a seguir adelante. En ocasiones, nos sentimos incapaces de acercarnos a Dios en oración porque no logramos perdonarnos a nosotros mismos. Pero, ¿de dónde sacamos la idea de que hemos hecho algo tan terrible que Dios no puede perdonarnos? ¿Proviene este pensamiento desalentador de la palabra de Dios? ¡Ciertamente no! La idea de que Dios no puede perdonarnos, y de que no podemos perdonarnos a nosotros mismos, es un concepto arraigado en la autocompasión que proviene directamente de Satanás. ESPERE PRUEBAS O PROBLEMAS Quizás estemos pasando por pruebas tan difíciles que sentimos que no tenemos ninguna esperanza; tal vez nuestras pruebas nos abruman y pensamos que nunca terminarán. ¿Qué dice la palabra de Dios? El apóstol Pedro escribió: "Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese" (1 Pedro 4:12). No debemos escandalizarnos ni sorprendernos cuando enfrentemos pruebas dolorosas, ¡debemos esperarlas!
¿Por qué deberíamos esperar pruebas tan difíciles? Hebreos 2:10 nos recuerda que nuestro Salvador fue perfeccionado por aflicciones. No hay ningún atajo. El crecimiento es difícil y a menudo doloroso. Es de agradecer que no necesitamos soportar nuestras pruebas solos y sin ayuda. Por muy difíciles que sean nuestras pruebas, incluso si nos sentimos abandonados por quienes nos rodean, Dios promete: "…No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador…" (Hebreos 13:5-6). SEA AGRADECIDO Filipenses 4:6 nos recuerda que, al presentar nuestras peticiones a Dios, debemos hacerlo "con acción de gracias". Este planteamiento también nos ayuda a poner nuestros problemas en la perspectiva adecuada. No importa qué tanto necesitemos, podemos estar agradecidos por las muchas bendiciones que superan con creces nuestras necesidades. También debemos recordar que a menudo hay una diferencia entre lo que creemos necesitar y lo que realmente necesitamos. Ocasionalmente confundimos nuestros deseos y anhelos con nuestras necesidades. Cuando le decimos a Dios lo que nos hace falta, o lo que queremos y deseamos de Él, es apropiado que siempre lo hagamos en el contexto de estar agradecidos por lo que ya ha hecho por nosotros y por lo que promete que hará por nosotros en el futuro. ...extracto de "Cómo orar cuando se está desanimado", por Charles Ogwyn, Living Church News, marzo / abril de 2006. Disponible completo en Material de Apoyo Anexo A11.