A19 Tool ¿Qué implica realmente para usted la expresión "Venga tu reino"?

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¿Qué implica realmenta para usted la expresión "Venga tu reino" Mayo-Junio de 2004 Douglas S. Winnail

¿Alguna vez ha escuchado sus oraciones? ¿Se ha dado cuenta de por qué ora? La oración es una parte importante de la vida de un discípulo, aunque, las personas de muchas religiones oran. A menudo, nuestras oraciones se centran en nuestras necesidades particulares o las de otros. No obstante, Jesucristo enseñó que el objetivo principal de nuestras oraciones tendría que dirigirse más allá de nosotros mismos o de nuestras relaciones personales cercanas. Jesús enfatizó que nuestras oraciones deberían centrarse en un objetivo muy superior e integrador. ¡Él dio estas enseñanzas por razones muy significativas! Cuando los discípulos de Jesús le pidieron: "Señor, enséñanos a orar", Él comenzó a describir la "oración modelo": "Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado [santo, reverenciado] sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Lucas 11:2). Estas mismas palabras se han recitado sin continuamente durante siglos, y millones de personas las repiten en la actualidad al unísono en sus congregaciones o a solas mientras oran. Pero ¿qué significan realmente estas palabras? ¿Por qué Jesús subrayó que las oraciones por el Reino deben tener prioridad sobre aquellas por las necesidades individuales? ¿Hasta qué punto es importante que realmente sigamos esta instrucción en nuestras oraciones personales? ¿Qué revela la Biblia sobre este tema y por qué es relevante para los discípulos de Cristo?

EL VERDADERO EVANGELIO Muchos cristianos tradicionales creen que el evangelio se refiere principalmente de la salvación personal: que Dios lo ama, que Cristo murió por usted y que si acepta a Jesús como su Salvador irá al cielo. Sin embargo, la Biblia revela algo muy diferente. En el Nuevo Testamento se nos dice: “… Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios” (Marcos 1:14). Y les dijo a sus discípulos que su principal objetivo en la vida era buscar "…primeramente el reino de Dios y su justicia…" (Mateo 6:33). Gran parte del ministerio de Jesús se centró en ir "…predicando el evangelio del reino…" (Mateo 9:35). Cuando Jesús comisionó a sus discípulos "…los envió a predicar el reino de Dios…" (Lucas 9:1-2). Jesús pasó los 40 días posteriores a su resurrección "…hablándoles acerca del reino de Dios…" (Hechos 1:3). Después de la resurrección de Cristo, sus discípulos expresaron una preocupación primordial: "Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? " (Hechos 1:6). Cuando Felipe fue a Samaria, "…anunciaba el e


evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo…" (Hechos 8:12). El ministerio del apóstol Pablo principalmente se centró en el evangelio del reino de Dios (Hechos 19:8; 28:23, 31). La Biblia revela que justo antes del regreso de Jesucristo, "…será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14). Según las Escrituras, el emocionante mensaje del venidero reino de Dios era y será, el enfoque principal del verdadero evangelio. La Biblia también revela detalles específicos acerca del reino de Dios, que se establecerá en esta Tierra en la segunda venida de Jesucristo (Daniel 2:44-45). Jesús regresará al Monte de los Olivos, a las afueras de Jerusalén, para convertirse en el rey de toda la Tierra (Zacarías 14:1-9). Establecerá un gobierno mundial con sede en Jerusalén que enseñará y hará cumplir las leyes de Dios (Isaías 2:2-4). En el reino de Dios, los santos reinarán con Jesucristo como reyes y sacerdotes (Apocalipsis 5:10), y habrá una "…restauración de todas las cosas…" (Hechos 3:19-21). La paz y la justicia se establecerán sobre la Tierra (Isaías 9:6-7), y cesarán las guerras (Isaías 2:4). Las ciudades serán reedificadas (Isaías 61:4) siguiendo los criterios adecuados para los niños (Zacarías 8:5). Se construirán carreteras impresionantes (Isaías 19:23). Las enfermedades serán erradicadas y se restaurará el medio ambiente (Isaías 35:1-6). Para entrar en este reino, la persona debe arrepentirse y comenzar a vivir de acuerdo con las leyes de Dios. Este es el evangelio que Jesucristo y sus discípulos predicaron al mundo. La esperanza real de los verdaderos cristianos, y la única esperanza para la humanidad. Por eso Jesucristo instruyó a Sus discípulos a orar: "Venga tu reino".

¡UN EVANGELIO DIFERENTE! Lamentablemente, a lo largo de los siglos, ¡el verdadero evangelio del reino de Dios ha sido tergiversado y corrompido de manera que ni Jesús ni sus discípulos lo reconocerían! Actualmente, para la mayoría, el concepto del reino de Dios es una idea bastante confusa. Para muchos que se autodenominan cristianos, las emocionantes buenas nuevas del gobierno mundial de Dios se han reducido a poco más que un sentimiento cálido en el corazón. Esta falsa noción del reino se basa en una interpretación errónea de un único versículo. En algunas traducciones frecuentes de Lucas 17:21, Jesús les dice a los fariseos que "el reino de Dios está entre vosotros". Sin embargo, otras traducciones dicen: "el reino de Dios está en medio de ustedes" (Peshitta). Jesús, como representante del reino, estaba allí entre los fariseos hablando del reino de Dios. No insinuaba, ni el versículo lo hace, que el reino estuviera "en sus corazones". Algunos asumen que los cristianos pueden traer el reino a esta Tierra trabajando juntos. Otros han enseñado erróneamente que el reino de Dios es la Iglesia Católica Romana. Sin embargo, la Biblia indica claramente que el reino no se establecerá hasta el regreso de Cristo (Daniel 2:44-45), y que será instaurado por la intervención directa de Dios, no por esfuerzos humanos (Apocalipsis 11:15-18). Con ideas tan erróneas y engañosas sobre el reino de Dios, no es de extrañar que la frase "Venga tu reino" sea un concepto bastante vago para muchos hoy en día. El verdadero evangelio de Jesucristo, acerca de la v


venida del reino de Dios ha sido reemplazado por uno diferente acerca de ¡ser "salvado" e ir al Cielo! Pablo advirtió que esto sucedería (2 Corintios 11:1-4). También Jesús profetizó "…vendrán muchos en mi nombre... y a muchos engañarán…" (Mateo 24:3-5). La Biblia revela que Satanás es el responsable de engañar al mundo entero y de cegar a los seres humanos para que no vean el verdadero evangelio, que explica el verdadero plan y propósito de Dios (Apocalipsis 12:9; 2 Corintios 4:4). Cuando el verdadero evangelio del reino de Dios se diluye y se desvirtúa en meras ideas sentimentales, ¡la oración "Venga tu reino" se convierte en un puñado de palabras con poco significado o relevancia!

¿UNA ORACIÓN IRRELEVANTE? Si el reino de Dios ya está en su corazón, o si es la Iglesia Católica Romana, entonces realmente no hay necesidad de orar "Venga tu reino". De hecho, en muchos de quienes viven en los prósperos países de Norteamérica y Europa Occidental, parece haber poco interés, y ningún sentido real de urgencia en orar para que el reino de Dios venga a esta Tierra. Numerosos cristianos tradicionales conducen coches nuevos por las carreteras asfaltadas para asistir a servicios religiosos en catedrales de cristal climatizadas, con asientos acolchados, coros melodiosos, música estereofónica, escuelas eclesiásticas, instalaciones recreativas e incluso residencias de ancianos situadas en el mismo lugar. Estas personas acaudaladas pueden pensar que, para ellas, el reino ya ha llegado, así que, ¿para qué orar? Es comprensible que las oraciones personales de quienes viven en un entorno materialmente cómodo se centren en las preocupaciones individuales sobre la salud, las relaciones familiares o sentimentales, la situación laboral o, ya sea comprar una casa nueva o mudarse a un barrio mejor. Un evangelio diluido sobre el reino de Dios "entrando en su corazón" no genera un sentido de urgencia y, la necesidad de orar fervientemente: "Venga tu reino", no constituye un asunto apremiante. Lamentablemente, incluso entre muchos que conocen el verdadero evangelio, el orar fervientemente porque el Reino venga no supone un asunto tan urgente como debería serlo. Para un gran número de nosotros, los asuntos más apremiantes del momento ya sean problemas personales de salud, problemas financieros o problemas de pareja, son más reales y tienden a prevalecer sobre preocupaciones futuras como la venida del gobierno de Dios. Sin embargo, esta es exactamente la razón por la que Jesucristo enseñó que, cuando oremos, debemos pedir por la venida del reino de Dios antes de enfocarnos en nuestras preocupaciones particulares. Los santos gobernarán con Cristo en el reino, pero estos futuros líderes deben desarrollar cualidades específicas de carácter. Por eso Jesús recalcó que "…Más bienaventurado es dar que recibir" (Hechos 20:35), y que sus verdaderos discípulos "amarán a su prójimo como a sí mismos" y estarán dispuestos a "poner su vida" para servir a los demás (véase Mateo 20:26-28; Juan 15:12-17). Necesitamos aprender no sólo a querer a la gente, sino a desarrollar un amor verdadero por las personas, una preocupación desinteresada y una verdadera compasión por los demás. Debemos preocuparnos lo suficiente como para desear sinceramente cambiar las circunstancias que perjudican a los demás. Esto es lo que harán los líderes del reino de Dios.


DE VUELTA A LA REALIDAD Si se toma el tiempo de salir del estilo de vida privilegiado del que probablemente disfrute, y considera las necesidades de los miles de millones de seres humanos que luchan diariamente tan sólo por sobrevivir, podrá orar con más fervor y con un mayor sentido de urgencia: "Venga tu reino". Para cualquiera que haya viajado fuera de las naciones más prósperas del mundo (en Norteamérica, Europa Occidental y algunos otros lugares del planeta), la cruda realidad de la vida cotidiana de miles de millones de personas es aleccionadora. Dos tercios de la población mundial se acuestan con hambre cada noche. ¿Alguna vez ha pasado tanta hambre que hasta el cuerpo le doliera? ¿Ha escuchado alguna vez a sus hijos llorar porque no tenían suficiente comida y usted no tenía nada que darles? Piénselo, y ore por ello, porque esto es algo que el reino de Dios cambiará. Miles de millones de personas se enfrentan en muchas partes del mundo a la pobreza, la enfermedad, la devastación medioambiental y la corrupción generalizada. Quizá trabajan en edificios en ruinas o ni siquiera tienen un trabajo. Viven en casas sin ventanas, con el suelo sucio, andando con ropas andrajosas y descalzos. La muerte prematura, tanto de niños como de adultos es simplemente un hecho cotidiano. Puede que se cocine al aire libre, sobre fuegos abiertos o, si se dispone de recursos sobre carbón o queroseno. El agua, cuando se dispone de ella, quizá tenga que acarrearse a cierta distancia y probablemente provenga de una fuente contaminada. Muchos carecen de electricidad y sólo unos pocos tienen nevera. Las ciudades están abarrotadas, congestionadas, sucias y son peligrosas. Los transportes son irregulares, poco fiables y a menudo ponen en peligro la vida. El medio de desplazamiento más común es a pie, y los viajes de varios kilómetros son habituales. Para la mayoría de los seres humanos que viven en las zonas menos desarrolladas del mundo, al experimentar gobiernos corruptos, religiones paganas y falsas enseñanzas "cristianas", la vida es difícil y hay pocas expectativas de un cambio real. El reino de Dios es realmente la única esperanza que tendrán de una vida mejor. Tal vez por esta razón la gente de estas zonas que escucha el verdadero evangelio de la venida del reino de Dios reacciona con verdadero entusiasmo. Pueden identificarse con las escrituras que hablan de la reedificación de las ciudades, la construcción de grandes carreteras, la restauración del medio ambiente, el establecimiento de un gobierno justo y la eliminación de las guerras genocidas. Para cualquiera que haya caminado cierta distancia para recoger agua de una fuente contaminada, las referencias bíblicas de que "…saldrán de Jerusalén aguas vivas [puras]…" (Zacarías 14:8) y "…aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad…" (Isaías 35:1-7) tienen un significado real. Para las poblaciones hambrientas que luchan contra la misera, los efectos de las sequías y hambrunas periódicas, las profecías sobre cosechas abundantes en el reino de Dios ofrecen una esperanza real, ¡porque eso es lo que significará "Venga tu reino"! Sin embargo, ¡la necesidad de que venga el reino de Dios no se limita al Tercer Mundo! Para cualquiera que tenga ojos para ver y noción de la historia, los asombrosos cambios sociales y deterioro de los valores f


fundamentales en las últimas décadas deberían ser alarmantes e inquietantes. La creencia en Dios y el respeto por los valores religiosos basados en la Biblia están desapareciendo rápidamente de las sociedades llamadas

"cristianas".

Las

advertencias

bíblicas

contra

la

promiscuidad,

adulterio,

divorcio,

homosexualidad, odio, asesinato, robo y lujuria no sólo se ignoran, sino que son despreciadas por amplios sectores de la sociedad. Como resultado, los matrimonios y las familias, pilares de una sociedad estable, están siendo destrozados por la infidelidad y el divorcio. Las generaciones están creciendo desprovistas de cualquier sentido de la verdadera moralidad. Por medio de los siempre presentes medios de comunicación, nuestra cultura se ha saturado y obsesionado con el sexo y la violencia. Para muchos el centro de la vida es la salud personal, la riqueza personal y la búsqueda egoísta de la felicidad y el placer individuales. Nos engañamos si pensamos que nuestra cultura ha progresado más allá de la necesidad de las directrices bíblicas sobre el comportamiento humano, que muchos "progresistas" califican ingenuamente de primitivas, simplistas, poco realistas y restrictivas. La lección de la historia es que los cambios en nuestra sociedad moderna no son signos de progreso, ¡sino más bien de la misma decadencia moral que apareció en otras grandes civilizaciones durante su caída! Hoy en día, millones de personas confían en que las Naciones Unidas y las fuerzas de mantenimiento de la paz eliminarán la guerra y crearán un mundo pacífico. ¡Sin embargo, estos medios ideados por el hombre no funcionan! El mundo sigue volviéndose más peligroso. Las actividades terroristas se extienden a pesar de la "guerra contra el terrorismo". Los conflictos interraciales aumentan en lugar de disminuir. Los intentos de construir comunidades multirraciales pacíficas y tolerantes están fracasando en muchos lugares. Los seres humanos no conocen el camino de la paz (Isaías 59:8). La paz mundial sólo se alcanzará cuando llegue el reino de Dios (Isaías 9:6-7). Hasta entonces, el mundo será aún más violento y peligroso (Mateo 24:3-8; 24:21-22). Si de verdad nos preocupamos por nuestros semejantes, ésta es otra razón para orar con fervor: "Venga tu reino", porque, a menos que Jesucristo vuelva para intervenir en esta Tierra, "nadie sería salvo" (Mateo 24:21-22).

REDIMIENDO EL TIEMPO Entonces, ¿cómo puede motivarse para seguir la instrucción de Jesucristo de orar con mayor fervor: "Venga tu reino"? Considere tres sencillos pasos. Primero, necesitamos recordar que las buenas nuevas del regreso de Jesucristo para establecer el reino de Dios en esta Tierra fueron y son el enfoque primordial del evangelio. Jesucristo establecerá un gobierno mundial que resolverá los problemas a los que nos enfrentamos. La llegada del reino es la única esperanza real de acabar con el sufrimiento y el engaño que asolan a las sociedades humanas en todo el mundo. En segundo lugar, tenemos que pedir a Dios que nos ayude a desarrollar una verdadera compasión y preocupación por la difícil situación de los seres humanos dondequiera que se encuentren, ya sea luchando por sobrevivir en los países menos desarrollados o materialmente saciados hasta la complacencia en las na


naciones ricas del mundo. ¿Acaso sus mayores preocupaciones consisten en decorar su casa, decidir la forma de su piscina o preguntarse si Dios le proporcionará un trabajo mejor o ropa más bonita? Si es así, quizá quiera dedicar algún tiempo a meditar sobre lo poco que tienen muchas otras personas y lo difícil que es la vida para millones de personas en todo el mundo. Reflexione en cómo se sentiría en el lugar de los pobres que luchan a diario por sobrevivir. Empezará a orar con más fervor para que venga el reino si piensa en los padres que ven morir a sus hijos de enfermedades prevenibles, y en aquellos que no entienden el Evangelio del reino y, por tanto, carecen de la esperanza que usted tiene. En tercer lugar, averigüe los principales problemas a los que se enfrenta el ser humano y prepárese para resolverlos. Lea libros sobre los problemas y comprenda sus causas. Infórmese sobre los sólidos principios de la salud, cómo prevenir las principales enfermedades y cómo remediar los daños causados al medio ambiente. Identifique los factores que contribuyen a tener matrimonios y familias felices. Recopile información útil sobre la crianza de los hijos y lo que constituye una base sólida para la educación. Estudie su Biblia y aprenda qué principios bíblicos pueden aplicarse para prevenir o aliviar los problemas que hacen sufrir a la gente. Hable de estas situaciones con Dios en sus oraciones, y exprese su deseo de participar en el cambio de las circunstancias que perjudican a otras personas. Aproveche al máximo la oportunidad que Dios le ha dado de conocer el verdadero Evangelio, y prepárese para servir a Dios y a sus semejantes en el venidero reino de Dios (véase Efesios 5:8-21). A medida que empiece a "entregar su vida" preparándose para servir a los demás, descubrirá que los problemas, las soluciones y la necesidad del reino de Dios se harán mucho más reales para usted, y se encontrará orando con más fervor: "Venga tu reino."


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