A3 4.7Leyes bíblicas de la salud

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Douglas S. Winnail ¿Abolió Jesucristo las leyes de la salud escritas en el Antiguo Testamento, o siguen vigentes? ¿Pueden estas leyes, dadas miles de años atrás, ser efectivas y prácticas en la sociedad actual? ¡La respuesta puede sorprenderle! Las leyes de la salud que se encuentran en la Biblia plantean un interesante dilema para cualquiera que piense en seguir las enseñanzas bíblicas La Biblia establece claramente que algunos animales no deben comerse y que, ciertos comportamientos se consideran pecado y una abominación antes los ojos de Dios. No obstante, las personas han afirmado durante siglos que Jesús eliminó estas leyes, que son gravosas, obsoletas, extrañas e incluso crueles. Pero ¿cómo surgieron estas leyes? ¿Quién las creó y por qué fueron dadas? ¿Realmente Jesús las abolió, o todavía siguen vigentes? La ciencia médica, la historia, y las enseñanzas bíblicas concuerdan. ¡Y la respuesta es totalmente contraria a la que la mayoría de los que se consideran cristianos erróneamente asumen!

Leyes Bíblicas de la Salud Marzo-Abril de 2004

A estas leyes se les conoce generalmente como las Leyes de Moisés. Muchos eruditos asumen que Moisés reunió los tabúes primitivos para formar un código. Algunos afirman que las razones para los alimentos limpios e inmundos son arbitrarias, irracionales e inexplicables. Algunas especulaciones antropológicas sugieren que los animales inmundos son seres imperfectos de sus especies, ¡dígale eso a un cerdo y seguramente recibirá un resoplido de disgusto!

Los eruditos también afirman que las leyes bíblicas no tienen nada que ver con la salud, sino que eran simplemente rituales para separar a los israelitas de sus vecinos paganos, y que actualmente solo los judíos deben guardarlas Sin embargo, todos estos intentos para explicar los principios bíblicos de la salud son inadecuados, como veremos en este artículo.

En Levítico 11 20, donde inicialmente se describen estos principios con detalle, encontramos que “Habló el Eterno a Moisés y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra” (Levítico 11:1-2) Esta misma declaración 0

EL ORIGEN DE LAS LEYES DE LA SALUD

¡Dios dio estas leyes a su pueblo escogido para que fueran un ejemplo para el mundo! Él quería que esa buena salud fuera notoria para las naciones vecinas y así ellas indagarían cómo podían obtener también los mismos resultados (ver Deuteronomio 4:1 8)

introductoria precede a la enumeración de otras leyes de la salud en el libro de Levítico. Según la Biblia, el autor no fue Moisés, ¡fue el mismo Creador! Él les explicó a los israelitas que, si ellos obedecían sus Mandamientos, no iban a sufrir “ninguna enfermedad” de las que les envió a otras naciones (Éxodo 15:26).

Las leyes de salud más conocidas definen las carnes limpias e inmundas: animales que se pueden comer y aquellos que no; sin embargo, ¡la mayoría de las personas, incluso los teólogos, tienen poco o nada de entendimiento de las contundentes razones médicas que hay detrás de estas instrucciones! Las razones n las leyes bíblicas de la alimentación raramente se enseñan hoy en día; en lugar de vistas como regulaciones del Antiguo Testamento que ya no están vigentes.

LEYES DE ALIMENTACIÓN

Mientras que algunos teólogos, ingenuamente, han sugerido que estas “regulaciones” les fueron dadas a los israelitas para castigarlos por su desobediencia, en realidad fueron dadas por un Dios de amor para mostrarles a los seres humanos un camino de vida mucho mejor. Debido a su importancia fundamental, ¡las leyes de la salud debían ser enseñadas por los sacerdotes! Leer libros de referencia bíblica es muy instructivo para saber qué dicen acerca de estas leyes. El Manual Bíblico de Halley afirma: “La Ley de Moisés [incluyendo] las regulaciones de la salud y de los alimentos, era más pura, más racional que humana y democrática, además mostraba una sabiduría mucho más avanzada que cualquier regulación antigua, babilónica, egipcia o alguna otra” (Edición 24, pág 138)

El Manual Bíblico de Eerdman menciona: “Hoy en día podemos entender y apreciar los principios sólidos de la alimentación, higiene y medicina que se expresan en estas leyes” (pág. 176). El Comentario Bíblico del Expositor, comenta acerca de Levítico 11: “Las leyes levíticas de pureza no tienen paralelos importantes conocidos en culturas circundantes”, así que la idea de que Moisés se inspiró en tabúes primitivos no tiene sustento, porque “las culturas circundantes exhiben muy poco de este tipo de leyes”.

Mientras que algunos académicos afirman que los principios bíblicos no fueron dados por motivos de salubridad, este mismo comentario dice que: “las razones espirituales y sanitarias de estas leyes se pueden seguir afirmando”. “Tienen un valor extraordinario en el área de la salud pública… protegieron a Israel de una mala alimentación, de peligrosas plagas y enfermedades contagiosas…Estas fueron reglas generales que Dios dio en su sabiduría a un pueblo que no conocía las razones de la disposición” (ibid.). De este modo, la idea de que las leyes bíblicas son obsoletas y anticuadas y que no tienen nada que ver con la salud, ¡es simplemente una necedad!

No obstante, el Manual de la Biblia de Eerdman, dice: “Estas listas [de animales limpios e inmundos] tienen un significado que con frecuencia se ignora Lejos de estar basadas en modas o caprichos, estas listas enfatizan en un hecho que solo se descubrió hasta finales del último siglo…que esos animales transmiten peligrosas enfermedades al ser humano” (pág. 176). De hecho, los mismos animales que la Escritura considera inmundos, ¡siguen siendo portadores de enfermedades parasitarias que todavía son peligrosas para el ser humano! Los animales terrestres “limpios” son rumiantes: animales de pastoreo, como el ganado, los venados y los alces, cuyos tractos digestivos están diseñados para convertir los nutrientes del pasto, el cual los seres humanos no pueden digerir, en parte de su carne, que sí podemos digerir. La mayoría de los animales inmundos son carnívoros o carroñeros que pueden transmitir al ser humano enfermedades muy peligrosas. Los cerdos se alimentan de raíces y granos, en lugar de hierba, por ello son competidores ecológicos de los seres humanos Los peces limpios tienen aletas y escamas. Los organismos acuáticos inmundos, como las almejas y las ostras, son filtradores o suspensívoros, que purifican el agua y concentran en sus tejidos sustancias químicas venenosas o microorganismos patológicos Comer una ostra equivale a comerse la bolsa de su aspiradora; ¡sin embargo, a los expertos modernos no les gusta pensar en esto! Los cangrejos y las langostas son carroñeros, es decir que se alimentan de cosas muertas que yacen en el fondo del agua. La mayoría de las aves inmundas son carnívoras o carroñeras. Dios, en su sabiduría, inspiró leyes que protegen al ser humano de contraer enfermedades peligrosas, pero también protegen “al equipo de limpieza de la naturaleza” haciendo que estén “fuera del alcance o prohibidos” como alimento del ser humano (si desea más información acerca de este tema, puede consultar el artículo, Si lo piensa bien… ¡No lo comería!, disponible en nuestro Material de Apoyo, Anexo A4). ¡Estos principios biológicos siguen vigentes! A manera de ilustración: el brote de SARS fue rastreado hasta un área en el sur de China donde las civetas (también conocidos como gatos de algalia, un animal impuro), ¡son consideradas un manjar! No obstante, las leyes de las carnes limpias e inmundas no son las únicas instrucciones bíblicas acerca de la alimentación. En Levítico 3:17, leemos: “ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis” (ver Levítico 7:23 27) Uno de los descubrimientos más significativos del último siglo fue que las dietas ricas en grasas están relacionadas con el aumento de las enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer de colon y de mama, y muchas otras patologías, incluyendo la obesidad, que traen consigo otras complicaciones. Nuestro desafío es aprender a reconocer las mayores fuentes de grasa en nuestra alimentación (grasas visibles en la carne, cortes grasos de carnes, como el tocino, embutidos, cantidades considerables de aderezos, cucharadas llenas de algunos tipos de aceite, etc), y reducir nuestra ingesta de estas, los alimentos procesados con un contenido calórico elevado, con frecuencia también poseen un alto índice de grasas saturadas, hidrogenadas y trans. Durante las últimas décadas también vem h id en algo dolorosamente obvio que la sangre de algunos animales puede tra intoxicaciones. El simple principio de evitar las grasas y la sangre es un poderoso se cumple… ¡porque aún hoy en día, funciona!

¡LIQUIDO REFRESCANTE!

Los principios bíblicos también incluyen el uso de alimentos de origen vegetal: carbohidratos. Ezequiel recibió instrucciones para preparar un pan muy nutritivo que llevaba “trigo, cebada, habas, lentejas, milo y avena” (Ezequiel 4:9). Este era un pan multigrano que contenía carbohidratos complejos para la energía, diferentes tipos de fibra y múltiples aminoácidos para las proteínas y desarrollo muscular. No era un producto altamente refinado como la mayoría de los panes que vemos hoy en día, a los que se les quita gran parte de sus nutrientes, y son llamados erróneamente “enriquecidos” cuando se les agregan algunos de sus nutrientes de nuevo. La Biblia nos aconseja que usemos endulzantes como la miel u otros azúcares simples con moderación (Proverbios 25:16; 27). También se nos advierte contra el exceso de comida: la glotonería (Proverbios 28:7) ¡Los libros modernos que hablan acerca de la salud también dan el mismo consejo! Las normas bíblicas de alimentación no son anticuadas ni gravosas, ¡son normas inspiradas por Dios que le han tomado a la ciencia del ser humano miles de años comprender!

Los beneficios del uso moderado de las bebidas alcohólicas ha sido uno de los hallazgos más sorprendentes de los estudios médicos modernos ¡Las personas que beben alcohol con moderación, una copa de vino al día, presentan menos casos de ataques cardíacos que los que abusan del alcohol o son abstemios! Las personas ancianas con problemas digestivos causados por falta de ácidos estomacales pueden sentir una mejoría cuando toman una copa de vino para acompañar las comidas. ¡Las instrucciones bíblicas acerca del alcohol concuerdan con la evidencia científica y actualmente siguen vigentes! Podemos ingerir alcohol, pero debemos desarrollar carácter para hacerlo adecuadamente.

A primera vista, algunas personas pueden pensar que las leyes acerca del parto están parcializadas en ndo nacía un niño, la mujer permanecía impura durante 7 días y continuaba en un durante 33 días; después del nacimiento de una niña, la madre permanecía impura odo de purificación era de 66 días (Levítico 12:2 5).

Muchas personas piensan que está mal y es pecado tomar alcohol Sin embargo, cuando miramos las pautas bíblicas de salud vemos que la embriaguez es lo que se considera pecado, no la sola ingesta de alcohol. Las advertencias contra el mal uso del alcohol están a lo largo de toda la Biblia (Génesis 9:20 21; Efesios 5:18; 1 Pedro 4:3). Además, vale la pena mencionar que el primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino durante una fiesta de bodas (Juan 2:1 11) ¡Si tomar alcohol fuera un pecado, Cristo no hubiera hecho ese milagro! Aun así, a los sacerdotes se les prohibía beberlo mientras estaban de servicio (Levítico 10:9). Pablo aconsejó a Timoteo acerca de las bondades medicinales del vino para el malestar estomacal (1 Timoteo 5:23).

LEYES ACERCA DEL PARTO Y LA CIRCUNCISIÓN

La costumbre de la circuncisión femenina (ablación) es algo totalmente distinto. Es un á i bíbli y no debería confundirse con la circuncisión masculina, en donde solamente el p embargo, la circuncisión femenina remueve parte de los genitales femeninos, en luga

Sin embargo, encajan perfectamente en los descubrimientos médicos modernos acerca del parto, desarrollo y prevención de enfermedades Al declarar impura a una mujer después de un parto, las leyes bíblicas de la salud exigen que cualquier persona que haya asistido a la madre (especialmente la partera) debe lavarse y evitar el contacto inmediato con otras personas, una práctica diseñada para prevenir la propagación de enfermedades, como la fiebre puerperal que ha sido la causa de innumerables muertes a lo largo de toda la historia. No fue sino hasta mediados de 1800 que un médico austriaco, Philipp Semmelweis, reconoció que la propagación de la fiebre puerperal se pudo haber evitado si las personas que asistían los partos se lavaban después del nacimiento; sin embargo, ¡las leyes de Dios para la salud promovieron está práctica 3,000 años atrás!

Teniendo en cuenta que a menudo los viajes eran arduos, esto le daba tiempo a la madre lactante de que la leche se produjera, que pudiera establecer una rutina de alimentación, y que el bebé desarrollara anticuerpos y ganara fuerza. El motivo de que el periodo para las niñas fuera más largo, no obedecía a ideas machistas. Incluso actualmente, las bebés tienen un menor peso cuando nacen y tasas de mortalidad más altas, así que este periodo de tiempo más extenso en la casa con la madre era con el fin de que tuvieran un mejor comienzo en la vida.

Pero incluso existen más beneficios dentro de estas leyes. Mientras que la madre permanecía impura durante (7 o 14 días), quedaba exenta de todas las labores del hogar, esto le daba tiempo para recobrar fuerzas después de dar a luz. Durante el periodo de purificación (33 o 66 días), permanecía en un semi aislamiento, de este modo evitaba las multitudes y el contacto con gérmenes de enfermedades que podrían causarle daño a ella o al recién nacido No se le exigía viajar hacía un lugar de adoración para llevar una ofrenda sino hasta el final del periodo de purificación.

La Biblia enseña que los niños deben ser circuncidados al octavo día de nacidos (Génesis 17:12 14; Levítico 12:3). Los estudios científicos modernos muestran que los mecanismos de coagulación sanguínea de un bebe no están completamente desarrollados sino hasta el octavo día, así que no era prudente llevar a cabo un procedimiento quirúrgico antes, debido a la amenaza de una hemorragia (ver None of These Diseases [Ninguna de estas enfermedades], McMillen, págs. 20 21)

Mientras que algunas personas bien intencionadas ven la circuncisión masculina como un acto de barbarie, la ciencia médica muestra que los bebés que son circuncidados tienen menos riesgo de contraer infecciones urinarias; los hombres circuncidados tienen índices más bajos de cáncer de pene y las mujeres casadas con hombres circuncidados tienen menos riesgo de contraer cáncer de cuello uterino.

La circuncisión femenina básicamente es una mutilación, y no tiene nada que ver con

La historia está plagada de epidemias como la fiebre tifoidea, cólera y disentería, que están relacionadas con los desechos humanos arrojados descuidadamente a las calles y ríos, o por alimentar animales, de consumo humano, con desechos humanos. Enterrar los desechos humanos rompe el ciclo de vida de muchos organismos parasitarios que propagan enfermedades. Esta sencilla práctica es mucho más efectiva y menos costosa, que tratar las enfermedades después de su aparición, ¡y Dios estableció este principio en la Biblia miles de años antes de que la ciencia humana entendiera sus beneficios!

¡Claramente las leyes bíblicas sanitarias estaban muy avanzadas para la época! En realidad, no había manera de entender completamente el motivo de estas hasta la invención el microscopio, el descubrimiento de las bacterias y la labor pionera de algunos patólogos durante siglos recientes; sin embargo, ¡estas antiguas leyes han demostrado tener validez científica en la actualidad!

LEYES SANITARIAS Y DE CUARENTENA

LEYES CONTRA LA INMORALIDAD tra la inmoralidad en la Biblia también tienen implicaciones para la salud muy precisas ación están claramente prohibidas en las Escritura (Éxodo 20:14; Levítico 18:20;

Las personas que tocan un animal o persona muerta o enferma, incluso prendas o secreciones de algún enfermo, debían bañarse y lavar sus ropas y evitar el contacto con otras personas Las prendas que estuvieran contaminadas debían lavarse o quemarse. Principios sanitarios importantes que todavía se practican. Las viviendas que mostraban signos de moho o que albergaban personas enfermas, debían limpiarse, repararse o destruirse para prevenir la propagación de enfermedades (ver Levítico 13 15). Las vasijas porosas que entraran en contacto con animales muertos debían quebrarse, ya que podían almacenar bacterias

Las personas que mostraban algún indicio de enfermedad debían aislarse, guardar cuarentena, hasta que fueran examinados por el sacerdote y los declarara sanos. Las personas debían bañarse después de tener relaciones sexuales. Los tatuajes y cortes en la piel también estaban prohibidos (Levítico 19:28) por razones que incluyen el riesgo de contraer enfermedades Los médicos modernos advierten que los tatuajes y las perforaciones corporales conllevan un riesgo de contraer enfermedades infecciosas como la hepatitis B, hepatitis C, sífilis y VIH/SIDA (International Journal of Infectious Disease, 2001, 5(1), 27 34) [Revista Internacional de Enfermedades Infecciosas, 2001, 5(1), 27 34].

En Deuteronomio 23:9-14, aprendemos que los desechos humanos debían ser enterrados en un lugar que estuviera alejado de los hogares. Hoy en día a esta práctica la conocemos como eliminación de productos sanitarios y sus beneficios son ampliamente conocidos, pero no siempre llevados a cabo, especialmente en zonas afectadas por la pobreza.

El Eterno es el autor de las leyes bíblicas de la salud. La Biblia revela que Dios no cambia (Malaquías 3:6), lo que significa que sus reglas fundamentales no cambian. ¡Las leyes de la biología no cambiaron súbitamente ni dejaron de funcionar cuando Jesús murió en la cruz! Los mismos factores que causaban o prevenían las enfermedades en los días de Moisés, siguen existiendo en la actualidad. La mayoría de las culturas antiguas tenían listas extensas de medicinas y procedimientos para tratar enfermedades. No obstante, las leyes de la salud que Dios le dio a Moisés no se centran en cómo tratar las enfermedades, ¡sino en cómo prevenirlas y promover la salud! Es por esto que el historiador médico Ralph Major describe a Moisés como “el ingeniero sanitario más importante que el mundo jamás haya visto” porque “Moisés reconoció el gran principio de que la prevención de enfermedades usualmente es más sencilla e invariablemente de mayor alcance que la cura de enfermedades…sus doctrinas [en el libro de Levítico] podrían resumirse con los principios de sanidad actuales: agua pura, alimentos puros, aire puro, cuerpos puros y hogares puros” (A History of Medicine, vol. 1, págs. 62 64) [Una Historia de la Medicina, vol.1, págs. 62 64).

1 Corintios 6:9), no sólo porque amenazan la estabilidad de la familia y la sociedad, sino también la salud de la persona Uno de los hechos más fáciles de demostrar de la historia médica es que la promiscuidad propaga enfermedades, a menudo peligrosas y mortales en donde el SIDA es sólo la más reciente y notoria.

Una de las razones por las que la prostitución está catalogada como pecado en la Biblia es porque transmite enfermedades. Los graves riesgos para la salud están entre las razones por las que la Biblia prohíbe la homosexualidad (Levítico 18:22) y el bestialismo (Levítico 18:23 30). Hombres homosexuales con una vida sexual activa tienen una menor expectativa de vida que el hombre promedio, y un riesgo mucho mayor de contraer, e incluso morir, debido a graves enfermedades.

La Biblia advierte que las personas que practican actividades sexuales inmorales son “faltas de entendimiento”, porque no comprenden los riesgos que están tomando para su salud y la de otros (Proverbios 6:32) Estas leyes contra la inmoralidad y las consecuencias de quebrantarlas, ¡siguen muy vigentes hoy en día!

Las enfermedades de transmisión sexual traen sufrimiento, desfiguración, infertilidad y muerte. Por esta razón, Pablo nos aconseja, “huid de la fornicación” y advierte que la persona que “fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:18)

¡Las leyes bíblicas de la salud no tienen caducidad! Eran válidas y aplicables en los tiempos de Moisés, y lo siguen siendo hoy en día. La Biblia nos revela que cuando Jesucristo regrese para establecer el Reino de Dios en la Tierra, sus leyes van a ser proclamadas a todo el mundo desde Jerusalén (Isaías 2:2-4)

A medida que los seres humanos en el mundo vayan aprendiendo a vivir bajo estas normas sencillas, pero de fundamental importancia, su salud va a empezar a mejorar, y la plaga d l f d d i á desapareciendo (Isaías 35:5 7) ¡Esto es parte del evangelio! Usted puede dese esta transformación (Isaías 30:20 21), ¡si aprende el valor de aplicar estas leyes e

¿Acaso Jesús eliminó las leyes bíblicas concernientes a la salud humana? Usualmente las personas que creen esto citan a Marcos 7 y Hechos 10 Algunas versiones de la Biblia dicen en Marcos 7:18 19: “Jesús dijo eso para que supieran que ningún alimento es impuro”; sin embargo, otras versiones traducen este versículo de manera diferente. Cuando comparamos Marcos 7 con un relato similar de Mateo 15, nos damos cuenta de que Jesús ni siquiera se estaba refiriendo al tema de los carnes limpias o inmundas; sino que, ¡el asunto en cuestión era el acto ceremonial de comer sin lavarse las manos! Hechos 10 describe la visión que tuvo Pedro del lienzo que bajaba del cielo, en el cual había animales impuros y se le insistía tres veces que matara y comiera. Pedro, quién había sido instruido por Jesús durante más de tres años, ¡entendió que eso estaba mal y se negó! Mientras que Pedro meditaba acerca del significado que podría tener la visión (Hechos 10:17), varios gentiles llegaron a su casa Cuando escuchó su misión, Pedro comprendió el significado de la visión: “pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo” (Hechos 10:28).

¿ABOLIÓ JESÚS LAS LEYES DE LA SALUD DE LA BIBLIA?

Según la escritura, Pedro no concluyó, a partir de esta visión, que las leyes de los alimentos limpios o impuros habían sido abolidas Esto lo confirma una profecía que indica que cuando Cristo regrese va a traer juicio a los idólatras y a lo que insisten en consumir animales inmundos (Isaías 66:15 17).

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