A6 6.4¿Qué significa nacer de nuevo?

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No se equivoque; ¡nacer de nuevo es absolutamente necesario! Si no lo hacemos, nunca veremos el Reino de Dios ¡Jesucristo lo dice en Juan 3:3! No obstante, la pregunta permanece: ¿qué es exactamente el nuevo nacimiento que describió Jesús?

El suave viento de septiembre soplaba a través de las ventanas de la pequeña iglesia del pueblo donde solía sentarme cuando era niño. Siguiendo la costumbre de innumerables iglesias protestantes, grandes o pequeñas, nuestra iglesia estaba celebrando una “reunión de reavivamiento”. El ministro que nos visitaba dio un emocionante sermón, algo típico para estas ocasiones y recalcó fuertemente que debíamos entregar nuestros corazones al Señor y experimentar un nuevo nacimiento “¡Deben nacer de nuevo!” dijo una y otra vez durante toda la semana de reavivamiento. Al igual que millones de personas más, los que estábamos allí presentes esa noche, considerábamos el nuevo nacimiento como una experiencia única y emocional que tiene lugar cuando la persona “acepta a Cristo” ¿Es eso lo que realmente quiso decir Jesucristo cuando le dijo a Nicodemo que debíamos “nacer de nuevo” para poder heredar el Reino de Dios?

John H. Ogwyn (1949-2005)

Millones de personas influenciadas por la prédica evangélica protestante, entienden el concepto de “nacer de nuevo” de una forma muy similar a como la entendía el predicador del avivamiento a cuyo llamado al altar acudí hace más de 40 años.

Sin embargo, muchos otros que profesan el cristianismo tradicional lo ven de una manera diferente. Aquellos que tienen como base una de las iglesias más formales y “sacramentales” tienen una visión muy diferente del “nuevo nacimiento” El Diccionario de la Biblia y Religión explica en su artículo “Regeneración”, 00

¿Qué significa "nacer de nuevo"? Enero-Febrero de 2003

DIFERENTES IDEAS ACERCA DE NACER DE NUEVO

“Muchas personas que consideran que ya “nacieron de nuevo ” nunca han entendido realmente lo que enseña la Biblia acerca de este tema tan importante. ¿Es “ nacer de nuevo ” un evento, un proceso o algo mucho más profundo de lo que la mayoría de los que profesan el cristianismo pueden imaginar?”.

La creencia de que hay que “nacer de nuevo” no se limita a aquellos que profesan el cristianismo En el mundo actual, tanto los budistas como los hindúes también hablan de renacer. En su artículo acerca de la “Regeneración”, el Diccionario Bíblico del Intérprete explica que muchas de las antiguas religiones místicas enseñaban que sus adeptos nacían de nuevo por medio de rituales especiales. Utilizaban el término “regeneración para designar la salvación alcanzada por el creyente mediante la iniciación” Desde los estoicos y pitagóricos hasta seguidores del mitraísmo y de los antiguos misterios eleusinos, existía la creencia de la necesidad de un renacimiento. Los argumentos sobre religión tienden a permear otros ámbitos de la vida. En la década de los 70´s, cuando Jimmy Carter se convirtió en presidente de los E E U U, el término “renacer” encabezaba las principales páginas de los periódicos. Desde entonces, se ha incrementado el uso del término “renacidos” para diferenciar a los creyentes fervientes, por su sentido y experimentado cristianismo, de otros que ellos consideran como simples “cristianos nominales” Muchos de los que resaltan la importancia de lo que ellos llaman la “experiencia de renacer”, también ven el “hablar en lenguas” y otros fenómenos emocionales y carismáticos como prueba de que ellos han experimentado “el nuevo nacimiento”. Las personas que ven el “nacer de nuevo” como un asunto de sacramento y los que lo perciben como una experiencia están de acuerdo en un punto. Ambas perspectivas asumen que los cristianos ya han nacido de nuevo. Esta creencia es elemental para su visión del plan de salvación de Dios. Pero ¿es esto correcto? Entender cuando ocurre el nuevo nacimiento es crucial para reconocer claramente lo que implica la salvación.

Normalmente la salvación es malinterpretada, incluso por algunos cristianos. De acuerdo con la Biblia, ¡es personas comprenden este dato tan fundamental. Pero primero, preguntémonos: ser salvos? ¿salvos de qué? Después de entender estos interrogantes, podemos uándo y el cómo de la salvación

EL MOMENTO DE LA SALVACIÓN

que el rito del bautismo en infantes, llevado a cabo no sólo por los católicos romanos y ortodoxos orientales, sino también por muchas iglesias protestantes, “históricamente se conoce como regeneración bautismal y se basa en la creencia de que el sacramento, cuando se realiza correctamente, tiene el poder de conferir su significado, es decir, la regeneración o el nuevo nacimiento del bebé a la familia de Dios”. Las iglesias que ven el bautismo de infantes como un sacramento, creen que la ceremonia por sí misma confiere la regeneración y que la persona bautizada, en ese momento, entra en el Reino de Dios. Los evangélicos argumentarían que el individuo debe dar primero su propio testimonio personal de fe, después del cual “nace de nuevo” y a partir de ese momento entra al Reino.

Entre nuestra conversión y nuestra muerte, ¡Dios espera que hagamos algo! Pablo escribió: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1). Jesucristo resumió lo que debemos hacer para corresponder al amor de Dios cuando dijo: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apocalipsis 3:21) No heredamos el Reino cuando nos convertimos; más bien, Dios espera que vivamos una vida de crecimiento y superación, fortalecidos por su Espíritu Santo.

En pocas palabras, somos salvados de la muerte, ¡la muerte eterna! El apóstol Pablo claramente nos dice: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) Y explica: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (6:23). Es el Padre quien toma la iniciativa de llevarnos a la salvación. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8; cf. Juan 6:37, 44).

¿Entonces la muerte de Cristo nos salva? Analicemos esta sorprendente verdad: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:9 10).

No obstante, esa es en realidad la primera etapa. En el bautismo, nos comprometemos a obedecer a Dios y empezamos un proceso de desarrollo espiritual En Mateo 24:13, Jesucristo deja muy claro que solo aquel que persevere hasta el fin será salvo. La salvación es un proceso que comienza cuando recibimos el Espíritu Santo de Dios después del bautismo y culmina cuando: “esto mortal se vista de inmortalidad” en la resurrección que tendrá lugar cuando Cristo regrese (1 Corintios 15:53).

¡Démonos cuenta de que existe un proceso para la salvación! Todos hemos pecado. En otras palabras, todos hemos quebrantado la santa y justa ley de Dios (1 Juan 3:4). De hecho, Pablo explica en Colosenses 1:21 que nosotros éramos extraños y enemigos de Dios en nuestra mente, debido a nuestras propias malas obras Como resultado, merecemos la muerte eterna Dios tomó la iniciativa de hacer posible la salvación; Cristo tomó nuestro lugar y murió por nosotros ¡Sin embargo, su muerte en sí no nos hace salvos! Ésta, posibilita nuestra justificación y reconciliación. Significa que podemos ser inocentes y estar en armonía con Dios. Aunque Dios tomó la iniciativa, nosotros debemos responder a su iniciativa Pedro les explicó esto a las personas que escucharon su sermón durante el día de Pentecostés: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

En Gálatas 2:20, Pablo explica cómo debemos crecer espiritualmente: “Con crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carn de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Cristo no sólo murió para 0

sino que al cabo de los tres días y tres noches salió de su tumba y vivió para siempre. Resucitó con poder y gloria como “el primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:18) Es por medio de su vida que nosotros tenemos la posibilidad de tener vida eterna (Romanos 5:10).

DICIÉNDOLE A UN FARISEO QUE NAZCA DE NUEVO

Nicodemo estaba atónito. Había acudido a Jesucristo de noche en secreto, y había admitido que él y otros líderes religiosos lo reconocían como un hombre de Dios. ¿Acaso pensó que Jesús estaría agradecido por este sello de aprobación, a pesar de que había sido en privado?

orpresa de Nicodemo ante la respuesta de Jesucristo. Cristo dijo que Nicodemo no edar el Reino de Dios simplemente por su parentesco físico como descendiente de ese Reino tiene como base exclusiva el linaje espiritual

Al igual que una nueva vida se imparte en el proceso del nacimiento humano, con un engendramiento, un periodo de crecimiento y desarrollo y luego la venida al mundo, asimismo se imparte una nueva vida durante el proceso de salvación. Somos engendrados, crecemos y nos desarrollamos como cristianos y después entramos al Reino de Dios. El “momento” de la salvación es la resurrección de los muertos, cuando finalmente heredaremos el Reino de Dios como hijos de Dios nacidos del Espíritu. Cristo dijo en Lucas 20:36 que nosotros íbamos a ser los “hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección”.

Independiente de las expectativas del fariseo, lo que Jesús le dijo lo dejó completamente sorprendido. Verán, Nicodemo, en su condición de fariseo, ¡daba por sentada su salvación! Después de todo, observaba la ley de forma meticulosa según la tradición farisaica.

Era descendiente de Abraham, a quien Dios le había hecho promesas en la antigüedad. Había sido circuncidado al octavo día, lo que lo hacía miembro de la comunidad del pacto. No era uno de los odiados publicanos, a quienes los judíos consideraban inmundos y pecadores por su contacto continuo con los gentiles. No era uno de los am ha´aretz, “la gente de la tierra”, las masas ordinarias que estaban tan preocupadas por los asuntos mundanos para ganarse la vida que tenían solo unas pocas horas libres para estudiar la Torá El Reino de Dios era la esperanza de los fariseos, entre ellos Nicodemo. Creían en la resurrección y que el Mesías establecería un Reino para gobernar a todas las naciones, tal como lo anunciaron los profetas. Sin embargo, los judíos del primer siglo veían el Reino y la resurrección en términos casi completamente físicos y materialistas. Veían la entrada al Reino como su derecho de nacimiento por medio de las promesas hechas en el pacto con Abraham. Aunque reconocían la necesidad de que un prosélito gentil se despojara de su antigua identidad luego de la circuncisión y el “mikvah” (ritual de inmersión) para convertirse en hijo de Abraham, no veían una necesidad similar para ellos (cf. Juan 8:32 36). ¿No eran ya hijos de Abraham y por consiguiente herederos de las promesas inherentemente?

La palabra griega gennao se puede traducir al español como “nacer” y “engendrar”. En algunas ocasiones, los traductores bíblicos utilizan estos términos como si fueran totalmente intercambiables entre sí Pero eso no es así, y esta cuestión aparentemente mínima puede llevar a una gran confusión y resultar en un gran error de entendimiento.

En Juan 1, preparando el escenario del relato de la conversación con Nicodemo en Juan 3, el apóstol Juan comparó los privilegios de las personas que nacen del Espíritu con aquellos que solo han nacido de la carne. “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:11 13).

Los griegos antiguos entendían que la concepción tenía lugar cuando la semilla del padre se unía con la sangre de la madre. Cristo estaba haciendo énfasis en que está concepción, que ocurre en el cuerpo de la madre como resultado de la decisión y pasión humana, no es la que produce la descendencia que heredará el Reino. En definitiva, nuestro parentesco físico no es indispensable, ¡pero el espiritual si lo es!

La palabra “engendrar” se refiere a la acción causal del padre que genera la descendencia. Verbos sinónimos serían “concebir”, “ser el padre de” o “procrear” “Dar a luz” se refiere al rol de la madre en la producción de la descendencia, es decir, llevar a término y traer al mundo. En español, el “engendramiento” por el Padre se limita a la concepción. Sin embargo, en griego, gennao tiene un significado más amplio y se puede usar para referirse al proceso completo de “traer un niño” al mundo. Encontramos un ejemplo de esto cuando vemos que en Mateo 1:20 gennao se traduce como “engendrado” mientras que en Mateo 2:1 es traducido como “nació” En cada uno de estos casos, el contexto hace que sea obvia la traducción al español.

Algunas personas se podrán preguntar cómo puede utilizarse la misma palabra para describir tanto a un hombre engendrando un bebé como a una mujer dando a luz un bebé La respuesta es 0

EXPRESIONES GRIEGAS PARA REFERIRSE A UN NUEVO NACIMIENTO

El Léxico Griego Inglés del Nuevo Testamento de Thayer dice que gennao significa: “propiamente: de hombres que engendran hijos menos frecuente de mujeres que dan a luz hijos” (Strong no 1080)

La Biblia del Intérprete, un comentario de 12 volúmenes, da una regla sencilla pero clara sobre cuándo debe traducirse gennao como “nacer” y cuando sería preferible como “engendrar”. “El nacimiento puede considerarse tanto del lado del padre, en el que el verbo es 'engendrar', como del lado de la madre, en el que el verbo es 'dar a luz”' (vol 8, Abingdon Press, pág 505) “Dar a luz” es la forma activa del pasivo “nacer”.

Una forma de esta expresión, palin genomai, es la única expresión griega que se utilizó en la Septuaginta (una traducción griega del Antiguo Testamento que se utilizaba en los tiempos de Cristo) para referirse a un nuevo nacimiento. Se usa en Job 14:14, en donde Job anticipa la resurrección: “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré, hasta que venga mi liberación [palin genomai, ´ renacer´]”

La última expresión que vamos a revisar es genan anoten en Juan 3:3. Con frecuencia se traduce como “nacer de nuevo” pero muchos eruditos creen que la mejor manera es “engendrado desde arriba”. El Léxico de Thayer explica qué el significado de anoten es “desde arriba…de lo más alto…a menudo del Cielo o de Dios” Pero la siguiente definición que da es “desde el principio por lo tanto…nuevamente, de nuevo, indicando repetición (un uso de alguna manera extraño, pero negado erróneamente por muchos)” (Strong no. 509).

El término gennao también puede encontrarse combinado con otros prefijos o palabras para referirse a la regeneración o a un nuevo nacimiento. Uno de esos términos es anagennan, que literalmente significa “reengendrar” o “renacer” Esto lo vemos en 1 Pedro 1:3, 23 y se refiere a que hemos sido engendrados de nuevo por una “semilla incorruptible”, un proceso que se considera que inicia como una concepción espiritual y termina en la resurrección (versículos 4 5).

Los verdaderos cristianos son “procreados” por Dios en este momento. Seguiremos siendo parte de su “procreación” mientras que continuemos creciendo con el Espíritu de Dios. Entonces, si somos vencedores (Apocalipsis 2:26), nuestro proceso de “procreación” terminará cuando nazcamos espiritualmente en la resurrección!

El Léxico de Thayer propone esta segunda definición para Juan 3:3 basado en la respuesta de Nicodemo, que pensó que Cristo se refería a que debía “entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer” (versículo 4), una repetición del nacimiento humano.

Otra palabra, palingenesia (literalmente “regenerar”), se utiliza en Mateo 19:28 y Tito 3:5. De estos dos versículos aprendemos de nuevo acerca de un proceso que comienza con la renovación espiritual, simbolizada por el bautismo, y culmina en la resurrección, cuando los 12 apóstoles, literalmente serán “regenerados”, habiendo recibido cuerpos espirituales glorificados (1 Corintios 15:43 45). Es entonces cuando se sentarán en 12 tronos para juzgar a las 12 tribus de Israel.

Por esta razón, “procrear”, cubre cada aspecto del proceso de nacimiento por cada padre, y es probablemente la mejor traducción para gennao (Procrear significa: Generar, aumentar la especie. Abarca todo el proceso desde el engendramiento, gestación y nacimiento).

que el proceso es visto como un todo. Un hijo concebido en el vientre materno es visto como gennao, “procreado” por su padre, (si un bebé muere antes de nacer, fue “procreado” pero ya no está). Un bebe nacido es también fue “procreado” por su madre.

¿CUÁNDO OCURRIRÁ EL NUEVO NACIMIENTO?

“El cuerpo de la humillación nuestra” va a ser transformado “para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:21). Jesucristo ya no se cansa ni siente hambre, ya no está sujeto al dolor ni a la muerte En lugar de esto, ¡emergió del sepulcro para no morir nunca más! A Jesús le fue restablecida la gloria que compartía con el Padre desde antes de la fundación del mundo, y ahora está sentado a la diestra del Padre como nuestro intercesor y Rey venidero (Juan 17:4; Hebreos 4:14 16).

En Colosenses 1:18 y Apocalipsis 1:5, Jesucristo es llamado “el primogénito d Romanos 8:29 le dicen “el primogénito entre muchos hermanos”. ¡Esto clarame 00 Esta, por supuesto, no es la esencia del asunto. Los dos planteamientos son correctos. Debemos ser procreados de nuevo, solo que esta vez debe ser desde arriba Es un proceso que se origina con nuestro Padre celestial, no desde abajo con un padre terrenal. El punto importante que debemos entender acerca de Juan 3, es cuál es la etapa del proceso que se describe. En otro contexto, genan anoten podría haberse referido a nuestra etapa actual deser “traídos” o “engendrados” de Dios ahora mismo Pero, basados en las palabras de Cristo en Juan 3, podemos determinar que Él está refiriéndose a un proceso completado. Las personas que son genan anothen son vistos aquí como compuestos de espíritu (versículo 3) e invisibles como el viento (versículo 8). Entonces la frase genan anothen en el contexto inmediato de Juan 3, se traduce mejor “completamente procreados de nuevo”, es decir, nacidos de nuevo como “hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección” (Lucas 20:36).

John H. Ogwyn

La ilustración bíblica de “nacer de nuevo” es análoga al proceso del nacimiento físico. La regeneración espiritual que produce en el bautismo se compara con el engendramiento por parte del padre. Después de haber sido engendrados, debemos crecer y desarrollarnos como cristianos, así como un feto debe crecer y desarrollarse dentro del vientre de la madre antes de estar listo para el nacimiento. La Biblia compara el nacimiento actual con la resurrección. Esto queda claro en Juan 3:6 cuando Jesús le dijo a Nicodemo: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Pablo explicó en 1 Corintios 15:50 53 que, ya que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, vamos a ser transformados en espíritu inmortal en la resurrección Así como el viento tiene un gran poder y, no obstante, es invisible, así también lo serán aquellos que verdaderamente hayan nacido del Espíritu (Juan 3:8). Nosotros hemos sido como Adán en esta vida, con un cuerpo físico, mortal Después de la resurrección de los muertos, tendremos un cuerpo espiritual glorificado, al igual que Jesucristo tras su resurrección (1 Corintios 15:43 49; Apocalipsis 1:13 15).

Actualmente, los verdaderos cristianos son herederos, pero aún no han heredado. Cristo deja claro que es solo en la resurrección, “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él…”, ¿qué dirá a los santos resucitados? “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino” (Mateo 25:31, 34). Jesucristo les reveló a sus discípulos en Mateo 24:13 que solo aquellos que resistan y perseveren hasta el fin serán salvos Dios tiene un gran propósito final ¡Él se está reproduciendo en nosotros! Podemos ser parte de la familia de Dios como hijos plenamente nacidos, hermanos menores de Jesucristo quién es el primogénito entre muchos hermanos (Romanos 8:29).

Aunque la Biblia utiliza muchas analogías para representar a los verdaderos cristianos, como niños recién nacidos en 1 Pedro 2:2, hijos adolescentes en Hebreos 12:6 7, piedras vivas para ser edificados como casa espiritual en 1 Pedro 2:5 o partes del cuerpo humano en 1 Corintios 12:12, nacer de nuevo continúa siendo la descripción más completa y contundente acerca de todo lo que involucra literalmente nuestra entrada al Reino de Dios. Explica en que consiste realmente la salvación, convertirnos literalmente en hijos de Dios (Hebreos 2:10).

En la ceremonia del bautismo, los cristianos prefiguran la resurrección (Romanos 6:1 5) Es en la resurrección que finalmente nos revestiremos de inmortalidad y heredaremos el Reino de Dios (1 Corintios 15:50 53). Somos enterrados simbólicamente en una tumba de agua, y luego emergemos del agua para andar en una nueva vida. En Juan 3:5, Cristo se refirió a la necesidad de nacer del agua y del Espíritu. Con frecuencia, en la Biblia, el agua se utiliza para referirse al Espíritu Santo (Juan 7:38 39). Emerger de las aguas del bautismo es un nacimiento simbólico, similar al renacimiento que tendremos en la resurrección

Tratar de comparar el “nacer de nuevo” bíblico con la conversión, o con una experiencia emocional en el bautismo, ¡es no entender nada acerca de que la salvación es un proceso! La salvación comienza cuando recibimos el Espíritu Santo de Dios después del bautismo y llegamos a ser participantes “de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4). Es entonces cuando los cristianos continúan creciendo en gracia y en conocimiento a lo largo de su vida física. El proceso de salvación culminará en la resurrección con la llegada de los cristianos al glorioso Reino de Dios como hijos plenamente glorificados y nacidos del Espíritu. Verdaderamente, Dios está “llevando muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10)! ¿Será usted uno de ellos? De ser así, ¡usted debe “nacer de nuevo”!

también vamos a “nacer de entre los muertos”! El término griego traducido como “primogénito” es protokos Protos es una palabra griega que significa “primero en orden e importancia” Este significado queda demostrado por su uso como prefijo en palabras como “prototipo”.

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