EL COMERCIO miércoles 18 de enero del 2012
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La ley que enfrenta a medios nuevos y tradicionales Los medios de comunicación tradicionales parecen estar perdiendo una batalla en el terreno que supuestamente más les acomoda: el de contar una historia.
En los últimos días, la batalla sobre una legislación que combate la piratería en Internet ha enfrentado a Hollywood y a la industria de la televisión contra un ejército de aficionados a la tecnología, provenientes principalmente de Silicon Valley, que es más conocido por su lejanía y amor por los códigos de unos y ceros que por su capacidad de presentar un relato ganador. Los amantes de la tecnología, sin embargo, están a punto de asestar su golpe más deslumbrante e inesperado: un apagón de un día en Internet. El miércoles, algunos de los sitios más populares de la web, junto con miles de usuarios particulares, prometieron cerrar sus páginas. Wikipedia, el décimo
Reuters
Por Christopher S. Stewart, Geoff Fowler y Sam Schechner
Jimmy Wales, fundador de Wikipedia.
sitio más popular en Estados Unidos, desactivará su servicio enciclopédico en inglés en todo el mundo. “¡Atención, estudiantes! Hagan su tarea temprano. ¡Wikipedia se pronunciará contra la mala legislación este miércoles”, escribió Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia, en su cuenta de Twitter, anunciando la decisión de sumarse al apagón. Al menos otras 7.000 páginas web participarán en la protesta, incluyendo el agregador de noticias Reddit Inc. y el sistema de plataforma y
gestión de contenidos para blogs Wordpress. Hasta el poderoso Google Inc. planea añadir un enlace a su página inicial de búsqueda en Estados Unidos, que llevará a la información sobre la legislación. El objetivo de la polémica legislación es detener los sitios web domiciliados fuera de EE.UU. que venden películas, música y otros productos pirateados. Los proyectos de ley, Stop Online Piracy Act (SOPA) y Proctect IP Act le permitirían al Departamento de Justicia
solicitar una orden judicial que exija a los proveedores de Internet de EE.UU. bloquear el acceso a tales sitios. Hasta hace poco, Hollywood y los medios tradicionales, que son partidarios de la legislación, pensaban que el proyecto de ley sería aprobado sin mayor resistencia. El sábado, sin embargo, la Casa Blanca se pronunció públicamente en contra de porciones de la legislación. La decisión hizo caer en cuenta a las empresas de medios tradicionales que los gigantes de la tecnología como Google y Facebook les llevaban ventaja en el debate político, así como en el público, sobre la piratería. “Hay un cambio de guardia en Washington”, reconoció un ejecutivo de medios con experiencia en el ámbito político. “El poder político refleja el crecimiento del mercado. Se puede ver la influencia de la gente del sector tecnológico”, añadió. Facebook y Google han ensamblado poderosas operaciones de lobby en Washington. El ex secretario de prensa de la Casa Blanca Joe Lockhart, por ejemplo, aho-
ra trabaja para Facebook. Parte del problema es que el mensaje de los medios tradicionales, de que la gente debe pagar por películas, programas de televisión y libros, no tiene eco entre los consumidores aficionados a la tecnología, que están acostumbrados a obtener contenido gratis en Internet. Pero la batalla también demuestra la destreza de las empresas tecnológicas para acudir a Internet, y en particular a las redes sociales, para fijar la agenda. Esto no sucede con las empresas de medios tradicionales. Buena parte del rechazo popular en línea hacia el proyecto de ley ha sido generado a través de iniciativas de empresarios de Internet como Hunter Walk, de 38 años. El ejecutivo de San Francisco es director de manejo de producto de YouTube, de Google, y ha invertido su tiempo personal en la creación de herramientas en línea para realizar una campaña viral contra SOPA. “Vi que los debates sobre el tema estaban siendo casi ignorados por las cadenas de televisión que son propiedad de corporaciones que apoyan la
ley”, dijo Walk. “Si hay una censura de los medios, entonces tendremos que censurar SOPA nosotros mismos”, manifestó. El ejecutivo lanzó el 9 de enero un sitio web llamado BlackOutSopa.org, que usa herramientas de medios sociales para difundir noticias sobre el asunto. Más de 31.000 personas han acudido al sitio para cambiar sus fotos de perfiles en Facebook, Twitter y Google+ por una insignia que dice “Stop Sopa” (Detenga a Sopa). Desde hace tiempo, los grandes conglomerados de medios han tenido una activa presencia en Washington, donde han invertido decenas de millones de dólares en donaciones a campañas, de acuerdo con registros electorales federales revisados por el Centro por una Política Reactiva. Una coalición de medios, incluyendo NBCUniversal, de Comcast Corp., News Corp., Viacom Inc., Macmillan, y gremios como el sindicato de directores de EE.UU. y la Cámara de Comercio de EE.UU., han promovido por años legislación para combatir la piratería.
Guía para entender el proyecto contra la piratería que se debate EE.UU. Por Amy Schatz Socavará la libertad de expresión y la diligencia debida, dice un lado. Protegerá a la clase creativa de Estados Unidos de los ladrones, dice el otro. Pero, ¿qué se estipula realmente en la ley SOPA (Stop Online Piracy Act)? A continuación, una guía: P: ¿Cuál es el propósito del proyecto de ley? R: En realidad son dos proyectos de ley, el Stop Online Piracy Act o SOPA (Acta de Cese de la Piratería en Línea) en la Cámara de Representantes y su legislación hermana llamada Protect IP Act o PIPA (Acta de Protección
de Propiedad Intelectual) en el Senado. Ambos buscan abordar el problema de los sitios web basados fuera de Estados Unidos que venden películas, música y otros productos pirateados. Las autoridades estadounidenses tienen la capacidad de cerrar sitios web basados en su país que ofrezcan contenido pirateado, pero no pueden hacer lo mismo directamente con las páginas con sede en otros países, como Pirate Bay. La Asociación Cinematográfica de EE.UU., el principal proponente de la legislación, estima que cerca de 13% de los adultos de ese país ha visto copias ilegales de películas o progra-
mas de televisión en línea y sostiene que la práctica ha costado miles de millones de dólares a las empresas de medios. P: ¿Cómo pretenden detener la piratería? R: La idea básica es hacer que empresas estadounidenses dejen de proveer financiamiento, publicidad, enlaces y otra ayuda a sitios extranjeros. Los proyectos de ley darían a los fiscales del Departamento de Justicia de EE.UU. nuevos poderes para prevenir que sitios piratas reciban visitantes y financiamiento de EE.UU. P: ¿Cuáles son los nuevos
poderes? R: Bajo ambas leyes, el Departamento de Justicia podría solicitar una orden judicial que exija a proveedores de Internet de EE.UU. bloquear el acceso a sitios web piratas. El acceso podría impedirse ya sea haciendo imposible que los usuarios tecleen una simple dirección de Internet en un navegador para ingresar a un presunto sitio pirata u obligando a los motores de búsqueda como Google a desactivar los enlaces a los sitios. El fiscal general también podría pedir una orden judicial que exija a las empresas de tarjetas de crédito que dejen de procesar los
pagos a esos sitios y obligar a las redes publicitarias a que dejen de colocar avisos en esas páginas o mostrar anuncios de esos sitios piratas en otras partes. Asimismo, ambos proyectos de ley permiten a los estudios de Hollywood y otros propietarios de contenido llevar a cabo acciones judiciales contra los sitios que presuntamente ofrecen material pirateado. La legislación permitiría a los propietarios de contenido solicitar a una corte que las empresas de tarjetas de crédito y las redes publicitarias frenen los pagos a estos sitios. P: ¿Cómo afecta la libertad
de expresión? Un representante de Wikipedia dijo que la legislación podría permitir “censura sin diligencia debida”. R: Los detractores de la legislación temen que el lenguaje en el proyecto de ley en la Cámara de Representantes podría permitir a los dueños de contenido apuntar a los sitios web de EE.UU. que tienen material pirateado sin saberlo. Esta ha sido una preocupación particular de los detractores de la legislación como Facebook, Wikipedia y Twitter, los cuales tienen sitios que dependen enormemente de contenido subido por los usuarios.