Guadalajara, México
Quiroga Gabo Brontë Lovecraft Hesse y màs...
Junio, 2017 No. 1
Edición de cortesía
Cuentos
Poemas
Curiosidades
ÌNDICE ÌNDICE EDITORIAL
Una probadita de
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Quiroga El hombre muerto
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Del papel a la pantalla
8-9
La mujer maravilla La superheroína
Los grandes escritores como Poe o Hesse dieron a conocer sus escritos al ser publicados en periódicos o revistas. Literal retoma el concepto con el propósito de darle a los lectores un momento entre hojas donde puedan sentirse rodeados de los suyos, donde puedan encontrar desde curiosidades de los autores o poemas de escritores reconocidos, hasta minificciones rescatadas o autores nuevos que comienzan a hacerse carrera.
Poesía para llevar Placer Dentro del placer Lovecraft A Pan
Conociendo al escritor Hermann Hesse ¿Quién soy?
En esta edición recorremos la literatura melancólica de Gabriel García Márquez, nos conmovemos con las letras latinoamericanas de Manuel Acuña y tocamos el paraíso con Charlotte Brontë. Disfrutamos de historias de escritores malditos como Quiroga y nos aventuramos en el terreno de lo nuevo, de los recién nacidos y la literatura contemporánea.
L de Latinoamérica Manuel Acuña A Asunción Gabo Minicuentos Los cinco cuentos más cortos del mundo
Revista Literal Guadalajara, México
Letras Frescas Pinceladas de literatura Escrito en el agua Lo que nos dice Para leer
Contenido: Eileen Riestra Diseño Editorial: Pùrpura Diseño Editorial No.1 Junio 2017 3
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12-15 12 13 14 15
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UNA PROBADITA DE...
literal
QUIROGA
QUIROGA. Ficha 1 Autor: Horacio Silvestre Quiroga Forteza 2 Nacionalidad: Uruguayo 3 Género literario: Narrativo
Dentro de la historia
Q
uiroga se mantiene fiel a sí mismo con este cuento. No abandona a su personaje, no le deja encontrar la redención ni la esperanza entre sus líneas. No. Quiroga, un escritor rodeado de muerte, injusticia, dolor y tragedia, no podría escribir de otra cosa en esta ocasión; es así como nos da una obra donde el tema principal es la misma muerte, y más allá de ella… su psicología. ¿Qué piensa un hombre cuando se encuentra en el límite de su vida? ¿Qué hay en la mente del hombre cuando sabe y no sabe, siente y no siente que ya no está aquí? Esto que nosotros podemos cuestionárnoslo en un rato de ocio y curiosidad; es lo mismo que Quiroga nos contesta en este cuento.
4 Especie literaria: Cuento 5 Escuela a la que
pertenece el autor:
La agonía de un hombre que ha muerto inesperadamente; la incredulidad del momento; y el tiempo lento e incómodo del hombre moribundo.
Naturalista y Modernista 6 Tema del cuento: La muerte
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EL HOMBRE MUERTO
E
l hombre y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal. Faltábanles aún dos calles; pero como en éstas abundaban las chircas y malvas silvestres, la tarea que tenían por delante era muy poca cosa. El hombre echó, en consecuencia, una mirada satisfecha a los arbustos rozados y cruzó el alambrado para tenderse un rato en la gramilla. Mas al bajar el alambre de púa y pasar el cuerpo, su pie izquierdo resbaló sobre un trozo de corteza desprendida del poste, a tiempo que el machete se le escapaba de la mano. Mientras caía, el hombre tuvo la impresión sumamente lejana de no ver el machete de plano en el suelo. Ya estaba tendido en la gramilla, acostado sobre el lado derecho, tal como él quería. La boca, que acababa de abrírsele en toda su extensión, acababa también de cerrarse. Estaba como hubiera deseado estar, las rodillas dobladas y la mano izquierda sobre el pecho. Sólo que tras el antebrazo, e inmediatamente por debajo del cinto, surgían de su camisa el puño y la mitad de la hoja del machete, pero el resto no se veía. El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia. La muerte. En el transcurso de la vida se piensa muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios, llegaremos a nuestro turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos llevar placenteramente por la imaginación a ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro. Pero entre el instante actual y esa postrera expiración, ¡qué de sueños, trastornos, esperanzas y dramas presumimos en nuestra vida! ¡Qué nos reserva aún esta existencia llena de vigor, antes de su eliminación del escenario humano! Es éste el consuelo, el placer y la razón de nuestras divagaciones mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte, y tan imprevisto lo que debemos vivir aún! ¿Aún...? No han pasado dos segundos: el sol está
exactamente a la misma altura; las sombras no han avanzado un milímetro. Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendido las divagaciones a largo plazo: Se está muriendo. Muerto. Puede considerarse muerto en su cómoda postura. Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Qué cataclismo ha sobrevivido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza trasuda el horrible acontecimiento? Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir. El hombre resiste —¡es tan imprevisto ese horror! y piensa: Es una pesadilla; ¡esto es! ¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿No es acaso ese bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo? ¿Quién lo conoce como él? Ve perfectamente el bananal, muy raleado, y las anchas hojas desnudas al sol. Allí están, muy cerca, deshilachadas por el viento. Pero ahora no se mueven... Es la calma del mediodía; pero deben ser las doce. Por entre los bananos, allá arriba, el hombre ve desde el duro suelo el techo rojo de su casa. A la izquierda entrevé el monte y la capuera de canelas. No alcanza a ver más, pero sabe muy bien que a sus espaldas está el camino al puerto nuevo; y que en la dirección de su cabeza, allá abajo, yace en el fondo del valle el Paraná dormido como un lago. Todo, todo exactamente como siempre; el sol de fuego, el aire vibrante y solitario, los bananos inmóviles, el alambrado de postes muy gruesos y altos que pronto tendrá que cambiar... ¡Muerto! ¿Pero es posible? ¿No es éste uno de los tantos días en que ha salido al amanecer de su casa con el machete en la mano? ¿No está allí mismo con el machete en la mano? ¿No está allí mismo, a cuatro metros de él, su caballo, su malacara, oliendo parsimoniosamente el alambre de púa? ¡Pero sí! Alguien silba. No puede ver, porque está de espaldas al camino; mas siente resonar en el puentecito los pasos del caballo... Es el muchacho que pasa todas las mañanas hacia el puerto nuevo, a las once y media. Y siempre silbando.. Desde el poste descascarado que toca casi con las botas, hasta el cerco vivo de monte que separa el bananal del camino, hay quince metros largos. Lo sabe perfectamente bien, porque él mismo, al levantar el alambrado, midió la distancia. 5
¿Qué pasa, entonces? ¿Es ése o no un natural mediodía de los tantos en Misiones, en su monte, en su potrero, en el bananal ralo? ¡Sin dada! Gramilla corta, conos de hormigas, silencio, sol a plomo... Nada, nada ha cambiado. Sólo él es distinto. Desde hace dos minutos su persona, su personalidad viviente, nada tiene ya que ver ni con el potrero, que formó él mismo a azada, durante cinco meses consecutivos, ni con el bananal, obras de sus solas manos. Ni con su familia. Ha sido arrancado bruscamente, naturalmente, por obra de una cáscara lustrosa y un machete en el vientre. Hace dos minutos: Se muere. El hombre muy fatigado y tendido en la gramilla sobre el costado derecho, se resiste siempre a admitir un fenómeno de esa trascendencia, ante el aspecto normal y monótono de cuanto mira. Sabe bien la hora: las once y media... El muchacho de todos los días acaba de pasar el puente. ¡Pero no es posible que haya resbalado..! El mango de su machote (pronto deberá cambiarlo por otro; tiene ya poco vuelo) estaba perfectamente oprimido entre su mano izquierda y el alambre de púa. Tras diez años de bosque, él sabe muy bien cómo se maneja un machete de monte. Está solamente muy fatigado del trabajo de esa mañana, y descansa un rato como de costumbre. ¿La prueba..? ¡Pero esa gramilla que entra ahora por la comisura de su boca la plantó él mismo en panes de tierra distantes un metro uno de otro! ¡Ya ése es su bananal; y ése es su malacara, resoplando cauteloso ante las púas del alambre! Lo ve perfectamente; sabe que no se atreve a doblar la esquina del alambrado, porque él está echado casi al pie del poste. Lo distingue muy bien; y ve los hilos oscuros de sudor que arrancan de la cruz y del anca. El sol cae a plomo, y la calma es muy grande, pues ni un fleco de los bananos se mueve. Todos los días, como ése, ha visto las mismas cosas. ...Muy fatigado, pero descansa solo. Deben de haber pasado ya varios minutos... Y a las doce menos cuarto, desde allá arriba, desde el chalet de techo rojo, se desprenderán hacia el bananal su mujer y sus dos hijos, a buscarlo para almorzar. Oye siempre, antes que las demás, la voz de su chico menor que quiere soltarse de la mano de su madre: ¡Piapiá! ¡ Piapiá! ¿No es eso... ? ¡Claro, oye! Ya es la hora. Oye
efectivamente la voz de su hijo... ¡Qué pesadilla...! ¡Pero es uno de los tantos días, trivial como todos, claro está! Luz excesiva, sombras amarillentas, calor silencioso de horno sobre la carne, que hace sudar al malacara inmóvil ante el bananal prohibido. ...Muy cansado, mucho, pero nada más. ¡Cuántas veces, a mediodía como ahora, ha cruzado volviendo a casa ese potrero, que era capuera cuando él llegó, y antes había sido monte virgen! Volvía entonces, muy fatigado también, con su machete pendiente de la mano izquierda, a lentos pasos. Puede aún alejarse con la mente, si quiere; puede si quiere abandonar un instante su cuerpo y ver desde el tejamar por él construido, el trivial paisaje de siempre: el pedregullo volcánico con gramas rígidas; el bananal y su arena roja: el alambrado empequeñecido en la pendiente, que se acoda hacia el camino. Y más lejos aún ver el potrero, obra sola de sus manos. Y al pie de un poste descascarado, echado sobre el costado derecho y las piernas recogidas, exactamente como todos los días, puede verse a él mismo, como un pequeño bulto asoleado sobre la gramilla —descansando, porque está muy cansado. Pero el caballo rayado de sudor, e inmóvil de cautela ante el esquinado del alambrado, ve también al hombre en el suelo y no se atreve a costear el bananal como desearía. Ante las voces que ya están próximas —¡Piapiá!— vuelve un largo, largo rato las orejas inmóviles al bulto: y tranquilizado al fin, se decide a pasar entre el poste y el hombre tendido que ya ha descansado.
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DEL PAPEL A LA PANTALLA
LA MUJER MARAVILLA La mujer maravilla regresa a nosotros ahora en una versión diferente. No viene en cuadros congelados, viñetas y diálogos en globos, sino que está acompañada de producción y rodaje.
SHE S BACK
Aquí compartimos la historia real, detrás de la encarnada por la protagonista israelí.
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La superheroína
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ara empezar a contar la verdadera historia de Diana/La Mujer Maravilla, creo importante primero hablar de su nombre. No por lo que éste representa, o porque sea diferente a otros… sino por su origen. Pocos saben que el nombre de “Diana” le fue dado en honor de quien podría considerarse su suegra. ¡Si! Nada más y nada menos que la madre de Steve Trevor, Diana Trevor; quien en uno de sus vuelos cayó en la Isla Paraíso; también conocida como Themyscira, donde dio su vida para derrotar a una criatura del inframundo (Cottus). Entonces las Amazonas le dieron a Diana Trevor un sepulcro digno de una diosa heroína, y cuando tiempo después, la reina Hipólita tuvo a su primera hija, le dio este nombre en su honor. Ahora podemos ir a las diferencias que hay entre la versión para pantalla y la de los librillos engrapados: Para empezar, antes de convertirse en la Mujer Maravilla, Diana participó en un concurso donde se conocería cuál era la amazona más fuerte; en la película no lo muestran así pero ella entra al concurso a escondidas y disfrazada, en contra de la decisión de su madre; al ganar obtiene como recompensa (y no por hurto) sus brazaletes de plata y el lazo mágico. El viaje de Diana a nuestro mundo es una misión (y no una fuga) que se le otorga, pues debe regresa a Steve Trevor a ella. Es entonces que se queda y combate a los hijos de Ades.
¡Acción! Para acabar con la controversia del momento… sí, ella es la primer heroína en la historia de los comics en protagonizar una historia, y en la que no necesitaba ser salvada por alguien más. Se volvió un ícono de poder e independencia femenina.
La verdadera historia de cómo nació sigue siendo un misterio, el relato clásico es el que nos dice la película: ella fue moldeada en arcilla. Sin embargo, en el Nuevo Universo DC, el padre es identificado como Zeus. Y la versión más atroz es la que dio a conocer Grant Morrison en Wonder Woman Tierra Uno que dice que nació de la violación de Hércules a Hipólita.
Hay quienes aseguran que puede derrotar a Superman y a Batman en un enfrentamiento.
Si en algo están de acuerdo ambas versiones es que Wonder Woman es un personaje que se da a querer, que pelea por la justicia, es diplomática, y no teme a nada. 9
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POESÍA PARA LLEVAR
PLACER
Charlotte Brontë
El Placer verdadero no se respira en la ciudad, Ni en los templos donde el Arte habita, Tampoco en palacios y torres donde La voz de la Grandeza se agita.
Luego mira el amplio cielo sobre tu cabeza, La inmóvil, profunda bóveda de azul, El sol que arroja sus rayos dorados, Las nubes como perlas de azur.
No. Busca dónde la Alta Naturaleza sostiene Su corte entre majestuosas arboledas, Donde Ella desata todas sus riquezas, Moviéndose en fresca belleza;
Y mientras tu mirada se pose en esta vasta escena Tus pensamientos ciertamente viajarán lejos, Aunque ignotos años deberían atravesar entre Los veloces y fugaces momentos del Tiempo.
Dónde miles de aves con las más dulces voces, Dónde brama la salvaje tormenta Y miles de arroyos se deslizan suaves, Allí se forma su concierto poderoso.
Hacia la edad dónde la Tierra era joven, Cuando los Padres, grises y viejos, Alabaron a su Dios con una canción, Escuchando en silencio su misericordia.
Ve hacia donde el bosque envuelto sueña, Bañado por la pálida luz de la luna, Hacia la bóveda de ramas que acunan Los sonidos huecos de la Noche.
Los verás con sus barbas de nieve, Con ropas de amplias formas, Sus vidas pacíficas, flotando gentilmente, Rara vez sintieron la pasión de la tormenta.
Ve hacia donde el inspirado ruiseñor Arranca vibraciones con su canción, Hasta que todo el solitario y quieto valle Suene como una sinfonía circular.
Luego un tranquilo, solemne placer penetrará En lo más íntimo de tu mente; En esa delicada aura tu espíritu sentirá Una nueva y silenciosa suavidad.
Ve, siéntate en una saliente de la montaña Y mira el mundo a tu alrededor; Las colinas y las hondonadas, El sonido de las quebradas, El lejano horizonte atado.
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Dentro del placer
Charlotte pone a un lado su estilo gótico cuando escribe este poema, sin duda uno de los mejores de ella. Se aleja de los cementerios y el ambiente sombrío para situarse en la otra esquina, para hablarnos de la belleza y el placer de la misma. Nos enseña que no hay nada en el mundo del oro y las máscaras que nos llene y dé vida, como lo hace el de la naturaleza. ¡Y de qué manera lo hace! No hace falta que nos describa con palabras rebuscadas sus imágenes y paisajes, sólo lo hace. Nos describe como un niño emocionado y nos contagia de esa emoción.
Datos del poema:
De la escritora inglesa Charlotte Brontë. Quien en 1846 junto con sus hermanas publica una antología: Poemas de Currer, Ellis y Acton Bell. Publicado con sus seudónimos. Charlotte firmaba como Currer.
Hace un pequeño recorrido por la Tierra; en tres pasos estamos en la punta de la montaña sintiendo el viento contra el rostro y admirando cada rincón de ella. Vemos música, aves, el cielo y los árboles. Y antes de que lo notemos hemos viajado en el tiempo; estamos junto a las Dioses y los antepasados viendo al mundo nacer, y así como ella culmina… sentimos nuestro espíritu, somos conscientes de él y de la suavidad del placer cuando proviene de la naturaleza. 13
H.P Lovecraft
Escrito por Lovecraft en 1902 siendo apenas un niño de doce años. Un poema fantástico como todo el reperterio de este escritor. Basado en el semidios griego de los pastores y rebaños; Pan.
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A Pan Sentado en una cañada entre bosques A orillas de un arroyo bordeado de juncos Meditaba yo un día, cuando adormeciéndome Me vi sumido en un sueño. Del riachuelo surgió una figura Medio hombre y medio cabrio; Tenía pezuñas en vez de pies Y una barba adornaba su garganta. Con un rústico caramillo de caña Tocaba dulcemente aquel ser híbrido, Y yo olvidé todo cuidado terreno Pues sabía que era Pan. Ninfas y sátiros se congregaron Para gozar del alegre sonido, Demasiado pronto desperté con pesar y volví a las moradas de los hombres, Pero en valles campestres yo querría vivir Y escuchar de nuevo la flauta de Pan.
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CONOCIENDO AL ESCRITOR
“La divinidad está en ti, no en conceptos o en libros”.
Hermann Hesse
H 16
¿Quién soy? Pintor y novelista alemán que no temió escapar del seminario para estudiar poesía. Podríamos decir que Hesse comenzó su carrera desde lo bajo y escalando hacia la cima. Inició como aprendiz de librero, leyendo en sus ratos libres y siendo así como agarró verdadero amor a las letras. Su esfuerzo lo llevó a convertirse en librero y fue mientras trabajaba que escribió dos libros de poemas, que si bien no lo hicieron famoso, lo ayudaron a arrancar en el oficio.
Datos curiosos
Continuó publicando relatos y poemas en periódicos o revistas, y fue en 1904 que su primera novela “Peter Camenzind” le dio la oportunidad de mantenerse sólo con la escritura, por lo que se dedicó de lleno a ella. Fue después que obtuvo el Premio Goethe y el Premio de la Paz, aunque no acudió a las ceremonias. Luego fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1946.
1 Se presentó como voluntario para participar en la Primera Guerra Mundial, mas no fue aceptado y en cambio fue designado responsable de la “Librería de los prisioneros de guerra alemanes”. 2 Fue presa de una crisis psicológica que requirió tratamiento. El psicoterapeuta a cargo de su caso fue Carl Gustav Jung; éste terminó aportando inspiración a la literatura de Hesse.
En su obra se puede apreciar el reflejo de su gusto por la psicología, el misticismo oriental y lo espiritual.
Obras principales Demian Bajo las ruedas El juego de los abalorios Peter Camenzind Siddhartha
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L DE LATINOAMÈRICA
Manuel Acuña Un poeta apasionado y romántico, que refleja estas cualidades en sus poemas y escritos llenos de sentimiento y emoción. Verdadero maestro de la generación romántica. 18
A Asunción Mire usted, Asunción: aunque algún ángel Metiéndose envidioso, Conciba allá en el cielo el mal capricho De venir por la noche a hacerle el oso Y en un acto glorioso Llevársela de aquí, como le ha dicho No sé qué nigromante misterioso, No vaya usted, por Dios, a hacerle caso, Ni a dar con el tal ángel un mal paso; Estese usted dormida, Debajo de las sábanas metida, Y deje usted que la hable Y que la vuelva a hablar y que se endiable, Que entonces con un dedo Puesto sobre otro en cruz, ¡afuera miedo!
Ficha Poeta y dramaturgo mexicano nacido en 1849 en Saltillo.
No vaya usted a rendirse Ante el ruego o las lágrimas y a irse… Que donde usted nos deje Por seguir en el vuelo a su Tenorio, Después irá a llorar al purgatorio Sin tener quien la mime, aunque se queje…
Movimiento: Romanticismo. Poema más famoso: Ante un cadáver. Cofundador de la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl.
Conque mucho cuidado Si siente usted un ángel a su lado, Que yo, como su amigo, Con tal que usted, Asunción, me lo permita, Le aconsejo y le digo Que después de Rosario y Margarita No admita usted más ángeles consigo.
Se suicida a los 24 años dejando un poema a su musa “Nocturno a Rosario”.
Estese usted con ellas Compartiendo delicias e ilusiones Todas las horas tienen que ser bellas; Viva usted muchos años (Como un humilde criado le diría) Y mañana que sola o entre extraños Se encuentre por desgracia en este día, Si busca usted una alma que la ame, Llame usted a mi pecho, y conque llame, Si no estoy muerto encontrará la mía.
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L DE LATINOAMÉRICA
GABO
“Las cosas tienen vida propia, todo es cuestión de despertarle el ánima.” Cien años de soledad 21
Minicuentos
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D
os exploradores lograron refugiarse en una cabaña abandonada, después de haber vivido tres angustiosos días extraviados en la nieve. Al cabo de otros tres días, uno de ellos murió. El sobreviviente excavó una fosa en la nieve, a unos cien metros de la cabaña, y sepultó el cadáver. Al día siguiente, sin embargo, al despertar de su primer sueño apacible, lo encontró otra vez dentro de la casa, muerto y petrificado por el hielo, pero sentado como un visitante formal frente a su cama. Lo sepultó de nuevo, tal vez en una tumba más distante, pero al despertar al día siguiente volvió a encontrarlo sentado frente a su cama. Entonces perdió la razón. Por el diario que había llevado hasta entonces se pudo conocer la verdad de su historia. Entre las muchas explicaciones que trataron de darse al enigma, una parecía ser la más verosímil: el sobreviviente se había sentido tan afectado por su soledad que él mismo desenterraba dormido el cadáver que enterraba despierto.
Publicado en: Conversaciones desde la Soledad, Bogotá, 2001
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E
s el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde un décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.
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Los cinco cuentos cortos más bellos del mundo Así llamó Santiago Mutis Durán a una selección de relatos que hizo de Gabo; como contó: “Para la exposición de Gabriel García Márquez que preparé hace más de diez años, titulada «Yo sólo quería contar un buen cuento», revisé, dentro de sus varias miles de páginas de periodismo, 5 brevísimas historias contadas por él...” De éstos 5, dos se encuentran en la página anterior. El número cuatro, y el tres. Gabriel García Marquéz conocido en el medio como “Gabo”, un escritor colombiano acreedor de un Premio Nobel a la Literatura en el año 1892 y una figura fundamental del movimiento llamado el Boom Latinoamericano, es reconocido por sus novelas y su trabajo periodístico, sin embargo, no debemos hacer de menos sus demás obras, ni considerar por un momento que no llevan su estilo impregnado en ellas. En estas minificciones, nos demuestra su capacidad para narrar grandes historias en pocas líneas. Pintadas con aire de tristeza y melancolía, contradiciendo o dandóle sentido al título, de manera que en apenas unos minutos nos conmovemos con los personajes, empatizamos con ellos y lamentamos la historia que les fue destinada.
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LETRAS FRESCAS
T
odo arte puede aunarse a otro. Esto es lo que el el Dr. Arturo Camacho hace en sus libros, donde escribe sobre pinturas y sus artistas. Uniendo dos mundos aparentemente diferentes, pero en esencia iguales.
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Pinceladas de literatura M
uchos desconocen la Escuela de Escritores Sogem de Guadalajara, una escuela hecha para los que sueñan por las letras. Ésta no sólo ofrece un programa variado de cursos para todo tipo de interés sino que en este verano ha dado a conocer un plan que incluye conferencias y clases totalmente gratuitas por el 30 aniversario de la misma, éstas se imparten cada quince días en la escuela.
Para poder desdibujar hay que primero saber dibujar
El viernes 26 de junio fue el turno del Dr. Arturo Camacho quien estudió Historia del Arte en la UNAM, e imparte esa materia en la academia. Ha escrito alrededor de treinta libros (de crítica de arte e historia del arte de México), entre ellos destaca: Libros de Alacena. Arturo dio una pequeña conferencia en uno de los salones; inició con la proyección de la pintura Los santos médicos, del pintor Carlos Villaseñor, y así nos dio cátedra de este gran pintor mexicano. Nos habló de un hombre lleno de talento que con tan sólo 12 años formó parte de los muralistas que pintaron en el Teatro Degollado, información que aún se desconoce por muchos, mas tras una investigación realizada por Camacho éste encontró los bocetos del que entonces era un niño con un gran conocimiento del dibujo y la anatomía del hombre. En ese entonces colaboró como un aprendiz, sin embargo, nos dejó un gran vestigio que perdura hasta el momento. Habló de sus bodegones y sus pinturas que podían ser casi religiosas, del simbolismo de ellas y la adición de elementos locales a su estilo. Terminamos la amena presentación con una interesante discusión entre los asistentes, acerca del arte moderno vs. el clásico; compartió su opinión con nosotros, de la que rescatamos lo siguiente:
“la exposición de Warhol en el Museo JUMEX es lo que podríamos considerar como un best-seller... el arte contemporáneo sabe vender y estar en el mercado, mas para ser un verdadero artista hay que conocer la técnica, para poder desdibujar hay que primero saber dibujar”.
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No te fĂes nunca de una superficie en calma, no sabes lo que puede haber debajo.
ESCRITO EN EL AGUA 29
LO QUE NOS DICE
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aula Hawkins nos sigue desafiando con sus historias. Lo hizo la primera vez con “La chica de tren”, donde nos dio un giro de tuerca haciendo que termináramos sorprendidos y emocionados al descubrir la verdadera cara culpable entre tantas sombras. No sorprendió saber que pronto se convirtió en un bestseller en Gran Bretaña y que se esparció por otras partes del mundo con el mismo entusiasmo. Ahora vuelve la escritora con otra novela y con las mismas ganas de interesarnos por una trama psicológica y llena de misterio. En esta ocasión la trama gira en torno a dos hermanas, y el supuesto suicidio de una de ellas, cuando aparece ahogada en el río. Jules, nuestra protagonista, tendrá que volver al pueblo del que se marchó, y reconstruir lo sucedido, mas el problema no sólo será averiguar la verdad tras la muerte de su hermana sino reencontrase con su pasado mientras tanto. La escritora nos promete un buen desenlace con sus palabras “Hay un giro al final en la última página”, explicación que dio en Las mañanas de RNE, así como en su mismo libro donde ya en la página 557 nos hace una recomendación: “Guarda el final en secreto y si no puedes contenerte, comparte tu experiencia”.
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Para leer: La historia se va entrelelazando poco a poco, puesto que la escritora la parte en fragmentos, que se van desarrollando y avanzando conforme uno lo haga. Sólo el lector conoce la verdad de cada una de las partes, sin embargo, no es tan abierta con nosotros, por lo que hay que ir sacando las propias conclusiones y esperar dar con la certera. De ritmo más lento al inicio, pero que lo mantiene, es hasta las últimas cincuenta páginas que todo empieza a cobrar sentido y a mostrarse junto con las demás historias para revelarnos un final inesperado. Perfecta para los amantes del suspenso y el thriller psicológico.
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Guadalajara, México Púrpura Diseño Editorial Junio, 2017 www.literal.mx