Pasión Box: "Chocolatito" vs Rungvisai

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ASIÓN

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ROMAN VS

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ASIÓN BOX

CARA A CARA

VIERNES, 17 DE MARZO DE 2017

CLOROFORMO EN LOS PUÑOS

PUNCH. Los números reflejan que muy difícilmente el

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combate entre Román González y el tailandés Srisaket Sor Rungvisai llegará a los 12 asaltos; ambos púgiles disponen de muchos explosivos en sus puños, de manera que el cuadrilátero olerá a cloroformo toda la noche.

SRISAKET SOR RUNGVISAI, EXCAMPEÓN MUNDIAL SUPERMOSCA DEL CMB.

HAXEL RUBÉN MURILLO

Hmurillo@elnuevodiario.com.ni @haxelbuhosky

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ueño de una izquierda respetable, al tailandés Srisaket Sor Rungvisai se le considera un noqueador nato, capaz de derribar una pared con un solo estruendo. En la otra acera, Román “Chocolatito” González, el flamante tetracampeón mundial nica, dueño de un técnica exquisita y una capacidad abrumadora, mina a sus rivales hasta llevarlos al borde del precipicio y noquearlos inmisericordemente. Dos estilos parecidos y peligrosos se enfrentarán el próximo sábado 18 de marzo en el Madison Square Garden de Nueva York, por el codiciado título Mosca (115 libras) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en poder del nica pero que en algún momento le perteneció al tailandés, que cambió el Muay Thai por el boxeo. No esperen round de estudio, ambos púgiles subirán al ring enfocados en desarrollar el tren de pelea que desde el inicio de sus carreras les ha

dado éxito. Ir hacia el frente, tratar de asumir las riendas del enfrentamiento y disparar golpes desde todos los ángulos. ¿En qué radica la diferencia? La respuesta es simple: técnica. Rungvisai es un suicida y Román es un estilista ejecutando combinaciones. PELIGROSOS EN EL INICIO

¿Quién tiene la ventaja? En el tapete de los pronósticos Román es favorito para imponerse, sin embargo, eso puede ser relativo si se analizan los números de forma fría. La ventaja del tailandés es que dispone de una poderosa pegada que puede terminar un combate en al menos la primera mitad de la pelea. Los números reflejan que el tailandés es una bomba de tiempo en los primeros cinco asaltos, pero a partir del sexto se convierte en una presa fácil, muy permisivo en la defensa. Imaginense, Sor Rungvisai ha noqueado a 34 de sus 38 rivales en la primera parte del combate. Y es lógico, disponiendo del oxígeno suficiente, es una locomotora tirando golpes, tomando riesgos sin miedo a morir.


VIERNES, 17 DE MARZO DE 2017

Román también es un peligro en los primeros asaltos, pero su frecuencia de nocaut es un poco más balanceada si la comparamos con la del tailandés. González noquea a 30 rivales entre el primero y quinto asalto. Del sexto al doceavo suma solamente ocho: tres en el sexto, tres en el séptimo y dos en el noveno. Si la pelea pasa del décimo, es improbable que aparezca un nocaut por cualquiera de las partes. Ninguno ha noqueado en los tres últimos rounds de una pelea, mientras transcurren los minutos, mantienen la fogosidad, pero sus puños se convierten en algodón. DOS AÑOS NOQUEANDO

Desde su última derrota a manos de Carlos Cuadras, el 5 de mayo del 2014, el tailandés suma 17 triunfos, 16 por nocauts. Prácticamente han sido casi dos años en los que Rungvisai noquea rivales sin darles el mínimo respiro. Eso sí, hay que tomar en cuenta que la mayoría de esos pugilistas a los que enfrentó son de récord discreto, incluso figuran debutantes. Curiosamente, Román cumplió este mes, 15 meses de no noquear. Su última víctima por la vía rápida fue el hawaiano Brian Viloria, el 17 de octubre del 2015, precisamente cuando peleó por primera vez en el Madison Square Garden. Desde esa pelea venció a McWilliams Arroyo y Carlos Cuadras por decisión unánime. Los números de ambos pueden ser interesantes pero a la vez engañosos, acercándonos o separándonos de la realidad. Lo cierto es que estos púgiles disponen del mismo porcentaje de nocauts (83%), pero el tailandés llegará al pleito con un ritmo frenético de triunfos por la vía del cloroformo. Eso no significa que Román no pueda resolverlo en un suspiro. ¿Quién pega más fuerte? Están igualados en poder, aunque la lógica indica que la técnica y excelencia debe imponerse a la bravura y fogosidad incesante. El próximo sábado lo sabremos con certeza, pero todo hace indicar que uno sucumbirá antes de los 12 asaltos.

CARA A CARA

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RÉCORDS Y PALMARES ROMÁN GONZÁLEZ Perfil: Derecho Edad: 29 Victorias: 46 Nocauts: 38 % KO: 83 Empates: 0 Derrotas: 0 Títulos: Ha ganado cuatro coronas (105, 108, 112, 115) en distintas categorías, es el actual monarca supermosca del CMB.

SRISAKET SOR RUNGVISAI Victorias: 41 Nocauts: 38 % KO: 83 Empates: 1 Derrotas: 4 Títulos: Fue campeón 115 libras del CMB, pero perdió la corona contra Carlos Cuadras en el 2014.

RIVALES EN COMÚN: Carlos Cuadras y Akira Yaegashi Román vs. Yaegashi: GKO 9 Román vs. Cuadras: DU Sor Rungvisai vs. Yaegashi: PKO (Perdió) Sor Rungvisai vs. Cuadras: PDT (Perdió)

NOCAUTS DE ROMÁN GONZÁLEZ POR ASALTO Primero: 8 Segundo: 11 Tercero: 7 Cuarto: 3 Quinto: 1 Sexto: 3 Séptimo: 3 Octavo: 0 Noveno: 2 Decimo: 0 Onceavo: 0 Doceavo: 0

NOCAUTS DE RUNGVISAI POR ASALTO Primero: 7 Segundo: 10 Tercero: 7 Cuarto: 9 Quinto: 1 Sexto: 2 Séptimo: 0 Octavo: 1 Noveno: 1 Decimo: 0 Onceavo: 0 Doceavo: 0

ROMÁN GONZÁLEZ, TETRACAMPEÓN MUNDIAL. ARCHIVO/END


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EL RIVAL

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VIERNES, 17 DE MARZO DE 2017

DE LOS BASUREROS

AL MADISON SQUARE GARDEN SUPLICIO. La vida del tailandés Wisaksil Wangek, conocido en el mundo del boxeo como Srisaket Sor Rungvisai, estuvo marcada por la extrema pobreza, trabajando desde niño. Fue recolector de basura y en ocasiones le tocó comer las migajas que encontraba. HAXEL RUBÉN MURILLO hmurillo@elnuevodiario.com.ni @haxelbuhosky

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u nq ue no lo pa rezca, Wisa ksil Wangek, conocido popularmente como Srisaket Sor Rungvisai, tiene muchas cosas en común con Román “Chocolatito” González, más de las puedan imaginarse. El tailandés, al igual que el nica, conoce el amargo sabor de la pobreza, el arduo trabajo desde infante sin disfrutar de una niñez normal, acariciando la miseria y viviendo el día a día sin saber si en el futuro su suerte cambiaría. Rungvisai, nació el 8 de diciembre de 1986 en Srisaket, una de las 76 provincias de Tailandia. En ese país del continente asiático, la disciplina del muay thai despierta emociones entre niños y jóvenes, y con Rungvisai no fue la excepción. Siempre fue un apasionado por los deportes de combate y se dedicó, en medio de muchas limitantes, a entrenar incansablemente. Así, a base de sufrimiento y esfuerzo titánico, llegó a salir de la pobreza extrema con la que creció. Toda la familia de Srisaket practicaba muay thai. Era imposible que el niño no

aprendiera este deporte y posteriormente pusiera en práctica lo aprendido, la particularidad era que Sor Rungvisai no solamente empezó a pelear por diversión a los seis años de edad en pequeñas ferias, lo hizo con la firme intención de salir del fango de la miseria, tratando de ganar un poco de dinero y llevarlo a su casa para comprar el alimento que tanto se necesitaba. EMIGRA A BANGKOK

Cumplido los 12 años, la suerte de Sor Rungvisai no había cambiado demasiado. La pobreza seguía golpeando su vida como un huracán. Cansado de la rutina, tomó la decisión, junto a su novia, de trasladarse a Bangkok, capital de Tailandia, con apenas 13 años. ¿Se imaginan a un adolescente tomando semejantes riesgos, exponiéndose a tantos peligros sin tener nada seguro? Cuando la miseria permanece, importa poco arriesgarlo todo debido a que es mejor fracasar en el intento. Y fue la pobreza la que precisamente obligó al tailandés a realizar esfuerzos descomunales. Instalado en Bangkok, tuvo que caminar 60 kilómetros en busca de un empleo que le permitiera sobrevivir. Finalmente encontró un

trabajo, no el mejor, pero no tenía opciones para escoger. Fue recolector de basura en una tienda del Departamento Central, la paga era raquítica, debía sacrificarse para que su novia y ahora madre de su primer hijo pudiera comer. El muchacho ganaba tan poco dinero que muchas veces le tocó buscar alimentos entre la misma basura que recogía. En los días buenos, Srisaket solía comprar paquetes de fideos, no es la mejor comida del mundo pero al menos les permitía saciar el hambre y silenciar un poco el rugido de su estómago y el de su novia. SU INGRESO AL BOXEO

Sin embargo, un día el tailandés recordó que en sus venas recorría la herencia de tirar golpes y a través del camino que durante su infancia le dio algunas monedas, podía superarse. Srisaket buscó a un entrenador de Saithong, un pequeño gimnasio de boxeo local en Bangkok, donde comenzó su carrera como púgil. Sus inicios no fueron tan positivos, pues tuvo la mala fortuna de toparse con rivales muy poderosos. Debutó el 17 de marzo del 2009, nada más y nada menos que ante el japonés Akira Yaegashi, el hombre al que Román Gon-

zález le arrebató el título 112 libras del CMB, convirtiéndose en tricampeón mundial. El nipón noqueó al tailandés en apenas tres asaltos. Tres meses después, el 21 de junio del 2009, Rungvisai cayó por nocaut ante otro japonés, Yushin Yafuso. Dos derrotas en Japón no era un buen presagio, aun así el tailandés siguió hacia adelante. Pidió a Thainchai Pisitwuttinan, promotor de Nakornloung, que le diera una oportunidad de entrenar en su gimnasio. Posteriormente terminaría firmando con esta empresa. Regresó al ring en agosto del mismo año, empató contra Sean Patavikorngym y tres meses después consiguió su primer triunfo ante Prakaipetch Aunsawan; estos dos últimos combates los realizó en Tailandia. CAMPEÓN EFÍMERO

Volvió a pelear en Japón el 7 febrero del 2010, perdiendo por decisión unánime contra Kenji Oba. Pero tras esa caída, Sor Rungvisai acumuló 17 victorias consecutivas, previo a su primera oportunidad de título mundial el 15 de noviembre del 2013. Ese día en el estadio provincial de Tailandia, noqueó a Hirofumi Mukai, adjudicándose el título 115 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Su sueño se había cumplido, atrás habían quedado los días tristes y la pobreza. Durante cinco meses fue campeón del mundo, su reinado no duró mucho pues sus manejadores cometieron el error de aceptar un combate en México ante el local Carlos Cuadras. El 31 de mayo del 2014, Sor Rungvisai perdió por decisión técnica frente al azteca; desde esa derrota acumula 17 triunfos consecutivos, 16 por nocaut, que le permitieron mantenerse como retador número uno y por consiguiente merecer una nueva oportunidad ante el tetracampeón mundial nicaragüense. Este 18 de marzo no será un combate nada más por un título, sino un enfrentamiento entre dos peleadores que vivieron en las migajas de la pobreza, pero que un día lograron burlarse de ella y tocar la cima del cielo en el boxeo.



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EL HEREDERO

VIERNES, 17 DE MARZO DE 2017

ROMÁN JR.,

SANGRE DE CAMPEÓN RELATO. Román Jr. es el

segundo hijo y único varón de Román “Chocolatito” González. A sus cortos cinco años de edad, es un apasionado del boxeo y desea seguir los pasos de su papá.

HAXEL RUBÉN MURILLO hmurillo@elnuevodiario.com.ni @haxelbuhosky

FOTOGRAFÍAS: ALEJANDRO SÁNCHEZ M./END

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EL HIJO DE ROMÁN GONZÁLEZ GOLPEA EL SACO EN EL PATIO DE SU CASA.

ras una jornada matutina de estudios, que dura unas cuatro horas, Román Alberto González Doña, quien cursa el tercer nivel en el Colegio Bautista, llega a su casa de habitación ubicada en el barrio San Judas con el deseo de divertirse un rato. A diferencia de muchos niños, el hijo del tetracampeón mundial pinolero Román “Chocolatito” González tiene una forma particular de entretenerse: después de almorzar “Romancito” se dirige hacia el patio, se pone unos guantes y comienza golpear un saco de boxeo. Esa se ha convertido en la rutina del hijo del mejor púgil libra por libra del mundo, quien a sus cortos cinco años de edad sueña en convertirse en un gran campeón. Tal como lo hizo su papá durante su infancia, Román Jr. dedica al menos una hora diaria a la práctica del boxeo.

La diferencia radica en que el cuatro veces campeón del mundo sufrió los golpes de la pobreza, pero hoy su vástago saborea las mieles del éxito de su padre, no le falta nada, estudia en un colegio prestigioso, tiene los mejores juguetes y la indumentaria requerida para entrenar en casa. “Romancito” es el retoño del matrimonio entre Román González y Raquel Doña. El pequeño nació en el hospital Vivian Pellas, Managua, y es el segundo y único hijo varón del tetracampeón mundial nicaragüense. Es inevitable que el niño no sienta atracción por el boxeo, se ha criado en ese ambiente, viendo cómo su padre se convierte en una leyenda y en uno de los mejores boxeadores latinoamericanos de la historia. Raquel Doña recuerda que su hijo, a sus cortos dos años, acompañaba a su padre en sus carreras matutinas. Además, el tetramonarca se ha encargado de trabajar mentalmente al pequeño para que este siga su mismo camino y un día se convierta en el heredero de su talento. “Más chiquito, cuando compartía más tiempo con su


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EL HEREDERO ción, me hicieron una carta de compromiso, creo que no lo sabe asimilar”, explica Doña. “Cuando Román peleó contra Cuadras, ‘Romancito’ se asustó bastante. Le preguntó si estaba bien, me pidió que le comprara una cremita para que se le desinflamara el rostro a su papá. Cuando vino le ponía crema y le preguntaba por qué se había dejado pegar. Además le prometió que en la próxima que peleara con el mexicano, le iban a pegar entre los dos”. NERVIOS Y TENSIÓN

“ROMANCITO” POSA CON LAS RÉPLICAS DE LOS TÍTULOS DE LA AMB Y DEL CMB. papá, Román le decía: ‘Pégame, pégame’, tenía un año, esos eran sus juegos”, cuenta. En la sala de su casa, “Romancito” tiene su minimuseo de boxeo. En una vitrina especial, hay un reconocimiento con la imagen de su padre, una bata azul de boxeador y dos cinturones pequeños, réplicas de los títulos mundiales que ha ganado el “Chocolatito”, la corona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el cetro del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), organismo del que actualmente es campeón en 115 libras. CRÍTICAS A SU PAPÁ

Conociendo un poco más el interior de la casa, específicamente en el cuarto del niño, hay un mar de juguetes, no faltan los guantes, lo más preciado entre todos los objetos. En el patio cuelga un saco de boxeo en el que “Romancito” da sus primeros pasos como pugilista. “A veces quiere que todo sea boxeo, se pone muy violento, agresivo, entonces tengo que esconderle los guantes. El abuelo viene bas-

tante a la casa, en cuanto lo mira saca la mascota y se pone a mascotear con él”, explica Doña sobre las visitas de Luis González, progenitor de “Chocolatito”. Pero ser el hijo de un figura pública como Román, no solamente ha traído cosas positivas para el niño sino también episodios negativos, desde no medir las consecuencias por jugar al boxeo con sus compañeros del colegio, hasta tener que aguantar críticas de otros niños cuando Román es golpeado severamente, tal como sucedió contra el mexicano Carlos Cuadras. “Después de la pelea con Cuadras, un niño le dijo: ‘tu papá perdió, Cuadras penqueó a tu papá’. Cuando hablan mal de Román el niño se enoja. Reiteradas veces le he dicho al ‘Chocolate’ que el niño está muy pequeño para que se enfoque mucho en el boxeo. El año pasado tuve un problema, ‘Romancito’ le dijo a otro compañerito que jugaran boxeo pero el otro no tenía conocimiento, y lo golpeó. Me llamaron a la direc-

Mañana, Román volverá a subir al ring defendiendo su título supermosca contra el tailandés Srisaket Sor Rungvisai. En primera fila, el heredero estará pendiente de cada golpe que tire su padre, esperando que salga victorioso. Para “Romancito”, los minutos que dura el combate son de emociones intensas, no llora, pero sí se muestra tensionado, ansioso y nervioso. Todo pasa hasta que el anunciador da por ganador a su papá, entonces recupera la calma y sonríe. “Nos reunimos con la familia para acompañar al niño y que vea a su papá pelear. ‘Romancito’ se pone tenso, las manitas se le ponen heladas. Cuando ve que su papá ganó, ríe y salta. Me da pesar porque se pone supernervioso”, cuenta Doña, quien dice que Román es un gran papá y siempre está en contacto con el niño cuando le corresponde irse de Nicaragua por más de dos meses a sus campamentos de entrenamientos. “Con la tecnología, las videollamadas, ellos están viéndose a cada segundo. Cuando Román hace su corrin matutino, él ya está despierto porque le toca ir al colegio. Entonces el papá lo llama y así están hablándose. Con ‘Romancito’ es especial, siempre está pendiente, en cualquier parte del mundo lo está llamando. A veces Román viene aquí, comen y después se lo lleva, pasa feliz con su papá”, asegura. Doña se siente contenta de que su hijo tenga un padre que está haciendo historia. Explica que la gente reconoce al niño donde van, siem-

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HIJOS tiene Román González, la mayor es Litzie González y el menor Román Jr.

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AÑOS de edad tiene Román Jr., hijo del tetracampeón mundial y mejor boxeador de la actualidad.

pre se toman fotos con él, lo elogian o quieren compartir un momento. No obstante, no le gustaría que “Romancito” fuese boxeador, aunque este sea el deseo de su padre y del mismo niño, que insistentemente repite: “Tengo sangre de campeón”. “De mi agrado no es, de solo pensar que mi hijo está tirando y recibiendo golpes, eso me pone nerviosa, es muy peligroso. Pero si a él le gusta cuando sea mayor, como madre lo voy a apoyar, pero de mi agrado realmente no es. Me gustaría que fuese un doctor, una profesión normal. Ser boxeador es un sacrificio, no es una vida común de estar con la familia por los campamentos y viajes”, resalta Raquel. Solamente el tiempo dirá si el niño se convierte en boxeador y consigue ganar notoriedad. Si lo logra, cuando crezca tendrá una presión inmensa. Por ahora solo le resta disfrutar de los triunfos de su padre, continuar con sus estudios y disfrutar de sus entrenamientos, los cuales realiza usando una bata azul y blanco, como la que usaba Alexis Argüello (q.e.p.d.). El heredero del tetracampeón está en proceso de construcción.

ROMÁN JR. EJECUTA BUENOS GOLPES A SU CORTA EDAD.


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EL ENTRENADOR

VIERNES, 17 DE MARZO DE 2017

DE BOXEADOR DISCRETO A ENTRENADOR DEL TETRACAMPEÓN HISTORIA. En sus años de juventud, Wilmer Hernández trabajó

como guarda de seguridad, antes de convertirse en boxeador, aunque una lesión provocó su retiro. El apodado “Tigre”, nacido en Zelaya Central, continuó su carrera como preparador físico y una tragedia, la muerte de Arnulfo Obando, le permitió convertirse en el adiestrador de Román González.

Hmurillo@elnuevodiario.com.ni @haxelbuhosky

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iendo ciento por ciento sincero, el boxeo no me gustaba, no era un deporte que pasaba por mi mente. Pero en mi niñez sufrí mucho, los chavalos me pegaban. A raíz de tantos ataques decidí entrar a practicar la disciplina a los 15 años, sé que fue muy tarde, pero la influencia de mi hermano Sergio Hernández terminó siendo clave en mi decisión y hoy se lo agradezco. Antes de entrar al boxeo, estuve practicando karate do, no me gustó porque los atletas gritan demasiado. Fue entonces que Sergio me llevó al gimnasio Alexis Argüello, donde conocí a mi primer entrenador, Leonel “el Chocoyo” Acosta. Poco tiempo después me gustó el boxeo, ingresé a la selección nacional, conocí a Alexis y pertenecí a un selecto grupo de ocho prospectos, entre ellos estaba Román “Chocolatito” González, allí fue cuando lo conocí. Fuimos compañeros de gimnasio, pero no teníamos una relación de amistad estrecha, obviamente con el tiempo eso fue cambiando, ahora hay más confianza. Quise ser campeón del mundo, no pude, me quedé en el camino. Mi nombre es Wilmer

Hernández, de 34 años, nací en Nueva Guinea en 1983, y actualmente soy el entrenador del mejor boxeador del mundo. También me desempeño como preparador físico y me siento contento por ganarme la vida con lo que me apasiona. “MI PAPÁ MATABA CHANCHOS”

Para llegar hasta aquí tuve que pasar muchos obstáculos, que con la ayuda de Dios y mi familia fui superando. Soy el menor de cuatro hermanos y mi niñez fue dura, vengo de una familia humilde. En ese pueblo teníamos una casita, una pequeña finca, recuerdo que mi mamá trabajaba como enfermera y mi papá mataba chanchos, de eso vivíamos. Mis padres me contaron que cuando cumplí tres años, decidieron que toda la familia emigrara a Managua, eso fue más duro todavía, adaptarse a una nueva vida en la capital no fue fácil. Pero estoy contento, somos gente que siempre luchó por no caer en el fondo del abismo, ni dejarnos derrotar por las limitaciones. Contrario al error que suelen cometer muchos pugilistas de no estudiar y dedicarse solamente a golpear el saco, hacer sombras, mascoteo y sparrings, me preocupé por crecer académicamente, no alcancé la cima del Everest, pero si me propongo

correr esa milla extra podría llegar lejos. Me bachilleré en el Colegio Alfonso Cortés. Llegué a tercer año de la universidad, estudiaba ingeniería en sistemas en la UdeM, pero el dinero no me dio para más. Cuando me retiré de boxear estuve trabajando de seguridad en el mercado Oriental, he hecho de todo y no me da pena. Incluso hasta iba a ser policía, pero mi padre no quiso. Sabiendo que tenía talento para boxear, desafortunadamente el retiro tocó mi puerta siendo muy joven, con apenas 23 años. Un desprendimiento de retina terminó con mi carrera y mis deseos de convertirme en campeón mundial. Me han hecho ocho cirugías en total, gracias a Dios estoy bien. Todavía anduve de loco queriendo pelear, no me arrepiento, todo me ayudó a aprender nuevas cosas. DESILUSIÓN Y TRISTEZA

Sinceramente esas operaciones fueron difíciles para mí, pero las cosas pasan por algo al final. Eso me decepcionó mucho, sentí tristeza profunda, creo que hubiese peleado título mundial, ser campeón no sé, pero iba a dar guerra, tenía talento, me fajaba y me exigía. Todos los boxeadores sueñan con ser monarcas, desafortunadamente no lo pude lograr, sin embargo,

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AÑOS de edad tiene el adiestrador del tetramonarca mundial. siento que la vida de alguna manera me devolvió un poco de eso que perdí, dándome la oportunidad de entrenar al mejor del mundo, haciendo lo que me gusta y sosteniendo a mis cuatro hijos (Harvey, Alonso, Prindy Yhoanka y Wilmer Ali) y mi esposa (Harvenia Yhoanka) del boxeo. Mi familia es lo más importante que tengo en el mundo. En mi carrera realicé 108 peleas amateurs, gané 100, perdí solamente 8. Como boxeador profesional hice 8 combates, todos los gané por nocaut. Participé en tres Juegos Centroamericanos, gané dos medallas de plata y una de bronce en 140 y 147 libras. Ahora mi máxima ilusión es que conozcan a Hernández como entrenador, que valoren mi trabajo. SU SUEÑO

Sé que mucha gente me ha criticado mucho y que miles de ojos estarán puestos sobre mí el 18 marzo en Nueva York, pero deseo que entien-

HAXEL MURILLO/END

HAXEL RUBÉN MURILLO

WILMER HERNÁNDEZ FUE INICIALMENTE PREPARADOR FÍSICO DE ROMÁN GONZÁLEZ. dan que en Nicaragua hay talento, entrenadores de calidad. Gracias a Dios Román vio eso en mí y ahora tengo la oportunidad de entrenarlo, valoró el trabajo que venía haciendo como su preparador físico. El momento en el que asumí la esquina no fue el más bonito, me tocó tomar el lugar de una gran entrenador como Arnulfo Obando, quien lamentablemente murió el año pasado, pero con él aprendimos muchas cosas.

No esperen que Román muestre nuevos golpes, ni nada por el estilo. A él no tengo nada que enseñarle, pero sí les puedo asegurar que verán a un “Chocolatito” más rápido y fuerte, hemos hecho un trabajo estupendo en Santa Ana, Costa Rica, espero que eso se vea reflejado en la pelea contra el tailandés. Esta será la prueba de mi carrera como entrenador, porque mi sueño es finalizar mis días como un adiestrador de éxito y reconocido.



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LA ARENA

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VIERNES, 17 DE MARZO DE 2017

EL MADISON,

DE ALEXIS A ROMÁN

ESPECIAL. El Madison acogerá por segunda ocasión un pleito del “Chocolatito” González, tras haber albergado su triunfo sobre Viloria en el 2015. En la década de los 70, Alexis Argüello realizó cuatro presentaciones y salió airoso en tres por la vía del cloroformo. ALEJANDRO SÁNCHEZ S. asanchez2@elnuevodiario.com.ni

E

l Madison Square Garden, ubicado en la ciudad estadounidense de Nueva York, escenario en el que Román “Chocolatito” González defenderá por primera vez su cetro Supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), este sábado, despierta un sentimiento especial entre los nicaragüenses, por haber albergado cuatro reyertas del ídolo del boxeo Alexis Argüello (q.e.p.d), primer tricampeón pinolero. En ese escenario, con capacidad para 20,789 personas, el “Flaco explosivo” hizo honor a su apodo, venciendo por la vía del nocaut a tres de los cuatro contrincantes que enfrentó, perdiendo una sola vez. El 22 de junio de 1977, la primera vez que aterrizó en ese coliseo, Argüello noqueó a Ezequiel “Cocoa” Sánchez, en el cuarto asalto de un pleito pactado a diez. La dimen-

ASIÓN

BOX

sión de Alexis, quedó demostrada antes de llegar al ombligo del pleito. Dos meses después, gracias a su extraordinaria demostración ante Sánchez, el “Caballero del ring” regresó a escena en el Garden, para enfrentar a José Fernández. Sintiéndose como en casa, Alexis exhibió su poderío noqueando a su rival en apenas 2:06 minutos del primer asalto. Extrañamente, celebrada esa reyerta un día miércoles, el frío de Nueva York desapareció con el fogonazo del tricampeón. El 29 de septiembre del 77, Alexis regresó al Madison. En Nueva York era recibido como un invitado de honor. Su presencia era garantía de espectáculo y lo demostró una vez más, superando al local Jerome Artis por la vía del cloroformo, en el segundo asalto, la pelea estaba pactada a diez vueltas, pero Argüello quería descansar. El 26 de julio de 1978, el ídolo del boxeo pinolero volvió a Nueva York para enfrentar a

Vilomar Fernández, nacido en el Bronx y por ende respaldado por gran parte de la afición. Por primera ocasión en ese coloso, Alexis recorrió los diez rounds pactados, en una reyerta tan ajustada que se decantó a favor del de casa por la vía de la decisión mayoritaria. Una pelea tan ajustada ameritaba una revancha y se efectuó cinco años después en San Antonio Texas, un campo neutral, considerando que Argüello movía gente en La Gran Manzana. El 26 de febrero del 83, Alexis se sacó la espina derrotando con más claridad, por decisión unánime, a Fernández. EL TURNO DE ROMÁN

En octubre del 2015, Román el “Chocolatito” González, considerado como el alumno insigne de Argüello, subió a los encordados del Madison Square Garden para defender su título Mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el hawaiano Bryan Viloria. El propio González admitió que

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GONZÁLEZ PELEARÁ POR SEGUNDA VEZ EN EL MADISON SQUARE GARDEN. sintió nostalgia al haber pisado el escenario en el que su maestro deslumbró a sus fanáticos y por ende, elaboró grandes triunfos. Contra Viloria, que se mostraba como un oponente de mucho peligro, Román sintió el compromiso de emular el primer triunfo de Alexis en ese coliseo. Aunque tuvo que recorrer un trecho más extenso, doblegó por la vía del nocaut a su oponente en el noveno round, de un combate pactado a doce. Haciendo alarde de su poderío en esa división, ostentando la etiqueta de ser el mejor boxeador Libra por Libra del mundo, Román abrumó al hawaiano hasta que el réferi Benjy Esteves Jr. intervino. En aquella ocasión, el kazajo Gennady Golovkin hizo lo propio contra David Lemieux, en la pelea estelar de la función, transmitida por HBO. Fue una noche mágica para el “Chocolatito”, a la altura de lo que Alexis habría querido ver, a su discípulo agigantado, estatura aparte, con ese corazón inmenso. Este sábado, convertido en tetracampeón mundial, habiendo superado a su maestro en números de coronas,

ALEXIS ARGÜELLO GANÓ TRES COMBATES EN EL GARDEN Y PERDIÓ UNO. no así en legado, González expondrá su invicto (46-0-038 KO) y la corona Supermosca en contra el tailandés Srisaket Sor Rungvisai (41-4-1-38 KO). Desde que venció a Viloria en el Garden, Román no ha

ganado por la vía del cloroformo, yéndose a las tarjetas contra McWilliams Arroyo y Carlos Cuadras, quizá en su retorno al Madison vuelva a mostrarse explosivo y evite que el pleito llegue al doceavo asalto.

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