Número 238
28 de noviembre de 2011 Dirección
El Fisgón Helguera Hernández Patricio portada
Hernández correo: correochamuco@gmail.com
y los hijos del averno www.elchamuco.com.mx
Colaboradores: Ahumada, Bobadilla, Boligán, Capanegra, La Dama, Gámez, Gantús, Magno Garcimarrero, Paty Blanco, Pedro Miguel, Vigo y Sandoval. publicidad: Lorena Martínez Administración: Lourdes García edición y web: Alma Soto Zárraga Diseño: Elisa Orozco Circulación: Gabriel Castillo
Síguenos en:
@el_chamuco
EL CHAMUCO Y LOS HIJOS DEL AVERNO, revista catorcenal. Año 2011. Núm. 238, 28 de noviembre de 2011. Editores responsables: Rafael Barajas, José Hernández y Patricio Ortiz. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2006-051811084200-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 9349. Número de certificado de licitud de contenido: 11091. Otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Publicado por CARICATURAS, INTERNET, ANIMACIONES Y REVISTAS, S.A. DE C.V. Domicilio de la Publicación: Roberto Gayol #1255 despacho 301, Col. del Valle, Del. Benito Juárez, México, D.F. • Tel. 55 75 70 05. Impresión: Quadgraphics. Emiliano Zapata #93 Col. San Juan Ixhuatepec, Tlanepantla, Edo. de México, c. p 54180,Tel. 57 46 51 63 / 64 ; Distribuida por CITEM, S.A. de C.V., Avenida del Cristo #4 Col. Xocoyahualco, C.P. 54080,Tlalnepantla, Estado de México y por la Unión Nacional de Expendedores y Voceadores de Periódicos de México. Precio $25.00 El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores.Todos los derechos están reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total del material publicado sin consentimiento por escrito de los editores. La información contenida ha sido obtenida de fuentes que se consideran fidedignas.
2
Los helicópteros, un peligro para México Magno Garcimarrero Ilustración: Gámez
L
a noticia nos golpeó como un mazazo en la cabeza, no podíamos creerlo, estuvimos a punto del desmayo, por enésima vez ocurre una tragedia desmesurada, una pérdida irreparable. Dicen que todos somos necesarios pero que nadie es indispensable, mas sobre la desgracia se desataron grandes lamentos y especulaciones sin fundamento. El desconcierto obnubiló nuestro razonamiento y reblandeció nuestras neuronas, de modo que comenzamos a sospechar de todo y de todos, a ver nubarrones en donde no los había, a hacernos cruces elevando los ojos al espacio sideral sin encontrar ninguna respuesta apaciguadora. ¿Fuego amigo otra vez? Oímos preguntarse al vecino de asiento en el colectivo. ¿Error humano? Nos sorprendimos a nosotros mismos cuestionándonos. ¿Nublados bajos? Escuchamos explicar oficial y oficiosamente. ¿Turbulencia de estela? Como ya ha ocurrido. “Todos somos necesarios, nadie es indispensable” repitió más de un comentarista de noticias. ¿Y esa frase idiota para quién vale? ¿Vale para el Estado? ¿Vale para los ciudadanos? ¿Vale para cuerpo técnico de mantenimiento? ¿Para las máquinas, vale? ¡Ayer, un Lear Jet 45, cuatro millones seiscientos mil dólares, usadito; un Bell 412, dos millones trescientos cincuenta mil pesos; un Augusta A109E, seis millones trescientos mil dólares; otro Augusta 109S, tres millones quinientos cincuenta mil euros; un Cirrus SR20, docientos veinte mil dólares, usadito; ahora un Eurocopter AS332 Super Puma, quince y medio millones de dólares…! ¡Estos crímenes de lesa tecnología no pueden quedar impunes. Debe buscarse a los responsables y darles su merecido!
3
La muerte de un ministro y otros accidentes el fisg贸n
4
5
capanegra
6
patria celestial
sandoval
7
la dama
8
9
10
capanegra
12
13
Historias de
detectives Historias de
detectives
patricio
Hacía ya tiempo que mis días y tardes venían siendo muy parecidas. La escasez de clientes y de casos por resolver me había empujado a encontrar formas creativas de matar el tiempo. Los crucigramas ya no representaban mayor reto, los periódicos en general me resultaban aburridos por repetitivos y el campeonato de fútbol, que se aproximaba a su fin, me era indiferente desde que el club América se había convertido en el hazmerreír del país. El pasatiempo en el que encontré cierto solaz, resultó premonitorio. Siempre pensé que el aeromodelismo era un hobby para retrasados mentales, hasta que terminé de armar y decorar un precioso cazabombardero MIG-29. Ése fue el primero de muchos aviones, a los que le siguieron helicópteros y hasta un USS Nimitz, réplica del portaaviones gringo más perrón que existe. Al tiempo que las cuentas por pagar se apilaban en mi escritorio, los pequeños aeroplanos y helicópteros se esparcían por libreros, repisas, cornisas y otros más colgaban de cordeles del techo. El día en que comenzó la aventura que procedo a relatar, estaba yo absorto tratando de ensamblar el tren de aterrizaje del transbordador espacial Columbia, cuando unos golpecillos en mi ventana llamaron mi atención. Corrí la pesada cortina con suavidad para no alborotar el polvo que por meses se había acumulado en ella. Un hombre alto, moreno, fornido, enfundado en gabardina y sombrero verde oscuro, inclinó la cabeza en señal de saludo y con la mirada fija, casi telepática, me hizo saber que debía apresurarme a abrirle la puerta. Así lo hice. Con paso y maneras militares, el misterioso personaje se introdujo rápidamente en mi despacho, dio una ojeada curiosa a mis juguetes, esbozó una 14
mueca extraña que podría haber sido interpretada como una sonrisa y con voz grave, dijo: Curiosa coincidencia. Yo me senté pero él declinó la invitación a hacer lo propio y, caminando lentamente, con las manos metidas en los bolsillos de la gabardina, comenzó su alocución, preguntándome si estaba enterado del incidente aéreo en el que el secretario de Gobernación y otros importantes funcionarios públicos habían perdido la vida. Respondí que desde luego estaba al tanto de la tragedia, acaecida tres años atrás y que había conmocionado a la opinión pública, además de generar severos problemas de tránsito en la capital del país. “No hablo del de hace tres años –respondió haciendo un alto en su deambular por el despacho y mirándome incrédulo. ¿Qué, no sabe? ¿No se ha enterado?” “No –respondí a mi vez.- ¿Y ahora qué pasó? Es que ya casi no leo los periódicos por andar armando estos…” Señalé algunas de las pequeñas aeronaves. Tomó finalmente asiento en el sofá y apoderándose de un helicóptero Apache AH-64, al que observó curioso, me puso al tanto de las novedades del país. Con sorpresa, escondida por mi imperturbable cara de jugador de póker, me enteré de la caída de una segunda aeronave y de un segundo secretario de Gobernación en las inmediaciones de la ciudad. “Como usted imaginará –dijo el visitante con gesto adusto y voz de mando suavizada por la preocupación– es un poco difícil que la opinión pública nos crea que éste también fue un accidente producido por una traicionera ráfaga de viento”. Me fui de nuevo al pasado, y recordé al entonces secretario de Comunicaciones haciendo hasta lo imposible por demostrar que la caída del jet en que viajaba
el secretario de Gobernación y mejor amigo del presidente, había sido causada por una fuerte turbulencia provocada por la turbina de un avión de mayor tamaño. El cuento no me lo creí nunca, no sólo por mi desconfianza innata en las instituciones, a las que mandé al
diablo a temprana edad, sino porque personas de todas mis confianzas me habían proporcionado información que alimentaba mi sospechosismo. “¿Y yo qué tengo que ver con todo este asunto?”, pregunté al hombre, que imaginé era un militar de alto rango. “No creo que sospeche que tengo algo que ver en el asunto –inquirí entre curioso y divertido–, le aseguro que mis modelos a escala son inofensivos”. El coronel, general o lo que fuera, esbozó otra leve casi sonrisa, se puso de nuevo en pie y reinició su caminata alrededor de la mesa, los sillones y el escritorio. “Queremos contratarlo para que realice una investigación independiente. El licenciado Fernández nos dio muy buenas referencias suyas y… la verdad es que ya no podemos confiar en casi nadie de… adentro. Usted sabe…”Por razones que sería muy largo de contar, tiempo atrás estuve involucrado en la negociación del pago por el secuestro del Licenciado Fernández y en su posterior liberación y fui yo quien lo recogió en el desierto de Coahuila. Ansioso de platicar y con horas por delante de camino, el célebre político y caradura me contó muchas más cosas sobre la presente administración que las que yo hubiera desea-
do conocer. Así que sí, yo sabía cómo se las gastaban en las altas esferas del poder. “Acá tiene para que investigue y haga lo que se tenga que hacer –ordenó el general con voz de mando, al tiempo que extraía de su gabardina un abultado sobre que me entregó, a pesar de que yo no había aceptado el caso formalmente. El sobre, lleno de billetes de doscientos, quinientos y mil pesos, era realmente abultado, así que sin mayores reparos asentí con la cabeza cuando mi general volvió a dirigirme la palabra. “Manténgame informado”, dijo extendiéndome una tarjeta de presentación, también de color verde olivo. Mi cliente se retiró marchando a paso veloz y yo me quedé pensando por dónde empezar, mientras daba los últimos retoques al transbordador espacial. Después de comer decentemente por primera vez en semanas, fui a visitar a un personaje que me podría ayudar con el caso. Ciro Peraloca, a quien así llamaremos por razones de seguridad, era muy parecido al personaje de Disney en más de un sentido: científico loco, flaco, con aspecto de ave de rapiña y además, gringo. Lo encontré, como siempre, en su pequeño cubículo de la universidad, absorto en un libro tan grueso como la Biblia y lleno de jeroglíficos matemáticos, tan incomprensibles para el simple mortal como podrían ser los rollos del mar Muerto en arameo. Sólo tenía una pregunta, que hice a mi extraño amigo sin dar más rodeos que los necesarios: ¿Cuál era la probabilidad de que dos secretarios
de Gobernación, ambos amigos cercanísimos del presidente, murieran en condiciones casi idénticas con una diferencia de tres años? Sin preguntar nada más, Ciro Peraloca cerró el enorme libro, sacó una pequeña pizarra blanca de atrás del escritorio y con un plumón negro garabateó por varios minutos unas fórmulas matemáticas. Finalmente, apareció un número que sí pude comprender: 0. 56%. ¡La probabilidad de que todo fuera obra del azar y del malfario era menor al uno por ciento! Podía empezar mi investigación con la certeza –apuntalada por el método científico– de que el trágico incidente de aviación no había sido accidente sino atentado, y las preguntas que surgían a continuación eran claras: ¿Quién y por qué? En mi breve lista de personas con quienes quería platicar seguía el “Chacachaca”, un pariente lejano que en realidad ni era mi pariente, que había trabajado buena parte de su vida en instituciones de seguridad y que desde hacía algún tiempo se había mudado a vivir a “La mula de seis”, conocida cantina en el centro de la ciudad y meca de los jugadores de dominó. Armado con una cubeta de coronitas y una cazuela de caldo de camarón, esperé un rato a que el “Chacachaca” y su compañero de juego limpiaran a sus rivales. Una vez cumplida la misión, el pariente me alcanzó en la mesa, me ayudó con la segunda cubeta y me ayudó también a clarificar mis ideas sobre el caso. Coincidía con mi opinión de que el helicoptericidio había sido un atentado puro y duro y sugería que habría sido perpetrado por los enemigos del presidente. Cuando sucedió el primer incidente aéreo del sexenio, atribuido a una 15
turbulencia, él todavía trabajaba en las fuerzas de seguridad pública. Me confió que todos sus compañeros sabían que había sido un atentado, pero que nadie se había atrevido a abandonar el ámbito del rumor y a hacer públicas sus conclusiones, temerosos de que alguna otra turbulencia les derribara a ellos o a sus familiares. Chela y camarón en mano concluyó: “¡No mames! Ningún jet se cae por la estela dejada por otro avión”. Terminó la coronita y su argumento final: “Y menos si es el jet en el que
viaja el mero carnal del presidente que le declaró la guerra a los narcos. Bueno, a algunos narcos...” Según su experta opinión, el nuevo atentado pudo haberse tratado de una advertencia al primer mandatario, para recordarle su compromiso con el capo con quien se rumoraba mantenía una alianza, o podría provenir de un cártel rival, integrado por ex militares de élite, que podrían tener gente infiltrada con acceso a las aeronaves del Ejecutivo federal. “De lo único que estoy seguro –bromeó antes de empujarse el último camarón con todo y cáscara– es de que quien quiera que se saque el tigre en la rifa de Gobernación va a ser un secretario con los pies en la tierra… ¿Ahora quién chingados se va a querer subir a un helicóptero?” Dejé al “Chacachaca” todavía en buen estado, enfrascado en una nueva partida de dominó cubano con un par 16
de peluqueros y salí al bullicio de las calles del Centro Histórico, en donde un golpe de esmoj fresco me hizo darme cuenta del paso de los años. Las ocho cubetas de coronitas ingeridas, que en otros tiempos me habrían resultado tan inofensivas como un boing de guayaba, habían conseguido nublar un poco mi razonamiento. Necesitaba un café bien cargado para poder volver a pensar con claridad y no tuve que caminar mucho para conseguirlo. Guiado por el olor del aromático grano en proceso de torrefacción, entré en un pequeño establecimiento, de dos o tres mesas, decorado con imágenes que de momento no alcancé a distinguir si eran árabes, africanas o de algún país oriental. Una robusta mujer me ofreció café turco. “Mientras esté muy cargado y no sea nescafé, aunque sea chino”, respondí dejándome caer en una poltrona y entrecerrando los ojos. El café llegó en una jarrita de cobre, lo bebí lentamente mientras hacía algunas anotaciones en mi libreta –las agendas electrónicas y los teléfonos inteligentes me parecen tan confiables como un policía de Ciudad Juárez– y antes de que pudiera resistirme, la robusta y exótica madam, de faldas tan largas como su cabello, se había sentado frente a mí y, volteando boca abajo la pequeña taza de café, me anunció que me leería la fortuna. Yo me dejé querer. “Veo en su pasado re-
ciente que algo, un trabajo quizás, le cayó del cielo”. Sin levantar la vista de la taza, continuó oteando mi porvenir. “Pero no es lo único que caerá. Pronto algo más pesado caerá, también de las alturas”. Pinche gitana, pensé con la ya recobrada claridad. Pagué el café y volví a las acogedoras calles del Centro, listo para continuar con mis pesquisas. A unos metros, me topé con un mozalbete que agitaba el periódico de la tarde y lo compré por instinto. En la primera página, en un recuadro colocado a un lado de los restos de un helicóptero destrozado, enfundado en quepis militar, estaba el rostro moreno de mi cliente. “¡¡¡Helicópteros asesinos. Cae otro del cielo. Una víctima más del mal clima!!!”. Gritaba a sus lectores el encabezado del diario. Me encogí de hombros, caminé hacia la esquina y antes de cruzar la transitada avenida, miré hacia la izquierda, hacia la derecha y también hacia arriba. “Debí de haberle dejado más propina a la gitana”, pensé apurando el paso. La tienda de aeromodelismo cerraba en media hora.
hernรกndez
18
19
20
pedro Miguel Ilustración: El Fisgón
Por catorceava ocasión, en cruceros y pasillos, anda saqueando bolsillos ajenos el Teletón. No desperdicia ocasión para despojar al pobre de algún peso que le sobre o, de perdis, de un tostón. Cuando ha juntado un millón, exige, muy por sus destos, que le devuelvan impuestos por la dizque donación. Cada moneda que das va directo a su chequera, y por si poco no fuera, Hacienda le dará más. Por eso mueren de risa Bimbo, Carso y Coca-Cola, y también mueven la cola Radio Red y Televisa. Después, con lo que les sobra, ponen un mísero centro de ayuda, que es puro cuento y que, para colmo, cobra. Benefactores sicarios con grave incapacidad para decir la verdad y voraces empresarios: su mecanismo ratero ya ni a los tontos engaña; vayan buscando otra maña para sacarnos dinero. 23
24
25
viacrucis de temporada
26
boligรกn
el fisg贸n
28
29
30
Editorial y los hijos del averno
ÂĄManda un correo con tu pedido a suscripcioneschamuco@gmail.com y ahĂ te daremos los pormenores o llama al 55 75 70 05!
32
34
35
36
37
38
Museo del Estanquillo/ Colecciones Carlos Monsiváis y Galería Avril presentan la exposición:
A partir del 4 de agosto de 2011 Isabel la Católica 26, Centro Histórico, Distrito Federal
40
41
ailurocracia
42
vigo
43
de mujeres y monitas
44
“El delicado balance entre sabor y sazón que reviste la gastronomía es un reto cotidiano que afrontamos gustosos con tal de crear sensaciones y satisfacciones irrepetibles.” Sucursal Tlalpan Plaza de la Constitución s/n. Sucursal Roma Córdoba 113 (casi esq. Alvaro Obregón) Col. Roma.
Anúnciate en
y los hijos del averno escribe a:
nasuril@gmail.com y pregunta por nuestras accesibles tarifas
45
Saludos a los
siguientes SOBRINOS del averno:
• Anahi Ponce • Kryogenia • Ernesto H. Fayad • Mario López • AnaideiaZ • Yair Martínez • Lorena Fuentes • Juan Carlos García • Michelle Marpez •@qriquet • Apeiron Romero • Zyan Marlo • Alberto Rivero • Gabriel Cachoa • Hagop Der Hagopian • Ernesto Conde Paredes • Filosofó Came • Návi De La Rosa • Hector Gerardo Ortega Contreras • José Bahena Méndez • Fernando Miranda • José Luis Padilla García • Beatriz Alcalá • Lauro Lima Cruz • Pablo Cabañas Fernández de Valladolid,Yucatán • Jair López • Fernando Barranco • Rodrigo Espinosa • Beatriz Estrada • Eduardo González • Patricia López • Nadia Sosa • Návi De La Rosa • Karolina Patricia Ortiz Acevedo 46
¿México merece esto?
Han sucedido recientemente eventos importantes para el plan del futuro político de Calderón. El primero fue la derrota a su nepotismo en Michoacán y con esto la reprobación de su “guerra”, en un estado con alta violencia y del cual es nativo. Esto lo lleva a declarar que se necesitan demócratas que cuiden y defiendan la libertad y el voto. ¿Qué no recuerda todas las irregularidades, tranzas y asociaciones que hizo para llegar a donde está? El segundo fue la elección del candidato de la izquierda a la presidencia, que obviamente no era el suyo y muestra la altura en principios, ideales y congruencia de Marcelo y López Obrador para ardor del PRIAN y los Chuchos. Ante situaciones como éstas podemos esperar dos cosas de Calderón: en política, una respuesta agresiva y de venganza como es su costumbre y naturaleza, en humor eliminar sus chistoretes de mal gusto e inoportunos. Se dice que los pueblos tienen el gobierno que merecen, en México suceden y se da cada cosa que me lleva a reflexionar si realmente este gran país merece lo que esta viviendo o sólo despertamos súbitamente a una cruel realidad. La organización Human Rights Watch en su último informe declara a México como un país con alta violación a derechos humanos, se cae un helicóptero, que ya parece costumbre, donde mueren ocho servidores públicos por lo que los “grandes” funcionarios sufren, se alarman e investigan esto, por si fuera poco, el gobierno establece un programa para “activar” la economía adelantando parte del aguinaldo a burócratas con cuatro días para gastarlo y meses de deuda, ahora
con los incrementos a salarios mínimos seguramente activará más la economía. Alejandro Posadas Pedraza
El buen fin
De acuerdo con los medios de comunicación, el aguinaldo se adelantará el 15 de noviembre, para que todas las tiendas extranjeras de autoservicio, a las que este gobierno ha favorecido provocando la quiebra de la industria nacional, no corran a 200 mil empleados, por lo que van a hacer una rebaja del 10 al 50% de sus ya sobre inflados precios, del 18 al 21 de noviembre; para que te gastes con ellos todo el aguinaldo y no corran a esos empleados. Pero eso no es cierto, ya que de todas maneras los van a correr y lo único que se va lograr es adelantar la cuesta de enero a diciembre, por lo cual, vas a pasar una pesada navidad. Te recomiendo: 1. Gasta sólo en pequeños negocios, mercados, tianguis, ya que ese dinero sí se quedará en México y no como en las grandes cadenas que va al extranjero. Propongámonos a comprar todos nuestros regalos de Navidad a través de emprendedores: la vecina que vende por catálogo, el ar tesano que hace aros, la amiga que teje bufandas, la amiga que vende por internet. Hagamos que nuestro dinero llegue a personas comunes y no a grandes multinacionales y así, más personas tendrán una Feliz Navidad. 2. Gasta sólo en lugares de firma mexicana. 3. Paga tus deudas, abona tus créditos. 4. Ahórralo. 5. No caigas en el juego, veremos si después de no seguirle el juego al gobierno sigue haciendo de las suyas.
Tus hijos te lo agradecerán, demostremos el amor a México. Unión de Ciudadanos que aman a México. atención a los morenos de Oaxaca
Los lopezobradoristas en Oaxaca viven el asedio por controlar a MORENA. Un priísta que por decenios sirvió a todos lo gobiernos estatales y convalidó acciones contra el pueblo, al ser echado a un lado por el PRI, se refugió en el PAN, que recoge cascajo, como diputado federal plurinominal. Repentinamente se le iluminael coco y difunde que “alguien lo invitó” a coordinar estatalmente a Morena. Su extracción -origen es historia- es muy muy lejana del pueblo pobre y de los indígenas que no creo que le sirvan mas que de mocitos en su mansión. Tenemos el pavor de que AMLO y sus colabores inmediatos, en el afán de ciudadanizar a MORENA abran“la puerta del gallinero a los coyotes”. El rechazo es general. No es quien debe estar orientando a MORENA. Entonces, cuidado con oportunistas, arribistas y logreros, que quieren subirse al ferrocarril que cobra fuerza y que va dejando atrás a los vejestorios que han dominado al pueblo, exprimiéndolo y con migajas, despensas y promesas repetidas en épocas de elecciones, mientras lo exprimen con gasolinazos, desempleo, migración y hambre. ¡ MORENA hace temblar al PRI-PAN!
ta) solamente tratan de dañar y desprestigiar a los maestros, porque toda la responsabilidad del fracaso de la educación en México recae sobre nosotros, cuando es el Estado el principal responsable y hay demasiados factores que influyen en que los resultados de la prueba ENLACE no sean satisfactorios. Primero: hay sobrepoblación escolar en la mayoría de escuelas completas, que se localizan principalmente en ciudades. Segundo: la infraestructura es deficiente, contando con escuelas ya muy viejas y deterioradas, que carecen de apoyo gubernamental y cuando se pide cuota a los padres para arreglar a las mismas, en la misma televisión se recomienda que no la paguen. Tercero: hay muchos alumnos con necesidades especiales o con alguna discapacidad mental que no son tratados o canalizados, y que así son evaluados a la par de los demás niños. Cuarto: la evaluación ENLACE maneja estándares de países de tercer mundo, los cuales destinan mucho más presupuesto a la educación que el que se maneja en nuestro país. Quinto: a los maestros nos ordenan llenar varios formatos de estadística a lo largo del ciclo escolar, los cuales nos quitan demasiado tiempo y presionan, cuando se tiene al INEGI al cual se le está pagando. Y por último: el desprestigio en to-
dos los sentidos que están llevando a cabo los medios de comunicación en contra del magisterio, buscando con esto la privatización definitiva de la educación, y además logrando que los padres de familia estén en contra nuestra. No niego que hay algunos maestros aviadores y perezosos por los cuales perdemos todos, pero también hay muchosmaestros (en los cuales me incluyo) que tratamos de echar adelante a este país, de la forma más humilde y reconfortante que es, educando a los niños de este país. Todos tuvieron a un maestro que bien o mal les enseño a leer y escribir, por lo cual creo que merecemos un poco de respeto. Prof. Salvador Maltos García.
ABRAZOS, BESOS Y APAPACHOS • De Rorrocho para Donocho Alba • Felicidades a la primaza Fátima Díaz que se casa este 2 de diciembre: ¡Pero que valor de mujer! De parte de Adal • Para todos los españoles que votaron por la derecha Suertudotes!!! • Saludos a Paulino Rodríguez de parte de familia Vargas Rivera. • Abrazos y felicitaciones a Andrea y Orlando por refrendar su amor. • Para E6, a quien E5 le agradece su paciencia y sonrisota.
Nuestro amiguito Alex Flores Fierro nos manda este mono vacilador:
Rubén Mújica Que respeten a los maestros
Hace poco que comencé a comprar la revista pero ya me hice fan. Por fin una revista independiente. Soy maestro normalista de primaria, y no soy ni sindicalista ni simpatizante de la mafiosa de Elba Esther Gordillo, la cual es una vergüenza para el magisterio. Quiero decirles que no todos los profesores estamos de acuerdo con la forma en que maneja el sindicato de trabajadores de la educación, ni con los representantes. Ya que cuando se toma un “acuerdo” a los profesores no nos toman en cuenta, a pesar que esos acuerdos estén perjudicando a los mismos trabajadores. Hace dos sexenios que las reformas que nos han aplicado (sin previa consul47