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Un año de pandemia: Un antes y un después en la historia moderna
from Edición 1025
by El Colusa
Por: Johanna Amorocho
El 11 de marzo de 2020 la Organi-
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zación Mundial de la Salud (OMS) declaró que el covid-19 era una
pandemia. La situación era ya irreversible. Desde el brote del virus en Wuhan, China, la enfermedad escaló rápidamente de ser un hecho local a mundial. La noticia de la velocidad de propagación del virus más la declaratoria de la OMS cambió la vida de todos.
Aunque en ese momento los países trataron de cambiar el curso de la pandemia, la realidad es que nadie estaba preparado para esta contingencia. La posibilidad de esta realidad que vivimos era latente, estamos en una era en que el mundo esta hiperconectado, es mucho más fácil y rápido los desplazamientos y ya habían voces desde años anteriores advirtiendo de este escenario que hoy estamos viviendo.
Son muchas las cosas que han cambiado en torno a la pandemia, otras que ya se venían haciendo se han tornado más comunes en medio de esta nueva normalidad. Las clases virtuales, el trabajo a distancia, compras por internet, son algunos de los ejemplos de actividades que muchas personas hacían, pero no era la norma. Sin embargo, la obligatoriedad de esto llevo a muchas empresas, centros educativos y plataformas de compras online (siguiendo la línea de los ejemplos) a reinventarse. Muchas enseñanzas nos han dejado este año: el valorar un abrazo, la compañía de un ser querido, a apreciar mucho más a nuestros niños y mayores, dedicar más tiempo a nosotros mismos y a nuestra familia, son cosas que no podemos valuar en dinero, pero si en nuestro ser, conectándonos con lo principal e importante.
Un profundo respeto también al personal médico y asistencial, científicos y a
la ciencia. Se ha aprendido a valorarlos más. Otra enseñanza es el cotejar la información, no irnos por una sola fuente y esto es algo que nos enseñan en periodismo. Existió en su momento y aún ahora, mucha desinformación, claro, estamos frente a algo nuevo, y peor, que da temor. Pero debemos siempre buscar fuentes confiables, revisar en varios medios la información si es correcta y una vez teniendo todas las versiones, poder generar nuestra propia opinión.
El respeto hacia los demás comienza por mi y esto a su vez se convierte en un círculo que me protege y protege a otros. Es algo que desde chiquitos escuchamos, sobre todo aquellos papás que nos recordaban a diario el Manual de Carreño, pero que en pandemia adquiere un significado mucho más profundo, más urgente. Respetar el distanciamiento social, el uso de mascarillas, el lavado de manos, si un familiar o amigo no desea salir o reunirse respetar esa decisión. ¿Qué seguirá después? Veo a mi hijo y a sus amigos, a mi sobrina (que es apenas una bebé de un año y medio y pide gel antibacterial y lavar sus manos si toca el piso al tropezar) y muchos de ellos no conocen otra normalidad que la actual, otros añoran el mundo de hace un poco más de un año donde ensuciarse en el parque y bañarse en lluvia era lo más increíble.
Creo que será una generación tecnológica, que valorará el salario emocional, a los ancianos y niños, el aire libre, los grandes espacios que nos rodean, viajar, estirar las piernas y el alma en búsqueda de lo que realmente los haga felices.