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El temor viaja en el metro de Ciudad de México

Luís Lozano/ Agencia Efe

A un mes del accidente que dejó una joven muerta y cientos de heridos, al que le sucedieron varios incidentes, la inseguridad que afrontan los 5 millones de usuarios diarios del metro de Ciudad de México ha crecido bajo la sombra de presuntos actos de sabotaje pese al despliegue de la Guardia Nacional. Las controvertidas fallas empezaron el 7 de enero, cuando el choque de dos convoyes de un tren de la línea 3 dejó una joven de 18 años muerta y 106 heridos, y no ha cesado desde entonces.

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Víctimas de volcadura

Al menos 14 cuerpos, presuntamente de migrantes transportados de forma ilegal, fueron hallados en un río en la comunidad de Pesquería, producto de la volcadura de un vehículo. Entre los fallecidos se reportaron dos mujeres, nueve hombres, entre ellos un menor de unos 15 años, mientras que tres cadáveres están pendientes de descripción. Los cuerpos encontrados tenían entre 25 y 35 años. Las autoridades encontraron dos pasaportes de Guatemala uno a nombre de Karina Lizbeth González Palacios y otro a nombre de Leonel Argueta Pelicó.

Yucat N

Tren Maya

El colectivo ambientalista “Sálvame del Tren” opuesto al Tren Maya y el gobierno mexicano se enfrentan nuevamente por un tramo de la obra. Un juez de distrito del juzgado primero de Yucatán concedió una suspensión definitiva al colectivo ambientalista que había tramitado un amparo. La decisión del juez ordena parar la destrucción de la flora en unas 354 hectáreas de selva “hasta que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no otorgue el cambio de uso de suelo”.

Jalisco

Diccionario de mexicanismos

El “Diccionario de mexicanismos” agrupa millares de palabras propias del país. La directoria del proyecto, Compañía Concepción, asegura que la obra es un “espejo de identidad” para los mexicanos y una ventana a un “mundo de conocimiento” para los extranjeros. Así, dentro de este rico universo, un saltamontes se vuelve un chapulín, el trabajo es la chamba, es mejor apapachar que abrazar, se prefiere el parteaguas al hito y el tantas veces estereotipado güey cuenta con hasta seis acepciones diferentes. La editorial Planeta publicó el libro.

Vagones que se separan, trenes invadidos por el humo, estaciones evacuadas y constantes cortes de servicio. Sea por los actos de sabotaje que alegan desde la jefatura de Gobierno de la capital y la fiscalía general de Justicia (FGJ) de la ciudad, o más bien por la falta de inversión y mantenimiento que achacan desde la oposición y los sindicatos, la percepción del riesgo al desplazarse en el subterráneo ha aumentado. Para algunos los pasajeros consultados en la a Glorieta de los Insurgentes, las aglomeraciones o los retrasos no son su preocupación.

“Entras al metro con miedo y no sabes si vas a salir, es un hoyo horrible”, aseguró Eduardo Sánchez, de 27 años. Por su parte, Ipsan, un hombre de 75 años que prefirió no dar su apellido mostró preocupación por la posibilidad de que, mientras realiza su trayecto diario, “pase un incidente, haya humo en un túnel y pueda tener problemas de asfixia”. Sin embargo, otros como Adelaido Hernández, de 67 años, mantienen la confianza en el medio de transporte, uno de los más grandes de América. “No he sentido inseguridad, es muy eficiente”, dijo. ¿Sabotaje o falta de mantenimiento?

La polémica permeó rápidamente en el plano político y judicial, donde confrontan dos teorías: unos ven actos de sabotaje de grupos criminales, y otros denuncian insuficiente inversión y mantenimiento. Tras el accidente del

7 de enero, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, solicitó el despliegue de 6.000 efectivos de la militarizada Guardia Nacional para evitar lo que consideró “hechos fuera de lo normal”. “No sé si soy fantasioso, pero pienso que ha de ser sabotaje. Nunca había sucedido tan seguido, no es normal”, comentó Ipsan. Por el contrario, algunos alertan del deterioro del metro en los últimos años, aunque Sheinbaum aseguró que la inversión ha crecido desde el inicio de su gestión hace cuatro años. “Se acumulan los defectos y no los arreglan. Pasa el tiempo, se descomponen más y eso ocasiona los accidentes. No puedo hablar de sabotaje porque no hay pruebas”, contrapuso Sánchez. Navarro, sin embargo, aunó ambas posturas.

Aunque asevera que hay una “falta de mantenimiento estructural” que requiere una inversión de cerca de 4 millones de dólares, valoró que la presencia de la Guardia Nacional ha permitido esclarecer el robo de ciertos elementos del metro que afectan a su funcionamiento. El Sistema de Transporte Colectivo (STC) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital anunciaron la pasada semana que durante 2022 se robaron 14 kilómetros de cable del subterráneo, por lo que detuvieron a miembros de organizaciones criminales.

De la modernidad a la calamidad

Para el entonces Distrito Federal, la llegada del metro en 1969 fue un símbolo de modernidad; 54 años después, se ha convertido en un nido de problemas. “Era otro mundo, el inicio de un cambio del servicio urbano. Y era seguro”, recordó el pasajero Alfonso Verdejo, quien entonces tenía 16 años. No obstante, apenas tardó seis años en registrar su primer y más mortal accidente hasta ahora, que mató a 31 personas en la estación Viaducto.

Y se sucedieron, con mayor o menor intensidad, hasta el 3 de mayo de 2021, cuando una vía elevada se derrumbó en Tláhuac dejando 26 muertos y un centenar de heridos. “Es necesario atender las necesidades urgentes y no tan urgentes del metro, es la enseñanza fundamental que sacamos de esto”, sentenció Navarro.

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