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Sobre el cuerpo y la locura. Alex Villanueva
¿Dónde radicaba mi libertad? ¿Era libre por decir lo que yo quisiera y hacer lo que me diera la gana sin ninguna consecuencia o remordimiento? ¿Eran realmente mis ideas y palabras mías, al igual que mis acciones, o era la de alguien más? Desde infante buscaba imitar a quienes me rebasaban en edad y ellos a su vez imitaban a alguien más ¿pero a quién? De las primeras cosas que recuerdo de niña eran los anuncios televisivos con mujeres, los cuales en ese momento, quien sea que fuera la persona que los miraba, en automático parecía sumida en una especie de hipnosis; yo las miraba y me preguntaba por qué les crecían los pechos y los glúteos de esa manera y si algún día me pasaría lo mismo. Conforme fui creciendo pude notar que los hombres buscaban a las mujeres que se asemejaban a las de la televisión, las chicas podían conseguir lo que quisiesen de aquellos chicos e incluso que hicieran lo que ellas pedían; yo no tenía interés alguno, en ese momento, de que alguien cumpliera mis caprichos, todavía no lograba comprender porque sucedían todas esas cuestiones...
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