LOS CUERPOS DEL PLACER Y DEL DESEO VIII Congreso Internacional de Ciencias, Artes y Humanidades GRUPOS DE TRABAJO ACEPTADOS
MÚLTIPLES PLACERES EN LA VIVENCIA DE LA ENFERMEDAD
Tema: Cuerpo, placer y enfermedad Coordinadores: José Manuel Méndez Tapia, Esmeralda S. Covarrubias López Estatus: Aprobado En el mundo occidental contemporáneo el origen del placer está vinculado con experiencias social e individualmente gratificantes; de ahí la constante y obsesiva búsqueda de actividades y satisfactores que producen placer como sinónimo de felicidad. En contraparte con la salud, la enfermedad es considerada una condición negativa que se asocia al sufrimiento y que por tanto, hay que evitar, prevenir o en su caso eliminar por cualquier medio. Como un giro analítico a esta concepción dominante, el objetivo de este grupo de trabajo es reflexionar y analizar sobre la noción de enfermedad como detonante de placer y deseo en diversos sentidos y para distintos sujetos. La enfermedad es un fenómeno complejo. Desde principios del siglo XIX se ha identificado a la medicina científica como la forma legítima para determinar, explicar, atender y solucionar los asuntos relacionados con la enfermedad, entendida como una alteración orgánica. Esto provocó, como apunta Foucault, la emergencia de un nuevo tropos dicotómico sobre la concepción del cuerpo en el que por un lado se concibe una dimensión de racionalidad científica que afirma producir conocimiento médico especializado sobre el cuerpo/objeto y por el otro, una dimensión subjetiva enunciada en términos de autoconciencia, de un sentir el cuerpo. Esta dicotomía se traduce en la insistencia de considerar que se tiene o se es un cuerpo. Para un análisis del cuerpo en la enfermedad y para trascender la dicotomía tener/ser cuerpo, en este grupo de trabajo partimos de la precaución epistémica y metodológica de Annemarie Mol quien establece que la enfermedad se hace mediante múltiples procesos de acciones encarnadas. Esta propuesta abre una oportunidad para interrogar cómo, desde dónde y según qué referentes la enfermedad en sí misma podría detonar placer y deseo en quienes la padecen, la tratan y en quienes participan de su atención, acompañamiento o intervención. En relación al ojo médico, por ejemplo, los estados patológicos que alteran, modifican y/o transforman al cuerpo son causantes de una fascinación sobre la que vale la pena reflexionar. Los avances tecnológicos, como la resonancia magnética, la tomografía com-
putarizada, la ecografía, entre otros, han dotado de mayor alcance para reconocer estos cambios que produce la enfermedad que habita en los cuerpos y que habían pasado desapercibidos por la mirada médica. Todos estos cambios corporales justifican y alimentan el placer de intervenir cuerpos etiquetados como enfermos. Al mismo tiempo, los modos de producir, sentir y resistir la vivencia de la enfermedad no sólo deben de analizarse en función de espacios clínicos y hospitalarios. Aunque reconocemos que las dinámicas que operan en estos lugares actúan como un elemento significativo para modelar la vivencia de la enfermedad, ésta también se hace en otros espacios de la vida cotidiana en donde las lógicas estructurantes se correlacionan con las interacciones, las gestualidades, los roces y los acercamientos que se generan en función de numerosos registros eróticos, afectivos y placenteros. Esos diversos parajes subjetivos van conformando una red de demandas, expectativas y ensoñaciones que pueden reflexionarse desde la fascinación del deseo. Un deseo encarnado, socialmente determinado y nunca exento de la búsqueda que puede hacer el sujeto por la reificación de eso que se enuncia como vida.
MEDICALIZACIÓN DEL DESEO, TECNOLOGÍAS DE GÉNERO Y POLÍTICAS DEL CUERPO
Tema: Modelos de atención, tecnologías y dispositivos que conducen a medicalizar el cuerpo y el deseo Coordinadoras: Dora Cardaci, Ángeles Sánchez Bringas Estatus: Aprobado Vivimos en una sociedad en la que imperan una cultura del cuerpo perfecto y sexuado así como las presiones de un mercado competitivo, del individualismo más feroz, y de avances tecnológicos que llevan a una rápida transformación de valores y significados referidos al cuerpo y a la vida cotidiana y que trastocan los proyectos de vida, la intimidad y los deseos de hombres y mujeres. En esta cultura, se han desarrollado diversas tecnologías y dispositivos que han ido medicalizando, normatizando y exhibiendo amplias parcelas de la vida de las mujeres que años atrás eran parte de su “privacidad”. No
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ser madre antes de la tercera década de la vida, brindar lactancia materna exclusiva a hijas e hijos durante al menos seis meses, huir de la obesidad, desear compulsivamente perder peso, congelar el paso del tiempo para exhibir cuerpos jóvenes, son algunos de los mandatos que generan ambivalencia y conflictividad y que pueden dar lugar a trastornos que expresan contradicciones y situaciones irresueltas que subyacen a nuestra cultura. Este grupo de trabajo tiene entre sus objetivos, convocar a investigadores e investigadoras que cuestionen reflexivamente los procedimientos a través de los cuales la biomedicina niega, categoriza y resignifica el padecer y el sufrimiento para convertirlos en antecedentes patológicos o en síntomas de posibles enfermedades. Así mismo, son bienvenidos a este Grupo de Trabajo, aquellos estudios que exploren las formas de resistencia a la búsqueda en la biomedicina, de soluciones a problemáticas en las que el ideal regulatorio del sexo tiene una importancia central. Nos proponemos, por tanto, adentrarnos en el análisis de estudios elaborados desde diversas disciplinas que indaguen sobre los modelos de atención, las tecnologías y los dispositivos que conducen a la medicalización del cuerpo y del deseo. Nos interesa, particularmente, propiciar una reflexión profunda y una amplia discusión que nos lleve a plantear nuevas preguntas e interpretaciones sobre estos tópicos.
GORDURA Y DESEO: DESCONFIGURACIONES Y REAPROPIACIONES DEL CUERPO. Tema: Gordura y deseo Coordinador: Miguel Ángel Sánchez Neria Estatus: Aprobado
En la búsqueda de información respecto al entretejido entre gordura y deseo, nos encontramos con tres posibilidades de análisis en el campo académico y manifestadas en el imaginario social: el estigma del deseo y su posibilidad de experimentarlo únicamente desde el cuerpo delgado y racializado producto del sistema capitalista, ahora en su fase neoliberal, lxs sujetxs gordxs no deseadxs ni deseantes y el fetichismo asociado con los cuerpos gordos. De acuerdo con lo anterior, este grupo de trabajo propone reapropiarse de la experiencia de investigación para problematizar estas miradas, deconstruirlas e indagar sobre otras posibilidades de la configuración de sujetos en relación con el deseo
y la gordura. Partimos del supuesto de que el deseo es una experiencia, son prácticas corporales que cruzan los cuerpos y constituyen sujetos particulares, que en el contacto con otros cuerpos –gordos o no- se erigen como sujetos deseados y deseantes. Sin embargo, todo lo que implica la gordedad, (el embodiment de la gordura, aquello que se refiere a prácticas corporales y no sólo el imaginario de lo que se vincula con el deseo), entendida como característica corporal y como constitución subjetiva, se materializa en cuerpos discriminados y estigmatizados en el contexto actual. Para esto, consideramos necesario un abordaje inter y transdisciplinario, cuyo eje central sean los estudios del cuerpo, pero que contemple temas diversos que posibiliten ampliar miradas (deseo, sexualidad, queer, estigma, emocionalidad). En ese sentido será necesario que los contenidos se enfoquen en análisis de la experiencia y también acudan al análisis de películas u otros acervos “marginales” (arte, performance, entre otros), que den cuenta de estas subjetividades gordas, deseosas y deseantes en el terreno de la sexualidad y más allá de éste.
CUERPOS EN MOVIMIENTO: PERFORMANCES DEL MEMORIAL DEL DESEO Tema: Performance, erotismo y deseo Coordinadores: María Cristina Fuentes Zurita, Jacob Flores, Stephanie A. Varela Gutiérrez Estatus: Aprobado
La mesa que proponemos presentará temas que abordan umbrales de la ciudad, ubicados en lugares donde los cuerpos habitados de emociones la encarnangracias a transportes amorosos; se mueven, transitando un espacio físico y subjetivo que genera geometrías de deseo, de tal modo los cuerpos crean líneas de fuga y artefactos, vías de salida a la rutina, al dolor, la soledad, al miedo, reelaborando su existencia. En el tiempo que nos tocó vivir, enfrentamos una crisis violenta de saberes, identidades, etc., por ello nos urge investigar cuándo los cuerpos en movimiento subvierten la norma, ¿con qué movimiento? ¿cuáles son los espacios liminares o intersticiales que construyen los cuerpos que estudiamos —en ellos mismos— su movimiento, su palabra, experiencia, para no ser cartografiados por el poder? Para los filósofos de la presencia, como Ramón Xirau, somos camino y nuestro
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tiempo es el movimiento, la velocidad es el agregado más fascinante por el efecto del presente alcanzado, del borramiento del tiempo, es vivir una suerte de embriaguez, lo contrario de un marasmo existencial. Por un momento, ni pasado ni futuro, y siendo consecuentes con ello, estudiar al cuerpo en movimiento en la contingencia de la crisis actual en la ciudad, es observar el encarnamiento de los espacios cotidianos. Cómo se mueven los cuerpos, qué viven, cómo lo viven, qué presente y pasado recuerdan, y finalmente de que nuevas corporeidades hablamos, que territorios inauguran, habitan, a dónde quieren llegar y cuál es su límite. Además abordaremos algo vital, cómo se construye el deseo y la sexualidad actual, cuáles son los dispositivos de producción del erotismo del cuerpo —por los que pasan o re-crean— logrando un disciplinamiento o su transgresión. También hablaremos de cómo interviene la memoria en lo que significa para esos cuerpos la sexualidad, ante estas preguntas el estudio de la materialidad del cuerpo (Spinoza), su expresión cotidiana, su fluir ensamblado en pequeñas practicas corporales y nuevas acciones. Lo anterior nos pone a dialogar con Butler y Elsa Muñiz para quien el cuerpo es un contínuum biológico cultural donde se materializa el ser. El cuerpo habla, como diría Merleau Ponty y nos preguntamos cuáles son sus cartografías, cómo se despliega en sus geometrías esféricas y qué formas estéticas toman sus posturas corporeizadas en el espacio (Sennet). Después de los giros: hermenéutico, lingüístico, subjetivo y ético, el giro afectivo reciente es interesante en las ciencias sociales por su cercanía a las estéticas del sentir contemporáneo. Sin olvidar lo que agrega la historia cultural y la historicidad de cada cuerpo ubicado en constelaciones sociales. Presentaremos análisis de pequeños transportes amorosos que producen otros gestos, otras líneas de fuga (Deleuze) desde donde re-existir. Es decir, la creación de nueva vida, como diría Erika Fischer-Lichte al salir de la palabra y la representación con nuevos performances donde se actúa pensando y sintiendo. Nos preguntamos si sólo el encarnamiento de los espacios, por el acting del afecto rememorado o presente es suficiente, dado que en las revoluciones de la libertad hay compensaciones de la misma piel que nos desvían sin emanciparnos del todo. Tal vez necesitaremos de una ética del afecto. De una política de las emociones, y del amor, como lo propone Martha Nussbaum y Sara Ahmed y así poder problematizar las políticas de la identidad. Pues necesitamos descreer y cuestionar valores para construir con todo y el cuerpo, pensante y sintiente, uno nuevo. Interacciones poshumanas y arquitecturas
del deseo que permitan la integración a un mundo que contribuya a la paz y la no violencia. Las investigaciones en este rubro son interesantes para ver en qué giro del Eros nos encontramos tal como lo reflexiona en su trabajo el filósofo coreano Byung-Chul Han. Como propone Erika Fischer-Lichte el performance es mente corporeizada, quien la ejecuta es en este caso un cuerpo sintiente que habla y actúa de sus experiencias creando consigo mismo y con los otros interacciones afectivas. De tal modo que se puede producir o no otro modo de ser y estar. Nos interesa recuperar la pregunta de cómo pensar las relaciones entre corporalidad, espacialidad y emociones en el mundo contemporáneo ya planteada en el libro Cuerpos, espacios y emociones: aproximaciones desde las ciencias sociales, complejizándola. En esta mesa tocaremos las dimensiones políticas, estéticas, eróticas del movimiento, como algunas de las características primordiales del cuerpo, incluyendo la sensación y el afecto, tal y como lo ha desarrollado Brian Massumi al trabajar los cambios que han generado las producciones culturales contemporáneas en el sentir.
LA POLITICIDAD DE LOS AFECTOS: PLACERES, SEXUALIDADES Y CUERPOS DESDE PERSPECTIVAS CRÍTICAS. Tema: Afectos, cuerpos, géneros y sexualidades Coordinadoras: Pilar Anastasía, Luciana Almada Estatus: Aprobado
La cuestión de los afectos ha ocupado a la literatura feminista desde hace décadas: el amor, la pasión, las emociones y la intimidad operaron como claves en la construcción de los procesos de sentido que gestionaron lo que se dio en llamar “la condición femenina”. La deconstrucción de dicho orden fue y es una tarea prioritaria del activismo y de las producciones teóricas feministas, que se propusieron el desarmado de las oposiciones binarias que lo sostenían: razón/pasión, mente/cuerpo, hombre/mujer, actividad/ pasividad, público/privado, entre muchas otras. De este modo, desde la perspectiva de los feminismos se visibilizó el lugar de estas oposiciones binarias como estructurantes de la vida social en su conjunto, estableciendo a su vez críticas sobre las concepciones implícitas que éstas sostienen en lo referido a la producción del conocimiento. Gran
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parte de la tradición filosófica y teórica ha considerado a la racionalidad como modo de conocimiento separado y superior con respecto a las experiencias emocionales y pasionales. Correlativamente, el conocimiento y la razón se han adjudicado históricamente a un dominio masculino y lo emocional a un dominio femenino, generando (y generizando) dicotomías restrictivas, excluyentes y jerarquizadas. En este punto, la diferencia sexual y la noción de cuerpo fueron el blanco de ataque, dando como resultado variadas construcciones conceptuales para comprender y desmontar esta distribución desigual (sistema sexo-género, sujetos nómades, matriz de inteligibilidad, heterosexualidad obligatoria, prácticas corporales, etcétera). En este marco surge la pregunta por el estatuto epistemológico de las emociones, y por las condiciones de producción de aquel destierro. La posibilidad de politizar los afectos (“lo personal es político”) y de analizar su gestión y circunscripción para la re-producción de saberes-poderes, sujetos y jerarquías en el ámbito social, debe considerarse una de las inquietudes y aportes por excelencia de las corrientes feministas y de los estudios de género. Esta inquietud cobra nuevo ímpetu en los últimos años, cuando una serie de trabajos y propuestas académicas se han hecho eco de la necesidad de volver sobre los afectos, entendiendo a las condiciones actuales como profundamente permeadas por los mismos. Deudoras de la lectura deleuziana de Spinoza y de la recuperación de Sedgwick sobre Silvan Tomkins, estas propuestas vuelven a situar en un primer plano la problematización de las dualidades racionalidad-discurso/ afectividad-materialidad, sus implícitos y sus funcionamientos, como una crítica y profundización de las perspectivas teórico-epistemológicas del giro lingüístico-discursivo previo. El denominado giro afectivo, de este modo, constituido por múltiples aristas y derivas, representa una interpelación para reconstruir genealogías posibles dentro del pensamiento feminista, de los estudios de género y de la teoría queer, y para problematizar, redimensionar e interpelar a las investigaciones que se inscriben en su seno. La propuesta del presente grupo de trabajo pretende discutir algunos de los presupuestos teóricos expuestos, haciendo especial hincapié en las líneas vinculadas a los feminismos, los estudios de género, del cuerpo y la teoría queer, y analizar sus implicancias en investigaciones concretas relativas a problemáticas de nuestra contemporaneidad.
REFLEXIONES EN TORNO AL ACTO CREATIVO. EL DERECHO AL PLACER Y AL DESEO EN EL PROCESO CREATIVO Y EN LA OBRA DE LAS ARTISTAS VISUALES ¿FIN, MEDIO?
Tema: El acto creativo a partir del placer y el deseo en la materialización y en los procesos creativos de las artistas visuales. Coordinador: Martha Isabel Flores Avalos Estatus: Aprobado Actualmente existe un boom de mujeres artistas visuales que han irrumpido en la escena del arte contemporáneo con propuestas sumamente audaces y valientes. Es un síntoma del deseo de la mujer de posicionarse en el mundo cultural de una sociedad compleja en la actualidad. La mujer se adueña del pincel, del carboncillo, del aparato fotográfico, de la cámara de video, de la calle. ¿Qué es lo que mueve a estas mujeres a exhibir sus pensamientos, incluso sus cuerpos o corporalidades a partir de temáticas muy íntimas, incluso viscerales? ¿Qué es lo que hay detrás de esta necesidad? ¿Qué trasciende? ¿Qué va más allá a través de estos lenguajes? Durante mucho tiempo y todavía hoy en día se realiza producción artística en torno al deseo y placer que causa la imagen femenina. Consumo generalizado por hombres y mujeres. La perspectiva de esta invitación es la reflexión sobre lo que implica el deseo y el placer en la propia mirada femenina desde el proceso creativo (el placer que implica realizar una obra) hasta la materialización en un producto específico (los resultados a través de la producción artística, sus razones, motivos, impulsos). Lo que provoca la imagen femenina ha dejado múltiples registros ¿qué pasa cuando la propia voz femenina se hace cargo de la provocación? Tenemos ejemplos muy específicos de mujeres pioneras en tiempos de la modernidad cuya necesidad de expresión fue más fuerte incluso que las propias limitaciones espacio sociales que les tocó vivir: artistas de obra perturbadora como Diane Arbus, Georgia O’Keefe o Lee Krasner. En México la misma Frida Kahlo como paradigma de sufrimiento y derecho a expresar sentimientos tan íntimos cuya obra después de décadas se convierte en fenómeno del gusto internacional de masas. En la actualidad mujeres como Marlene Dumas exhiben los cuerpos de otros y los propios cuerpos con trazos fuertes, ágiles, desinhibidos,
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incluso grotescos. Y tantas otras mujeres que a través del arte asumen una postura íntima que puede incluso insertarse en una visión de género muy específica. Propongo un espacio de reflexión sobre el acto creativo, específicamente a partir de la voz en primera persona de mujeres que se dedican a las artes, ya sea a nivel de estudio o de producción. Y de todos los interesados en abordar el tema desde la postura del acto creativo y esta nueva (o muy antigua) mirada.
DESEO Y PLACER ENCARNADO EN ESPACIOS MASCULINIZADOS Tema: espacios masculinizados, placer, deseo Coordinadoras: Chloé Constant, Nuria Jiménez García Estatus: Aprobado
Los espacios, sean físicos o simbólicos, considerados privados o públicos, están atravesados por los cuerpos, los deseos, las actitudes, los discursos; es decir producen unos imaginarios llenos de simbolismos, poder y significados diferenciados genéricamente. Diferencias que muchas veces posibilitan el control de los hombres sobre estos espacios, al masculinizarlos. Pero que otras veces son lugares donde las mujeres ejercen sus estrategias de resistencia y transgresión, a través de sus prácticas cotidianas. En este grupo de trabajo, nos interesa ver cuáles son las resignificaciones por parte de hombres y mujeres de estos espacios masculinizados, cómo se (re)apropian unos y otras de estos espacios de sumisión sociohistórica a través de discursos y prácticas sobre el placer y el deseo, y cuáles son los nuevos significados que se les da. Asimismo, nos interesa conocer las experiencias de sujeto-as, sus representaciones, sus subjetividades, sus prácticas discursivas y corporales en torno al deseo y el placer en espacios masculinizados. Proponemos considerar las experiencias encarnadas desde la diversidad y la complejidad, en contextos donde ciertas masculinidades buscan imponer un poder hegemónico y homogeneizador, donde configuraciones espaciales y representaciones, desde lo social y lo colectivo, influyen y/o moldean los cuerpos, deseos y placeres.
CUANDO LOS DESEOS CONFRONTAN Y LOS PLACERES INQUIETAN. APORTES CRÍTICOS DE UNA INCIPIENTE Y NECESARIA ALIANZA TULLIDA-GORDA-ENFERMA-CUIR-FREAK.
Tema: El deseo y el placer como vínculos afectivos de la alianza tullida, gorda, enferma, cuir y freak. Coordinadores: Jhonatthan Maldonado Ramírez, Lucrecia Masson Estatus: Aprobado Michel Foucault explica que los dispositivos de poder no se reducen a los aparatos del Estado, sino que anclan su funcionamiento en una multiplicidad difusa y heterogénea de mecanismos que asiduamente intervienen sobre las posibilidades en el devenir corporal. En este sentido, los dispositivos de poder no se limitan a la normalización, pues también tienden a ser constituyentes de las formas de vida en un sentido estratégico y táctico, dicho con otras palabras, las formas de vida que son producidas para ser vividas se enmarcan en dispositivos biopolíticos que materializan distintas ficciones regulatorias encaminadas a delimitar nuestras corporalidades (experiencias, afectividades, comportamientos) dentro de lógicas hegemónicas que aprendemos a desear y, por tanto, a actualizar. Dadas las circunstancias, entendemos que los dispositivos biopolíticos indudablemente se vuelven efectivos y positivos cuando hacen circular el deseo. Por tales motivos, hay que señalar que el deseo nunca es una determinación “natural”, ni algo “espontáneo”, al contrario, siempre está vinculado a una disposición determinada e históricamente asignada. Si bien Foucault advierte una crítica al deseo por considerarle una instancia de la represión, consideramos necesaria una reformulación del deseo en términos deleuzianos para analizar cómo los dispositivos biopolíticos gestan en sí el poder del deseo como eje central en la formación del sujeto corporal. ¿Cómo puede el poder ser deseado? No hay que olvidar que el sujeto corporal encuentra la condición de su existencia en la trayectoria de su deseo, entonces, aquí se vuelve fundamental repensar el deseo fuera de la represión para considerar los efectos de los dispositivos de poder en las disposiciones del deseo. Por ejemplo, el dispositivo de la integridad corporal obligatoria como ficción performativa del cuerpo libre de discapacidad pliega la integridad
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sobre la capacidad para situar instancias molares como la autosuficiencia, la belleza, la perfección y la funcionalidad con la finalidad de interrumpir potencialidades del cuerpo tullido como la vulnerabilidad, la interdependencia, la precariedad y la monstruosidad, de ahí que, los procedimientos del dispositivo no sean represivos, aunque sus efectos sí: ¿De qué manera el cuerpo tullido se torna más accesible a la vergüenza que el cuerpo “capacitado”? ¿Por qué ciertas corporalidades (gordas, trans, enfermas, cuir, freaks) llegan a ser objeto de vergüenza aunque “no sean discapacitadas”? ¿Qué comparten? ¿Quién dictamina lo que compartirán en el marco de acción de la vergüenza? ¿Qué potencia otorga la vergüenza a esa multiplicidad de cuerpos y corporalidades? Por tales motivos, resulta fundamental localizar las líneas de fuga en las disposiciones del deseo, ya que permiten ubicar a la vergüenza no como la consecuencia de una falta que estigmatiza respecto a diversos dispositivos de poder que la utilizan como estrategia para afirmar las normas hegemónicas del cuerpo, sino como una importante fuga que debemos apropiarnos y resignificar. Al respecto, Eve Kososfky Sedgwick nos habla de la vergüenza como un afecto que aparece como un momento desgarrado en un circuito de comunicación identificatorio de constitución de la identidad. Como el estigma, dice, la vergüenza es en símisma una forma de afectividad política, por tanto ¿Qué clase de afectividad política establece la vergüenza entre las corporalidades que se desvían de la morfología normativa? Entendemos que las disposiciones normativas del deseo en el marco de lo corporal son las que la utilizan para dañar, pero ¿Cómo hacer de ella algo deseable y que posteriormente nos ayude a expandir el horizonte de los placeres? Es por esto que resulta fundamental recuperar la corporeización de la vergüenza como potencia vinculante de un afecto político que encuentra a diversos cuerpos que han sido producidos como carne del pecado y fruto del diagnóstico (trans, discapacitados, enfermos, gordos, deformes, maricones, sidosos, prostitutas, etc.) con la firme intención de enmarcar una crítica a los parámetros normativos que organizan los cuerpos en disposiciones del deseo referidos a la normalidad, la salud, la belleza y la capacidad, y, por otro lado, ubicar los activismos y teorizaciones que buscan las fugas del deseo a través de la alianza política de la vergüenza como una apuesta urgente, subversiva y transformadora de los placeres; en este sentido: ¿Cómo intersectar el deseo con el placer sin pensarles como experiencias y/o nociones excluyentes? ¿Cuál es la trascendencia del placer y el deseo en el tejido interseccional de las
alianzas corporales? Para finalizar, el deseo que lleva al acto, el acto que está ligado al placer y el placer que suscita al deseo deben hacerse entrar a una crítica corporal que no niegue o minimice la realidad de la represión del cuerpo (heteropatriarcal, homófoba, capacitista o racista), puesto que los actos que constituyen al sujeto corporal continúan reflejando disposiciones del deseo y circulaciones del pacer asociados a controles políticos estrechamente punitivos. Por tales motivos, hay que confrontar los deseos e inquietar a los placeres para resignificar las alianzas corporales que desean otro horizonte político, ético y sociocultural que permita resignificar el sentido del sujeto en su multiplicidad.
CUERPOS, DESTIERROS Y RESISTENCIAS
Tema: cuerpos desterrados del mundo social y formas de resistencia Coordinadores: Guillermo Correa Correa, Juan Diego González Rúa Estatus: Aprobado Más allá de constituir una evidencia ontológica de nuestra existencia, el cuerpo es un complejo semántico sobre el que se imprime el significado de lo humano. En él se define una disputa continua y nunca resuelta entre traducciones plurales que definen y transforman los contornos siempre mutables de su sentido. Bryan Turner ha planteado que el cuerpo se experimenta como límite y como medio; a la vez que se tiene cuerpo, también se es cuerpo. Él es siempre una presencia vivida de forma inmediata, que simultáneamente es el resultado siempre inacabado de procesos de construcción y definición. En ese sentido, la idea del cuerpo como producción se vincula con la actualización conflictiva y permanente de formas de praxis, representaciones y discursos que se inscriben en la carne. Cada momento de esa incesante disputa produce formas de sentido peculiares, de acuerdo con las intenciones y tensiones que propician las modalidades que asume las formas de socialización en el seno de cada mundo socio-cultural. Preguntarse por las prácticas y discursos que modelan y producen el cuerpo supone siempre la referencia a las formas peculiares de poder desde las que emergen dichas prácticas y discursos. En la modernidad, la relación cuerpo-poder es atravesada por un tipo de lógica intencionadamente funcional, a partir de la cual se hace necesario producir cuerpos útiles y productivos como
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forma de imperativo social. Esta forma de producción del cuerpo se encarga de instalar modalidades de representación hegemónicas frente al mismo, idealizaciones abstractas, polares y antinómicas que definen un modelo naturalizado a partir del cual se juzgarán las demás resoluciones del cuerpo. La construcción hegemónica del cuerpo en la modernidad se encarga de situar en la diferencia sexual anatómica un correlato del ordenamiento social, que hace del cuerpo un lugar de pasividad, resultado de un dispositivo sexual desligado del placer, vinculado con un tipo de economía del deseo fundado en la primacía abstracta de la reproducción económica. En la medida que todo cuerpo debe ser incluido en una forma abstracta dimorfa y compartimentada cuyos límites no podrían ser superados, todo rastro de sensualidad y corporeidad diferencial resulta desterrado del mundo social. El saber científico, p.e. la biología, naturalizará al cuerpo “estable, ahistórico, sexuado” como “fundamento epistemológico de las afirmaciones normativas sobre el orden social”. Será precisamente por inferencia o contraste frente a esa construcción hegemónica, que en esta sociedad se interpretarán los desvíos, comprendidos como esos otros cuerpos imposibles de leer a partir de la gramática sexual naturalizada, para los cuales el mundo social no habría sido pensado; esos cuerpos diferenciales cuyas necesidades serán ampliamente negados al no encajar dentro del “plan maestro”. Los discursos establecerán sobre estos cuerpos una serie de marginaciones y desprecios, obligándolos a permanecer en la periferia y el silencio. En la mirada institucional, el ojo disciplinar y la observación del ciudadano corriente en la ciudad, estos personajes serán construidos como marginales frente a la norma (corporal/sexual/social) y, en un esfuerzo desmedido de comprensión, clasificación y explicación, serán inscritos dentro de mecanismos tendientes a su “corrección”, “reinserción” o “destierro”. No obstante, y a pesar de todo tipo de negación y desconocimiento, la presencia insidiosa de esos cuerpos desterrados –del cuerpo mismo como gran desterrado– no deja de aparecer. Ellos encuentran grietas a través de las cuales filtrarse y así afirmar lo sensorial y el placer mismo como ámbitos de disrupción en los que se gestan potencias emancipatorias y estrategias de resistencia. Se trata de cuerpos cuyo sentido se construye mediante el continuo moldeamiento de la propia subjetividad, esto es, mediante una labor sobre sí mismo que potencia la creación de formas de experiencia a través de las cuales se intenta lograr un desprendimiento “de los modos de ser y de pensar legados por la historia o impuestos por las estructuras so-
ciales”. El cuerpo se convierte en un medio que vectoriza una “estética de la existencia” (Foucault), en la que se perfila una “economía de los placeres”, dirigida a una maximización de los placeres mediante la erotización máxima del cuerpo. Es precisamente sobre esos personajes negados dentro del mundo social moderno, cuya frontera corporal muta de acuerdo con cada reinvención y recreación de sí mismo, que se plantea esta mesa de trabajo. El eje teórico articulador es la categoría disidencia/destierro, en referencia a los individuos que aparecen inscritos en la periferia del orden sexual (utilizando una figura de Foucault), lo cual supone una representación de individuos anormales producidos e interpretados desde una normatividad social dominante, a fines de explorar formas de comprensión del cuerpo como un tipo de horizonte emancipatorio y de resistencia.
¿SE LA PONGO PARA LLEVAR O SE LA LLEVA PUESTA? JUVENTUD, CONSUMO Y PRÁCTICAS CORPORALES EN EL SIGLO XXI.
Tema: Las prácticas corporales que son producto y/o favorecen la producción de anhelos, satisfacciones y frustraciones resultado de concebir a las juventudes, lo juvenil y las y los jóvenes como bienes de consumo. Coordinador: Mauricio Sáenz Ramírez Estatus: Aprobado En la actualidad, prácticamente cada ser, situación o cosa puede ser considerado un bien de consumo, en un mercado global que al alimentar y enfrentar una creciente y continua demanda de experiencias emocionales, una supuesta individualidad y la necesidad de novedad e inmediatez, da énfasis a lo desechable, efímero y perecedero, Esta tendencia, resultado de contextos sociales, culturales, económicos e históricos, ha dejado sentir su peso en la construcción de identidades, procesos de socialización, conformación de instituciones e incluso en como las personas se están concibiendo a sí mismas, la forma en que perciben y organizan su tiempo y recursos disponibles, y en cómo están resignificando aspectos como la afectividad, la aceptación, el placer, el deseo, el estatus y la pertenencia; elementos plasmados en cada cuerpo de esta sociedad, y en las prácticas corporales
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vinculadas a los mismos. Dentro de tal dimensión de consumo, las juventudes, lo juvenil y las y los jóvenes no quedan excluidos de ésta marea que hace sentir su presencia por encima de límites geográficos, étnicos, económicos, ideológicos, etarios e incluso físicos si se toma en cuenta el mundo virtual provisto por las tecnologías de información y comunicación. La demanda de apariencias, experiencias, modas, sensaciones, emociones, compañías y condiciones de vida relacionadas con las juventudes, lo juvenil y las y los jóvenes, ha llevado a considerar estos conceptos más allá de una cuestión vinculada con la edad. Por lo que es momento de considerar los anhelos y satisfacciones que guían a quienes quieren consumir estos “nuevos bienes” y las consecuentes frustraciones que enfrentan por la imposibilidad de conseguirlos o retenerlos, para preguntarse: cómo se están concibiendo y construyendo los cuerpos y sus límites en tales contextos y bajo estas influencias?, ¿cómo se traduce todo ello en prácticas corporales?, ¿cuáles de éstas refuerzan estos procesos?; y en el caso específico de las y los jóvenes en su doble papel como consumidores y bienes de consumo ¿cómo están construyendo su experiencia corporal?. Este grupo de trabajo busca por tanto, abrir un espacio de discusión y reflexión en torno a las prácticas corporales que son producto y/o favorecen la producción de anhelos, satisfacciones y frustraciones resultado de concebir a las juventudes, lo juvenil y las y los jóvenes como bienes de consumo, entendiendo a estos últimos a partir de su doble papel como consumidores a la par que bienes de consumo.
ARTE ACTUAL, MIRADA Y REPRESENTACIÓN CORPORAL.
Tema: Representación corporal en el arte actual, ante la violencia, sexualidad y enfermedad Coordinadores: Raúl García Sánchez, Laila Eréndira Ortiz Cora Estatus: Aprobado El escenario actual del arte en México, presenta una tensión donde se debate la visión a futuro de las propuestas propias de Latinoamérica, o en todo caso es momento fundamental para recordarlo ante el evidente retorno de posturas neoconservadoras en le escenario global, que desean el regreso de estrategias aparentemente superadas, como
las de la hegemonía WASP, tan defendida por las administraciones de Reagan y Thatcher en la década de los ochenta. Autores como Hal Foster y Anna María Guasch proclamaron desde el primer mundo, la inclusión de las llamadas minorías, dentro del mainstream internacional. Esto dio pie a hechos como la Bienal de la Habana de 1994, en la que curatorialmente se plantearon una serie de respuestas, ahora desde la periferia, se invitaron a artistas del tercer mundo y a artistas de minorías étnicas residentes en el primer mundo. Cabe resaltar que no se invitaron artistas de minorías no heterosexuales, además que hasta la fecha, el arte oficial de gran parte de Latinoamérica, ha proclamado su emancipación a través de estrategias artísticas gestadas en el primer mundo, y se ha privilegiado la visión de personajes como Gabriel Orozco, que no dialogan con el arte de las llamadas Metrópolis, sino que han cambiado su residencia, su origen y su pasado, a ciudades como New York, y obedientemente aplicaron en su trabajo, los lineamientos del mercado del arte. La presente mesa en todo caso, propone voltear la mirada a lo que es evidente: crear arte desde el contexto latinoamericano, arte que responda a los problemas propios de nuestra historia en común, con todo lo que ello implica: nuestra relación con el fenómeno de la violencia, la sexualidad, la enfermedad, y de qué manera nos vinculamos con las consecuencias que éstos ejercen en el cuerpo y su representación, en su visualidad. Se trata de abordar la representación de las corporalidades vinculadas a estos puntos esenciales del presente, y poner en el escenario distintos entendimientos de prácticas corporales, cómo han sido y son manejadas por el arte, donde resulta imposible hablar implícitamente de derechos civiles, políticas de salud pública, diálogos estéticos entre primer y tercer mundo, reflexiones de identidad, estrategias de difusión artística tanto públicas como privadas, por decir unas entre decenas de situaciones más. La enfermedad plantea nuevas visiones y nuevas denuncias, sin caer en la trampa de algunas conexiones erróneas del pasado, como la relación que ciertos sectores conservadores armaron entre homosexualidad, sida y muerte. En todo caso, cómo es que estas interconexiones se crean fuera de las metaforizaciones descritas por Susan Sontag en La enfermedad y sus metáforas; texto que además propone ser leído después de más de veinte años de cambios en el entendimiento científico de enfermedades como el sida. ¿Cómo ha reaccionado el arte ante las transformaciones sociales y científicas que la presencia de VIH ha creado en el contexto global? Por otra parte, si bien sería un error quitar la mirada a la situación de la
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violencia en Latinoamérica, parece indispensable avanzar en la manera de abordar el problema, pasar de la denuncia, a la búsqueda de estrategias que aporten al saneamiento o eventuales soluciones del conflicto. Proponer esto no como una utopía, la supuesta utopía de un México que camine de manera sostenida hacia una sociedad desarrollada, hacia un país industrializado con orden, en igualdad de derechos y con paz. El arte ha creado múltiples momentos en los que la sociedad en su conjunto es vista como un cuerpo singular, con personalidad, problemáticas, y virtudes particulares. En todo caso, la presente mesa de trabajo, plantea regresar la mirada a la reflexión de un arte preocupado por ser un ente de transformación social, no sólo supeditado al mercado, sino ocupado en la creación de obra que genere consecuencias y tomas de conciencia, en la que a partir de la experiencia estética, surjan respuestas, diálogos transdisciplinarios, con la antropología, la tecnología, el marco legal, y demás escenarios que aporten a la construcción de las mejoras que el México del presente necesita.
EL PLACER DEL TEXTO: LECTURAS ENCARNADAS, ECONOMÍAS AFECTIVAS Y LA CIRCULACIÓN DEL DESEO EN LA LITERATURA Y LOS GÉNEROS POPULARES Tema: Prácticas lectoras, el consumo de distintos tipos de literatura, el placer y la afectividad. Coordinador: Nattie Golubov Estatus: Aprobado
Este grupo de trabajo pretende reflexionar críticamente acerca de la relación entre deseo, fantasía y lectura con una particular énfasis en la corporalidad y afectividad de la lectura y la recepción, temas que han sido poco estudiados en el ámbito de la teoría literaria porque el proceso de lectura suele teorizarse como una actividad racional, abstracta e incorpórea, identificada con el reposo y la inactividad. Consideraremos los siguientes temas: 1) La representación textual de emociones y sensaciones, las dinámicas textuales de distintas economías afectivas que orientan, articulan, nutren y comunican los deseos y fantasías de personajes y narradores/as;
2) Las estrategias narrativas y visuales empleadas para conmover, evocar/provocar sensaciones y sentimientos de diversa índole en espectadores/as o lectores/as por medio de la identificación y la fantasía, el extrañamiento cognoscitivo o la intensificación afectiva; 3) Reflexiones teórico-literarias acerca del placer del texto y las dinámicas de la lectura, la seducción del texto y la experiencia corporeizada de la recepción: ¿Por qué deseamos al texto literario? ¿Qué hace para que lo deseemos? 4) La lectora como consumidora, literalmente consumida por la lectura y devoradora de libros, figura despreciada por los teóricos de la recepción que presuponen que el lector ideal es varón y desapasionado. El consumo de la literatura participa de un campo literario que clasifica y valora jerárquicamente las respuestas afectivas a la experiencia lectora (patológicas, viscerales o intelectuales, estéticas, por ejemplo) y el gusto; 5) Para algunos grupos sociales en particular, el acto de lectura puede ser transgresor (lectura resistentes, sensuales, eróticas) o ambivalente, dependiendo de qué sensaciones, emociones y sentimientos son evocadas en lectoras/es. Estos son los temas que se tratarán en las siguientes propuestas: las Dras. Nattie Golubov, Aurora Piñeiro y Noemí Novell analizarán distintos materiales pertenecientes a la cultura popular (ciencia ficción, novela romántico, terror) a la luz de las teorías de los afectos para problematizar el efecto de la experiencia erótica y ambigua del terror, la felicidad del amor y los “géneros de cuerpo” en lectores/as. Áurea Xaydé Esquivel, por su parte, analiza las fantasía del agenciamiento del dolor de las lectoras de manga con relación específicamente a los personajes femeninos entrenados para la violencia y la autodefensa. Por su parte, las Dras. Gabriela García Hubard y Adriana de Teresa abonarán a la conversación con discusiones teóricas acerca de la lectura, incluyendo una discusión del placer de lo neutro barthesiano. Por último, la Dra. Artigas reflexiona en torno a la lectura y materialidad de la escritura epistolar y la relación entre la ausencia y la presencia.
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PLACERES Y DESEOS LÉSBICOS IRRUMPEN EN LA LITERATURA MEXICANA
Tema: El abordaje en las nuevas narrativas literarias mexicanas surgidas a partir de la década del ochenta en las que se explicitan el deseo y placer lésbico desde una perspectiva desmarcada del canon establecido al evidenciar esa experiencia encarnada que muestra una mirada distinta hacia las relaciones de pareja, la maternidad, la familia y otras instituciones Coordinador: Adriana Fuentes Ponce Estatus: Aprobado Las relaciones erótico afectivas entre mujeres han generado un enigma. Sea desde el deseo pensado en la otredad o el placer conferido en el proceso de materialización de los sujetos, el erotismo, el amor y ese cúmulo de sensaciones vinculadas a prácticas corporales sexuales, les han sido negadas o puestas en duda. Las lesbianas han sido vistas como sujetos marginales enmarcadas en la peligrosidad, el misterio y la incompletud, de ahí que se estigmatice y fragmente su corporeidad. A partir de la década del ochenta la narrativa mexicana presentó un cambio importante a través de algunas escritoras que construyeron y recrearon personajes femeninos lésbicos y sujetos líricos cuyas relaciones emotivas y sexuales surgen al explicitar el deseo y el placer desde una experiencia que no se calla y sí presenta esa mirada de los otros y cómo ésta responde a ello. Hasta ese momento, nunca antes fue abordada esta temática desde una voz protagónica que interactúa y se reconoce no como un ser para los otros. Si bien las obras han sido publicadas, no podríamos decir que sean del todo conocidas o que se han convertido en objeto de estudio en el ámbito académico. Dado que los materiales existen, consideramos que se requiere de un análisis sobre el vínculo con estos acercamientos al deseo y al placer, ya que abandonan el discurso canónico y los simbolismos establecidos que no cosifican el cuerpo lésbico, el cuerpo femenino, y que sí irrumpen lo establecido sobre la maternidad, las relaciones de pareja y las formas de obtener placer. Proponemos un abordaje desde una mirada que presente señalamientos puntuales sobre las aportaciones que inciden directamente en el cuestionamiento de la performatividad del sujeto y las inter-
subjetividades. Queremos que sea un espacio de discusión que invite a la reflexión y crítica necesarias sobre esas obras literarias mexicanas en las que se pueda observar esta transformación en el planteamiento de la narración y la construcción de los personajes o los sujetos líricos. Nos interesa problematizar sobre la propuesta de estos personajes femeninos que presentan y representan formas de vida distintas a la esperada al romper el canon establecido de la feminidad y al mismo tiempo cuestionan la utilización de características femeninas como recursos en la consolidación de dichos personajes. El interés de este grupo de trabajo es discutir sobre esas obras literarias y nuevos planteamientos de análisis en que se replante el deseo y el placer alejándose de explicaciones biologicistas, binarias y heteronormadas para explorar y adentrarnos en la conformación de subjetividades deseantes y deseadas que se decanten por un interacción con el placer para intentar contestar algunos cuestionamientos como los siguientes: ¿Qué tipo de representaciones se constituyen referente a las relaciones erótico afectivas de las lesbianas en las narrativas de algunas escritoras mexicanas contemporáneas? ¿Cómo describen y resuelven a través de las representaciones erótico afectivas en las narrativas, las prácticas corporales vinculadas al placer y al deseo?
ANTROPOLOGÍAS DEL PLACER Y DEL DESEO: APORTACIONES DESDE UNA ETNOGRAFÍA CORPORAL Y FEMINISTA
Tema: Antropología feminista y corporalidades desde el placer y el deseo Coordinadoras: Laura Muelas, Miren Guillo Estatus: Aprobado El presente grupo de trabajo tiene como objetivo principal aportar al congreso una perspectiva antropológica que dé cuenta de la multitud y variedad de investigaciones que se están llevando a cabo en la disciplina sobre el placer y el deseo. Nos referimos principalmente a aquellos trabajos que están construyendo, delimitando o afinando su objeto de estudio a partir de estos conceptos, y lo hacen desde la dimensión corporalemocional de la experiencia, donde el cuerpo se convierte en un sujeto con agencia política y espacio de múltiples resistencias. Desde sus inicios, la antropología ha entendido el cuerpo
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como sujeto a las normas sociales y culturales. Recordemos que ya Marcel Mauss (1971) en la década de 1930 señaló que no existen los comportamientos naturales y que todo individuo en sociedad tiene que adquirir un aprendizaje corporal concreto. Desde entonces, antropólogos y antropólogas como Mary Douglas (1973), Nancy Scheper-Hughes y Margaret Lock (1987), Thomas Csordas (1994), Loïc Wacquant (2004), o Mari Luz Esteban (2011), por citar sólo algunas, han aportado a los estudios sociales del cuerpo importantes contribuciones teóricas y metodológicas desde las que acercarnos a los sujetos y entender las realidades que habitan. Así, el concepto de agencia (Juliano, 1992; Mahmood, 2004; Ortner, 2006) está siendo clave en este tipo de etnografías. Por otra parte, la necesidad de enfatizar el placer ha sido crucial para entender la complejidad de las experiencias subjetivas y colectivas (Cornwall et al., 2013), entendiendo el placer como un proceso que incluye pero que excede, con mucho, el placer sexual. Los aportes que la antropología feminista está realizando a los estudios sobre cuerpo y emociones amplía la perspectiva epistemológica de la propia disciplina, 2 y establece un diálogo constante con otros campos de investigación y ámbitos sociales, en especial con la teoría y el movimiento feministas, las prácticas culturales y artísticas o el resto de ciencias sociales. El placer y el deseo han sido procesos que han estado bajo estricta vigilancia religiosa, médica o social. Con este grupo de trabajo pretendemos debatir sobre las implicaciones de incorporar el estudio del placer y el deseo en nuestras investigaciones etnográficas, tanto desde el punto de vista de los sujetos con los que trabajamos, como desde nuestra posición de investigadoras que encarnan una subjetividad concreta en la que intervienen distintos procesos de placer que, muchas veces, se interrelacionan en nuestros trabajos.
BIOMEDICALIZACIÓN, TECNOLOGÍAS Y DESEO: EXPERIENCIAS CONTEMPORÁNEAS DE GÉNERO EN LAS TRANSFORMACIONES CORPORALES
Tema: Biomedicalización, tecnologías y deseo Coordinadores: Matilde Margarita Domínguez Cornejo, César Torres Cruz Estatus: Aprobado El objetivo de este grupo de trabajo es dar cuenta de los procesos subjetivos por los que transitan las personas que se someten a tratamientos médicos e intervenciones quirúrgicas. Puesto que, las más de las veces, los procesos de salud-enfermedad, así como, el deseo de mejorar su apariencia produce posicionamientos distintos a los placeres heteronomativos. Situamos estos fenómenos sociales después de la segunda guerra mundial, pues la medicina ha implementado diversas estrategias para atraer a su jurisdicción procesos sociales, administrarlos y regularlos a partir de sus parámetros (Preciado, 2008). En nuestros días, la biomedicalización (Rose, 2007) da cuenta de cómo la (bio)medicina despliega una serie de tecnologías (Rose, 2007; Foucault, 2010) para regular a los cuerpos, a partir, incluso, del control molecular de la vida misma. Las industrias farmacéuticas hoy en día, despliegan inversiones económicas inimaginables para prevenir, controlar y curar (Dumit, 2012). Ahora bien, que la biomedicina administre ciertos acontecimientos sociales y los haga parte de sus dominios, requiere también analizar qué sucede con los cuerpos y poner atención en los procesos por los que la norma biomédica se encarna, a partir de complejas relaciones de saber-poder donde los sujetos no sólo reciben la imposición violenta de la biomedicina, sino que también la negocian, apropian y resignifican. Nuestra postura es pues, butleriana y atiende a la performatividad, desde ambas dimensiones: una, en la que somos afectadas/os por discursos que no elegimos; otra, donde en la iterabilidad de estos discursos que nos producen, encontramos espacios el cambio de los mandatos normativos (Butler, 2007, 2008, 2009, 2010). 2 Es en estos intersticios entre lo voluntario y lo involuntario donde se inscribe este grupo de trabajo. Queremos reflexionar de manera colectiva sobre los relacionamientos corpóreo-afectivos con la biomedicalización de experiencias significativas, sus tecnologías y la incorporación de las normas biomédicas. Pondremos énfasis en el deseo inmerso en estos procesos —no
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entendido sólo desde su dimensión psíquica, sino sobre todo, desde sus implicaciones sociales (Parrini, 2015)— y reflexionaremos a partir del género —entendido también como un proceso performativo donde se instaura a la heteronorma como ideal regulatorio para producir y avalar feminidades y masculinidades, dentro del marco binario de la heterosexualidad (Butler, 20007)—, en cómo han sido experimentadas transformaciones corporales en relación con la biomedicina. Nos interesa discutir en cómo la tecnología biomédica forma parte de la vida cotidiana de los sujetos en el mundo contemporáneo, sobre las posibilidades que ofrece para transformarnos a nosotros mismos y los procesos de transgresión que surgen ante y desde la bio medicina. Desde este punto de vista, también, es de nuestro interés explorar los cuerpos abyectos que surgen a partir de la biomedicina como una forma de marcar lo no humano. Hacemos una atenta invitación a los trabajos que se interesen por la experiencia de los procesos quirúrgicos, enfermedades autoinmunes, enfermedades crónicocrónico-degenerativas, procesos hormonales, trasplantes de órganos, entre otros, que tomen en cuenta al cuerpo como productor de sentido (Sabido, 2012) en experiencias transformativas donde la biomedicina ha estado presente.
LOS CUERPOS GOZOSOS Y LAS PRÁCTICAS PERVERSAS: FRONTERAS DEL PLACER Tema: Perversión Coordinadores: José Octavio Hernández Sancén, Luis Arturo Sánchez Domínguez Estatus: Aprobado
En la tradición intelectual dominante en occidente, la ciencia y la moral han marcado a los sujetos desde conceptos e interpretaciones que cosifican y limitan las posibilidades de existencia de las diversas experiencias y prácticas corporales. El cuerpo ha estado ausente, dominado por la razón y el control (Muñiz, 2015), dado que el deseo siempre ha sido orientado, el placer controlado y la vida organizada desde discursos y prácticas hegemónicas. Con base en lo anterior, queremos proponer un espacio de reflexión para indagar en torno a las prácticas, las identidades, los cuerpos y todo lo históricamente innombra-
do y señalado como “desviado y perverso”, a partir de casos y experiencias encarnadas que nos ayuden a rescatar las huellas de sus trayectorias corporales con el entorno que habitan para trazar nuevas rutas de investigación de los sentidos del cuerpo. Experiencias hechas de placer y deseo pero quizá de algo más que eso: El goce, que en el sentido psicoanalítico lleva consigo el problema o falso problema de la repetición. Algo del orden del sacrificio y del sufrimiento que se impone desde un más allá del principio del placer o de la pulsión de muerte (Freud, 1920). El goce que en oposición al “sano placer”, orilla al sujeto a parcializar su cuerpo y los otros cuerpos, limitando la sexualidad a la genitalidad o quizá trasladando su placer a otros objetos u órganos. Ese significante representado en forma de juego que nos lleva a cuestionar qué es lo que se satisface ahí en una tentativa de colmar la falta, pero sin ser satisfactoria. Un apego a la pérdida del objeto perdido, sin olvidar que también en el deseo coexiste un núcleo perverso enmarcado en la relación de los poderes de la transgresión, el desafío, el secreto y el tercero cómplice. Esta relación se hace más compleja ante la emergencia de las fronteras como sinónimo de la oposición entre ley y deseo, puesto que el discurso y acto perversos encuentran el vector común que, según Clavreul, “resulta por lo general tan facilitado, tan milagrosamente puesto al abrigo de los lapsus y tropiezos que hacen… el lugar donde a cada instante emerge el fárrago de lo que se habría debido esconder” (2000:66). El desafío a toda ley existente ante la insistencia de mantener en secreto todo aquello que es peligroso para el sistema de normas “racional” y “coherente” de una sociedad. Lo que se calla, lo que se busca mantener en secreto, pero que finalmente sucumbe ante la inminente lógica de saberse prohibido. El desafío que se revela como condición privilegiada de la búsqueda de placer partiendo del principio de que “el deseo proviene del cuerpo de manera tan estrecha que sería inútil pretender separarlo de él” (Clavreul, 2000:75). Finalmente la “palabra no dicha”, que surge como manifestación del secreto deseo que se ve revelado a través del acto hecho en cuerpo. De la misma manera “el ceremonial perverso” nunca alejado del drama, de lo grotesco y del escándalo; encarnados en los roles que desempeñan los sujetos incluyendo la primordial función del testigo o partenaire. El tercero cómplice que arrastra a los otros a la cesión de la ley del deseo que le fue impuesta. “[U]na brecha donde se manifiesta que el otro es siempre corruptible, su deseo irresistiblemente movilizable, su goce posible de ser forzado [y] su complicidad ganada
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de antemano” (Clavreul, 2000:69). Desde esta posición, haciendo énfasis en el concepto de la perversión, invitamos a proponer trabajos que ayuden a pensar los cuerpos gozosos y las fronteras por las que transitan para intentar problematizar y estrechar el parentesco entre el cuerpo y el actuar perverso que implican en su fundamento al deseo, el goce y el desafío de la ley en la constante encrucijada del placer.
DISENTIR DESDE EL PLACER: EXPERIENCIAS Y ESPACIOS CONTRAHEGEMÓNICOS.
Tema: El deseo y el placer como estrategias de disidencia. Coordinador: Beatriz Blanco de la Fuente Estatus: Aprobado En las sociedades contemporáneas existe un marco normativo que jerarquiza a los sujetos y a las corporalidades a través de la racialización, la sexualidad, el género, el capacitismo, la edad o la belleza, entre otras. Concretamente el ideal hegemónico deviene de un marco europeo y norteamericano que tiene como eje el sujeto universal blanco, masculino, heterosexual y burgués. A partir de este centro se manifiestan relaciones de poder que entraman unos códigos dominantes de consumo, estatus, conductas y tener que ser que configuran a las personas, incardinándose en la producción de subjetividades apropiadas y deseables. El deseo, en este caso, entendido como proceso inconsciente, se ensambla en las bases del poder como medio para la existencia en términos de representatividad y aceptación social, lo cual se materializa en las corporalidades, prácticas e identidades. Este marco hegemónico tiene como eje central la institucionalización del capitalismo a partir de la producción del deseo de estar y ser cercano a la norma, en los márgenes y hacia el centro se encuentran quienes disienten con ella. Ante esto, nos interesa reflexionar sobre prácticas, experiencias y espacios tanto individuales como colectivos que cuestionen qué se autoriza, se excluye o prohíbe y que faciliten, a su vez, el desarrollo de estrategias de resistencia o reapropiación a partir del placer y el deseo. Teniendo en cuenta que estos procesos constituyen a los sujetos y les proporcionan, a
su vez, márgenes de autonomía. En el disentir con los parámetros hegemónicos, entendemos que estos están situados y que comprenden una interrelación tanto individual y colectiva. La autonomía producida contempla tanto el deseo consciente o político de disentir como las estrategias de resistencia que los grupos o individuos utilizan. 2 Por otro lado, las experiencias disidentes mantienen tensiones entre realidades locales y globales; los espacios alternativos, las sexualidades diversas o las sexodisidencias, así como diferentes experiencias encarnadas que no se ciñan al modelo establecido, permiten crear líneas de fuga, espacios intermedios para la imaginación y la construcción de realidades en resistencia. El placer, por su parte, está atravesado por discursos normativos con dimensiones culturales, sociales, históricas y geográficas. Las representaciones tanto de los sujetos como de los objetos de deseo son cambiantes y mantienen códigos normativos que limitan a los sujetos y a su experiencia. La concepción de las corporalidades también circunscribe el uso que se haga del mismo y la experimentación de las mismas. En esta tesitura, el placer sexual, disfrutar del baile, la experiencia creadora desde las artes o realizar ejercicio físico podrían observarse como fuentes de poder, autoafirmación o disidencia política. Desde esta mesa de trabajo queremos abrir un espacio para el diálogo y la reflexión donde el deseo y el placer se tornen ejes fundamentales en la creación de prácticas y estrategias desde los márgenes que problematicen las relaciones de poder, las epistemologías y las normas desde las que son desplazados a las periferias. El deseo de ser, la encarnación del placer, sus sensaciones y la autonomía en su ejercicio. Ante esto, se considerarán trabajos que hagan referencia a experiencias en torno a prácticas tanto individuales y colectivas que mantengan posicionamientos políticos o estrategias de reapropiación en torno a la disidencia sexo-genéricas, las corporalidades no hegemónicas, la racialización o la materialización de sujetos excluidos. También aquellos que retomen el análisis de espacios que permitan prácticas y experiencias contrahegemónicas. La utilización del placer, la sensorialidad o el deseo como arma política para la transformación serán una guía en la discusión de las experiencias presentadas.
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PORNOLOGÍAS
Tema: Aproximaciones transdisciplinarias al cuerpo pornográfico Coordinadores: Fabián Giménez Gatto, Alejandra Díaz Zepeda Estatus: Aprobado El Grupo de Trabajo “Pornologías” conjuga una serie de miradas críticas en torno a la pornografía. Teóricos, artistas y activistas latinoamericanos conforman, a partir de sus intervenciones, un archipiélago de teorías y visualidades críticas de la pornografía que, hasta la fecha, había permanecido sin solución de continuidad y prácticamente invisibilizado frente a la pregnancia de ciertas escrituras hegemónicas provenientes, principalmente, de España y Estados unidos. Los diversos enfoques —transdisciplinarios e indisciplinados— comparten un parecido de familia, una especie de impulso deconstructivo frente a la pornografía más convencional, problematizando sus efectos en la sexualidad, los cuerpos y las corporalidades. La maquinaria pornográfica discurre sin cesar, pero raramente discurre sobre sí misma. La pornografía muestra, pero no se muestra, la dimensión autorreferencial, propia de todo lenguaje, permanece en silencio, en las sombras. Desde hace unos años, algunos artistas, académicos y activistas, vinculados a lo que solemos llamar pospornografía, se han abocado a esta tarea. Tomando a la pornografía como un lenguaje-objeto, han generado una suerte de bucle escópico, donde la pornografía se mira a si misma, produciendo líneas de visibilidad tendientes a hacer explícitos, valga la redundancia, los códigos de la imagen sexualmente explícita. Más allá del principio del placer, el goce instaura nuevas modalidades pornogramáticas, nuevas fusiones del cuerpo y de la escritura (Barthes, 1997: 182), produciendo una suerte de enloquecimiento en la maquinaria pornográfica, entendida como un ensamblaje sintagmático de cuerpos y, en particular, de flujos y cortes de flujo. Podríamos imaginar una microfísica del deseo, desplegada a partir de otro regimen escópico, utopía pornológica, una efervescencia del cuerpo más allá de toda organicidad, paralela a una suerte de emborronamiento de la representación pornográfica, signada por el modelo fálico de la penetración y la literalidad de lo explícito. La pornografía, como la vida, no tiene que ser una fatalidad. La idea es liberar al placer del principio del placer, convertir las imágenes de placer en imágenes
de goce. Conocemos las imágenes de placer, 2 se reiteran incansablemente en la cruda genitalidad del discurso pornográfico, las imágenes de goce, en cambio, conservan, en una cultura de la eyaculación precoz, el encanto de un enigma, desafían la legibilidad del sexo como signo. El placer de la imagen es aquello que se repite, como si nada, el goce de la imagen radica en su valor disruptivo, una “subversión sutil” (Barthes, 1995: 89) en la que el cuerpo y el placer se pierden en una especie de afanisis erótica, de ilegibilidad del propio deseo, un espacio ciego que introduce un vacío en el cuerpo de la imagen, una pornografía imposible. A diferencia de una pornografía obvia, sería necesario pensar a la pornografía de otro modo, no desde su obviedad, más o menos descerebrada, sino desde cierto carácter obtuso, ilegible, a través del goce de la significancia, del sentido “en cuanto es producido sensualmente” (Barthes, 1995: 100), es decir, recuperar al goce como horizonte utópico de la imagen pornográfica, representación del cuerpo en estado atópico, del deseo en estado volátil. Emulsiones y significaciones, finalmente, todo se reduce a eso. En este sentido, la valoración de lo pornológico no se establecería a partir de la oposición erotismo/pornografía, vinculada estrechamente a un paradigma de la profundidad del significado o de la representación entendida en función de la distancia escénica, sino a partir de sutiles diferencias significantes en términos de placer y de goce, la valoración tendría que ver, entonces, con efectos de superficie, con procesos de significación que recorren, como impulsos eléctricos, las zonas erógenas de la imagen sexualmente explícita. Nos enfrentamos, entonces, no a la visibilidad del deseo sino al deseo de visibilidad, quizás ahí radique parte de la fascinación por el cuerpo pornográfico, no tanto una obsesión por el sexo sino por la visibilidad del sexo convertido en un sistema de significaciones. El cuerpo opera como signo al interior de una combinatoria sintagmática, la unidad mínima de estas discursividades eróticas es el pornograma, la fusión del cuerpo y la escritura en el espacio de la imagen. Ahora bien, esta dimensión de sentido nos conduce a una metamorfosis de la mirada, una suerte de perversión del deseo escópico (ya, de por sí, perverso), mutación semiológica donde la mirada pornográfica se transforma en lectura pornogramática: pornología (Deleuze, 1973: 22).
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¿LA CIENCIA DE LO PLACENTERO O LA TECNOLOGÍA DEL CONTROL? SOBRE EL DESEO Y EL PLACER EN EL MÉXICO MODERNO Tema: Biomedicalización, tecnologías y deseo Estatus: Aprobado Coordinador: Mtra. Martha Méndez Muñoz
Esta mesa de trabajo pretende no sólo poner atención a la importancia que adquirió la ciencia médica con respecto al disciplinamiento de los cuerpos y la regulación social de los placeres y deseos en el México moderno (siglos XVIII, XIX y XX), sino también en la experiencia concreta de los sujetos sociales con respecto a sus goces materiales, a sus antojos carnales y alimenticios, a sus sueños eróticos, a sus inclinaciones sexuales, prácticas todas ellas de personas consideradas como enfermas o anormales. En otras palabras, si bien se dirigirá la atención a la mirada científica que normaba, y norma, los procesos de salud- enfermedad en torno a los placeres y deseos, es fundamental tener siempre presente la vivencia real de los sujetos sociales con respecto al goce de su propia corporalidad y es que, en muchas ocasiones, el cuerpo tiene que ser sometido a un sufrimiento constante para que el sujeto alcance el disfrute de sí mismo. La cuestión del constreñimiento del deseo y el placer tiene una larga historia. Desde la Edad Media se había construido un discurso religioso en Occidente en el que el cuerpo era el “abominable vestido del alma” y cualquier manifestación de placer, gozo o deseo, que se manifestaba corporalmente, generalmente caía en el terreno del pecado: el comer, las relaciones sexuales, los usos amorosos, el disfrute de vestimentas y afeites, entre otras prácticas corporales, eran constantemente sancionados por los religiosos constituidos en árbitros del deseo. A partir del siglo XVIII la ciencia desarrolló una preocupación constante sobre el cuerpo y el ámbito de los placeres y deseos no fue la excepción: la glotonería se convirtió en un desorden alimenticio; la masturbación, la prostitución, la homosexualidad, la sexualidad infantil y cualquier actividad sexual que se realizaba por placer fueron concebidas como patologías y desviaciones sancionadas por la mirada de los especialistas de lo corporal que se reformularon o se constituyeron a partir de la modernidad: el médico, el psiquiatra y el psicólogo. Así, para los científicos del Viejo Continente y del México
moderno, el placer y el deseo corporal se convirtieron en objetos de estudio, entre otras cosas, porque, además de afectar la salud y el juicio de los individuos, podían infringir las leyes religiosas y civiles (adulterio, bigamia, prostitución, homosexualidad, transexualidad) y trastocar el orden social ya que eran problemas de salud pública por lo que debía existir una regulación social en torno ellos. En este escenario la medicina, la psiquiatría, la sexología y nutrición se dedicaron a clasificar, entender y curar esos regocijos corporales para la formación de sujetos “normales”. Pero los glotones gozan de lo que se comen, los homosexuales y transexuales disfrutan de su sexualidad y apariencia, el masturbador solitario se regocija con su propio cuerpo, deseo e imaginación… Es esa tensión entre la regulación y el goce de los cuerpos la que desarrollaremos en la discusión.