2 minute read
REMATE DOMINICAL
Por: Hnos. Pérez de León
Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y que alberga, además de historia, el recuerdo de miles de estudiantes que han recorrido sus aulas y pasillos, es justamente el que les mostramos el día de hoy, estimados lectores. Se trata del penúltimo de los edificios ocupado por el Colegio Preparatorio o Instituto Veracruzano (después Ilustre por decreto gubernamental) y ahora conocido como Escuela de Bachilleres de Veracruz; se ubica, como ya todos sabemos, en la esquina de Esteban Morales y el callejón Julio S. Montero, en el centro de la ciudad.
Advertisement
Fue en el año de 1823 cuando, como efecto de los movimientos independentistas recientemente consumados, se decidió que era necesario formalizar la educación, haciéndola pública y regulándola bajo ciertos estándares concebidos como oportunos y necesarios en ese momento de la historia y así fue como se empieza a impartir educación secundaria (aparentemente también primaria), cursando materias consideradas como importantes, como por ejemplo inglés, alemán y francés; matemáticas, algebra, trigonometría, geodesia, cálculo lineal, correduría, teneduría de libros, jurisprudencia, economía, política, náutica y muchas otras que posteriormente se estructuraron en un orden, para repartirse en el siguiente nivel educativo, que estaba próximo a funcionar.
Es en 1870 que el Instituto Veracruzano, bajo la directriz del pedagogo español Esteban Morales, empezó su crecimiento educacional, instaurando paulatinamente el proyecto de una educación propedéutica o preparatoria, subsecuente al nivel secundario que hasta entonces se ofrecía en el instituto y así, en 1873, después del magno congreso pedagógico estatal celebrado en el puerto, que el citado proyecto se consolidó y nació el Colegio Preparatorio. Dicho proyecto, nacido en el época del gobernador anterior Hernández y Hernández y culminado durante la gubernatura de Landero y Coss encontró un inicio triunfal al ser aprobada la iniciativa en la Legislatura del estado.
Así comenzó la historia del Ilustre Instituto Veracruzano. Por cuanto a los lugares en los que encontró asiento, son cinco: el primero, dentro de la biblioteca municipal, en el Faro Benito Juárez; después en lo que se conoce como Hotel Rex (frente a la Plaza de la República), el tercer lugar lo fue la casa de la Proveeduría ubicada en el mismo domicilio de Esteban Morales y Julio S. Rebolledo, inmueble que después fue derrumbado para construir en su lugar el hermoso edificio que ahí se yergue hasta la fecha, construido ex profeso para el fin educativo que hoy nos ocupa, y finalmente en la década de los setenta, el Ilustre se movió a su actual sede, en la avenida Ruiz Cortines donde sigue funcionando, ofreciendo una oportunidad educativa a quienes ahí acuden.
La plantilla educativa que dejó una huella imborrable cuenta entre otros muchos, nombres como el del propio Esteban Morales, José Miguel Macías, Teodoro Keerlegand, Vicente Barrios, Cayetano Rivera, Salvador Díaz Mirón, Julio S. Montero y muchísimos otros más, que sería casi imposible mencionar aquí. El Ilustre como todos lo conocemos, ha sido la casa estudiantil más prolífica de la ciudad, además de la más antigua, y para quienes estudiamos en sus aulas y corrimos en sus pasillos o en sus canchas (ya en Costa Verde) sabemos que en ese lugar se vivieron -para muchos de nosotros- los años más felices de nuestra juventud. *******************
-Abogado, ¿cómo va mi caso?
- Muy bien, pero sí puede escaparse, mucho mejor.
Borrachos de antes:
-Cantinero ¡Póngales pólvora y tachuelas, pa´que raspe!
Borrachos de ahora:
-Le pones chamoy, tamarindo y gomitas.
Lo que fácil llega, fácil se va. (No aplica para panza, papada y cachetes).