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viven la peor cuaresma de últimos años

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TÍPOS PINTORESCOS

TÍPOS PINTORESCOS

MARIO VÁZQUEZ SANDOVAL / EL DICTAMEN

Entregan a Universidad CESUVER Distintivo de Excelencia Educativa Veracruzana 2023 “Ciudadanía del Mundo” PRINCIPAL 4

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En Veracruz 115 municipios con algún grado de sequía: Conagua

A 10 días de iniciada la temporada de cuaresma, la situación en materia de capturas “ pinta” mal, se puede decir, sin faltar a la verdad, se trata de la peor de los últimos 5 años, cuando durante jornada de un día apenas reúnen 20 kilogramos por lancha, cuyo ingreso deben repartir entre los 5 tripulantes. Estamos en plena corrida de cuaresma afirmó Bernardo Hernández Guzmán, presidente de la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras del Puerto de Veracruz quien considera la bonanza vivida durante el mes de febrero se trató de una manifestación atípica, correspondiente a cardúmenes procedentes de la Unión Americana que en esta ocasión se “perdieron” y llegaron hasta costas de Veracruz, Boca del Río Veracruz, Ursulo Galván, San Andrés Tuxtla. Ese escenario semejante al paraíso conocido en principio del presente año ya es historia, obtuvieron pesca de hasta 1500 kilogramos por embarcación diarios distribuidos en 8 partes: 1 al motor, 1 a la lancha, 1 a las redes – propietario del equipo – y las 5 restantes entre igual número de tripulantes. Hoy, en crisis, todo es parejo. Sólo queda esperar, en el curso de marzo mejore el comportamiento de las especies marinas.,

Malos registros de capturas reportan pescadores de Veracruz en los primeros 10 días de la corrida de cuaresma.

Lo paradójico del asunto comentó Hernández Guzmán radica en el impacto de la ley de la oferta y demanda. Cuando abundaba la sierra, el kilogramo se comercializaba en $ 15.00 a pie de playa; las ganancias bajaron proporcionalmente, pero circuló el dinero a diferencia de ahora con escasez todos salen perdiendo pescadores y consumidores.

Esperan Apoyo De Bienpesca

En tanto, de las buenas noticias por destacar, el informante se refirió a la proximidad de entrega de apoyo único anual de Bienpesca equivalente a $ 7500.00 por cada uno de los 800 registrados del padrón actualizado en esta jurisdicción. A escala estatal, durante el 2022 fue de $ 7000.00 a los 23 000 casos empadronados, aparece pequeño incremento; aun desconocen fecha precisa en que el gobierno federal hará efectivo el beneficio de referencia.

EN LA OPINIÓN DE... ALICIA DORANTES PARICUTÍN ( PRIMERA DE DOS PARTES)

Sobre el paisaje ha caído la negra nieve. Sobre el paisaje y la semilla. Aquello en torno al volcán es únicamente el pavor de un mundo solitario y acabado. Un sudario negro sobre el paisaje.

José Revueltas

«El 20 de febrero de 1943, el campesino Dionisio Pulido, se encontraba labrando la tierra en las cercanías del pueblo Paricutín, cuando de pronto ésta empezó a temblar, se abrió y comenzó a emanar un vapor muy espeso, a hacer extraños ruidos, fuerte, y a volar piedras. Asustado, el señor Pulido avisó al pueblo.»

La duración de la actividad de este volcán fue de 9 años, 11 días y 10 horas; la lava recorrió unos 10 km. No hubo víctimas humanas, dado que hubo suficiente tiempo para desalojar a toda la población. El volcán sepultó dos poblados: Paricutín y San Juan Parangaricutiro (Parhikutini y Parangarikutirhu en purépecha).

El primero quedó totalmente borrado del mapa: muy cerca de él se encuentra ahora el cráter del volcán. Del segundo pueblo es visible parte de la iglesia, sepultada por la lava, al igual que el resto del pueblo, excepto por la torre izquierda del frente. Fin de la cita.

*** Debo haber tenido siete o quizá ocho años la noche en que lo conocí. Viajaba con mis padres. Él, mi padre, enamorado de su México glorioso, explotado, empobrecido, trató de heredarnos su pasión por la tierra y por sus estoicos moradores. La meta era visitar el Paricutín, aún en erupción. Llegamos hasta el estacionamiento cuando el día agonizaba. De inmediato se acercaron a ofrecernos caballos en alquiler para recorrer los cinco kilómetros que nos separaban del mirador, sólo que el precio de este servicio rebasaba las posibilidades económicas de la familia y mi padre decidió que caminaríamos, como lo hacían esa tarde, cientos de personas.

El dueño de los caballos dijo: ? “Bueno jefe, aunque sea uno para la niña, está re´lejos y ya es tarde”.

Mi padre me vio con esa su mirada tierna que decía todo y aún más… y me preguntó ¿Caminamos? ¡Caminamos!, contesté. Y tomada de su mano firme, pero deliciosamente tierna, recorrimos la distancia, en tanto él me conversaba de historia y de geología, pero ante todo, del prodigio de la vida.

El camino más corto, aunque no menos trabajoso para llegar al mirador, era una ¿vereda? que los lugareños abrieron entre la lava convertida en piedra. Camino sembrado de cadáveres de árboles dadores de resina que yacían asfixiados bajo la ceniza milenaria de la montaña.

Lo que desde el mirador observamos nos robó el habla; se incrustó entre los más sorprendentes recuerdos: era de noche. Una noche negra como el tronco de los pinos convertidos en carbón. Silencio. El coloso descansaba. Luego, un ronronear furioso nacido en el corazón de la tierra estallaba en un vértigo de lava incandescente; rabiosa. Y esta columna de piedras candentes, de lumbre, vapores y nubes de humo, ascendía cientos de metros asesinando la negrura de la noche. Incendiándola. Por momentos los gruñidos eran terribles, ensordecedores. La lobreguez de la noche se llenaba con el resplandor de aquellas columnas ígneas, luego, la masa centelleante fundida por el fuego, escurría por las laderas del compacto montón de piedras, convertido en un volcán. Los flujos de ceniza oscurecieron por años el paisaje de la Meseta Purépecha y viajaron a través de la atmósfera.

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