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Reforma de pensiones de Macron va al Senado

REDACCIÓN / EL DICTAMEN

La impopular reforma de las pensiones impulsada por el presidente liberal Emmanuel Macron en Francia pasó al Senado, al terminar este viernes el plazo para que los diputados se pronunciaran en un contexto de creciente tensión.

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Pasada la medianoche, la presidenta de la Asamblea (cámara baja), Yaël Braun-Pivet, puso fin al examen del texto, que no llegó a votarse, antes de dar paso al debate sobre una moción de censura presentada por la ultraderecha, que no tiene visos de prosperar. El pleno del Senado debatirá a partir del 2 de marzo la propuesta de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 en Francia, que desde su presentación en enero provocó una oleada de protestas masivas.

En Turquía y Siria muchos aún luchan para satisfacer sus necesidades básicas y algunos duermen en tiendas de campaña, fábricas, vagones de tren e invernaderos.

Aunque los aldeanos cuentan con tiendas de campaña, estas son demasiado endebles para protegerlos del frío. Los habitantes dijeron temer que las condiciones heladas en las montañas provoquen más muertes. “Nuestra necesidad básica es, primero, contenedores. Las tiendas de campaña no son funcionales aquí”, explicó Umut Sitil, de 45 años.“Las personas morirán congeladas en las tiendas de campaña”.

Dos de cada tres franceses se oponen, según los sondeos, y el 31 de enero tuvo lugar la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas. Los sindicatos buscan aumentar la presión a partir del 7 de marzo, con huelgas prorrogables.

Los opositores cargan contra un proyecto injusto que perjudicaría a las clases populares. El gobierno defiende subir una de las edades de jubilación más bajas de Europa como una manera de evitar un déficit en la caja de las pensiones.

Aunque se daba casi por hecho que no se llegaría a votar en la Asamblea, los sindicatos aumentaron la presión en los últimos días sobre la oposición de izquierda para que se pudiera debatir al menos el artículo relativo al retraso de la edad.

Pero en vano. El partido La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) mantuvo la mayoría de sus miles de enmiendas, lo que impidió llegar a ese punto, en un contexto de tiempo limitado por el polémico procedimiento escogido por el gobierno.

Si para el 26 de marzo las dos cámaras no logran pronunciarse sobre el texto, el procedimiento utilizado permitiría al gobierno aplicar de todas formas la reforma, aunque corre el riesgo de aumentar el descontento social. Mientras tanto, los sindicatos continúan preparando la jornada de huelga general del 7 de marzo, que se busca que sea más amplia que las cinco jornadas de protestas realizadas ya desde el 19 de enero. El sindicato CGT anunció un paro para ese día de la industria química, que incluye al sector clave de las refinerías.

Además de aumentar la edad mínima de jubilación a 64 años, la reforma busca adelantar a 2027 la subida de un año (de 42 a 43) del período de cotización necesario para disfrutar de una pensión completa, que ahora está previsto para 2035.

El Gobierno argumenta que sin esos cambios el sistema de pensiones generará un déficit creciente que alcanzará 12.500 millones de euros para 2030, mientras que la izquierda duda de esas cifras y propone que se tasen las grandes fortunas y los beneficios de las principales empresas para financiar ese agujero.

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