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El petróleo y el crecimiento económico
El Banco Central informó, preliminarmente, que durante el año pasado la economía dominicana creció un 4.9% medida a través del producto interno bruto (PIB), un crecimiento que, aunque muy cómodo si se parte de las condiciones del contexto internacional, quedó por debajo de las proyecciones realizadas por las mismas autoridades entre octubre y noviembre de 2022. Todo no ha salido como se planeó y es obvio que así sea. Tampoco sucedió con la inflación, que quedó por encima del rango meta superior, atribuible,
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por supuesto, a los efectos que tiene el entorno internacional en el escenario local, en parte, y a las medidas de expansión monetaria aplicadas localmente, tanto en la parte fiscal como del lado monetario.
Lo que sí está explícito es que el petróleo tuvo una influencia importante en los resultados económicos durante el año pasado. No sólo pasó aquí en República Dominicana, sino en todo el mundo, pues organismo como el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja sus previsiones de crecimiento.
Las autoridades locales, sustentadas en el comportamiento de sectores tan dinámicos como turismo y construcción, quizá obviando la volatilidad del mercado internacional sobre el sector turístico, confiaron demasiado sus pronósticos en lo que sucedería a finales de año.
Y como tal pasó: el turismo agregó más de US$8,400 millones al PIB. ¿Qué pasó, entonces? El hecho de que el gobierno haya tenido que buscar más de US$1,750 millones para cubrir la factura petrolera en 2022, marcó un punto de interés en todo este tema.
En todo caso, la decisión del gobierno de contener en algo la inflación conectada a los efectos de la cotización del petróleo, cuyo promedio quedó en US$82.7 el barril, fue determinante para evitar que el índice de precios al consumidor (IPC) tocara los dos dígitos.
Las autoridades monetarias, a juzgar por los resultados, actuaron correctamente al expandir la masa monetaria en su momento y ahora, también a tono con lo que demandan las circunstancias, restringir el medio circulante a través del incremento de las tasas de interés.
Todo tiene su tiempo en economía. La pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania así lo han demostrado. Actuar de manera prudente y proactiva, como ha sido el accionar de las actuales autoridades, es el camino más correcto en estos momentos. El país cuenta con los fundamentos macroeconómicos para resistir los choques externos porque cuenta con un activo que siempre es fundamental para la inversión: confianza. El petróleo ha puesto a prueba a todas las economías y la dominicana no puede ser la excepción.