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Arleny Lantigua Pág. 22 y
“Pon en orden tu mentalidad, tus emociones, tu salud mental y luego ve hacia lo que Dios tiene para ti. Encuentra tu propósito sin frustrarte con el de otra persona”.
Beia
“¿Cómo yo veo mi negocio a largo plazo?”, fue la pregunta que permitió el crecimiento que está teniendo en la actualidad. En 2013 conoció a su socio, quien vio en ella a una persona dinámica y entusiasta.
Estaba interesado en invertir en el país. Su respuesta, como gran visionaria, fue “mi salón va a ser una cadena de salones en todo el país”. Su seguridad permitió que se asociaran.
Luego de tener casi un año con el primer salón, hicieron el proceso legal. “Hacemos el registro del nombre que tenía, ni siquiera lo tenían registrado. Imagínate. Para que veas los errores que comete un emprendedor. En enero del 2014 es cuando Beia, formalmente, abre como empresa con un equipo de 15 personas, con toda su estructura comercial bien definida”. Lantigua trabaja en la parte de operaciones y su socio en la parte financiera.
Actualmente, tienen un promedio de 200 colaborares que incluyen profesionales de distintas áreas como cejas, maquillaje, peinados, entre otros.
A pesar de sus múltiples compromisos, su pasión por la belleza la mezcla con su gestión al frente del negocio. Cada 15 días abre una agenda para consultas de salud capilar. Además, realiza el primer corte de cortesía para los niños.
“Me gusta estar en talleres, ponerme los guantes, mezclar, hacer formulas”, afirma, “no me imaginaba estar fuera de este ambiente, y gracias a Dios he tenido la oportunidad de trabajar tanto dentro como fuera” del salón.
Cadenas
“Cuando la gente nota que los proyectos es-
tán bien ejecutados, que están bien llevados, (con) seriedad y crecimiento, muchas puertas se abren solas” explica, ya que otras personas se han acercado a ella para asociarse. La primera “Casita verde”–como le llama– inició con 150 metros y pasó a 400 metros, “en el segundo nivel completo de una plaza”. Tiene sucursales en Santiago, La Vega y, próximamente, San Francisco de Macorís. Actualmente, cuenta con dos sociedades para expandir la marca. “El modelo de negocio que nosotros tenemos en los papeles se llama franquicia asociativa, donde tú, como dueño de marca, sumas socios e inversionistas que forman parte del negocio”. Explica que para ello tienen que darse varios factores. Sin embargo, el principal es el espacio del local, ya que tienen múltiples servicios. “Vamos vienEl primer signo de be- do las oportunidades lleza es el autocuidado. Si tu mente, cuerpo y y, a medida que vamos abriendo campo, pues también sumamos socios espíritu están alinea- al Grupo Beia”. dos, serás espectacuRetos larmente bella. El emprendimiento está lleno de retos. Sin embargo, el principal que enfrenta el sector belleza es la educación del personal. Señala que “en República Dominicana carecemos de una estructura formativa para el profesional de la belleza, donde no hay exámenes estatales ni licencias, (por lo que) no hay rigor a la hora de definir a un profesional de la belleza”. En algunos espacios, los colaborares del sector no tienen formación el área, ya que aprendieron de forma empírica o con la ayuda de algún familiar. Para contrarrestarlo, se han enfocado en capacitar su personal “para que se sigan desarrollando profesionalmente y que no solo se queden en un secado”.
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Beauty Summit RD
Evento
Se asoció con Julissa Núñez, consultora de branding, para llevar una experiencia innovadora a profesionales y emprendedores del sector. “Era una idea que me rondaba porque siempre he ido a muchos congresos desde que inicié con mi negocio para educarme. Cuando los agotaba, ya estaba tomando cursos en línea para conocer más el mercado”.
Para Lantigua, es importante que los artistas se desarrollen porque “cuando un profesional de la belleza se supera, está salvando a una familia”. Le apasiona que los estilistas no solo se eduquen en la parte tangible, sino también en la intangible, para que desarrolle su liderazgo interno y externo”. Gracias a esto, identificó que en otros países los estilistas cuentan con educación formal y manejan sus redes sociales “de forma impecable”.
De ahí se motivó a organizar el Beauty Summit, un evento que congrega a artistas y líderes de la industria de la belleza.
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Los expertos recomiendan capacitar a las niñas en tecnología.
La visión sesgada de un liderazgo femenino que espera ser transformado
Las niñas y jóvenes adolescentes están creciendo en un mundo que aún está confundido acerca de qué tan poderosas quieren que sean
Por Yelissa Díaz
yelissa.morillo@gmail.com Foto: Canva y cortesía
“T engo que ser tranquila, callada, no decir nada, ni dar mi opinión”. Son las palabras de Kendall, nombre ficticio de una joven de 15 años, estudiante de secundaria de un centro privado en el sector Ensanche Quisqueya. Aún en la adolescencia siente las limitaciones impuestas específicamente a su género.
Al igual que ocurre en muchos países de Latinoamérica, la sociedad dominicana se encuentra profundamente marcada por estándares y estereotipos que determinan la forma en que se espera que sus ciudadanos y ciudadanas se comporten y se relacionen con las demás personas.
La oficial de Cambio Social y de Comportamiento del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Lilén Quiroga, afirma que las normas de género asignan las características y roles socialmente aceptados tanto para “ser mujer como para ser hombre”.
De esta manera, a ellas les enseñan desde muy pequeñas a ser “calladas, sumisas, amorosas, dependientes y conciliadoras. Estos son los atributos que serán valorados para que cualquier chica encaje”, asegura la experta.
Debido a una herencia cultural y estructura machista-patriarcal, consciente o inconscientemente, se limita la autonomía, la libertad de expresión de las mujeres y el desarrollo de liderazgo de las niñas. Cuando se trata de ambición o de tomar la delantera, ¿se les disuade a no liderar?
De acuerdo con Nirza Díaz Pérez, directora de Equidad de Género y Desarrollo del Ministerio de Educación (Minerd), el género le dicta normas a la ciudadanía que en la mayoría de los casos generan desigualdad.
Creando una falsa realidad de que las jóvenes “no pueden lograrlo y que son débiles” y, en algunos casos, normalizando dicha debilidad como algo propio de las mujeres, influenciado por las conductas o patrones culturales”, continúa la experta.
“El sistema establecido, lejos de persuadir a las niñas a no ser líderes, las persuade
a que sean perseverantes (…). Le dice que deben esforzarse un poco más, que el hecho añade un poco más de desafíos”, declara Patria Rodríguez, coordinadora de Participación y Liderazgo de World Vision República Dominicana.
Están creciendo en un mundo que aún está confundido acerca de qué tan poderosas quieren que sean. Tienen que ser seguras de sí mismas, pero simpáticas. Ambiciosas, pero no egoístas. Exitosas, pero no engreídas. ¿Ese mensaje que queremos enviar?
Estas percepciones, como parte de unas normas aprendidas de un sistema que lleva miles de años y de una sociedad que lo considera “apropiado”, ¿suponen un freno para ellas? Ante tal consideración, Rodríguez expresa que las jóvenes están dispuestas a trazar el camino, no si las dejan, más bien si encuentran las oportunidades.
Ser una líder podría estar o no en su proyecto de vida, pero siempre se debe apostar a crear las condiciones para que no sean limitadas por los patrones sociales y culturales impuestos por el patriarcado, sostiene Germania Galván, analista de Género de la División de Equidad de Género y Desarrollo del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).
¿El problema comienza en el hogar?
A las niñas les enseñan a jugar con muñecas, pero a los niños se les educa a hablar fuerte para que los escuchen, a imponerse, ser líderes, ser valientes, autosuficientes, arriesgados y no llorar, asegura Felipe Díaz, oficial de Monitoreo y Evaluación de Unicef.
Estas son las “características” que actualmente se aceptan para “ser hombre”, para que en un futuro puedan cumplir con el rol de proveedor, ocupando espacios de dirección y de poder. Entiende que la sociedad incentiva más a que ellos aprendan a ser independientes.
En la mayoría de los casos, los padres, madres y tutores concuerdan en que educan bajo las mismas normas, pero, cuando se reflexiona en la práctica, se demuestra que existen diferencias y que a medida que van avanzando en su crecimiento se evidencia la disparidad, agrega Díaz Pérez.
“La construcción social basadas en desigualdad y violencia de género generan relaciones jerárquicas que limitan las oportunidades de tener las mismas posibilidades de desarrollo”, comenta Galván.
La centralización permanente en la toma de decisiones y control de los recursos en manos de los hombres fomenta una relación de poder entre ambos sexos, en ocasiones propiciando el abuso y una baja participación de las mujeres, declara la experta de Conani.
Todo lo anterior crea las condiciones para esta ausencia de niñas empoderadas. “Es increíble que en pleno siglo XXI, todavía algunas chicas que intentan convertirse en líderes puedan llegar a experimentar rechazo de sus pares, por lo que optan por no transitar ese camino guardado para los chicos”, explica Quiroga.
Educando a líderes para el cambio
La calidad educativa es un ente importante en el desarrollo y se debe reconocer que en las zonas vulnerables no se cumplen los estándares de una formación. Hay un contexto donde “no existen oportunidades para las niñas”, lo que aumenta las condiciones de vulnerabilidad y las brechas de desigualdad, sostiene la experta de World Vision.
“El empoderamiento no es un paquete que se compra y se entrega a una persona para que esté empoderada. Es un complejo proceso de desarrollo individual en donde se fortalecen las capacidades y confianza que protagonizan los cambios en sus vidas”, expresa Díaz, de Unicef.
El componente socioeconómico puede ser un factor muy relevante en la medida que limita u obstaculiza estas oportunidades, pero no debe significar una condena. Es importante, no determinante. Más influyente es el apoyo sociofamiliar que cada niña pueda tener, esto impacta directamente en su desarrollo y le otorga mayores posibilidades de éxito, agrega.
“Si deseamos igualdad y equidad debemos trabajar para educar desde nuevas masculinidades basado en principios y valores éticos, que tomen en cuenta los derechos de las personas, sin sesgos de género. Si queremos igualdad, no podemos educar en la diferencia”, afirma Díaz Pérez.
No se puede pensar en las jóvenes como una propiedad única “nuestras hijas”, “nuestras niñas”. Se deben ver como ciudadanas titulares de derechos, con plena capacidad de expresarse, opinar y aportar desde su propia óptica a la construcción de un país y un mundo mejor, finaliza Quiroga de Unicef.
Opiniones
“Las niñas deben estar conscientes que esto no es una lucha para ellas, sino con ellas”.
Patria Rodríguez
Coordinadora de Participación y Liderazgo de World Vision República Dominicana.
Nirza Díaz Pérez
Directora de Equidad de Género y Desarrollo del Ministerio de Educación.
“Si queremos igualdad no podemos educar en las diferencias. La sociedad muestra el deseo de mejorar, pero hay que hablar de género y es a lo que le teme”.
“Todas las personas deberían tener acceso a las mismas oportunidades, a desarrollarse y a soñar. No es lo mismo tener solo una lista de opciones que tenerlas todas y elegir cuál quieres seguir”.
“Para las niñas es más difícil convertirse en líderes porque, a pesar de que tienen las mismas potencialidades de lograrlo que sus pares, la sociedad, y su contexto no siempre incentivará o valorará que ellas desarrollen habilidades de liderazgo”.
“Desmontemos los roles y estereotipos construidos y aceptados socialmente como normales, los cuales no serían un problema si no generaran desigualdad entre hombres y mujeres”.
Felipe Díaz
Oficial de Monitoreo y Evaluación de Unicef.
Lilén Quiroga
Oficial de Cambio Social y de Comportamiento de Unicef.
Germania Galván
Analista de Género de la División de Equidad de Género y Desarrollo del Conani.
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Acosta Amny Then
La mujer que revoluciona la endoscopía bariátrica en RD
Por Danielis Fermín
dfermin@eldinero.com.do Fotos: Ismael Elivo
Es la fundadora de Salutte Clinic y pionera de la manga endoscópica en la región Norte
Trabajar desde un propósito permite diseñar negocios exitosos que transforman vidas. Así lo ha demostrado la doctora Amny Acosta Then quien, a través de la Clínica Salutte, se ha marcado el objetivo de llevar bienestar a sus pacientes.
Su interés por la medicina surgió durante la niñez. Sin embargo, en el bachillerato decidió estudiar mercadeo, carrera en la que sólo cursó un semestre para volver a su verdadera pasión, de la cual pudo egresar titulada Magna Cum Laude.
Su dedicación se evidenció cuando logró la calificación más alta para ingresar a la especialidad de Medicina Interna, la cual cursó en paralelo con un posgrado en Nutrición.
Mientras estudiaba medicina interna, identificó sus dotes para entender la gastroenterología. “Ahí es que comienza a despertar en mí ese amor, esa curiosidad y pasión por el tratamiento de la obesidad”, explica.
Gracias a su subespecialidad en endoscopía bariátrica, la doctora encontró un binomio perfecto que le ha permitido destacarse en el sector, brindándole a las personas la oportunidad de perder peso con procedimientos sin cirugía y que permiten un ma-
nejo integral de esta enfermedad.
Se certificó como endoscopista bariátrica en el Hospital Sanchinarro de España y en la Universidad ABC de Brasil. Además, está acreditada para el manejo multidisciplinario del balón gástrico en Colombia, siendo la primera en tener este entrenamiento en República Dominicana.
Gracias a sus certificaciones, es pionera en el manejo integral de la obesidad en endoscopía bariátrica en el país. “Anteriormente, había gastroenterólogos que quizás hacían algún procedimiento como el balón gástrico, pero no tenían un manejo integral que incluyera a psicólogos y psiquiatras”, como el que ha diseñado en Salutte Clinic.
Se ha enfocado en llevar al paciente un método completo que le permite perder peso, pero manteniendo todos los aspectos de su vida en balance. “Nosotros llevamos una parte revolucionaria haciendo una clínica para tratar la obesidad, donde el paciente no tiene solamente el procedimiento, sino también el acompañamiento de un equipo multidisciplinario”.
Con este propósito, trabajan alrededor de 23 médicos y 17 colaboradores en el centro. Salutte Clinic han integrado programas que les hacen pioneros en la zona Norte, como la manga endoscópica y el método Tore.
Su enfoque le ha permitido ayudar a cientos de personas. Gracias a esto, la doctora se convirtió en la Mujer del Año en el renglón salud en 2019 y en Best Doctor 2021.
Comienzos de Salutte Clinic
Por sus rotaciones en las especialidades en España, Brasil y Colombia, notó que el éxito de los tratamientos para la obesidad dependía de un manejo que integrara a especialistas de múltiples disciplinas en un mismo lugar.
“Cuando iniciaba mi práctica, notaba que la adherencia del paciente a seguir las instrucciones del nutriólogo y psicólogo se entorpecía porque tenía que moverse a distintos lugares”, explica.
Recuerda que conversó con su madre, quien también es empresaria, para plantearle esa necesidad y oportunidad que había identificado. “Me dio la idea de hacer una clínica y de ahí comenzamos, evolucionamos y le dimos forma hasta que es lo que tenemos ahora”.
Sin embargo, la clínica no fue el primer proyecto que inició. Lanzó la línea de nutrición Salutte Detox, enfocado en la pérdida de peso y desintoxicación del cuerpo con zumos, proteínas, fibras, aguas alcalinas, shots para acelerar el metabolismo, entre otros.
“Para emprender hay que tener un grado muy alto de humildad”, expresa, recordando que en sus comienzos era la doctora y también la secretaria. “Admitir que era quien agendaba las citas no era nada, porque sabía que eso iba a dar frutos más adelante”.
En la primera etapa de su proyecto muchos no creyeron en ella porque la veían como la “juguera’’, dice entre risas, pero era consciente de su objetivo. “Le estaba dando un giro al manejo integral de la obesidad. Al estar en clínicas y lugares donde me cerraron las puertas, esto me hizo creer más en mí y en este proyecto, permitiéndome darle más fuerza y decirme que sí lo iba a lograr. Así mismo fue”.
Las trabas que encontró en el mercado le impulsaron para cumplir su propósito de un manejo integral de la salud. “Me hicieron abrir la mente y despertar para ser una empresaria del sector”.
Su personalidad revolucionaria la ha llevado a estar a la vanguardia en los procedimientos. Menciona que, en sus inicios con el balón gástrico en el país, no había dispositivos porque no se estaba brindando esta solución. “Cuando llego con el nuevo proyecto muchas personas, incluso colegas, me recomendaron que no incursionara en ese sector”, expresa.
La tenacidad de la doctora Acosta Then le permitió demostrar que sí era un procedimiento viable para el tratamiento de la obesidad. Se cuestionó por qué no estaba disponible en República Dominicana, si en
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