Excelentísimo Sr. Presidente de la Junta de Castilla y León, Excelentísima Consejera de Educación, Autoridades, Docentes, alumnos. Buenos días a todos.
Es para mí un honor participar en este acto de apertura del curso no universitario 2022-2023, en un año en el que cumplo mis bodas de plata en la enseñanza. 25 años ya dedicada a la maravillosa profesión de educar.
A lo largo de mi trayectoria, he comprobado que la conexión entre todas las etapas educativas es fundamental para contribuir al desarrollo del sistema educativo de nuestra Comunidad Autónoma y, con ello, potenciar la excelencia en la formación que reciba nuestro alumnado. Una formación que impartimos en una era de grandes cambios. Vivimos una época apasionante
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necesarias hoy.
La inteligencia artificial, la robotización y todos los procesos asociados a la revolución 4.0 suponen un reto para la enseñanza
La pandemia nos hizo abrir los ojos ante la necesaria digitalización de nuestras aulas y en ella debemos seguir mejorando Eso nos exige, como profesorado, seguir aprendiendo de forma constante. Afortunadamente, contamos con grandes centros de formación del profesorado en Castilla y León siempre atentos a nuestras demandas. Actualizamos nuestros conocimientos para formar a los estudiantes en las competencias
Porque debemos educar a nuestro alumnado para su futuro, no para nuestro pasado. Y, por eso, no queremos estudiantes que sean testigos de la transformación del mundo. Queremos alumnos protagonistas del cambio. A través del desarrollo de proyectos en las aulas, buscamos generar impacto positivo en nuestro entorno. Este curso pasado, como profesora de emprendimiento, lo que nosotros llamamos en clase “Emprender con propósito”
desarrollamos, con uno de mis grupos, Proyecto Mnemos, que consiste en la creación de Entornos virtuales inmersivos para apoyar en las terapias de la asociación de enfermos de Alzheimer.
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Con otro grupo, creamos EcoClassic, para aplicar la economía circular en la restauración de vehículos antiguos. Estoy segura de que estos proyectos les han marcado como también me han marcado a mí. Desde la Formación Profesional, etapa educativa a la que pertenezco, y reconozco, me apasiona, necesitamos además la alianza con las empresas. Potenciar la innovación aplicada en los centros de Formación Profesional en colaboración con las pequeñas y medianas empresas de nuestra Comunidad. Me consta que desde Dirección General de Formación Profesional y Régimen Especial y la Consejería de Educación se realizan enormes esfuerzos para generar estos convenios, y queremos que sepan que tienen en el profesorado de los centros sus mejores aliados. Siendo salmantina, no puedo por menos que hablar del valor de la Universidad y de los lazos, cada vez más estrechos, entre Formación Profesional y Universidad. Lazos que espero sean cada vez mayores como pertenecientes ambas al Espacio Europeo de Educación Superior.
La Formación Profesional vive un momento espléndido: implantación de aulas de tecnología aplicada, aulas de aulas de emprendimiento, cursos de especialización para nuestros graduados, un catálogo de 26 especialidades que abarca casi todos los sectores productivos. Es necesario que la sociedad conozca que desde la FP se innova, desde la FP se emprende. Cuanto más cerca estemos de las empresas, cuanto mejores sean los puentes con la Universidad, mejores profesionales podremos formar. Queremos ser agentes activos del cambio, como decía antes. Que nuestros alumnos aprendan en y con la realidad porque solo así podremos ofrecer a la sociedad los jóvenes profesionales con talento que demanda. Con proyectos como los mencionados buscamos la formación integral de nuestros estudiantes: razón y emoción que dan sentido al valor de la palabra Educar, del latín “Educare”: guiar, conducir. Porque como decía el nobel irlandés, la “educación no consiste en llenar un cubo, sino en encender una llama”. ……………………………………………………………………………………………………………………………
Ciencia y humanismo. Nunca antes fue tan importante la formación en valores, en espíritu crítico, en inteligencia emocional y en todo aquello que nos distingue de las máquinas.
Son muchos los retos a los que se enfrenta nuestro país que nos instan a formar ciudadanos comprometidos e íntegros para afrontarlos y contribuir al progreso social.
Como profesora de Formación Profesional, en especialidades ampliamente masculinizadas como la Automoción o la Electrónica, me gustaría animar a mis compañeros de etapas educativas anteriores a que sigamos incentivando las vocaciones científicas y tecnológicas en nuestras niñas y nuestras jóvenes. Necesitamos formar más referentes femeninos en estas áreas. Ojalá este sea uno de los sueños conseguidos en la inauguración de cursos futuros. Todos somos responsables de esa educación de niños y jóvenes. Ya lo dice el proverbio africano, “para educar a un niño hace falta la tribu entera”. Cada uno en nuestro ámbito. Responsables políticos y administrativos, docentes, padres y madres. Sintámonos orgullosos del legado que queremos dejarles. Seamos un espejo en el que mirarse. Queramos o no tocamos sus vidas, y esa es una gran responsabilidad.
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Me gustaría terminar con la frase de un libro que me gusta mucho, “Martes con mi viejo profesor”, y dedicársela a mis colegas de profesión para que nos inspire en este año escolar que comienza: “Un maestro afecta a la eternidad. Nunca sabe dónde acaba su influencia”. Muchas gracias y os deseo un feliz curso a todos.